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Capítulo 36 "Quédate"

Nayeon permanecía sentada en la sala de espera, pese a que intentaba estar tranquila, una de sus piernas no había dejado de vibrar incesantemente, al mismo tiempo que mordisqueaba sus uñas, presa de la intranquilidad y nerviosismo que la situación le provocaba.

"-¿Quien se creen Chaeyoung y tú para decidir a quién puedo amar?-"

El rostro enojado y decepcionado de Mina no dejaba de atormentarla cada segundo en sus pensamientos. ¿Por qué todo había terminado así? ¿Por qué simplemente no podía alcanzar la felicidad? No podía entender porque siempre era tan desafortunada. Estaba cansada de siempre tener un problema del cual preocuparse a tal magnitud.

Y aquella ocasión era sumamente preocupante, porque Nayeon no quería perder a Mina; había luchado tanto por todo, y que se le escapara de las manos como lo hacía en ese momento, la ponía realmente mal.

-Tienes razón, Mina. Es claro que estarías molesta. ¿Cómo es que el pensar que si no eras de Chaeyoung, entonces solo podías ser mía era una buena elección?- susurraba, conversando consigo misma. -¿Cómo pudimos ser tan egoístas? Dios, por favor... Permíteme enmendarlo, por favor- el arrepentimiento por el como habían sucedido las cosas comenzaba a consumirla lentamente, tanto que simplemente había comenzado a sudar.

Repentinamente, su teléfono comenzó a sonar, haciendo que Nayeon, de forma estrepitosa, saliera de sus pensamientos y ruegos para tomar rápidamente la llamada. Al ver quien llamaba, su corazón se aceleró y sintió un hueco en el estómago.

-M-Mina, gracias a dios que por fin me contestas. Yo de verdad necesito hablar contigo- Nayeon contestaba con nerviosismo y ansiedad, sin embargo, Mina la irrumpió.

-No Nayeon, no vas a conversar solo conmigo, vas a conversar con nosotras tres presentes- la abogada decía, confundiendo un poco a la coreana.

-¿Tres?- Preguntó.

-Si, conmigo, Chaeyoung y mi hija- mencionó, logrando hacer más profunda la sensación de vacío en el estómago de la coreana. -No soy idiota Nayeon, ví el peluche que Chaeyoung le regaló hace tiempo a Tzuyu. Es claro que Tzuyu lo sabe. Así que para que te escuche, primero quiero que vayas a buscar a Tzuyu en casa de su amiga Shuhua y la traigas aquí- aclaró la japonesa y sin escuchar una palabra más de Nayeon, simplemente colgó.

Claro, aquello puso triste a la castaña, pero entendía que Mina seguía furiosa por lo sucedido.

Rápidamente, y sin cuestionarse nada en absoluto, simplemente decidió salir del hospital, para tomar un taxi nuevamente y dar la dirección que Mina le había mandado por mensaje.

Todo el camino fue pensando en como es que le diría a Tzuyu que habían sido descubiertas, cómo haría para que la Taiwanesa no entrara en pánico y más importante aún ¿Que le dirían a Mina, una vez que la tuvieran enfrente?
Eso y mucho más atormentaba a la coreana, quien simplemente miraba las calles en silencio mientras esperaba a que aquel taxi se detuviera de una buena vez, anunciando su llegada.

-Listo, señorita- escuchó al hombre hablarle, indicando su llegada a la dirección proporcionada.

Nayeon no dijo nada, simplemente pagó el viaje y se despidió con una educada reverencia, antes de acercarse a tocar el timbre de aquella casa.

Después de retractarse más de cuatro veces, por fin decide apretar el botón, haciendo sonar una campana en el hogar y tras un par de segundos, una mujer abre la puerta.

-Hola, disculpe las molestias. Soy la niñera de Tzuyu y su madre, Mina, me envió por ella- saludaba brevemente.

-Oh, por supuesto. Permítame un segundo- dijo la mujer e ingreso de vuelta a su casa, para llamar a la Taiwanesa.

No pasó mucho para que Tzuyu saliera por aquella puerta con una pequeña mochila colgando en su hombro.

-Muchas gracias por todo, adiós Shuhua- Se despedía la menor de su amiga y seguía enseguida a Nayeon.

Caminaron un poco en busca de un taxi que pudieran tomar de regreso al hospital.

-Mamá Mina te envío temprano por mi. Shuhua y yo jugábamos videojuegos- comentaba la menor con calma. -Supongo que es porque ella tiene ganas de que hagamos algo juntas hoy- siguió preguntando con calma.

Nayeon no contesto de inmediato, simplemente siguió caminando, meditando como dar aquella noticia a Tzuyu.
Por su parte, la menor comenzaba a sentirse intrigada por la expresión en el rostro de Nayeon, parecía realmente metida en sus pensamientos.

Finalmente, pudieron detener un taxi y así sin más, ambas subieron.

-Llevenos al hospital general de Seul, por favor- indicó Nayeon al conductor.

Tzuyu al escuchar aquellas palabras y tras haber visto el rostro serio de Nayeon, rapidamente se preocupó y se alteró.

-¿Me llevarás con mamá Chaeng? ¿Que ha pasado con ella? No... No pudo haberse ido... Por favor dime qué ella no...- comenzó a hablar mientras rapidamente su voz se quebraba. Nayeon miró sorprendida a Tzuyu.

-¡No, no es eso! Dios lo siento por preocuparte. Chaeng está en el hospital con... - trato de reparar, pero la información que tenía que decir a causa de ello, seguramente saldría de forma brusca también, por lo que vaciló.

-¿Con...?- preguntó interrogante Tzuyu.

Y finalmente, sin poder retenerlo más tiempo, Nayeon continúo.

-Chaeyoung está con Mina en el hospital... Ella lo sabe todo- dijo sin más.

Y tras sus palabras, el silencio las invadió, Nayeon podía jurar que entre todo el ruido de la calle y el taxi, podía escuchar el poderoso latido del corazón de Tzuyu.
Su rostro estaba sorprendido, serio y con una expresión incierta al mismo tiempo; Tzuyu trató de articular palabra alguna, pero claramente le fue imposible.

En cuanto a Nayeon, sabía que aquello preocuparía a Tzuyu, pero tenía que hacer lo que Mina le había pedido, no podía hacer nada mal está vez porque no quería arruinar más las cosas. Su felicidad pendía de un hilo.

-¿Co-cómo lo supo?- finalmente pudo preguntar algo.

-Ella vio los estudios de Chaeng en mi departamento... Justo como tú - aclaró apenada.

-¿Cómo puedes ser tan descuidada? ¡Te paso una segunda vez!- y el enojo en Tzuyu se hizo evidente.

-No me hables de esa forma ¿Entendido? Lo que menos necesitamos ahora es una persona enojada más. Ya tenemos suficiente con tratar de calmar a Mina, que sabe que tú también sabías todo y quiere hablar con las tres- Nayeon se impuso rápidamente.

Tzuyu volvió a guardar silencio ante la voz de Nayeon y sobre todo por el hecho de que Mina sabía que también estaba involucrada.

-Escucha, Mina jamás se enojaría contigo de verdad, de cualquier forma. Si me preguntas que es lo que debes hacer, dile que te he obligado a guardar el secreto, todo lo que tú sabes, no pudiste decirlo por mí... Voy a asumir toda la responsabilidad- indicó Nayeon soltando un suspiro.

Lo que Nayeon dijo, dejó sumamente sorprendida a Tzuyu, la castaña estaba dispuesta a cargar con todo, con tal de que ella no saliera afectada en aquel embrollo.

Antes, jamas se hubiera imaginado a Nayeon protegiéndola de la forma en que lo hacía ahora, o como en aquel callejón, frente a ese hombre que no dudo en disparar en su contra... Cada promesa, la coreana la había cumplido, y ahora, una vez más, era testigo de la valentía de Nayeon en cumplir y protegerla.

-De acuerdo, le diré lo que sea mejor- mintió a la coreana, haciendo que esta simplemente sonriera con melancolía.

-Perfecto... Todo esto pasará rápido- finalizó la pequeña plática.

Cuando ambas llegaron hasta el hospital, comenzaron a sentirse aterradas, cada paso en el interior, cada pasillo cruzado hasta llegar frente a la puerta de aquella habitación... Estaban llenas de miedo.

La coreana es quien finalmente, tomando la mano de Tzuyu, y con un respiro de valor, por fin toca la puerta, sintiendo como la menor apretaba su mano en respuesta.

Escuchan pasos, y finalmente la puerta se abre, dejando ver a esa hermosa japonesa de cabello negro, con una expresión totalmente seria.
Nayeon siente como su nerviosismo aumenta al igual que Tzuyu.

-Tzuyu... Pasa por favor- es lo único que dice Mina, sin mirar a la coreana.

Tzuyu mira a Nayeon algo dudosa, pero la castaña simplemente asiente y le sonríe, transmitiendo que todo va a estar bien.
Entonces sin más, Tzuyu se atreve a dar el primer paso e ingresar a la habitación. Sin embargo, cuando Nayeon intenta seguir a la Taiwanesa, Mina entre cierra la puerta, obligandola a detenerse en seco.

-Solo Tzuyu- dice con voz seria y sin darle oportunidad alguna a Nayeon de decir algo, cierra la puerta nuevamente.

Nayeon simplemente suspira cansada y decide retroceder, para sentarse en el suelo, con su espalda contra la pared y su mirada hacia la puerta de la habitación de Chaeyoung.

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Tzuyu mira a Chaeyoung en la camilla, la chica le sonríe débilmente, después se gira para mirar a Mina, la japonesa mantiene la mirada baja y el rostro decepcionado.

Es en ese momento en el que Tzuyu no puede más y corre a abrazar a Mina, quien se nota evidentemente sorprendida por la acción de la menor.

-Lo siento mucho... Lo siento mucho, mamá Mina- dice con voz entre cortada, tratando de contener el llanto.

Y aunque Mina se sentía enojada incluso con la menor, simplemente correspondió el abrazo, permitiéndose acariciar la cabeza de Tzuyu. Le da una mirada rápida a Chaeyoung, quien simplemente le vuelve a sonreír con melancolía.

-Tranquila, pequeña. Se que tienes una buena razón para lo que sucedió- comenzaba a decir Mina, tratando de calmar a su hija.

Poco a poco, el llanto de Tzuyu va disminuyendo y cuando por fin está tranquila, Mina se separa del abrazo.

-Ven aquí, quiero que estés con Chaeng- la japonesa, después de limpiar las lágrimas de Tzuyu, le pide que ambas se dirijan hasta la camilla de la rubia.

Una vez que están ahí, la japonesa vuelve a hablar.

-Me gustaría que ustedes dos me hablaran con detalle sobre lo que está sucediendo ¿Que es todo esto que me han ocultado por tanto tiempo?- Mina pidió con voz tranquila, mirando primeramente a Tzuyu, pues saber lo que ella diría le ayudaría a saber si coincidiría con la versión de Chaeyoung y posteriormente con la de Nayeon, era una forma de asegurarse de que no le mintieran más.

En cuanto a Tzuyu, no permitiría que Nayeon recibiera todo el peso, todo ala responsabilidad, quería protegerla también. Por lo que tomo un gran bocado de aire y se armó de valor para enfrentar sus consecuencias.

-Un día después de la escuela, escuché a mamá Chaeng y a la tía Dahyun hablar sobre otra mujer... Al principio creí que Chaeyoung estaba con otra mujer y en uno de sus abrigos encontré propaganda sobre un sitio de citas... Pensé que si iba ahí, sabría la verdad, pero fue algo totalmente diferente, cerca de ese lugar fue donde descubrimos a mamá Chaeng y nos dijo que tenía a otra mujer ¿Lo recuerdas?- preguntó Tzuyu, haciendo que Mina asintiera.

-Jamas olvidare ese día- fue lo único que respondió Mina.

-Pues... No era verdad lo que mamá Chaeng dijo. Ella no tenía a nadie más. También creí todo como tú, hasta que descubrí mensajes entre Chaeyoung y Nayeon... Quería saber la verdad y ellas me la dijeron, que mamá Chaeyoung iba a morir y que esto era su último deseo- explicaba, confundiendo un poco a Mina.

-¿Que cosa?- preguntó.

-Que amaras a Nayeon...- dijo sin más.

Mina frunció el ceño, claramente aquello parecía reafirmar el hecho de que Chaeyoung y Nayeon habían decidido que Mina solo podía amar a la mayor. La japonesa volvió a sentir el enojo acumularse en su pecho con insistencia.

-¿Por qué las ayudaste?- preguntó de forma ruda, cohibiendo a Tzuyu nuevamente, incluso provocando que la Taiwanesa apartará la mirada.

-Mina...- Chaeyoung intento sonar seria con la japonesa, reprendiendola por la forma en la que contesto a Tzuyu.

Tzuyu sentía como su corazón latía con fuerza, estaba nerviosa y asustada, pero no sé callaría más tiempo aquello.

-Y-yo jamás quise que salieras lastimada, solo quería que el último deseo de mamá Chaeng se cumpliera antes de irse. ¿Acaso no crees que todo esto ha sido muy duro para mí también? ¿Para ella?- decía Tzuyu, su voz comenzaba a quebrarse nuevamente. -Vivi cada día con el miedo de venir a este lugar y que me dijeran que ella se había ido... Quería correr a tus brazos y llorar, decirte lo mucho que me dolía que pronto mamá Chaeyoung iba a morir. Y aún así me aferré a su último deseo, quería devolverle un poco de la felicidad que ella me dio todos estos años. Yo de verdad... Jamás quise traicionarte ni lastimarte- Tzuyu bajaba la mirada, dejando que sus lágrimas cayeran.

Ambas madres sentían sus ojos picar nuevamente, ante la voz rota de su amada hija. Chaeyoung simplemente acaricio la mano de Tzuyu y Mina su cabeza, acercándose lentamente para reconfortarla.

Mina dejó de lado su enojo y escucho a la menor, acercándose y dándole seguridad, aquella que siempre le había brindado sin condición alguna. Lo que Tzuyu acababa de decir era algo claramente doloroso y no deseaba atormentar más a su propia hija con la situación de cargar un peso que quizá no le correspondía.

-Jamás pensaría que hiciste esto para hacerme daño. Creo en lo que dices, porque creo en ti- Mina comenzaba a reconfortar a la menor. -Lamento tanto que hayas tenido que soportar esto sola... Me hubiera gustado saberlo antes, para poder darte unos brazos en los cuales pudieras llorar- dijo para finalmente, depositar un beso en la cabeza de la Taiwanesa.

Y después de tanto tiempo aguantando aquellos sentimientos, Tzuyu por fin los dejaba salir, cómo si la pesadez de su cuerpo comenzara a irse y le diera una sensación de bienestar y calma. Por fin, ya no tenia que guardar más aquello. Era libre.
Ambas se permitieron reconfortar a su hija un tiempo, compartiendo un abrazo en familia después de tanto tiempo, permitiendo compartir las penas y el dolor.

Mina fue la primera en separarse, dedicándole una sonrisa a Tzuyu, quien la correspondió de inmediato. Después, soltando un suspiro más, por fin dirigió su vista hasta Chaeyoung, quien la miraba con suma intensidad.

-¿Que sucedió Chaeng? ¿Por qué Nayeon?- Mina hacía la pregunta más importante de aquella tarde, a lo que Chaeyoung simplemente sonrió melancólica.

-La tarde en que supe que mi vida no tenía remedio, llore mucho... No dejaba de pensar en que sucedería contigo y con Tzuyu. ¿Cómo es que le diría a mi amada familia que pronto iba a partir? Estaba tan abrumada y confundida que simplemente tome lo primero que ví; ese folleto de JYPink... Quizá podía convencer a una linda chica para cumplir mi último deseo, costara lo que costara. Ese último deseo, era que pudieras volver a amar a alguien y que ese alguien estuviera dispuesto a darlo todo por ti y Tzuyu- comenzaba a decir Chaeyoung.

Mina miraba atenta, conteniendo las lágrimas, tratando de escuchar cada palabra de Chaeyoung, comprender que es lo que la había llevado a aquello.

-Mi intensión nunca se trató de decidir por ti, porque eres libre de amar a quien tú desees hacerlo... Todo lo que deseaba era que pudieras olvidarme y volver a amar con el alma, pudieras continuar sin mirar atrás, que mi partida no significará dolor...- explicaba Chaeyoung mientras también trataba de contener las lágrimas, no podía permitirse llorar, al menos hasta que terminara de hablar con Mina.

Con la mirada, la una sobre la otra, y con los sentimientos a flor de piel, hacían contacto con sus manos, siendo lo más sinceras posible.

-Lo siento mucho, Mina. Por todo lo que mis malas decisiones y egoístas deseos provocaron. Puedo jurarte que jamás intenté que se tratara precisamente de Nayeon, no conocía tu historia con ella, nada de lo que vivieron y lo doloroso que fue... Cuando llegue a ese recinto, algo en mi corazón me dijo que ella era la persona que debía hacer esto- confesó.

La japonesa simplemente rio, pues aún le parecía incoherente que las cosas resultarán así.

-Mina, el amor de tu vida y tu alma gemela somos dos personas diferentes-

-¿Recuerdas aquel día, Mina? Cuando juntas, aquel atardecer hablábamos de nosotras, de amor... De el camino y el destino...- Chaeyoung quería asegurarse de que Mina comprendiera sus pensamientos, aún si perdía su ultimo respiro en el intento.

-Hay personas que son el camino, que te guiará a tu destino- Chaeyoung tomo la mano de Mina entre las suyas y las acaricio con todo el amor que sentía. - Yo te dije que tú eras mi alma gemela y el amor de mi vida, así como mi destino... Porque ¿Oh, mi amada Mina! Jamás en mi corta vida ame y amaré a nadie como te amo a ti, eres y siempre serás todo lo que mi corazón y alma desean para ser feliz, conocí lo más precioso de la vida contigo y no me arrepiento ni siquiera de un solo día a tu lado. Lo eres todo para mí, mi corazón me lo dice cada día- y sin poder aguantar más, tragó dificultosamente el nudo en su garganta y continúo. -Pero... Para ti no es así, y ahora entiendo porqué siempre me llamaste únicamente tu alma gemela; yo tengo la dicha de ser eso por todas las razones que te di para amarme, por los momentos y las nuevas experiencias, por sanar juntas. Siempre desee escucharte llamarme el amor de tu vida, pero se que eso nunca sucederá, porque ya hay alguien ocupando ese lugar en tu corazón y aprendí a vivir mis últimos días con ello- confesaba Chaeyoung.

Las lágrimas de Mina tampoco pudieron evitarse más tiempo, saliendo y haciendo contacto con las manos de Chaeyoung que aún sostenían las suyas.

-Y así como entendí que soy tu alma gemela, también entendí que soy tu camino Mina... Soy el camino hacia tu destino, y tu destino está allá afuera, con esa persona que te ayudó a levantarte cuando decidí irme, con esa persona que cuido a nuestra Tzuyu con su vida, con esa persona a la que tú decidiste proteger con la tuya... Nayeon está ahí afuera, esperando por ti- agregó.

-Chaeyoung...- susurro la abogada con sumo dolor.

-Con o sin mi muerte, sé que sus caminos se hubieran vuelto a juntar. Es como si todo hubiera estado escrito- dijo aquello, tomando un dificultoso respiro. - y yo fuí las letras que aseguraron ese destino, Mina... así que me gustaría que fueras sincera con la pregunta que quiero hacerte el día de hoy... ¿Te hubieras enamorado si no fuera Nayeon con quién viviste todo esto?- Chaeyoung miraba firme a la abogada.

Y aquello hizo sobresaltar a Mina, pensó en todo lo dicho por Tzuyu y Chaeyoung. Lo que había ocurrido con Nayeon, cada momento, las risas, la tristeza, los momentos duros en los que se necesitaron la una a la otra, el como tras cada día una era el consuelo y el lugar seguro de la otra, cómo la confianza era tan fuerte.... Jamás hubiera confiado a alguien más su vida, su hija, su corazón... Mina lo sabía, jamás hubiera sido la situación, simplemente ocurrió porque se trataba de Nayeon.

-No...- dió su respuesta, siendo totalmente sincera, cómo Chaeyoung se lo pidió.

-Todo se convirtió en lo que es actualmente porque es Nayeon de quién se trata, nadie te detiene si hoy decides irte a los brazos de alguien más, con todo mi corazón deseo que ese alguien pueda hacerte feliz, porque ese es mi último deseo. Pero quiero que consideres esto, Nayeon fue quien le dió significado a todo...- Mina bajaba la mirada, comprendía lo que Chaeyoung trataba de decirle.

Si bien lo que Nayeon y Chaeyoung habían hecho no era lo correcto, comprendió las razones de Chaeyoung y ahora solo quedaba escuchar las de Nayeon, para saber si de verdad podía perdonar todo.

Ella quería perdonarlo todo.

Mina simplemente miró a Tzuyu, quien parecía preocupada todavía y tocó con suavidad su hombro para que la mirara de vuelta.

-¿Y tú Tzuyu? ¿Estás bien con esto, realmente quieres esto? A Nayeon en tu vida- preguntó, dedicándole una expresión tranquila y sincera.

Tzuyu pareció pensar un par de segundos, para después soltar una pequeña sonrisa.

-Yo... Lo quiero, porque quiero mucho a Nayeon. Pero...- Está vez es Tzuyu quien hace que Mina la mira fijamente. -No quiero que hagas esto solo por mi y por mamá Chaeng; quiero que también pienses en lo que dice tu corazón. Así que, ¿Tu lo quieres? ¿Amas a Nayeon pese a todo?- preguntaba la Taiwanesa.

Mina se sorprendió por la seria pregunta de Tzuyu, su corazón se agito y el cosquilleo en su estómago se hizo presente tan pronto termino de entender la pregunta.
Instintivamente mira a su esposa Chaeyoung, quien le dedica una tierna sonrisa una vez más y con su mano libre, acaricia la mejilla de la abogada.

-No lo retengas más, mi amada Mina- la voz de Chaeyoung acaricia sus oídos.

Y dejando escapar un fuerte suspiro, Mina decide responder.

-Si, sin importar nada, y aunque los años estén en contra... Amo a Nayeon tanto...- Ante las palabras de Mina, Chaeyoung sólo baja la mirada, su rostro es melancólico y sus lágrimas de alivio y dolor.

Mina nota la reacción de Chaeyoung al decir que ama a Nayeon, por lo que decide hacer lo que su corazón le pide. Con calma lleva su mano hasta la barbilla de Chaeyoung y con suavidad la hace mirarse nuevamente frente a frente, Chaeyoung no entiende que es lo que Mina hace.

-Amo a Nayeon tanto... Tanto como te amo a ti- confiesa con total sinceridad.

Y aquello fue todo lo que Chaeyoung necesitó para que sus lágrimas no pararan, y la sonrisa de su rostro se ampliará más. Esa inexplicable sensación que sintió durante semanas, comenzaba a difuminarse, dándole paso a la calma.
Finalmente, con aquella sonrisa, la más sincera que había expresado desde hace mucho, Chaeyoung le dijo a la japonesa:

-Mi amada Mina... Mi amor, entonces, si la amas con tal intencidad, quédate a su lado-

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Nayeon simplemente permanece sentada en el suelo, mirando un punto inespecífico en el inmenso suelo blanco del hospital. Su mente decidió que lo mejor era dejar de pensar y prepararse para lo peor.

Eso es lo que estaba haciendo.

Su mente era un caos que hace tanto no experimentaba, que el bullicio del hospital no era suficiente para enardecer sus oídos.

Todo cambio en su interior cuando la puerta frente a ella comenzó a abrirse. Nayeon entonces levantó la vista, tratando de saber quién era la siguiente en salir de ahí.

Su corazón nuevamente se volvió presa de los nervios y la angustia, al ver la silueta de su amada comenzar a salir de aquel cuarto y cerrar la puerta tras de sí.

Nayeon tan pronto vio a Mina fuera de la habitación, se comenzó a incorporar, sacudiendo sus ropas, sin despegar un solo momento su mirada del rostro de la abogada.

Su mirada es insistente, deseosa de que Mina por fin le diga algo, lo que quiera que sea vaya a decirle. Cuando la japonesa se planta frente a frente con ella, Nayeon espera que la abogada comience a gritarle, que la mire con furia como aquella mañana... Incluso espera una bofetada de ella, cree que la merece por haber traicionado a Mina, por mentirle. Incluso ante la mirada seria de Mina, está dispuesta a aceptar que rompa su relación en ese mismo instante, pero al menos desea decirle que la ama una última vez.

Lo único que Nayeon no está dispuesta a hacer, es a seguir siendo una cobarde.

Para su sorpresa, ningún regaño sale de los labios de Mina, y la mano que dirige la japonesa hacia ella no va directo a su rostro. Mina con calma, acerca una de sus manos, para tomar alguna de Nayeon.

-Escuché lo que Tzuyu y Chaeyoung tenían que decirme. Así que ahora, es tu turno, escucharé todo lo que tengas que decirme ahora mismo...- Mina aclara y después guarda silencio, esperando por Nayeon.

La mente de la coreana se activa nuevamente, trata de entender que es lo que sucede y que pretende Mina con aquella calma que la tiene inquieta. Busca las mejores palabras para decir, pero no llega a nada que la convenza.

¿Y si Mina la estaba probando? ¿Y si solo quería que se fuera y nunca más verla?

Los pensamientos caóticos volvían con fuerza.

Pero la caricia que Mina proporcionó en su mano, ante su silencio, ayudó a que diera el primer paso.

-Mina... No voy a mentir más, si esta es mi última oportunidad de ser sincera, así será, y lo que quiero decirte ahora mismo, es que respetaré tu decisión, sea cual sea- comienza a hablar, confundiendo un poco a la japonesa. -Confio en qué Chaeyoung y Tzuyu te han dicho absolutamente toda la verdad y en cuanto a mi, asumiré las consecuencias- continúa.

La abogada sigue confundida, Nayeon realmente no desea hablar de lo sucedido, ni una excusa, confía plenamente en que su familia le ha dicho verdades y asumirá todo lo que le corresponda.

Mina sonríe levemente, tal parece que Nayeon está dispuesta a proteger ciegamente a Tzuyu y Chaeyoung.

-¿Y si ellas me dijeron alguna mentira y te han parado como la peor persona? ¿También aceptarás las consecuencias?- pregunta inteligentemente.

-Las conozco, tu misma las conoces más que yo... Se que hicieron lo que debían y eso está bien- afirma Nayeon.

-Sabes cómo pienso... Siempre amé de ti que supieras leer mis estratégias. Tzuyu y Chaeyoung me han dado sus razones para hacer esto, ahora quiero escuchar las tuyas- Mina trata de darle calma a Nayeon con aquello, y parece funcionar, pues la expresión decidida de la coreana pasa a una de ligera sorpresa.

La castaña está sorprendida de que Tzuyu decidiera asumir lo suyo sin afectarla en absoluto. Tzuyu decidió protegerla también.

Entonces, Nayeon vuelve a sentirse nerviosa y abrumada, pues, es el momento de la verdad. Lo que sea que diga aquella tarde, decidirá si Mina se queda o se va.

-Nunca fui muy lista, nunca fui alguien que estuviera a tu altura Mina. Pero supimos convivir de una forma que jamás llegué a imaginar. Te amo con locura, te adueñaste de todo mi ser con el simple hecho de colocarme una bufanda en el cuello y protegerme de la nieve con tu paraguas...- comenzaba a hablar la castaña con más fluidez.

Nayeon correspondió el agarre de Mina con completo cariño, dando leves caricias con sus dedos.

-Esto no se trató de cumplir el último deseo de Chaeyoung solamente, porque para mí, antes que ella estás tu... Esto se trató de mí intentando ser una mejor persona para mí misma, para ti, para esa niña que tanto amo también. Esto se trató de redimir mis errores contigo, porque te amo, porque no eres un vergonzoso secreto Mina, porque para mí tu eres mi único amor, la única a la que elegiría en esta vida y en todas las que yo pudiera existir... lo eres todo- Nayeon soltaba aquello, logrando que la sorpresa en el rostro de Mina se hiciera presente, al mismo tiempo que sus ojos parecieron lagrimear.

"-No quiero esconderme... ¡No soy el vergonzoso secreto de nadie!-"

"- Escúchame bien, Nayeon. El día en que tengas que decidir entre mi amor y el de alguien más... no me elijas a mí-"

Mina recordaba lo que le gritó a Nayeon aquella tarde en que hablaron por última vez, antes de la graduación de Mina. La tarde en que sus caminos se separaron.

-Con o sin tu amor, nada cambiará que piense que para mí, seas el amor de mi vida- finalizaba Nayeon.

Mina no pudo evitar sentir que sus lágrimas saldrían en cualquier momento. Las palabras de Nayeon tenían tanto significado para ella, porque cada cosa que Nayeon declaró, se encargó de demostrarle con sus acciones que era lo más honesta posible, tanto con ella como consigo misma.

Mina creía aquellas palabras más fuerte que nunca.

La abogada sonríe ante lo dicho por Nayeon y simplemente acaricia la mano de la coreana de vuelta, para proseguir con una pregunta más.

-¿Tu crees que habría alguien en el mundo que me ame tanto como tú dices hacerlo?- la japonesa sonreía levemente a Nayeon, quien simplemente bajo la mirada apenada, pero rápidamente volvió a verla, con una cálida sonrisa.

-Antes hubiera pensado que nadie te ama tanto como yo en este mundo. Pero ahora se que no es así...- comienza, notando la mirada cristalina de Mina. -Conocí a alguien sumamente maravillosa y especial, que te ama con la misma intensidad que yo... Chaeyoung lo hace- declaró Nayeon.

Mina simplemente sonrió a la coreana, y dejo que sus lágrimas por fin cedieran, bajando poco a poco la cabeza y dejando salir el llanto poco a poco.

Mina lo sabía, Chaeyoung la amó, la ama y siempre la amará... Mina también la amaba, al igual que a Nayeon. Pero el precio de poder amar al amor de su vida, era perder a su alma gemela para siempre.

La japonesa entonces soltó las manos de Nayeon y se acercó, para que la coreana la abrazara, cosa que la mayor hizo. Envolviendo entre sus brazos a una melancólica y triste Mina, que se aferraba a ella, dejando salir todo esos sentimientos.

-Va a morir Nayeon... Hizo tanto por mi y no me va a alcanzar la vida para agradecerle- Mina simplemente se lamenta entre los brazos de Nayeon. Cayendo por fin en cuenta de que Chaeyoung se irá sin vuelta atrás.

-Le has agradecido, haciéndola feliz, dándole una familia... Amándola. Ella sabe lo que significa para ti- Nayeon simplemente contiene las lágrimas y acaricia la espalda de Mina, reconfortando a su amada todo lo que le sea posible.

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Chaeyoung tiene a Tzuyu recostada a su lado, acaricia su cabello mientras hablan, esperando a que Mina y Nayeon vuelvan juntas, cómo se los prometió la pelinegra.

-Ha sido un día difícil. Lleno de emociones, seguramente estás agotada- Chaeyoung le dice a su hija, quien simplemente se acurruca más a ella.

-Lo es, pero seguramente tú tambien estas agotada ya- responde Tzuyu, soltando un suspiro.

Permanecen en silencio un breve momento, para después, simplemente suspirar.

-Me pregunto cómo será allá, esa otra vida- suelta sin más Chaeyoung.

-Seguramente es un lugar hermoso, un paraíso soñado- responde la menor.

-No necesito un paraíso, Mina y tú hicieron de esta vida mi verdadero paraíso... Así que francamente, puedo irme en paz- contesto la artista con completa sinceridad, sintiendo como la Taiwanesa se aferra más a ella.

-Entonces ¿Que debo hacer cuando quiera pensar en ti, en cómo estas y dónde estaras?- Tzuyu parecía realmente melancólica, su voz era suave y agradable.

-Cuando pienses en mi, imagina que estoy de viaje, que un dia estaré a tu lado nuevamente y me podrás dar todos los besos y abrazos que tanto extrañabas y que yo estaré esperando con ansias- y con esas palabras, besó la frente de su amada hija.

Nuevamente permanecieron en silencio un breve momento, para después escuchar ruido hacia la puerta de la habitación, ahí, ambas levantaron la mirada, solo para poder ver cómo Mina y Nayeon ingresaban a la habitación con más calma y tras ellas, Dahyun volvía a la habitación; pese a eso, madre e hija podían apreciar en ambos pares de ojos, que habían llorado hasta hace poco y en la mejor amiga, una preocupada mirada.

Dahyun decide entrar sin más y acercarse hasta un costado de la camilla, dónde Tzuyu descansaba con Chaeyoung y permanecer ahí, expectante, con el simple objetivo de permanecer junto a su mejor amiga y ya.

Se miran entre todas en silencio y finalmente, Mina se aparta de Nayeon, para dirigirse hacia la camilla de Chaeyoung y poder estar cerca de ella, tenía algo más que decirle.

Con cuidado, sujeta la mano de Chaeyoung entre las suyas, mientras la mujer en la camilla la mira con una débil sonrisa.

-Entiendo todo lo que ha pasado Chaeng. No te culpo de nada, a ninguna de ustedes...- aclara Mina dedicándole una pequeña mirada a Dahyun, que simplemnte responde con una sonrisa de medio lado. - Simplemente no me queda más que decirte algo más...- Mina comienza, dándole una mirada a Nayeon está vez.

La coreana simplemente sonríe de vuelta, indicando con la mirada que no intervendrá en absoluto. Entonces Mina, toma por fin el valor de hablar.

-Fuiste el mejor viaje que pude tener Chaeyoung. Un viaje que amé con gran parte de mi corazón, el cual te seguirá perteneciendo y te seguirá a donde sea que vayas...- Mina sujetaba la mano de Chaeyoung, quien la miraba con lagrimas en los ojos, recostada en aquella camilla. -No pude tener ni pedir algo mejor ni aunque lo intentara. Fuiste, eres y seguirás siendo mi alma gemela hasta el día en que dé mi último suspiro- con sus temblorosas manos, víctima de un inútil intento de contener su llanto desconsolante, elevó la mano que sujetaba de Chaeyoung y la llevo hasta sus labios, besando la pálida y tibia piel de la coreana. -Gracias, gracias por las sonrisas, gracias por las promesas, por el amor incondicional... por darme una familia y criar a una hermosa niña junto a mí. Gracias por ser la más hermosa casualidad en mi vida- poco a poco, Mina se acercaba a ella, sentándose a la orilla de la cama de la coreana y sujetando con ambas manos el rostro de Chaeyoung, lo acercó al propio, depositando sus labios contra la frente de la menor, liberando ante el contacto sus lagrimas contenidas y dolosas nuevamente. - Gracias por llevarme a mi destino...-

-Para mi, no hubo mejor fortuna que haber tenido el honor de ser tu esposa, ser tu camino, tu alma gemela- contesta Chaeyoung mientras acaricia de vuelta la mejilla de Mina, llevándose una lágrima de la japonesa consigo. - Myoui Mina, gracias por ser mi gran amor- y con eso último, Chaeyoung depositaba un beso más sobre la mano de la persona que amaba.

Ese fue el momento exacto donde, finalmente, Mina y Chaeyoung se despedían de su amor.

Mina permaneció a su lado, mientras Chaeyoung soltaba una dolorosa tos, antes de incorporarse un poco y mirar a todas las presentes, una por una, dedicándoles una gran sonrisa.

-Todas ustedes hicieron de mi vida algo maravilloso, incluyendote, Nayeon- comenzó a hablar, dirigiéndose a todas las presentes, la sonrisa en su rostro dejaba ver qué pese a toda la situación, ella de verdad se sentía feliz. -Si la reencarnación fuera una realidad, convertiría en un deseo más volverme a encontrar con ustedes y que sean parte de mi vida, sea como un destino, un alma gemela, cómo madre o como amiga- las demás se sentía conmovidas por las palabras de Chaeyoung y el cómo las expresaba, hacía que cada una se sintiera tocada.

La coreana suspiró dificultosamente, mientras se incorporaba un poco en la camilla, centrándose en ella y dándole más espacio a Mina y Tzuyu.

-Por favor, vengan las dos... Hace tanto tiempo que deseaba abrazar a mi familia que, ahora que ya puedo, no quiero esperar ni un minuto más- pidió, dando un par de palmadas a sus lados, indicándole a Mina y Tzuyu que le dieran un abrazo.

Ambas hicieron lo que Chaeyoung les pidió, acercándose y acurrucandome con ella. Tzuyu recargando su cabeza sobre el hombro de la artista, y Mina permitiendo que Chaeyoung recargara su cabeza contra su pecho.

Dahyun y Nayeon se miraron un breve momento, pensando que quizá lo mejor es dejar a la familia un momento a solas, por lo que se encaminan hacia la salida.

-¿Se van? - pregunta Chaeyoung primeramente, viendo a ambas chicas a punto de salir.

-Dahyun y yo necesitamos un bocadillo, así que volveremos en un momento- responde Nayeon, dedicándole una calmada sonrisa a la artista.

-Si, no tardaremos, te lo prometo- está vez responde Dahyun.

Y sin más, ambas salen de la habitación, permitiendo un momento de privacidad a Chaeyoung.

Caminan en busca de la cafetería del lugar, en silencio la una al lado de la otra. Nayeon se pregunta porque la pálida chica tiene aquel semblante tan entristecido.
Por otro lado Dahyun desea saber cómo es que Mina terminó sabiendo lo todo, aunque es algo tímida aún para preguntarlo.

-Comprare algo de café. Nos vendría bien- Dahyun menciona primeramente.

-Llevemos uno para Mina y algún jugo para Tzuyu. Estoy segura que ninguna ha comido nada desde que están aquí- Nayeon menciona, mientras comienza a buscar en sus bolsillos su cartera.

Dahyun sonríe ante las acciones de Nayeon.

-Simplemente nunca dejas de pensar en ellas ¿Eh? Creo que Chaeyoung eligió muy bien- menciono la chica, provocando un pequeño rubor en Nayeon.

-Es inevitable, siempre piensas en lo que te hace feliz- contesta sonriendo genuinamente.

Dahyun solo sonríe y baja la mirada, es en ese momento en el que Nayeon descubre que Dahyun sabe algo que no le ha dicho a nadie, por lo que se acerca a ella y posa su mano suavemente sobre el hombro de la más baja, mirándola con calma.

-Me hace feliz que Chaeyoung pueda tener este momento con su familia. Pero algo me inquieta y es tu semblante ¿Paso algo?- pregunta directamente a la enfermera, quien simplemente suspira.

-Soy quien no se ha apartado de Chaeyoung durante todo este proceso... Incluso antes, cuando éramos adolescentes, siempre estuve con ella hasta que su leucemia sanó la primera vez- comenzaba a hablar y poco a poco miró a Nayeon, no pudo evitar que cayeran las lágrimas. - El tiempo se terminó Nay... Sucederá en cualquier momento-

Nayeon entonces entendió que era lo que tenía con ese semblante a Dahyun... Y saberlo también causó conmoción en su interior.

Decidieron no hablar más al respecto, y comprando lo que necesitaban, decidieron volver a la habitación, dónde, en la entrada, una enfermera estaba por entrar.

-Disculpe ¿Son familiares de la paciente Son Chaeyoung?- preguntó la mujer.

-Si ¿Sucede algo?- respondió Nayeon.

-Nada en especial, solo quería informarles que la hora de visita terminó, por favor, salgan en cuanto sea oportuno- informa a lo que simplemente asienten.

Cuando ingresan a la habitación, encuentran a Chaeyoung riendo junto a Tzuyu y a Mina observando las con cariño.

-Trajimos algo para que coman- Dahyun se acerca a entregar el jugo a Tzuyu.

-Tambien nos acaban de decir que la hora de visita terminó. Así que ya es momento de irnos- agrega Nayeon mientras entrega el café a Mina.

Chaeyoung parece algo triste al respecto, por lo que mira a Dahyun de inmediato.

-No quiero que se vayan aún ¿Crees que podrías hacer algo?- pregunta a su mejor amiga, quien parece suspirar.

-No estoy segura, trataré de convencerlos ¿Te parece bien? Denme un momento- menciona y sale nuevamente de la habitación.

El resto permanece esperando, hasta que la pálida enfermera regresa con una calmada sonrisa.

-¿Que te dijeron?- pregunta Nayeon.

-Por esta ocasión permitirán que se quede una persona extra, Tzuyu no puede quedarse, ya han hecho mucha excepción dejándola pasar siendo menor- explica, a lo que todas miran a Chaeyoung.

-Esta bien si ¿Permites que sean Nayeon y Mina quienes se queden está noche? Solo está noche- la forma casi suplicante en la que Chaeyoung lo pide, hacen que Dahyun no pueda decirle que no.

-Bien, solo si Tzuyu está bien con quedarse conmigo está noche- aceptaba, mirando a la menor de todas, quien simplemente asintio. -Bien pues, es hora pequeña, despídete- dice Dahyun.

Tzuyu simplemente mira a Chaeyoung y tras acercarse, deposita un beso en su mejilla.

-Duerme bien mamá, te amo mucho- dice la Taiwanesa a su madre coreana, quien le sonríe con amor.

-Y yo te amo a ti, Tzuyu. Nunca lo olvides- responde la artista, acariciando una última vez la mejilla de su hija, antes de que está se levanté de la camilla y vaya con Dahyun.

Por su parte, Dahyun también se acerca a despedirse.

-Espero que por fin tengas calma. Duerme bien y mañana conversamos ¿Te parece bien?- le decía a su mejor amiga, quien le sonrió también y elevando débil ente su mano, ambas chocaron puños.

-Claro que si, gracias por todo Dahyun-

Y tras aquello, Dahyun y Tzuyu abandonan la habitación, dejando únicamente a las tres chicas restantes en ella.
Mina permanecía aún en la misma posición, acurrucando a Chaeyoung y acariciando su cabello. Mientras tanto, Nayeon se sentaba en el pequeño sofá a un lado, dónde podían descansar las visitas.

Nayeon las escucha hablar y hablar, poniéndose al día la una con la otra, en ocasiones escucha como Chaeyoung tose y toma pequeños descansos, para después seguir conversando.
Se siente celosa, pero agradecida de que no haya que mentir más, por fin puede tener calma, por fin el deseo de Chaeyoung se había cumplido por completo y eso estaba bien.

Sin percatarse de cuánto tiempo pasó, Nayeon por fin levanta la vista hacia su amada y Chaeyoung, dónde parece que después de hablar y hablar, Mina se quedó dormida, y Chaeyoung le miraba a ella.

-Lo hiciste, Nayeon... Gracias a ti, mi última voluntad es una realidad- dice la artista con voz baja, llamando la atención de la castaña.

-¿Tu me agradeces a mi? Dios Chaeng... Soy yo quien te tiene que agradecer a ti. Antes de que me encontraras en ese local, mi vida apenas tenía algún sentido. Gracias a la oportunidad que me diste, no solo pude remediar un sinfín de dolores, pude quitarme esos grilletes que me tenían anclada a un lamentable pasado. Pude encontrar nuevamente el sentido a mi vida... Hiciste que quiera vivirla más que nunca- contesta con total sinceridad, dedicándole una sonrisa amplia y amable, llena de cariño.

-Así tenía que ser... No podría pedir un mejor final- la rubia menciona, tomando un bocado más de aire, simplemente le indica con su mano a Nayeon que se acerque.

La castaña se levanta de su lugar, sin hacer mucho ruido para no despertar a Mina, y finalmente logra ponerse al otro lado de Chaeyoung, dónde está toma su mano.

-Gracias por quedarte a su lado... Gracias por quedarte a mi lado, amiga mía...- Tras las palabras de Chaeyoung, Nayeon solo sonríe, mientras traga el doloso nudo en su garganta.

-Gracias a ti, por haber cruzado nuestros caminos- y con ese cariño tan recíproco, Nayeon agradecía también a la artista por todo.

Más tarde, cuando Nayeon también cayó rendida en aquel sillón, Chaeyoung sólo se permitía estar en silencio, escuchando su sonido favorito, el corazón calmado de Mina y su respiración al dormir. Ella aún la acurrucaba entre sus brazos.

Chaeyoung abre los ojos lentamente, tiene demasiado sueño también. Por lo que la última petición del día, es mirar otra vez el rostro dormido de Mina.
Siempre tan hermosa como siempre la recordó.

"-Nunca creí en ese cuento cursi de tener una persona destinada a cruzarse en mi camino, no hasta que te conocí y sentí que nuestras piezas rotas encajaban perfectamente la una con la otra. Tu llegada me quitó toda duda que alguna vez pude tener, Mina. Nadie más que tú pudieron hacerme tan feliz y demostrarme que se puede amar con el alma-"

Aquel pensamiento cruzo su mente mientras observaba el rostro dormido de Mina y finalmente, sin poder más contra el sueño que sentía, Chaeyoung cerró sus ojos y suspirando, cayó dormida en los brazos de su amada.

.

Algo comenzó a irrumpir su sueño, poco a poco fue abriendo los ojos, notando la tenue luz que iluminaba la habitación. Pese a tener tanto cansancio y sueño, talla sus ojos en más de una ocasión para poder despejarse y poner atención.

Poco a poco el sonido comienza a ser más claro, así como su visión y cuando Nayeon por fin reacciona y se levanta de aquel sofá, mira hacia la camilla de dónde provenían el ruido que la despertó.

Ahí estaba Mina, permaneciendo en la misma posición. Acurrucando a Chaeyoung contra su pecho, acariciando su cabello rubio. Nayeon siente que su corazón se detiene al mirar los electrodos del monitor en el suelo y no conectados a la artista.

Rápidamente se acerca hasta la camilla y logra percatarse de el rostro empapado en lágrimas de Mina, contrario al de Chaeyoung, quien aún dormida, tiene una suave sonrisa en los labios.

-Chaeng...- es lo único que Nayeon puede susurrar, al percatarse finalmente de lo que había ocurrido, y tan pronto lo descubrió, sus lágrimas se comenzaron a derramar inmediatamente, al igual que Mina, quien con voz quebrantada susurra:

-Se ha ido Nayeon... Chaeyoung se ha ido...-
.

.

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🐯

Buenas, tarde en escribir este capítulo porque ah~ fue un poco complicado, pero como tenía que ser, Mina y Chaeyoung debían despedirse de su amor.
Me inspire un poco en "Saihate" de Vocaloid y por supuesto en "Promise" de Twice para este capítulo.

En fin, el próximo capítulo es el final definitivo de la historia.

Muchas gracias a todos los que votan y comentan, incluso a los que solo vienen a leer. De verdad se los agradezco muchísimo ❤️

Tengo dos historias Minayeon iniciadas en borradores, y francamente no me decido a cual debería ser la siguiente.

Por una parte tengo a "Bully" dónde Mina es una muy problemática chica que tras varias expulsiones, es enviada a una escuela donde "prometen reformarla" pero realmente los maestros y personal son la menor de sus preocupaciones cuando quienes controlan esa escuela son los bandos de alumnos dentro de ella. Mina es la chica nueva entre una escuela llena de excluidos y abusivos, eso la convierte también en el juguete nuevo.
Pero, quizá Mina no es tan indefensa cómo todos creen.

Y por otro lado tengo "Jeonseol" la protagonista es Jeongyeon pero el ship principal es MiNayeon claramente. Básicamente, Jihyo es una adivina que ve una catástrofe ocurrir pronto y la única que puede detenerla es Jeongyeon a la que llama "la séptima heroína" pero para hacerlo necesita juntar a las otras 6 heroínas. Jihyo le proporciona un ser guia que es Nayeon para encontrar a las 6 heroínas, pero una de ellas no es precisamente heróica y buena. Jeongyeon y Nayeon deben convencer a la 4ta heroína Myoui Mina de unirse a su cometido y buscar a las otras 5. Pero ¿Cómo convences a una ladrona y asesina de ayudarte a hacer el bien?

En fin, me encantaría que me dieran su opinión, si les nace hacerlo. Nuevamente gracias por todo ❤️

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