Capítulo 28 "Solo un día"
Su corazón pareció detenerse de repente, las palabras dichas por Dahyun hicieron que entrara en una conmoción total. A través de su teléfono celular solo podía escuchar los tenues sollozos de Dahyun y el sonido de lo que parecía ser un lugar ajetreado como lo era una sala de emergencias.
Su garganta se secó, lo noto en cuanto intento articular palabra y no pudo hacerlo, apretó un poco su celular entre sus manos y respiró hondo. Necesitaba reaccionar ya e ir con Chaeyoung.
-¿E-en dónde están ahora mismo?- por fin, después de tortuosos segundos, pudo articular.
-El hospital central, es el más rápido...- respondió con voz débil la coreana pálida. Nayeon entonces miró la hora en su teléfono y soltó un suspiro.
-Entiendo, llegó en 15 minutos, por favor no vayas a dejar a Chaeyoung sola- fue lo único que pidió Nayeon y enseguida colgó el teléfono celular.
Rápidamente se dirigió hacia donde dejaba su bolso, el que siempre llevaba a casa de Mina y comenzaba a buscar algo para abrigarse. Mina bajó despacio, observando como Nayeon parecía algo nerviosa y presurosa, lo cual la intrigo un poco.
-¿Pasa algo malo?- llamó a Nayeon, quien dio un ligero brinco al ver a la japonesa de vuelta con ropa más cómoda.
-¡Dios me asustaste!- Nayeon respondió primeramente para después colocarse su suéter. -Surgio un asunto que debo atender de inmediato, creo que no podré acompañarte a cenar, Mina. Lo siento- se apresuraba a disculparse para después dirigirse hacia la salida del hogar Myoui, la japonesa la siguió detrás.
-P-puedo llevarte... Parece algo urgente así que...- Mina se ofreció, pero Nayeon no la dejó terminar de hablar.
-P-puedo ocuparme de esto sola Minaya, tranquila- Nayeon la detuvo dedicándole una amable sonrisa.
Cuando conecto su mirada con la de la japonesa, pudo observar preocupación genuina, cariño y algo más... Como si Mina no la quisiera dejar ir por algo.
Conocía tanto aquella mirada que estaba segura que Mina deseaba decirle algo.
-¿Realmente tienes que?-nuevamente salió la duda y timidez en la voz de Mina, haciendo que Nayeon sonriera, pues que la japonesa actuará así se le hacía algo sumamente adorable.
-¿Que pasa Mina? ¿Hay algo que deba saber?- preguntó de vuelta Nayeon, notando como la abogada solo desviaba la mirada de ella y soltaba un suspiro resignado.
-Puede esperar... Ve a atender tu emergencia, anda- fue lo que respondió Mina, dejando ir finalmente a Nayeon, quien muy a su pesar asintió y soltó la mano de Mina.
La castaña simplemente se apresuró a dejar la casa sin voltear atrás, apresurandose hacia la calle y detener el primer taxi que viera. Para su fortuna no pasó mucho para por fin encontrar uno, que de inmediato la comenzó a llevar al hospital central de Seúl.
En el camino no dejaba de rondar por su mente el como estaría Chaeyoung, si ella aún estaba con ellos. No sé perdonaría si Chaeyoung se iba sin ver su último deseo cumplido.
Se recriminó a si misma el no haber podido decirle a Mina que la amaba, estaba sumamente asustada de la respuesta que recibiría de ella. Quizá ella solo era amable, quizá ni siquiera había dejado de amar a Chaeyoung; tal vez salía con Lisa con quien tomaba café los sábados después del trabajo y no le había contado por qué Mina era tímida... O quizá Mina correspondía, quizá Mina estaba esperando por ella, quizá Mina iba a confesar sus sentimientos esa noche y no lo hizo porque Nayeon tenía que irse.
Pensó en tantas cosas que simplemente logró frustrarse más al respecto.
"-Cobarde... Una cobarde como tú no merece ser amada...-" pensó para sus adentros mientras sujetaba con sus dedos el puente de su nariz. "-Si solo por un día dejaras de ser cobarde...-"
-Señorita, llegamos- informo el conductor del taxi, estacionándose en el lugar mar cercano a la entrada.
Nayeon solo busco rápidamente entre su bolsillo su billetera y pagó. Una vez abajo, corrió hacia el interior del hospital, específicamente hacia el área de espera, dónde se suponía estaría Dahyun, y tal como esperaba, comenzó a escanear con la mirada el lugar, hasta que por fin dió con la chica.
Ella aún estaba uniformada con su ropa del trabajo, permanecía sentada en la sala mientras cubría su rostro con ambas manos. Nayeon no estaba segura de si Dahyun lloraba o solo trataba de calmarse.
Fuera como fuera, simplemente decidió acercarse para posar su mano sobre el hombro de Dahyun, llamando su atención rápidamente. Cuando la menor levantó la vista, Nayeon pudo ver en esos ojos dolor sin igual, derramándose lágrima tras lágrima.
-N-Nayeon...- susurro el nombre de la castaña y seguida de ello, se levantó, abrazándose a la más alta, quien tras reaccionar con sorpresa, devolvió el abrazo. -Fue horrible, verla comenzar a toser sin parar, el como escupió sangre tras cada esfuerzo... Tuve que reanimarla mientras esperaba la ambulancia, casi se me escapa su vida entre las manos- decía sin dejar de llorar y mientras aún abrazaba a Nayeon.
La mayor podía sentir cada desgarradora palabra de Dahyun, como si cada palabra pudiera trasmitirle a viva voz lo que ella había experimentado al ver a Chaeyoung en aquella situación. Sus ojos se humedecieron.
-Lo siento tanto... Ella aún...- Nayeon trataba de tentar lo sucedido, a lo que Dahyun simplemente negó.
-Aun está con nosotras, pero el médico dijo que todo pintaba muy mal... Sé que voy a perderla pero, no estoy lista aún...- y con eso último, Dahyun por fin se separaba del abrazo que Nayeon le daba, mirando a la mayor a los ojos. -Ella ha estado sintiéndose muy mal últimamente, los analgésicos ya no le quitan el dolor tan intenso que tiene. Le dije que había que ir al médico pero se negó rotundamente. Hoy cuando llegue del trabajo, la encontré tosiendo sangre y de un momento a otro se desplomó al suelo... Ella no respiraba- Siguió explicando entre su tristeza y nerviosismo.
Nayeon no podía creerlo, no espero que Chaeyoung fuera a sufrir un ataque como ese, estaba realmente preocupada por lo que fuera a pasar.
Antes de decir algo más, el médico tratante se hacía presente, llamando la atención de Dahyun y Nayeon, quienes acudieron a él de inmediato.
-Son familiares de la señorita Son Chaeyoung ¿Verdad?- preguntó a lo que ambas asintieron. -Entiendo, hemos logrado estabilizarla en medida de lo posible, pero lamentablemente no hay garantía de que se mantenga mucho tiempo. El paro respiratorio fue debido al cáncer pulmonar que sufre la paciente, la capacidad de sus pulmones es deficiente sobremanera, por lo que le colocamos apoyo ventilatorio- explicaba el hombre.
-¿Que podemos hacer?- preguntó Dahyun al hombre, quien suspiro con cansancio.
-Lamentablemente el cáncer está muy avanzado ya. Sospechamos que la falta de tratamiento provocó que su hígado también fuera afectado... No voy a mentirles señoritas, ella ya no tiene mucho tiempo- soltó. Y tras las palabras del médico, Dahyun cubrió nuevamente su rostro, soltando más lágrimas.
-No... No estoy lista para perderla- Susurró entre su llanto.
Nayeon solo apretó los puños, no podía ser verdad aquello. Sucedió tan rápido que simplemente no podía creerlo.
-Ella está sedada debido al intenso dolor, pero si gustan, pueden pasar a verla- dijo el médico antes de retirarse.
Dahyun y Nayeon se dirigieron a la habitación indicada en el área de cuidados intensivos.
Lo que Nayeon vio al cruzar la puerta estrujó su corazón. Ahí estaba Chaeyoung, recostada en aquella camilla, conectada a un gran número de cosas, desde soluciones para darle medicamentos, hasta una transfusión de sangre, y por supuesto, la mascarilla en su rostro, aquella que le daba oxígeno.
Jamás la había visto tan pálida, jamás había notado tan oscurecidos sus párpados y el área bajo sus ojos... Jamás había escuchado un ruido tan forzoso como ese en alguien que trataba de respirar.
El nudo en su garganta comenzaba a formarse rápidamente.
Lentamente caminó al lado de la coreana rubia, sin apartar su rostro del de Chaeyoung, finalmente, una vez cerca, sujeto con suavidad la mano de la menor, estaba helada y flácida, lo cual partió aún más su corazón. Y sin poder contenerlo más, simplemente dejó que sus lágrimas por fin salieran.
-Perdóname Chaeng... Perdóname por favor- rogaba mientras bajaba la mirada avergonzada. -¿Por qué confiaste tu familia a una cobarde como yo? A pesar de que he logrado que Mina vuelva a sonreír y que Tzuyu comience a tenerme agrado... Yo simplemente, no he podido ser valiente...- continuaba hablando ante Chaeyoung y con Dahyun cómo expectadora.
Se sorprendió cuando sintió como la débil mano de Chaeyoung se cerraba, tomando con suavidad la suya, así, Nayeon levantó la vista de nuevo, cruzando mirada con los pequeños, somnolientos y débiles ojos de Chaeyoung.
-Confié en ti porque... Tus sentimientos por ella arden con la misma intensidad que los míos. Porque alguien que jamás la olvidó, tiene la fortaleza de cuidar con todo su corazón lo que ama... Lo que ambas más amamos- Con voz débil y susurrante, Chaeyoung aseguraba aquello, dedicándole una muy tenue sonrisa, una que Nayeon apenas pudo percibir a través de la mascarilla de oxígeno.
-Chaeng... Lo siento mucho- Fue lo único que Nayeon pudo decir, acurrucando entre sus manos nuevamente la de la joven artista.
-Por favor... Se más valiente. Necesito que lo seas porque... Por primera vez, desde que me desahuciaron... Siento la muerte cerca, Nayeon- Ahora Chaeyoung era quien, con voz apenas audible, rogaba. -Moriré en cualquier momento y no quiero hacerlo... Si mi amada Mina y mi amada Tzuyu siguen sin alguien que las ame tanto como yo-
Nayeon bajó de nuevo la cabeza, sintiendo la humedad de sus lágrimas correr por su rostro, mientras sus manos, que aún sostenían a Chaeyoung, temblaban.
Todos confiaban en ella, en que lograría hacer que Mina la amara y Tzuyu la aceptará totalmente. Pero el camino había Sido tan duro que simplemente se encargó de hacer sus inseguridades más grandes.
Pero la mujer moribunda en aquella camilla rogaba por una última voluntad, era su deber, Nayeon había decidido cargar con los sentimientos de Chaeyoung y mezclarlos con los de ella para poder hacer feliz a Mina.
La escuela, el trabajo, el juicio... Todo había Sido un conjunto de sucesos que simplemente la hacían sentir inoportuna; no quería ser una carga para Mina. Eso era lo que creía.
Pero ahí estaba Chaeyoung, haciéndole saber que confiaba en ella, que creía en ella.
No podía defraudarla más.
-Escucha Chaeyoung... Yo confesaré mi sentir lo antes posible. Juro que en cuanto se preste la oportunidad, lo haré sin más. Pero a cambio, quiero que hagas algo por ti- y dicho aquello, Nayeon miró fijamente los débiles ojos de Chaeyoung. -Toma tu estancia hospitalaria en serio, dame un poco más de tiempo, el que te sea posible, por favor...- y con esa petición finalizaba.
Chaeyoung pensó seriamente en simplemente no hacer nada más y despedirse de este mundo. Los últimos dos meses habían Sido horribles, los dolores en su cuerpo eran desgarradores, el sentir como surgían montículos en su pecho, el como se enfermaba cada día más y de la peor forma posible.
Chaeyoung ya no quería más de eso, ella deseaba que todo terminara ya. Pero si Nayeon sería valiente pronto, entonces haría un último esfuerzo más. Daría su último aliento en ello.
Por su gran amor a Mina y Tzuyu.
-Lo haré, daré lo mejor de mi, si a cambio das lo mejor de ti una última vez...- respondió seguido de una dolorosa tos.
Aquello alarmo de inmediato a Nayeon y también a Dahyun, quien se acercó también, estando pendiente de su mejor amiga. El lastimoso quejido de Chaeyoung hizo que una enfermera ingresará a la habitación, notando que la dosificación del analgésico y sedante se terminaba.
-Lo siento señoritas, deben irse- dijo la enfermera mientras administraba una nueva dosis, haciendo que los quejidos de Chaeyoung disminuyeran hasta que nuevamente se quedará profundamente dormida.
Ambas coreanas salieron de la habitación en completo silencio, sintiendo un inmenso dolor ante lo que vieron. Era terrible y deprimente.
-Dahyun...- la mayor llamo a la pálida joven, quien prestó atención. -Por favor, prométeme que harás lo mejor posible porque ella no sufra más de lo debido- dijo aquello, como si fuera una súplica.
-Te lo juro, la cuidare como lo más preciado- respondió con decisión.
Nayeon quiso creer firmeente en qué así sería. Pero ahora no se trataba solo de luchar y promesas. Era momento de que ella por fin luchar también.
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Pasaron un par de semanas en las que Jihyo y Mina trataban de encontrar con que más poder defender a Seungkwan. Las cámaras de seguridad ya no les eran del todo útiles pues para lo que estaban destinadas aquellas grabaciones ya habían servido.
Por más que analizaron lo que en ellas había, no podían tener nada completamente nítido.
El día de mañana sería su última audiencia, era su última oportunidad, sus alegatos finales tendrían un peso crucial al respecto y no podían permitir que todo acabará tan mal, pero para su desgracia, nada estaba a favor de ellas.
Estaban angustiadas, pues todo apuntaba a una derrota humillante y a la inevitable condena de Seungkwan.
Aquel día en especial, se habían reunido en el hogar del joven empresario, ya que para su grata fortuna, la informante de Sunrise entretaiment, había conseguido algunas fotos que pudiesen ayudar.
-Aquí, esta es una de las fotos que consiguió esa joven idol- Jihyo le mostraba a Seungkwan una de las hojas con aquella imagen, en la que se podía apreciar a un hombre con las características de Jung Haesol recibiendo a los hombres de las camionetas blancas, así como cajas descargadas por estos y sin registro en el inventario posteriormente.
Seungkwan miraba la foto y sin duda alguna, ese era Jung, lo sabía por la forma en que este se quedaba de pie con su cigarrillo en la mano.
-Aquí también se puede ver una foto de uno de los registros de ventas y al compararlo con el que mostró Jung, son diferentes por el pequeño detalle de la caligrafía al colocar tu firma, la técnica es diferente. Incluso si fueses tú el que firma de forma diferente, está no es tu técnica- explicaba esta vez Mina.
Seungkwan observaba ambas imágenes con detenimiento y después soltó un cansado suspiro.
-Aun no parece que algo de esto ayude en desmentir todas esas cosas con las que nos atacaron la última vez- pasaba su mano por su cabello con frustración.
-Sabemos lo complicado que es, pero tratemos de recapitular todo aquello, creo que de alguna forma podría ayudarnos a llegar a algunos acuerdos para conseguir al menos atenuantes en el peor de los casos- Mina decía aquello, llamando la atención inmediata de Jihyo.
-¿Atenuantes? Mina ¿Te estás rindiendo?- Jihyo dijo, aunque no fue su intención, sus palabras salieron más como un reclamo.
Mina simplemente negó para después rascar con frustración su cabeza.
-¡No lo hago Jihyo! Solo... Debemos estar preparados para cualquier cosa y sobre todo... En el peor de los casos, dejar en la mejor condición posible a Seungkwan- aclaraba Mina, haciendo que la mayor se pusiera de pie con enojo.
-No puedo creer que estés diciéndome esto- dijo con molestia para después, calmar un poco su voz, no podía dejarse llevar y por supuesto, tampoco podía aferrarse a una victoria porque claramente sabía que todo apuntaba a su derrota. -Pero... Tienes razón, tratemos de buscar mejores opciones- dijo para sentarse de nuevo y comenzar a revisar el montón de papeles que tenían sobre la mesa del joven.
-8 de diciembre del año pasado, las cámaras de seguridad captan a un sujeto de características similares, rompiendo recibos que venían en las cajas traídas por Shiroi- Jihyo comenzaba a ordenar las pruebas presentadas. -Según lo acontecido, estos vendrían siendo los ingresos lavados, es por ello que se elimina la papelería- Jihyo decía, mirando a ambos.
-De acuerdo, también comentó el testigo que esta operación no le tomo mucho tiempo. Lo que también podría estar como alguna pista, alguien con quién te hayas visto durante ese tiempo, alguien que pueda confirmar que estuviste ahí y no en dónde te acusan- Mina contribuía un poco a lo dicho.
Una vez que finalizaron con aquella prueba, siguieron con la siguiente.
-2 de enero del 2022, según el registro del banco, hubo un ingreso de alrededor de 45 mil dólares en la cuenta de los socios de Sunrise entretaiment a nombre de Boo Seungkwan, lo que se traduciría como el almacenamiento del dinero entregado por Shiroi- volvía a explicar Jihyo. Seguida de eso, colocó una foto más, donde estaba el mismo hombre entrando con dos maletines al banco y después saliendo sin ninguno.
-Tambien hay una fecha del 7 de enero, dónde se dice que realizaste más ingresos de Shiroi- está vez informo Jihyo, mostrando la foto.
El chico se acercó un poco para mirarla, cuando la presencia de su esposa llegó con una charola con bebidas y bocadillos para su esposo y las abogadas, dejandola sobre la mesa y sin poder evitar escuchar esa fecha en especial.
-7 de enero, fue hermoso. Seungkwan y yo fuimos a ver la lluvia de estrellas- decía ella mientras sonreía a las dos mujeres frente a su esposo.
Mina y Jihyo se sorprendieron y se miraron curiosas ante lo que había dicho la mujer.
-Espere... ¿Que es lo que dijo?- Mina preguntó a la mujer, quien pareció sorprendida por el repentino comentario de la mujer coreana.
-Oh, nosotros salimos aquel día. Hubo una hermosa lluvia de estrellas y viajamos a Suwon para verla en la fortaleza, alrededor de la media noche- Explicaba Sojeong, la esposa del joven empresario.
Jihyo de inmediato volteo la hoja de aquella foto, buscaba la fecha escrita en ella y corroboró que no se trataba de un error, pues la fecha que marcaba era del día 7 de enero. ¿Cómo podía ser aquello posible? No estaba segura.
Mina por su parte analizo lo dicho, si la esposa de Seungkwan estaba tan segura de que el día que viajaron fue el 7 de enero para ver una lluvia de estrellas, significa que Seungkwan no estuvo presente en la compañía para recibir ese cargamento a las 11:00 de la noche.
-¿Tiene algo que pueda corroborar esa información?- preguntó, a lo que la mujer solo le sonrió.
-Ya vuelvo- dijo con una amable sonrisa y se retiró un breve momento. En cuanto volvió, llevaba con ella una cámara digital y una caja de madera que rápidamente colocó en la mesa donde estaban las abogadas y su esposo. -Aquí, en mi cámara guardo todas las fotos de nuestros viajes- decía ella mientras le mostraba a ambas abogadas la pequeña pantalla de la cámara donde marcaba la fecha 07/01/22
Mina estaba analizando lo que miraba, para después fijarse en la caja de madera.
-¿Que más tiene ahí?- preguntó Mina a la mujer, quien abrió la caja y la acercó a Mina.
-Es mi pequeño baúl de recuerdos, guardo fotos y otras cosas- ella dijo mientras permitía a la japonesa mirar el interior de aquella caja.
Mina recordó hasta ese momento algo que le había dicho Seungkwan en una de sus muchas charlas.
"-Mi esposa estaba enfadada porque iríamos de viaje hoy y todo terminó así-"
Seungkwan le había dicho eso cuando le preguntó ¿Quien había ido a dejarlo a emergencias el día que lo atacaron? Fue ahí que la japonesa hizo click y puso manos a la obra.
Mina comenzó a buscar entre las fotos y algunos boletos. Rápidamente se puso de pie, llamando la atención de Seungkwan y Jihyo. La pelinegra iba directo al pequeño pizarrón en la pequeña oficina de Seungkwan, dónde comenzó a pegar algunas de las fotos y boletos de la caja de recuerdos del joven en un orden que los presentes no comprendían del todo.
-Mina ¿Que estás haciendo?- preguntó Jihyo, observando a su amiga hacer todo aquello. No entendía en absoluto.
-8 de diciembre del 2021 ¿Que dice la fotografía?- preguntaba Mina a Jihyo, quien buscó lo pedido.
-Seungkwan rompiendo documentos en almacenes a las 11:17 de la noche- contestaba Jihyo mirando curiosa a Mina.
La japonesa sonrió completamente complacida y haciéndose a un lado, señaló uno de los papeles que había colocado en el pizarrón, parecía un boleto algo maltratado.
-Seungkwan y Sojeong fueron a la presentación del fantasma de la ópera, el boleto tiene su nombre, ya que fueron entradas VIP- Mina señalaba, logrando que Jihyo y Seungkwan se sorprendieran.
-Tiene que ser una coincidencia...- Jihyo parecía incrédula.
-2 de enero ¿Que sucedió?- Mina ignoro lo que dijo Jihyo y le hizo otra pregunta, a lo que la mayor buscó rápidamente.
-Ingreso de 45 mil dólares, esto a las 4:00 de la tarde- contestó Jihyo mostrando la foto.
-Foto en la playa de Jeju, con fecha 02/01/2022, a juzgar por la luz del atardecer, probablemente no pasan de las 5:00 de la tarde- Mina dijo aquello, dejando que ambos vieran la foto.
-Oh... También tengo en registro de tránsito una infracción a las 3:56 de la tarde. Esto por conducir veloz en zona turística en un auto rentado- aquello lo decía Seungkwan.
Mina siguió observando fechas y fotos, todo para después dirigirse a Seungkwan.
-No hay forma de que él pudiera estar presente cuando se realizaron esos movimientos porque el ni siquiera se presentó a trabajar. La pregunta es ¿Cómo es que coinciden de esta forma las fechas?- se preguntaba Mina, buscando que el hombre le explicara. El pareció pensativo, hasta que por fin hablo.
-Creo que se lo que pasa... Yo solía faltar al menos una vez al mes en el trabajo. La empresa me absorbía mucho y no tenía tiempo para nosotros dos, así que decidí asumir un descuento al mes por faltar... Aunque era un secreto- el comentaba.
Mina sonrió y comenzó a hacer memoria, observando fechas y contando mentalmente.
-Lo tengo, tienes un patrón para tus faltas. Tal vez no lo haz notado pero el primer mes faltas la primer semana, el segundo, la segunda semana y así sucesivamente... De forma que al llegar el quinto mes, vuelves a faltar la primer semana y el patrón se repite- explicaba Mina, señalando algunas fechas y dejando ver qué estaba en lo cierto.
Jihyo y Seungkwan se sorprendieron sobremanera ¿Cómo es que Mina había descubierto aquello? De verdad su mente era brillante.
-Pero entonces ¿Quien es el hombre de las fotos? Se parece demasiado a mi- preguntó esta vez Seungkwan confundido, a los que Mina simplemente no supo que decir.
-No lo sé, solo se me ocurre que Jung descubrió tu patrón de faltas y se aprovecho de ello para armar pruebas y testimonios falsos... Tal parece que no es un viejo idiota después de todo y realmente es alguien brillante- Mina dijo aquello para después sonreír. -Pero jamás será más brillante que yo- soltó con orgullo.
Jihyo comenzó a sonreír para ese momento, tal parecía que tenían muchas formas de comprobar que varios de los testimonios eran falsos y armados, por lo que solo significaba una cosa.
Jung estaba acabado.
-Jung está cayendo en perjuicio y falsificación de documentos, es más que suficiente para que ingrese una investigación en su contra una vez que deliberen el juez y el jurado. Jung está de manos atadas y no lo sabe- Jihyo comentó totalmente alegre.
-Entonces ¿El vídeo ya no será necesario?- preguntaba Seungkwan,a lo que Jihyo negó.
-Si decides demandar a Jung por difamación ese vídeo será la pala con la que terminarás de enterrarlo, así que te sugiero que lo conserves- aclaró la abogada coreana.
Mina simplemente no paró de sonreír, se sentía orgullosa de lo que logró, tenían un gran juicio que ganar el día de mañana y sin duda, disfrutaría cada prueba falsa derribada frente a Jung.
finalmente, Mina y Jihyo salieron del hogar de Seungkwan y cada una se dirigió a su hogar, listas para presumir la buena noticia.
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Nayeon estaba estudiando al lado de Tzuyu. Mientras la Taiwanesa terminaba de hacer algunas operaciones matemáticas, Nayeon tenía un plano en la mesa, donde estaba usando reglas y diversos lápices para continuar con un plano que realizaba, era parte de una muy importante evaluación después de todo.
-¡Hey! Confundiste mi lápiz con el tuyo y lo mordiste- reclamo Tzuyu, mostrándole a Nayeon el lápiz amarillo. La coreana comenzó a reír.
-No es verdad, aquí tengo los mios- contesto sonriéndole burlona a la menor.
-Obvio no, mis dientes no dejarían una marca como esta- señalo Tzuyu la mordedura, dónde claramente podían verse solo dos marcas, como si un enorme conejo las hubiera hecho.
Nayeon solo comenzó a reír y tomo uno de sus lápices, para ofrecerselo a Tzuyu.
-Toma, ahora harás la tabla del 5 con un lápiz profesional- bromeaba la coreana, ganándose un leve empujón de Tzuyu mientras reía.
-Estoy resolviendo ecuaciones de primer grado. Anda, mejor continúa haciendo tus dibujitos- devolvió la Taiwanesa, a lo que Nayeon fingió estar ofendida.
-¿¡Dibujitos!? Es un plano de la oficina de Mina, está hecho perfecta y detalladamente y esto lo hice solo con el simple hecho de haber estado ahí solo un par de veces- dijo exagerando su voz.
-¿La oficina de mamá? ¿Acaso piensas remodelarla?- preguntó Tzuyu curiosa, a lo que Nayeon solo asintio y rio.
-Así es, mi bella y futura novia merece una oficina más bonita y mejorada- decía con orgullo, a lo que Tzuyu solo viro los ojos.
-Iugh que cursi- fue lo único que dijo la menor. - y hablando de personas cursis... ¿Crees poder llevarme pasado mañana con mamá Chaeng? Casi termino mi semana de exámenes y ya quiero verla- preguntó Tzuyu.
Nayeon se esforzó demasiado en no borrar la sonrisa de su rostro. Ella no podía llevar a Tzuyu con la artista, no quería que la viera en ese estado tan deplorable. Y aunque Chaeyoung había hecho lo que prometió y tomo su estancia hospitalaria en serio, seguía mal, sabía que no le quedaba mucho tiempo a la chica.
-Umm ella está en revisión en el hospital, así que no creo que sea lo más oportuno. ¿Que te parece si le pregunto que día puede recibirte? Así te llevo el día que ella pueda aceptarnos- se las arreglo para decir aquello con la mayor naturalidad posible, solo pudo notar como Tzuyu bajo un poco la mirada y suspiró.
-Entiendo, de acuerdo. Espero sea pronto, tengo muchas cosas que contarle- Tzuyu decía y finalmente cerraba su libreta, terminando por fin con sus deberes.
La menor cargaba sus libretas en su brazo mientras con la otra llamaba al pomerania con el que siempre jugaba.
-Vamos Kookeu, juguemos un rato- Tzuyu llamaba al perro, que de inmediato la siguió escaleras arriba,dejando así a Nayeon sola en la gran mesa.
Desde que Chaeyoung estaba en el hospital, no dejaba de rondar por su cabeza el hecho de que tenía que armarse de valor ya. Si Mina iba o no a corresponderle, tenía que saberlo pronto o sería muy tarde para Chaeyoung. Pero aún estaba aterrorizada de lo que pudiera suceder,que Mina la rechazará y encima le pidiera que se alejara.
Su teléfono vibró, notando que se trataba de Dahyun enviándole un mensaje. Suspiró y decidió tomar el teléfono entre sus manos para poder ver qué pasaba.
Dahyun:
Chaeng estuvo sedada casi todo el día, el médico dijo que necesita más sangre. También nos habló de una cirugía pero también mencionó que Chaeyoung probablemente no sobreviviría a ella.
Nayeon se sintió frustrada nuevamente. El estado de Chaeyoung simplemente había llegado al punto de no retorno.
Nayeon:
¿Que más te han dicho?
Se animó a escribir, aunque muy en el fondo, no quería saber la respuesta.
Dahyun:
No le dan más de 5 meses... Chaeyoung dijo que quiere que todo termine ya
Y con ese último mensaje, Nayeon sintió como su garganta comenzaba a sentirse rasposa, cómo dolía lentamente y sus ojos picaban.
Después de todo, se encariño con Chaeyoung, sentía que la artista era de alguna forma parte de ella, esto al aceptar cargar con los sentimientos de ambas por Mina. Saber que perdería a Chaeyoung pronto la entristecía.
El abrir de la puerta principal de la casa Myoui la hizo bloquear su celular y salir de sus pensamientos tristes, aquella era Mina anunciando su llegada, por lo que tenía que retomar la compostura.
Se sintió curiosa al escuchar la suave voz de la japonesa tarareando una melodía que no conocía del todo, pero si Mina cantaba, entonces solo significaba una cosa. Alguien venía de buen humor.
Cuando Nayeon vio la figura de Mina hacerse presente por fin, ella cargaba una gran sonrisa en su rostro y en sus manos, una caja de pizza, cuyo olor comenzaba a expanderse por la habitación de forma apetecible.
-Vaya, vaya. Alguien viene sumamente radiante hoy- era lo primero que decía Nayeon a la sonriente pelinegra.
-No te imaginas cuánto, Yeonnie~ hace tanto que no me sentía así al salir del trabajo- confesaba Mina mientras dejaba la pizza sobre la mesa y se dirigía a Nayeon aún con aquella sonrisa, después, sin previo aviso, abrazó a la mayor, dando un par de vueltas al levantarla un poco del suelo.
Nayeon solo soltó un pequeño grito de sorpresa al ser cargada por Mina de aquella manera.
-¡Oye, oye bájame!- aquello lo dijo Nayeon en el idioma natal de Mina, era una forma cariñosa y bromista de pedirle algo a la menor, quien ante lo dicho simplemente obedeció y la bajo, pero no la soltó aún.
-Lo siento, es solo que, por fin todo marcha bien- Mina estrujaba un poco más a Nayeon entre sus brazos, antes de soltarla y alejarse un poco de su unión.
-Eso puedo notarlo ¿Que paso? Cuentame- la castaña se sentía contagiada por la efusividad de Mina, pocas veces podía ver eso.
-Es el caso de Seungkwan. Soy tan brillante... Tenemos forma de comprobar que varios de los testimonios de Jung fueron falsos. Eso es un delito y lo pondrán bajo investigación inmediata. Eso solo provocará que todo lo que Jung ha hecho quede al descubierto e irá a prisión- Mina explicaba mientras caminaba a la cocina por un poco de agua. -Jihyo y yo hacemos un equipo increíble- se sentía orgullosa de ello.
-¿Que? No puede ser, eso es increíble, Mina- Nayeon se apresuró hasta la japonesa y, cómo Mina hizo hace un momento, ahora Nayeon era quien la abrazaba por la espalda, rodeando la cintura de la pelinegra con sus brazos y envolviendola con su calor.
-Tuve fé... Justo como me dijiste que lo hiciera- contestó la menor,acariciando una de las manos de Nayeon, disfrutando notablemente del contacto.
Permanecieron de aquella forma un par de segundos, disfrutando de todo lo que implicaba abrazar a la contraria. No fue hasta que Tzuyu entro a la cocina también, presenciando el cálido momento.
-¡Dios! Ustedes dos parece que se van a fusionar- bromeó, provocando que Nayeon soltará a Mina rápidamente y que la pelinegra sonriera con vergüenza. -¡Oh! Cenaremos pizza, grandioso- la menor de las tres se emocionó por lo que vio en la mesa.
-Bien ¿Me acompañaría a cenar junto a mi hija? Señorita arquitecta- Mina bromeó haciendo que la sonrisa de Nayeon se hiciera aún más amplia.
-Sera un honor, señorita abogada- contestó, dirigiéndose junto a Mina hacía el comedor, dónde pasarían un rato agradable.
L
as tres pasaron un rato agradable, conversando de su día, de lo que habían visto y hecho. Claramente era un momento íntimo de las tres. Antes, Mina y Tzuyu jamás imaginaron que volverían a tener una hermosa y plácida cena como esa; Chaeyoung era una pieza clave de ese tipo de cenas, conversando y bromeando todo el tiempo, haciendo que ambas no pararan de reír y de sentirse amadas.
Cuando Chaeyoung se fue, la tristeza en ambas extranjeras era tal que las cenas silenciosas se hacían cada vez más frecuentes entre las dos. Lo intentaron tantas veces, pero siempre había una brecha de silencio que no podían superar por su mutua tristeza. El día que Nayeon se presentó ahí por primera vez, fue un antes y un después para ambas, pues poco a poco aquella armonía volvía con toda la fuerza que pudo, la fuerza de los sentimientos de Chaeyoung mezclados con los de Nayeon. Unos sentimientos dispuestos a amarlas a ambas incondicionalmente.
Finalmente, después de tantas risas y anécdotas, Tzuyu decidió subir a su habitación, sería un día largo mañana, ya que, teniendo el juicio ganado, planeaban ir a festejar juntas, con Jihyo y los abogados también. Así que esperaría ansiosa. Mientras tanto, Mina y Nayeon permanecieron por fin solas, recogiendo lo que quedó de la cena, el ambiente era tan tranquilo y pacífico, que ambas adultas estaban en un silencio tan cómodo.
-Vi que estás haciendo un gran plano ¿Que es?- Mina rompía con el silencio, al ver el papel enrrollado en una esquina de la repisa.
-Es una sorpresa para ti, aunque claro también es parte de mis calificaciones, estoy trabajando duro- Nayeon contestaba mientras terminaba de lavar los platos.
-¿Para mí? Eres muy dulce ¿Sabes?- Mina elogió, ganándose una risa tímida de Nayeon.
-Ya sabes, jamás fui una estudiante tan dedicada, exceptuando el último año. Así que quise esforzarme ahora porque valoro mucho está nueva oportunidad- Nayeon decía dirigiéndose junto a Mina hacia la sala del hogar Myoui.
Ambas tomaron asiento en el sillón para dos, sentadas una al lado de la otra, tomando un merecido descanso.
-Sé que es importante para ti, pero no te sobre esfuerces. Tú valor como profesional siempre será por lo que sabes hacer, jamás por las calificaciones que tenías - Mina comenzaba diciendo aquello, acurrucandose en la esquina del sofá. -Ya sabes, a un empresario no le importa si sacaste una nota promedio o una excelente, para el, tu solo sabes o no sabes, así que no te mortifiques por eso- Mina finalizaba tomando un gran respiro.
Nayeon entonces comenzó a reír, mirando a Mina con gracia y reclamo a la vez.
-¿Cómo te atreves a decirme eso ahora? Aún recuerdo tus severos regaños porque mis notas no eran tan buenas- reclamaba mientras hacía un puchero. -Siempre me regalabas bocadillos y si no sacaba buenas notas, dejabas de hacerlo ¡Eso era muy triste para mí, Minaya!- continuaba con su reclamo, ganándose una sonrisa divertida de Mina.
-¿Por qué te quejas tanto? Cuando lo hacías bien te daba todo lo que tú pedías, te consentia y malcriaba- Mina también hecho en cara mientras reía.
Nayeon entonces dejo de reclamar para simplemente suspirar con melancolía, recordaba los mimos de Mina, recordaba que siempre le pedía que la elogiará por su buena nota, entonces Mina simplemente lo hacía, le daba caramelos y finalizaba con el favorito de los premios... Un cálido y dulce beso.
No pudo evitar sonrojarse por aquellos recuerdos.
-Es cierto, me tratabas como a una princesa también. Me encantaba a decir verdad... So-sobre todo, el premio mayor- dijo vacilante, notando como la expresión de Mina parecía ponerse un poco tímida también, tal parecía que la japonesa sabía a qué se refería Nayeon.
No sabía porque lo había dicho, estaba sumamente nerviosa, quizá fue el ambiente tan cómodo en el que se había puesto con la japonesa que tomo el valor de decir aquello, por lo que simplemente se mantuvo firme, tratando de descifrar lo que Mina pudiera estar pensando, esto en base a sus facciones.
Mina solo aclaró su garganta para después reír un poco de forma nerviosa.
-B-bueno... Pues ya que estás tan apegada a sacar buenas notas, entonces no te molestará que te retire los dulces de nuevo si fallas ¿Verdad?- Mina trataba de sonar más natural y finalizaba aquello con un tono retador hacia Nayeon, quien simplemente bajo la mirada un breve momento, tenía una pequeña lucha interna.
Mina solo se quedó estática, cuando Nayeon se acercó a ella, aún evitando mirarla, pero estando casi a la par, sintiendo como sus piernas se tocaban una al lado de la otra. Así, cuando Nayeon levantó el rostro, se acercó un poco más a la, de por sí, corta distancia que la separaba de Mina.
La japonesa se perdió un momento en esa mirada café, la forma en que la tenue luz se refleja a en sus ojos, no estaba segura de que es lo que Nayeon planeaba, y mucho menos que era esa dulce mirada, solo podía analizar que la chica estaba realmente cerca de ella y no sabía que hacer.
-Y... ¿Si lo logro? ¿Me darás todo lo que quiera, justo como antes?- Salió de los labios de Nayeon, haciendo que Mina abriera los ojos en sorpresa.
A partir de ahí, no había más ruido rodeandolas, solo la respiración de la contraria, un poco opacada por el sonido tan fuerte de su corazón, retumbando en sus oídos. Nayeon no estaba dispuesta a bajar la mirada de aquellos ojos sorprendidos de la contraria. Esperaba una respuesta, y si Mina no se la daba, entonces ella misma la buscaría, necesitaba hacerlo ya.
-N-Nayeon... Pero, ¿Que quie...?- Mina estaba sumamente nerviosa por la cercanía de la coreana. No conforme con eso, se vio irrumpida por ella, cuando se acercó un poco más, pudiendo sentir la respiración de Nayeon chocar con su rostro.
-Hoy tuve la calificación más alta en mi primer exámen, Minaya... ¿Que harás para mí?- preguntó con más suavidad está vez, notando como Mina simplemente tragaba pesado, y por primera vez, apartaba su mirada de la suya, solo para mirar sus rosados y carnosos labios. Nayeon sonrió con emoción al notar lo que Mina hizo.
Así que, simplemente elevó su mano hasta tocar la mejilla de Mina, acariciándola con gentileza, para después hacer lo mismo con su otra mano, teniendo así atrapado el rostro de la abogada, quien simplemente no se movía.
Mina ni siquiera se molestó en apartar sus ojos de aquellos labios, lo único que pudo hacer fue relamer ligeramente los suyos con timidez.
Finalmente, Nayeon comenzó a acortar la distancia que restaba entre ellas, sintiendo tras cada centímetro recorrido, la cálida respiración de Mina acariciar también su piel. El primer toque fue el de su nariz con la de la japonesa, la cercanía solo provocó que Nayeon percibiera el aroma frutal del labial de la pelinegra, deseando solamente probarlo de una buena vez.
Y tras el ligero rose de sus narices, finalmente, después de 9 largos años anhelandola, sentía el contacto de sus labios contra los suyos, siendo tan tímido al principio, como si se tratara de un par de inexpertas y nerviosas adolescentes, besándose por primera vez.
Acaricio con su mano la mejilla de Mina, esto mientras aún mantenían el contacto de sus labios, poco a poco fue acercándose más a ella, haciendo más profundo el casto beso que compartían. Fue como un trance, uno que solo Mina tenía el poder de efectuar en ella, como si el movimiento de los labios de la japonesa fuera la puerta que la invitaba a entrar en ese mundo, uno del que quizá no querría salir nunca.
-Mina...- suspiró su nombre entre sus labios, causando que la ensoñación terminará, separándose lentamente de su tan anhelado contacto.
Los ojos de ambas se abrieron a la par, Nayeon buscando los de Mina, y está ocultando su mirada avergonzada.
Nayeon se sintió preocupada por la expresión en aquel hermoso rostro, era claro que Mina estaba avergonzada y por ello, incluso su cabeza se giró a un lado, para que Nayeon no la viera más.
La castaña no estuvo segura de que significaba aquello, solo se sintió nerviosa y tímida. Por primera vez dejo de ser cobarde... No sé arrepentiría de ello.
-¿Sabes? Daría lo que fuera, por solo un día poder sostener tus manos como antes, por estar contigo...- Nayeon se atrevía a decir algo después se que Mina simplemente bajara la mirada, negándose a darle la cara a la coreana.
Pero Mina no respondió, Nayeon se sintió algo triste al respecto, pero no la culpaba, ya podía imaginar el dilema interno en Mina, seguramente solo pensaba en si esto era lo correcto, ni siquiera habían pasado dos años de que Chaeyoung y ella se habían separado... Mina solía ahogarse entre sus sentimientos y Nayeon estaba segura que está no sería la excepción, por lo que simplemente suspiró y volvió a tomar la mejilla de Mina, haciendo que está levantará la cabeza y se mirarán a los ojos nuevamente, está vez, Nayeon sonreía con un poco de tristeza.
-Lo siento... Por incomodarte, creo que lo mejor será que me vaya- y con eso último, Nayeon estaba dispuesta a retirarse, levantándose del sofá y dándole la espalda a Mina.
Sin embargo, pudo sentir el agarre de la japonesa en su mano, reteniendola. No tiro con brusquedad no nada por el estilo, solo, con suavidad detuvo su andar. Nayeon paró, pero ahora era ella quien no quería darle la cara a la japonesa.
-Nayeon... Tú, de verdad... ¿Tú de verdad aún me quieres?- fue la primera pregunta de Mina, Nayeon sonrió pues sabía que estaba en lo cierto, Mina estaba luchando internamente con sus emociones.
-No Mina, no te quiero- fue la respuesta de Nayeon, sacándose del agarre de la japonesa y disponiéndose a darle la cara nuevamente, Ahí, pudo ver cómo los ojos de la menor se ponían cristalinos.
Se puso en cuclillas frente a Mina, quien aún estaba sentada en el sofá, y tomo sus manos, envolviendola entre las de ella, para finalizar sus palabras.
-Yo te amo... Y jamás dejé de hacerlo...-
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🐰🐧 🐯
Y llegó el momento que quizá todos esperaban con impaciencia. (me incluyo jaja)
Espero les haya gustado el capítulo y pues... A lo mejor no lo escribí inspirado del todo en Just One day de BTS, pero mientras lo escribía no paraba de escuchar la canción 😊
¿El final de la historia está cerca? Si, pero aún quedan cosas que solucionar, el capítulo del último juicio uffff estará... Bueno, esperenlo 🤭
Muchas gracias a todos los que votan, comentan y a los fantasmas que solo leer, igual gracias por darle la oportunidad a esta historia.
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