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Capítulo 27 "Esa mirada"

Estaba nerviosa, tenían una buena defensa preparada, pero algo en ella no deja de pensar y pensar, ¿qué sería lo que el abogado de Jung haría? por lo que de alguna manera, no podía mantenerse quieta del todo. Solo miraba a Jihyo al frente, acomodando el cuello de su camisa elegante, antes de comenzar a atacar.

-Sé nos ha dicho que, en lo que ha comenzado este juicio hasta ahora, que mi cliente Seungkwan es un irremediable rufián sin presedentes. Afortunadamente no estamos aquí para insultar a ninguna de las dos partes y comprobar con hechos lo acontecido- Jihyo comenzaba su alegato mientras merodeada por el área centro del juzgado. - me gustaría entonces comenzar, llamando al estrado al doctor Kim Seokjin- Jihyo llamaba a uno de sus más importantes movimientos de aquel día.

Mina y todos los presentes observaron como un elegante y apuesto hombre iba al estrado.

-Buenos días a todos- Saludaba el médico.

-Buenos días doctor, ¿Cuál es el área de desempeño más común en su empleo?- Jihyo preguntaba al hombre primeramente.

-Irrelevante, ¿En que beneficia a su cliente saber en qué se desempeña el señor Seokjin?- el abogado de Jung rápidamente dijo aquello, alegando.

Mina pensó que él era realmente agresivo, no dejó siquiera formular una pregunta, cuando ya había contraatacado.

-A lugar, por favor abogada Park, sin redundancias- el juez pidió, estando a favor.

-Entiendo; si me lo permiten entonces, el doctor Seokjin es un médico especialista en emergencias médicas. Se desempeña en el turno vespertino en un horario de 3:00 pm a 11:00 pm en el área de urgencias claramente ¿Puede corroborarlo doctor Seokjin?- Jihyo comenzaba,señalando una pequeña pantalla que proyectaba una foto del horario del médico, a lo que el hombre en el estrado asintió.

-Así es, soy el médico jefe del área, por lo que siempre desempeño mi labor ahí. Los horarios también son adecuados, con pequeñas variaciones cuando se dobla turno- explicó mientras miraba la pantalla que Jihyo señalaba.

-De acuerdo, una vez corroborada está información. Podemos ver en pantalla, el pase de entrada a laborar del doctor Seokjin el día 13 de enero, lo que significa que él atendió a mi cliente, el señor Boo, cuando fue ingresado a urgencias por las lesiones que presentaba- explicaba Jihyo, mostrando ahora una captura del sistema de asistencia del hospital.

-Así es, yo personalmente atendí al joven- respondía él.

Jihyo paso a la siguiente diapositiva, dónde se podían apreciar cuatro imágenes del rostro herido de Seungkwan.

-¿Podría explicarnos las lesiones?- preguntaba Jihyo, a lo que el hombre asintió.

-En la fotografía superior izquierda,se puede apreciar un plano de un hematoma que abarca desde el arco ciliar, hasta el pómulo. La forma estratificada de la sangre que conforma al hematoma en el área central es señal de un hendimiento al momento de provocar el traumatismo- explicaba.

-¿A qué conclusión llega de acuerdo a lo descrito?- Jihyo hizo otra pregunta.

-Que el señor Boo fue golpeado con un objeto- dijo el médico para seguir explicando un poco más. - las dos imágenes inferiores corroboran lo dicho, ya que son hematomas y abrasiones en antebrazos, lo que indica rastros de protección por parte del joven Boo- informaba el médico.

Jihyo entonces se enfocó en una de las imágenes, haciendo un zoom y señalando algunas partículas metálicas con sangre.

-Esto fue material que extrajo de la herida abierta del joven Boo ¿No es así doctor Kim? ¿Puede decirnos que es?- Jihyo continuaba con sus preguntas.

-Así es, se extrajeron pequeños trozos de aluminio de la herida. Probablemente pertenecientes a algún tipo de joyería barata, ya que estos contaban con partículas de piel muerta, sudor y sangre ajenas al señor Seungkwan- explicó el médico.

-Muchas gracias, no más preguntas- Jihyo finalizó su pequeño interrogatorio a su testigo y se dirigió nuevamente a la pantalla. -por favor, les pediré que miren atentamente la pantalla, donde contamos con vista a la parte trasera del edificio de Sunrise entretaiment. A las 11:15 pm, se puede ver el ingreso de mi cliente a las instalaciones de la empresa por la puerta principal. Posteriormente, a las 11:32 se puede ver cómo es echado de las instalaciones por la parte trasera, esto por dos hombres, uno de ellos, aparece posteriormente en nuestro cateo realizado- Jihyo explicaba mientras movía las imágenes en la pantalla y hacia zoom necesario.

-Objeción, no se han sentado las bases, la abogada señala un tema médico y pretende usarlo como base para señalar a mi cliente cuando no ha mostrado relación alguna- nuevamente el abogado defensor argumentaba.

-No a lugar, continúe abogada Park- dijo el juez.

-En esta foto podemos observar al guardia del piso 3, quien nos negó en primera instancia, el cateo autorizado por su señoría, me gustaría que prestarán atención a su mano derecha- hacía un nuevo zoom y señaló el dedo medio del hombre, dónde se podía apreciar una cicatriz con un punto de sutura y dos anillos en sus dedos. -el material coincide con el encontrado en la herida de mi cliente, a su vez que se puede apreciar la joyería mencionada, la cual coincide con la razón del hematoma y del porque se encontró material genético común en la pieza- terminaba por explicar Jihyo, dedicándole una mirada de triunfo a Mina, quien también le sonreía.

-Objeción, suposición... ¿Cómo está tan segura de que se trata del mismo guardia? Hay un cuerpo de 25 guardias del piso 1 al 3- argumentaba el defensor.

-a lugar, ¿Abogada Park?- el juez pedía una explicación.

-Por supuesto, el hombre coinside con las imágenes de la cámara de seguridad dónde dos hombres echan a mi cliente y la foto tomada durante el cateo- Jihyo mostraba aquello, a lo que se podía ver claramente que se trataba del mismo.

Mina sonrió triunfal ante aquella jugada tan buena. El juez y el jurado observaron las pruebas y conversaban entre ellos un breve momento.

-De acuerdo, se tomará un breve receso para conversar con el jurado al respecto y por supuesto, para la defensa del señor Jung- el juez de la mientras golpeaba con su pequeño maso la mesa y daba inicio al receso.

La coreana suspiro aunte aquel pequeño receso, estaba segura que obtendrían una respuesta favorable del juez, deseaba aquello con todas sus fuerzas.
Jihyo fue hasta Mina, quien conteniendose de expresar su alegría, simplemente le dió la mano de forma profesional y le dedicó una sonrisa.

-Me alegro mucho de que todo marche de maravilla. Estoy segura que con esto obtendremos el favor del juez en cuanto a las lesiones- Mina decía en voz baja a la mayor, quien parecía bastante satisfecha también.

-Así es, con esto nos abrimos paso a la interrogante del porque Jung atacó a Seungkwan... y todo lo demás se revelará- Jihyo sonreía de vuelta. -Sin embargo, sigamos siendo precavidas y cuidadosas, no sabemos que vendrá en la defensa de Jung- aclaraba la mayor aún pensativa.

Ambas abogadas conversaban al respecto, bajo la insistente e intensa mirada del CEO de Sunrise entretaiment. El hombre ni siquiera parecía pestañear, simplemente las observaba detenidamente. Mina fue la primera en percatarse de la intensa mirada del sujeto, parando repentinamente la conversación con Jihyo.

-¿Que pasa?- preguntó Jihyo al verse irrumpida.

-Jung nos observa... no parece feliz- Mina comentaba a la coreana, quien sin discreción alguna, se giró para mirar al hombre.

Acusador y abogada se miraban fijamente, ninguno de los dos estaba dispuesto a dejarse intimidar por el otro. Aquella mirada había sido como un reto para ambos, y finalmente Jung sonrió con suficiencia, incluso caminando hacia ellas.

Aquello desconcertó a Jihyo ¿Que pretendía acercándose a ellas? Aquello seguro sería perjudicial para él, y si era así, entonces a Jihyo no le interesaba.

-Está haciendo su trabajo señorita, que sorpresa- dijo primeramente a Jihyo de forma insultante a su parecer.

-Así es, trabajo honesto y justo si me lo pregunta- respondió Jihyo sonriéndole con suficiencia también.

-Se nota perfectamente, aunque a veces los trabajos como esos son riesgosos... ¿No cree?- dijo de forma algo amenazante, siendo Mina la que captase aquello de inmediato e interviniendo.

-No nos interesa en absoluto lo que tenga que decirnos, señor Jung- Mina irrumpio, pasando su mano frente a Jihyo y atrayendola hacia ella.

Jung observó a Mina está vez, parecía parte del equipo de Jihyo, lo que significaba que esa mujer también estaba contribuyendo a su hundimiento. Imperdonable.

-¿De verdad no le interesa, señorita subordinada? Aún cuando hay riesgo constante?- dejó salir el hombre, logrando hacer enfadar a Mina al instante.

-¿Que va a hacer Jung? ¿Dispararnos?- Mina preguntó, haciendo evidente su fastidio. Jung solo miró un breve momento a la japonesa y le sonrió tenuemente.

-¿Sabes? Tienes razón señorita. Con permiso- fue lo único dicho por el hombre, dándole la espalda. Como si no hubiera conversado con ellas en ningún momento.

Jihyo miró a Mina con algo de incertidumbre, ambas transmitian con la mirada el mismo mensaje, este era el ¿Que pretendía Jung con eso? Ningúna estuvo segura, lo único seguro que tenían era que la sensación que les dejo aquel hombre era inquietante.

Antes de poder decirse algo nuevamente, el juez volvió a la sala junto a el jurado, el hombre al frente golpeó con su martillo de madera la mesa y prosiguió a hablar.

-Bien,retomaremos nuevamente la seción, por lo que les pido orden y silencio durante el tiempo restante de la audiencia- hablaba mientras tomaba asiento. - Por favor, la parte acusatoria puede comenzar con su alegato- indicó.

El joven abogado de Jung se ponía de pie y pasaba al frente,acomodando su corbata y aclarando su garganta al mismo tiempo.

-La verdad es la mayor arma a emplear por la defensa de lo justo. Es por eso que estamos todos aquí presentes, buscando la justicia que tanto es aclamada. Me gustaría llamar al joven Kim al estrado, el jefe del departamento de seguridad de Sunrise entretaiment- el abogado Jae llamaba a un hombre de edad joven. Cuando esté se sentó al estrado, después Jae encendió el proyector, mostrando un par de diapositivas con fotografías, el abogado continúo. -Señor Kim, podría observar las siguientes imágenes y decirnos si reconoce el lugar?- indicaba.

El testigo comenzó a observar y enseguida que lo hizo continúo.

-Ese es el área de almacén, donde ingresan los montacargas para el ingreso de materiales en la empresa- explicó brevemente.

-Así es, este es el área de trabajo a desempeñar para varios de los socios clave, lugar donde se podía ver con regularidad al personal de la compañía Bonnon y otros asociados. ¿Alguna vez pudo observar actividades inciertas durante su turno laboral?- hacía otra pregunta.

-A decir verdad, en los últimos días se pudo apreciar irregularidades en cuanto al personal de Bonnon, quienes tenían conversaciones sospechosas con sus trabajadores- mencionaba, haciendo que la defensa se exaltará en silencio, el propio Seungkwan estaba sorprendido de lo dicho.

-¿Podría explicar alguna de esas situaciones?- pregunto Jae a su testigo.

-Aquel día en específico, me encargaba de mis labores antes de terminar mi turno, cuando pude escuchar un ajetreo inusual. Cuando decidí echar un vistazo, pude ver el ingreso de personal de Bonnon y al socio conversando, también pude escuchar algo relacionado a las ganancias de la "nueva mercancía ingresada en la noche" y sobre "Cubrir una cuota". Cuando notaron mi presencia, dejaron su conversación y continuaron su camino- declaraba el hombre.

-¿Podría entonces señalar quien fue el hombre en el lugar?- preguntó el abogado y enseguida, el testigo señaló a Seungkwan.

-Objeción, perjudicial; su señoría, se está señalando directamente a mi cliente sin algún argumento válido a introducir- Jihyo trató de objetar.

-A lugar, Abogado Jae, ¿Puede probar el testimonio de su testigo?- el juez preguntó.

-Así es, por favor sean tan amables de observar las capturas obtenidas de las cámaras de seguridad- dijo aquello y paso a las siguientes fotografías.

-No es cierto... ¡Eso no es verdad!- Seungkwan grito frustrado ante lo dicho.

-Seungkwan, por favor- Jihyo rogó al joven a qué se sentará y guardara la compostura.

-Joven Boo, le pido guardé silencio y compostura, de lo contrario será suspendida la seción y usted retirado- advirtió el juez. -Por favor abogado, puede continuar-

Jihyo y Mina se que quedaron heladas al observar la siguiente diapositiva en dónde se podía apreciar a un "Seungkwan" en la situación mencionada, junto a un par de camionetas blancas. Jihyo enseguida observó al joven a su lado, quien parecía atónito.

-Como pueden ustedes apreciar, el hombre en la imagen corresponde a las características físicas y complexión del señor Seungkwan- indicaba el abogado.

Todo a partir de ahí se volvió totalmente oscuro para Jihyo y Mina, pues seguido de ese testimonio, llamaron a un testigo más, quien era la encargada de papelería y señalaba haber visto a Seungkwan romper y quemar documentos de importancia financiera, seguido de ello, se podía apreciar de forma no tan nítida, más fotografías en las que se veía al mismo hombre en las situaciones mencionadas. Seguido de esa mujer, un testigo más que habló sobre las constantes visitas de Seungkwan al banco y seguido de ello, como en las situaciones anteriores, más fotos de el joven se podía apreciar en dichas situaciones descritas. Y aunque Jihyo intento objetar, ninguna de ellas pudo dar a lugar, debido a las fotografías presentadas,que aunque no eran del todo nítidas, entraban totalmente en la descripción de Seungkwan.

Mina no solo estaba desconcertada, estaba disgustada y decepcionada. Seungkwan les había mentido y ahora estaban atadas de manos con cada una de las declaraciones, pues no solo eran relatos de testigos, estos se complementaban con pruebas fotográficas que los hundían una tras otra.

Finalmente, cuando la parte acusatoria termino de atacar con sus testigos, el juez tomo un breve respiro, antes de dar indicaciones.

-Nos tomaremos un breve receso antes de dar por terminada la seción e indicar lo decidido con el jurado- dicho esto, el juez se retiró junto al jurado, para la discusión pertinente.

Jihyo se quedó en su asiento, evidentemente molesta e irritada, Mina la observaba desde su lugar y solo miró de vuelta a Seungkwan, quien parecía nervioso, al hacer contacto visual, Mina simplemente movió la cabeza con desaprobación. No podía creer que Seungkwan les hubiera mentido.

Se preguntó ¿Que hubiera podido llevar a Seungkwan a mentirles? No estaba segura, solo sabía que aquello iba a manchar la seriedad de su trabajo y su reputación. Se trataba de Park Jihyo, la jefa del departamento de justicia de Seúl. Esto sería un fiasco total... Les esperaban días sumamente duros.

-Señorita Jihyo... Por favor, créame... No- Seungkwan intento llamar a su abogada, pero, Jihyo hizo una señal con su mano para hacerlo callar. El hombre notó de inmediato que la abogada estaba furiosa.

Ante la incertidumbre, el tiempo pasó silencioso y tortuoso para la parte acusada, quienes estaban sumidas en sus pensamientos, les preocupaba lo que pudiera decir el juez al salir.

Finalmente, la tensión inundó a Mina y Jihyo, cuando el juez volvió junto al jurado y todos tomaron asiento, se pusieron atentos de inmediato para saber que iba a suceder.

-Bien, el jurado y yo llegamos a un par de acuerdos, esto después de ver y escuchar las pruebas mostradas el día de hoy- comenzaba a hablar el juez con seguridad. -Primeramente, Jung Haesol, director general de Sunrise entretaiment, debido a la comprobación de las agresiones contra el señor Seungkwan, se le implementarán medidas cautelares. No puede abandonar el país, sufrirá una suspención temporal de labores y tendrá supervisión constante, esto hasta que se demuestre el origen de la agresión- dijo el juez, logrando que Jihyo y Mina suspiran de alivio, el juez estaba a favor de su defensa en cuanto a las lesiones.

Jung estaba sumamente furioso.

-En cuanto al señor Boo Seungkwan, será puesto bajo arresto domiciliario. Se le colocará el brazalete de seguridad para asegurarnos de que cumplirá con lo estipulado. En caso de incumplir con el arresto domiciliario, será puesto nuevamente en prisión preventiva hasta la finalización de su proceso legal- y tras escuchar aquello, las esperanzas de Seungkwan, Jihyo y Mina, parecían derrumbarse. -Sé levanta la seción, se les notificará la fecha de la última audiencia-

-No... No puede ser, abogada Park...- el dijo entre su frustración mientras dos policías se disponían a ir por él, esto para comenzar con el proceso, cuando lo tomaron, enseguida lo esposaban. -Mina...- llamó a la japonesa, quien no pudo hacer más que agachar la cabeza y suspirar derrotada.

Habían perdido la audiencia. Y Seungkwan, tenía mucho que explicarles, por lo que ambas se levantaron de su lugar, para poder acompañar al joven y cumplir con lo estipulado por el juez.
Cuando ingresaron a aquella habitación, uno de los policías terminaba de asegurar el brazalete de seguridad del chico.

-¿Por qué? ¿¡Por qué nos mentiste!?- Mina fue la primera en reclamar al hombre, quien parecía sumamente nervioso. -Te lo dijimos, que debías ser honesto desde el principio. ¡Mierda! ¿Te das cuenta que lo complicaste todo?- lo maldijo la japonesa.

Jihyo simplemente posó su mano sobre el hombro de Mina, pidiéndole que se calmara y después miró a Seungkwan.

-Escucha, tienes que hablarnos claramente, con lo que sucedió hoy, tienes un pie dentro de prisión- Jihyo se dirigía con más compostura al hombre. -No importa si tienes al mejor abogado de todo Corea, si no hay comunicación, perderás- informo Jihyo.

-Pero... Les dije la verdad...- el joven dijo con voz débil mientras bajaba la mirada. -No sé que hacer... Esas fotos, esos testigos, simplemente no coinciden, esto está mal, son testigos falsos ¡Yo ni siquiera frecuento esos lugares!- él comenzaba a alterarse, incluso podían apreciarse lágrimas a punto de derramarse.

Jihyo y Mina se miraron, no estaban seguras de si podían o no creer en él. Solo sabían que debían defenderlo con toda la destreza posible.

-Estabas en esas fotos ¿Cómo vamos a atacar eso? Déjate de excusas- Mina volvió a echar en cara, pero el negó.

-No es así, ese hombre no soy yo... Tiene que ser una trampa- volvió a insistir Seungkwan.

Ambas abogadas estaban confundidas, no sabían que creer realmente.

-¡El celular! Estoy seguro que será más que suficiente para probarlo- Seungkwan continuaba. -¿Por qué les daría ese celular si se supone que todos creen que miento? ¡Es incoherente! Todo lo que necesitamos está ahí - volvió a decir el chico, teniendo mucho sentido en aquel punto.

-Lamentablemente, dañaron demasiado la tarjeta madre, aún no la reparan... Pero Seungkwan, debes saber que si lo que dices es verdad, lo único que puede sacarte de este aprieto, es ese celular- Jihyo mencionaba para después suspirar cansada.

Todo estaba por terminar y pintaba muy mal para ellas, y sobre todo,para Seungkwan.

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-Si sigues comiendo tanto pan de plátano, tendrás que comprar una talla más grande de pantalones- Tzuyu le decía aquello a Nayeon, quien ponía un paquete de aquel postre en el carro de supermercado.

-No tus comentarios crueles harán que deje de comerlo- contesto Nayeon mientras soltaba una pequeña risa.

-Si eres gorda, mamá Mina no te va a querer- intentaba molestarla, pues sabía que a Mina no le importaría aquello en absoluto.

-Mina me amará tanto que no le importara subirme rodando por las escaleras- sonreía orgullosa, sacándole una risa a la Taiwanesa. -Además lo merezco por aprobar con tan buena nota mi examen de admisión- sonreía orgullosa la coreana castaña.

-Los logros se festejan el día que se logran, no un mes después- la menor recalcaba mientras movía la cabeza con negación.

Aún con eso, Tzuyu podía ver en el rostro de Nayeon la felicidad que le causaba decir aquello. Desde que Mina le pago aquel examen de ingreso,Nayeon se había esforzado increíblemente por estudiar, pasaba horas en aquella mesa de la casa Myoui, leyendo y escribiendo cuidadosa y detalladamente.
Tzuyu incluso podía atreverse a decir que si tío admiración por la castaña al verla trabajar tan duro por tres semanas y cuando por fin presentó aquel exámen y lo aprobó, Nayeon simplemente enloqueció entre tanta felicidad.

Se sentía feliz también, sentía que compartía la alegría de Mina y Nayeon por ese logro.

-No sé dónde poner tanta felicidad pequeña Tzuyu, así que tengo que alardear para no sacar de quicio a Mina y a ti- bromeaba Nayeon mientras pasaban al pasillo de cereales.

-Es cierto, no guardas silencio hasta que comienzas con tus clases en esa computadora, deberías tomar más y dejarme concentrar- devolvió mientras reía y Nayeon hacia un puchero.

-¡Que cruel!- fingió indignación. -Pues para tu información soy de las mejores de la clase- volvió a presumir mientras tomaba un par de sobres de avena instantánea.

-Tu eres una de las mejores, yo soy la mejor. Hay una diferencia- la pequeña de repente bromeaba siendo arrogante.

-Yo también puedo ser la mejor, me gradué de la preparatoria como la mejor de la clase el último año, pequeña engreida- mencionó Nayeon riendo.

-¿Estás tan segura? Bien veamos quién es mejor estudiante- retó la Taiwanesa.

Nayeon simplemente comenzó a reír a la par de Tzuyu mientras seguían avanzando y comprando cosas.
Entre la conversación, Nayeon iba a tomar una botella de ketchup para Mina, cuando su mano se encontró con otra queriendo tomar el mismo producto.

Al dirigir su vista a la persona que tomaba aquella botella al mismo tiempo, se tensó.

-¿Nayeon, eres tú?- aquella voz le dijo, mirándola con suma sorpresa.

Con un par de arrugas adornando su piel, con una mirada cansada y marcada por la edad, aún con eso, Nayeon no olvidaría ese rostro nunca en la vida.

La mujer pensó confundirse por un momento, pero en definitiva, pese a la madures en su rostro y a haber pasado tantos años lejos, esa era la persona correcta.

-De verdad eres tú... Dios, cuánto has crecido- menciono de nuevo la mujer.

Tzuyu estaba confundida, mirando a una desconocida llamar a Nayeon y el como la coreana estaba estática en silencio, mirando a la mujer mayor, solo le traía incertidumbre y una mala sensación más.

La mujer miró entonces a Tzuyu, pareciendo asombrada de que estuviera acompañando a la coreana, por lo que volvió a hablar.

-Está niña ¿Es tu hija?- y repentinamente se dibujó una sonrisa en los labios de la mujer. -Dios no sabes cuan feliz me siento de verte y enterarme de esto, Nayeon- y con eso último, la mujer intento acercarse a la castaña y darle un abrazo.

La reacción, Tzuyu no la esperó, pues antes de que la mujer atrapará en un abrazo a Nayeon, está reaccionó por fin y la apartó de inmediato con un empujón no tan brusco, seguido de Nayeon dando un paso para atrás y haciendo con su mano que Tzuyu se apartará de ella tambien.

-Tzuyu... Vamonos- fue lo único que salió de los labios de Nayeon, y sin esperar respuesta, sujetó la mano de la menor y se alejaron de la mujer, quien claramente dejaba ver una expresión triste y dolorosa.
Finalmente, sin oponerse en absoluto, y sin importar que habían dejado el carro de compras atrás, salieron del supermercado y se dirigieron, apresuradas por el andar de Nayeon, hacia la parada de taxi, totalmente dispuestas a marcharse.

Nayeon paró el primer taxi que pasó y sin preguntar nada, hizo subir a Tzuyu y seguido ella, alejándose del lugar.
La Taiwanesa estaba sumamente confundida, pero la mirada de Nayeon, el como actuó era totalmente inusual.

Estaba preocupada.

-¿Que fue todo eso? ¿Que acaba de pasar?- sin esperar más, preguntó a Nayeon quien entre más se alejaban, más se relajaba.

Nayeon no hablo de momento, seguía abrumada, mirando al frente con la mirada perdida, no fue hasta que Tzuyu colocó su calida mano sobre la suya, que por fin reaccionó, mirando los oscuros y brillantes ojos curiosos de Tzuyu.

-Esto fue... Tan rápido. Lo lamento mucho Tzuyu- por fin articulaba palabras, disculpándose sinceramente con la menor.

-Está bien, no pasa nada. Solo... Es la primera vez que veo tu gran energía detenerse de golpe ¿Estás bien?- con la sinceridad que la caracterizaba, dijo.

No estaba segura de si era lo correcto, pero de alguna forma sentía que debía sacarlo, aquellas emociones en su interior. Tzuyu tenía ya 13 años, era alguien que seguramente podría entender su frustración, su enojo, el porque reaccionó como lo hizo. Quizá...

-N-no realmente- sus palabras flaquearon un momento. - esa mujer, era mi madre... Jamás creí que volvería a verla, o al menos que ella cruzará palabras conmigo- aclaró, logrando sorprender a Tzuyu.

-Pero ¿Por qué no? Es tu madre, se supone que se quieren...- gran error dicho.

Nayeon solo soltó una breve risa amarga mientras bajaba la mirada. Sabía que aquello no era intención de Tzuyu, pero lo que dijo le dolió.

-Tambien creí lo mismo años atrás... Pero, estaba equivocada- respondió Nayeon, notando como Tzuyu se confundía y la miraba en silencio, como esperando algo que aclarase sus dudas. -Mamá y papá me echaron de casa cuando tenía 20 años... Lo hicieron porque no podían aceptar que amara a Mina- soltó así sin más.

Y la sorpresa en el rostro de Tzuyu se hizo presente nuevamente. Fue en ese momento en el que su mente hizo click y entendió completamente todo. Esa fue la razón por la que Nayeon se sentía una cobarde, esa fue la razón por la que quizá Mina y ella se alejaron...

Pensó que aquello era muy triste.

No tenía palabras que decir, no sabía que podría hacer que Nayeon dejara aquella afligida expresión de culpa. Quizá ni siquiera entendía del todo la situación. Por lo que, lo único que pudo hacer, fue colocar su mano sobre la de Nayeon y mirarla nuevamente.

La cálida mano de Tzuyu de alguna forma la ayudaba a calmarse, observando su pequeña mano sobre la de ella, y después de eso, el rostro de Tzuyu, insistente mirándola.

-Todo está bien, tranquila- fue lo único que alcanzó a decir Tzuyu, poniendo un gran esfuerzo en que Nayeon dejara de estar tensa.

Pudo sentirlo, el empeño de Tzuyu, logrando que al menos un poco de la tensión por fin bajara y solo se limito a tomar la mano de Tzuyu y dedicarle una tenue sonrisa.

-Lo sé, gracias... De verdad, gracias- y tras eso, por fin pudo calmarse.

Más tranquila de la situación, Nayeon bajó junto a Tzuyu a un minisuper, dónde compro al menos lo mínimo para preparar una comida antes de que Mina regresara a casa. Finalmente cuando volvieron, Tzuyu subió a asearse, mientras Nayeon preparaba algo rápidamente.

Entre sus pensamientos no dejaba de rondar la expresión de su madre, su rostro triste. Se veía envejecida y cansada, ya no podía apreciar ni un rastro de la mujer que vio por última vez hace tantos años, aquella que no fue capaz de defenderla de su padre, no siquiera de sus propios ideales... Miles de preguntas rondaban su cabeza en ese momento ¿Ella la habría buscado después? ¿Se arrepentía de lo que había hecho? ¿Por qué justo cuando está siendo feliz, le sucedían esas cosas? ¿El rechazo hacia su madre significaba que era una rencorosa que no tenía paz por no haber perdonado a su madre?

No lo sabía, lo único claro es que estaba auto atormentandose cómo siempre.

Escucho la puerta de la entrada abrirse y cerrarse, seguido de pasos cansados, esto anunciaba la llegada de Mina a su casa, por lo que tomo un gran respiro y se dirigió a la sala, dónde escucho parar a la japonesa y tirarse en el sofá más cercano.

Justo cuando salió de la cocina y llegó a la sala, ahí estaba una desalineada Mina, con la blusa formal blanca desfajada, el cinturón de su elegante pantalón abierto y con varios mechones de su negro cabello cubriendo su rostro.

-Bienvenida señorita desalineada ¿Día duro?- fue lo primero que Nayeon le dijo a Mina, quien solo respondió con un "Umh" sin moverse en absoluto.

Nayeon se sintió algo preocupada, no quería que la japonesa se desgastará tanto en aquello, sabía que era un trabajo demandante, pero no quería que se sobre esforzara. Así que simplemente se acercó y acercó un taburete para Mina, para que la menor subiera sus piernas en el y pudiera descansar mejor.

-¿Que sucede? ¿Cómo fue el juicio?- preguntó nuevamente, viendo cómo Mina de inmediato pasaba su mano por su cabello, apartando cada pelo de su pálido rostro.

-Todo va muy mal... Perdimos la audiencia de hoy... De hecho, muy probablemente perdamos el caso- comenzaba diciendo mientras suspiraba. -Si Seungkwan dice la verdad, entonces Jung tiene una sucia e increíble coartada para ganar ¡Dios, el maldito tiene fotos, Nayeon! ¡Fotos! Es tan... Humillante- y soltó un agotador suspiro. -Todo lo que tenemos para ganar queda en un estúpido celular viejo que llevan meses sin poder reparar, es una mierda- escupía con desden.

Nayeon soltó una pequeña risa y seguido de eso, posó uno de sus dedos sobre los labios de Mina, haciendo que la japonesa se sobresaltara y un ligero rubor apareciera progresivamente por la acción de la coreana castaña. Aquello fue inesperado.

-Si aún queda una esperanza, por más pequeña que está sea, entonces no te rindas Minaya- comenzó a decir Nayeon dedicándole una tenue sonrisa. - Se que puedes hacerlo porque eres Myoui Sharon Mina, la persona más inteligente que conozco- halagaba.

Mina pudo sentir como si corazón se aceleraba ante la amabilidad de Nayeon, era tan agradable que poco a poco podía calmarla.

-Si es complicado, pero te creo capaz de lograrlo, meses atrás no tenían nada con que defender a Seungkwan y hoy ahora sigues de pie haciendo todo lo posible, tu y tu equipo son fuertes- seguía hablando mientras está vez le daba una pequeña caricia a la mejilla de la japonesa. -Incluso en el más pequeño de los detalles encuentras claridad, ten fe en ello. Y si resulta mal; quiero que sepas que mi hombro estará disponible para recibir el descansar de tu cabeza- finalizó dedicándole esa tan característica sonrisa a Mina, la que solo tenía para ella.

Y nuevamente, ante el apoyo de Nayeon, Mina no pudo hacer más que corresponder la sonrisa y creer en las palabras de Nayeon, porque no solo creía en ella, también creía en si misma y que aún podía luchar.

-No sé cómo es que siempre logras hacer esto conmigo, de verdad... Nadie me calma como tú- dijo Mina sonriendo con más calma.

-Es parte del encanto de la increíble y hermosa Nayeon, o sea yo- dijo exagerando la expresión, sacándole una risa a Mina, quien simplemente le dió un ligero empujón cariñoso.

Pero entre las risas, pudo ver algo en aquella mirada, algo que Nayeon no podía ocultar en absoluto. Mina miraba un toque triste y nostálgico en aquella mirada oscura. Algo molestaba a Nayeon.

-Gracias por todo Nayeon, de verdad- comenzaba a hablar con cautela. -Realmente siempre logras que me sienta mejor... Muchas veces olvidando te de tu propio malestar, justo como haces ahora- dejo salir la japonesa.

Nayeon se sorprendió por la facilidad con la que Mina había notado su malestar, le ponía un poco nerviosa que ella quisiera indagar más.

-No siempre tiene que haber una razón para que no tenga tanta energía como de costumbre, Minaya- respondía, tratando de convencer a la menor que todo estaba bien.

-Eres mala mentirosa y lo sabes, así que dime ¿Que sucedió? ¿Tzuyu se portó mal?- preguntó, pero Nayeon negó de inmediato. -¿Alguien te molesta?- interrogó más.

Sabía que podía confiar en Mina, lo hacía ciegamente, pero no quería que al hablar, Mina sintiera responsabilidad al respecto, sobre todo porque de alguna forma estuvo implicada en su momento.
Comenzó a remover inquietos sus pies, mientras evadia la mirada por momentos esto en señal de nerviosismo.

-Hoy mientras hacía compras con Tzuyu... Volví a ver a mi madre- soltó repentinamente, notando como la expresión en el rostro de Mina pareció más serio. -Jama pensé que ella querría hablarme de nuevo, pero lo hizo, se acercó a mirarme, incluso por un momento pareció feliz porque pensó que Tzuyu era mi hija o algo así... Yo solo la rechacé, sali corriendo como una cobarde- explicaba.

-Nayeon, no eres ninguna cobarde, es una reacción normal- Mina se acercaba un poco, para poder posar su mano sobre la de la castaña. - Ella y tú no terminaron bien,es normal rechazar, es normal no querer escuchar. Sin embargo, no es normal que tengas que cargar con ello. Las cargas desgastan Yeonnie, entre más las cargas, más difícil es avanzar. Claro, no te digo que tengas que ir de vuelta a ese supermercado para buscarla y abrazarla, pero tampoco te atormentes así- Mina comenzaba a acariciar el dorso de la mano de Nayeon.

-Yo no sé si pueda incluso articular palabra frente a ella- poco a poco lo dejaba salir. -Toda la tarde no he parado de pensar en ella, en si en todo este tiempo ella alguna vez pensó en mí. Solo he dado vueltas sin parar y no quiero seguir haciendolo- confesó, a lo que Mina solo se acercó un poco más.

-Quizá, cuando tengas la voluntad suficiente reunida, debas intentar hablar con ella. No soy la mejor opción, pero si te hace sentir mejor, puedo acompañarte. Me gustaría hacerlo- Mina sugería, logrando que Nayeon se sorprendiera de que la japonesa estuviera dispuesta a eso.

-¿De verdad harías eso por mi?- Nayeon pregunto entre su sorpresa, haciendo que Mina riera un poco.

-Por supuesto ¿Por qué te sorprende tanto? Si yo soy feliz de hacer cualquier cosa que te haga feliz y te de paz- soltó sin pensarlo mucho, siendo consiente de sus palabras cuando Nayeon comenzó a ruborizarse, en consecuencia también se ruborizó. -Eh qui-quiero decir... Yo, solo trato de... Me importas mucho Nayeon... Yo solo...- se tropesaba torpemente con sus palabras.

Nayeon encontró la timidez de Mina sumamente adorable, tanto que no pudo resistirlo más y simplemente se abalanzó sobre ella, envolviendola en sus brazos mientras se quejaba emocionada.

-¡Dios santo! Eres tan hermosa ¡Haces que muera de ternura Mina!- Nayeon exclamaba mientras estrujaba a la japonesa con sumo cariño.

-Basta, Tzuyu va a bajar en cualquier momento y...- Mina trataba de retener, logrando que Nayeon la mirara de frente.

-¿Y que? Te estoy abrazando solamente Minaya, ¿Por qué Tzuyu tendría que pensar algo incorrecto? ¿Que te asusta? Pequeña pervertida- Bromeaba Nayeon con aquel comentario, haciendo sonrojar aún más a Mina.

-¡Nada, olvídalo!- exclamó mientras cubría su rostro completamente avergonzada.

Nayeon simplemente volvió a abrazarse de Mina, mientras hacia un escándalo, repitiendo cuan bonita y adorable le parecía que Mina se sonrojara.

Las rosas y quejas en aquella sala inundaron el ambiente, no fue hasta que el teléfono de Nayeon comenzó a sonar, notificando que tenía una llamada entrante, por lo que se separó de la pequeña batalla que tenía con Mina para contestar.

Cuando miro la pantalla, pudo ver el nombre de "Dahyun" en ella, logrando sobresaltara un poco.

-Eh... Oye Mina, ¿Que tal si vas a cambiarte de ropa para que bajes a cenar? Por lo mientras contestaré está llamada ¿Está bien?- sugirió a la japonesa despeinada, que se levantaba del sofá riendo.

-Claro, ya vuelvo- fue lo único que dijo y comenzó a subir las escaleras hacia su habitación, esto mientras Nayeon se alejaba hacia la entrada y por fin tomaba la llamada de Dahyun.

-Hola pequeño tofu ¿Que necesitas?- fue lo primero que dijo al contestar el teléfono.
Hubo una pequeña pausa que la impaciento un poco. -¿Dahyun? ¿Estás ahí?- pregunto ante la ausencia de respuesta.

Su estómago sintió un hueco cuando un pequeño sollozo se escuchó desde el otro lado de la línea y quedó en Shock en cuanto Dahyun hablo.

-Nayeon, por favor... Tienes que venir. Chaeyoung tuvo un paro respiratorio...-

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🐰🐧🐯

Espero este capítulo haya sido de su agrado, estamos llegando al punto crítico de esto, estoy ansiosa jaja

En fin muchas gracias por leer, por votar y comentar. De verdad se los agradezco infinitamente 💕

Nos leeremos pronto~

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