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Capítulo 25 "Seré valiente"

Aquella mañana Nayeon se levantó muy temprano, era un día muy especial para ella, tenía mucho por hacer y debía aprovechar al máximo su tiempo. Tras tantos meses de trabajo en la casa Myoui, por fin cumplía una de sus pequeñas metas, eso la tenía sumamente contenta, jamás se imaginó que lo que Mina le pagaría sería tan ostentoso, al menos para ella. Por un momento pensó que la japonesa estaba siendo muy generosa y se negaba a recibir aquel pago, no fue hasta que la propia Mina le mostró que aquella cantidad es la que ganaba una niñera común.

Claro, debió imaginarlo, después de todo ¿Quien paga niñeras en Corea? Solo personas con la economía para hacerlo.

Su rutina planeada se vio irrumpida por una llamada breve de la japonesa.

Para Nayeon fue extraña la llamada de Mina tan temprano, tal parecía que la japonesa llevo a Tzuyu a la escuela y se marchó al trabajo más temprano de lo normal, esto debido a que ella junto a Jihyo irían a las instalaciones de Sunrise, según la orden del juez, para poder recabar pruebas.

Todo aquello significaba una cosa para Nayeon, podía llegar más tarde a la casa Myoui, lo cual era un pequeño respiro para ella,podría adelantar algunas tareas y así mismo tendría más tiempo para ser ella quien entonces recogiera a Tzuyu más tarde, cuando saliera de la escuela, esto debido a que habría taller de música y la Taiwanesa llevaría su guzheng, el cual era algo pesado para llevarlo por su cuenta.
Afortunadamente tomo con calma sus actividades de la mañana; hizo compras para su hogar, se compró una blusa que hace tiempo quería y finalmente, se le ocurrió comprar un pequeño detalle para Mina, un pequeño pero muy apetecible chocolate, recordaba cuánto le gustaban aquellos a la japonesa.

Finalmente cuando volvió a su casa, volvió a encontrar aquella figura esperándola frente a su puerta, quien al hacer contacto, le dedicó una gran sonrisa.

-Hey Nayeon, espero no ser inoportuna- la alta rubia le dedicaba una gran sonrisa a la recién llegada.

-Jeongyeon... Es muy agradable verte- respondía Nayeon.

-Parece que alguien está feliz, ¿Que tal si almuerzas conmigo?- Jeongyeon le decía a su mejor amiga, quien devolviéndole la sonrisa se acercó a saludarla.

-No te imaginas cuánto- respondió mientras abría la puerta. -Pasa y sorpréndete...- dijo aquello, invitando a la más alta a pasar.

Cuando Jeongyeon ingresó a la casa de Nayeon, se sorprendió de la vista, no pensaba que se encontraría con aquello.

-Nayeon... ¿Y tus cosas? Todo está... Empaquetado- decía mientras miraba la casa ordenada y semi vacía, las pertenencias de Nayeon estaban acumuladas en cajas y estás estaban a su vez apiladas cerca de la entrada.

-¿Sorprendida?- pregunto Nayeon sonriendo y dejando sus compras en la pequeña barra de la cocina. -Por fin, después de ahorrar tanto y trabajar en casa de Mina, me iré de aquí Jeongyeon... Abandono este pequeño y feo departamento para rentar un lugar mejor y más bonito- daba la noticia a su mejor amiga.

Jeongyeon pareció realmente sorprendida y no pudo evitar acercarse a su mejor amiga y abrazarla.

-No puedo creer que por fin dejes este lugar... Después de todos estos años, por fin- la estrujaba entre sus brazos con genuina alegría. -No sabes lo feliz que me siento por ti-

Nayeon río entre el abrazo y finalmente se separaban para verse a la cara.

-Ha sido muy duro pero, por fin puedo decir que mi vida está cambiando Jeongyeon- la castaña suspiraba.

Jeongyeon pudo notar un brillo especial en aquellos ojos, hace tanto que no lo miraba y ahora estaba ahí, llenando de dicha a su querida amiga.

-¿Y como va todo con Mina?- preguntó, tentando que probablemente, la japonesa sería una de las razones de ese brillo.
Cómo pensó, Nayeon se ruborizó un poco y rio nerviosa.

-No puedo decir que me ame, pero... Hay algo Jeongyeon, después de casi un año de haber vuelto a su vida, puedo sentirme con pistas de que Mina, por una pequeña fracción, una mínima posibilidad... Me pueda volver a corresponder- y la sonrisa en su rostro se ensanchó aún más. -¡Mina podría corresponderme Jeongyeon!- y abrazaba de vuelta a su amiga mientras la levantaba y daba un par de vueltas.

-¡Hey, hey! Bájame- renegó la más alta entre risas.

La dicha de su amiga era una noticia grata de ver y escuchar, sobre todo, de compartir. No solo Nayeon había encontrado un mejor lugar para vivir, también comenzaba a sentirse amada de nuevo. Esperó tanto por ello.

Después de la pequeña conversación, Jeongyeon invitó a la castaña a comer cerca de ahí, hablaron un poco de su día a día. Jeongyeon había asistido a una cena muy importante donde el comenzar invitado había elogiado la comida que preparó, aquello la tenía muy feliz debido a la buena crítica recibida. Aquella y otras anécdotas fueron las que las amigas compartían; hasta que vieron a una joven y su madre tomar asiento cerca, ambas parecían tan cercanas.

-Se ven muy lindas, de solo imaginar que en un par de años quizá estés igual- comentaba Jeongyeon mientras observaba a madre e hija reír por una anécdota entre ellas.

Nayeon entonces suspiró con algo de cansancio. Si bien había podido acercarse un poco a Tzuyu, no podía decir que se miraba con la menor así como la madre e hija al lado de su mesa.

Jeongyeon por su parte, notó la expresión cansada de Nayeon ante lo que mencionó y por un momento se sintió algo culpable, sabía que Tzuyu sería un gran reto para la castaña y sabía también lo mal que a veces la hacia pasar. Así que tomo algo de aire antes de proseguir.

-Se que te esfuerzas demasiado en agradarle a esa niña. También se que a pesar de todo, ella comenzó a agradarte y de alguna manera, pienso que también le agradas un poco...- decía Jeong, logrando que Nayeon la mirara con curiosidad.

-¿Agradarle? ¡Me odia! Cuando nos conocimos fui pateada, le puso picante a mi postre y a mi té, me ha amenazado incontables veces sobre no ponerle las manos encima a Mina de más y la última vez engaño a Mina para que entrara a la habitación donde yo estaba desnuda- se cubría el rostro por la vergüenza de recordar aquello último.

Jeongyeon comenzó a reír para después posar su mano sobre la de Nayeon y llamar su atención, cosa que logró.

-Pero... Ella decidió que podías quedarte ¿No es así? Tzuyu está aceptando que seas parte de su vida y la de su madre. ¿No crees que eso significa algo?- cuestionaba Jeongyeon, logrando que Nayeon cambiará de expresión, notandose ahora sorprendida y pensativa.

-Eso... Es verdad, jamás lo había pensado de esa forma- Nayeon jamás se detuvo a verlo de aquella manera, recordó incluso el rostro decidido de Tzuyu aquel día en el que decidió que podía seguir conquistando a Mina.

Jeongyeon de verdad sabía que Nayeon se esforzaba, se trataba del amor de la vida de la mayor; aún recordaba a Nayeon en la preparatoria, haciendo todo a su alcance por hacer feliz a Mina.
Se atrevía a pensar que la mayor sería capaz hasta de dar la vida por ella.

Nayeon siempre fue auténtica con la japonesa, una vez Mina confesó que ese aspecto era una de las razones por la cual se había enamorado.

-Quizá sea momento de dejar de buscar razones para congeniar y simplemente ser tú, eso evitará problemas a futuro- comentaba Jeongyeon, Nayeon parecía curiosa de lo que le diría la rubia. - Como esos novios idiotas cuando están conquistandote, hacen de todo para agradarte, pero cuando consiguen que su faceta te agrade y te conquistan, te sentirás desilusionada al ver que aquello que te encantó y enamoro no es realmente él; lo mismo con Tzuyu, no hagas cosas por las que no estás dispuesta a seguir cuando te ganes su corazón-

Nayeon lo pensó detenidamente, era verdad, había hecho muchas cosas como conseguir un perro, cocinarle postres y panqueques porque Chaeyoung le dijo que a Tzuyu le encantaban los perros y el pan. Por supuesto, no le incomodaba en absoluto cocinar cosas deliciosas para ambas Myoui, pero simplemente eso no era algo que hiciera que Tzuyu se acercara.
Si Tzuyu estaba de acuerdo en que podía quedarse y conquistar a Mina, significaba que la menor estaba dispuesta a aceptarla a ella también.
No estaba tan lejos de ser ella misma, aún recuerda el rostro contento de Tzuyu cuando la ayudo a hacer aquella maqueta, incluso intercambiaron un par de bromas esa tarde. Quizá debía dejar de intentar agradar con acciones que sobre consentían a Tzuyu y debía comenzar a agradar por lo que ella era realmente.

-Hey, no te esfuerces demasiado en entenderlo de momento. No quiero que tú única neurona se sobrecaliente y muera- Bromeaba Jeongyeon, ganándose un amistoso empujón de la mayor. -Pero en serio, meditarlo con calma-

Y sin tocar de vuelta el tema, Jeongyeon dió un sorbo a su café y continuo con la conversación anterior.

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Jihyo estaba irritada, miraba de un lado a otro sin encontrar nada en concreto, Mina le seguía el paso, nerviosa de la expresión irritada de su mejor amiga.
Ambas se encontraban en las instalaciones de Sunrise; gracias a la aprobación de aquella orden del juez, por fin podían acceder al lugar e intentar encontrar algo que pudiera servir para seguir armando sus pruebas, pero hacia un rato habían llegado, y no había signo alguno del personal que probablemente necesitaban.

-¡Esto es inaudito!- gruñía con frustración la coreana, mientras sobaba con cansancio el puente de su nariz.

-Jihyo, cálmate por favor, no vamos a lograr nada si no pensamos con la cabeza fría- comentaba Mina, posando su mano sobre el hombro de la más baja.

-Es como si ese tramposo de Jung hubiera desaparecido a su personal de seguridad de aquí- tras otro gruñido, Jihyo pasaba su mano por su cabello con frustración. -Este sitio suele estar repleto de seguridad por esos locos Sasaeng, y ahora, tal parece que nadie cuida este lugar- se quejaba nuevamente.

Mina sabía que Jung probablemente lo había hecho a propósito, no iba a exponer a su personal y que gracias a ellos fuera descubierto.

Pronto algo llamo la atención de la japonesa, nuevamente el cuarto de seguridad pero por fin veía a alguien ingresando, por lo que corrió rápidamente hasta la puerta y la retuvo para que aquel guardia no la cerrara.

-¡Espere! Tenemos una orden...- fue lo primero que salió de la boca de la japonesa, forcejeando un poco con aquel guardia.

El hombre le dió la cara a la chica con ceño fruncido y tratando de cerrar la puerta. A lo que Jihyo llego a apoyar a Mina y dió un empujón más, logrando vencer al hombre y abrir la puerta. Este al verse acorralado simplemente retrocedió un par de pasos mirando algo nervioso a ambas abogadas.

-¿Escondiéndose el día de nuestra visita? Que descortes- dijo la coreana, mirando con seriedad al hombre quien simplemente suspiró.

-No pueden entrar aquí, es área restringida- trato de decir el guardia, sin embargo, no logro hacer retroceder a las dos mujeres.

-¿A sí? Pues tengo un maldito papel que dice que puedo entrar a cualquier área de seguridad de este jodido edificio- fue la respuesta agresiva de Jihyo, mostrando frente al hombre el papel firmado por el juez.

Mientras Jihyo discutía con aquel hombre, Mina observaba las instalaciones de aquel cuarto de seguridad, podía apreciar un par de pantallas dónde se apreciaban algunas áreas con cámaras de vigilancia, entre ellas alguna del área de comedor, pasillos, etc. Pero lo que llamo la atención de Mina, fue la de la entrada del estacionamiento, lo cual podría servir.

-Jihyo, cálmate- primero llamó a su amiga, posando su mano sobre el hombro de esta y una vez que ella guardo silencio, la japonesa miró al guardia.

-Tomaremos algunas capturas de sus cámaras de seguridad, específicamente del día 13 de Enero del presente año- pedía la japonesa con voz un poco más tranquila que Jihyo.

El hombre sonrió con suficiencia y rio levemente.

-Necesitan una orden específica para examinar las cintas. Si bien tienen acceso a las instalaciones, no tienen ningún permiso de ver nuestro material de seguridad...- aseguro el hombre mientras se acercaba lentamente a un par de cajas con algunas memorias USB.

-No es así...- Jihyo dijo con completa seguridad.

-Es verdad, son abogadas ¿No? Deben saberlo más que cualquiera-

-¡Por supuesto que lo sabemos, aquí en la orden vienen las especificaciones!- aseguro la mayor.

-¿De verdad? Bueno... entonces tomela, adelante...- dijo burlón el hombre y una vez que llegó hasta las cajas, las tiró, logrando revolver todas las USB.

Ambas abogadas solo miraron como un montón de memorias eran revueltas en ese momento, esto mientras el hombre levantaba las manos en forma de defensa.

-Es claro que ha sido un accidente- aclaró mientras sonreía tenuemente. -Es cierto, pueden revisarlas, espero encuentren lo que buscan- aclaró de forma burlona.

Mina se agachó a aquella pila de memorias solo para notar que varias de ellas no tenían etiqueta de la fecha, solo estaban ahí sin más, ante esto, soltó un suspiro agotado.

Jihyo se dejó llevar por el cólera y sujetó de su corbata al hombre con completo enojo.

-¿Crees que nos obstaculizan, idiota?- dijo furiosa al guardia quien simplemente le sonrió.

-No me toque, abogada Park. Cualquier rasguño irá en su contra- dijo triunfante el hombre, logrando que la coreana lo soltara de mala gana.

Peino su cabello hacia atrás y suspiro en un intento de calmarse.

-Mina, recogelas todas, nos la llevaremos- dijo con completa seguridad, logrando que Mina se sobresaltara.

-¿Que? Jihyo son...- trato de quejarse, pero su mejor amiga se lo impidió.

-Recógelas, te lo pido como jefa- sentenció, logrando que Mina simplemente suspira también y comenzará a tomar aquellas USB y meterlas en la caja que las contenía ordenadas hace tan solo un momento.

-Como permiso, señoritas- y con esa misma voz burlona, se despedía con la mano aquel guardia y abandonaba el lugar.

Mina estaba enfadada, no podía creer lo sucio que estaba siendo todo aquello, por un momento deseo levantarse y golpear a ese sujeto, pero sabía que debía controlarse, y por otro lado también estaba molesta con Jihyo por lo último que le dijo.

Una vez que terminó de colocar todas las USB en la caja se levantó y miró a Jihyo.

-Aquí tienes, jefa- dijo entregándole de mala gana la caja a la mayor, quien se sobresaltó ante aquello.

-Mina lo siento, pero... Descubrí algo ¿Está bien si lo comentamos en el auto?- decía la coreana,a lo que Mina siguió caminando sin mirar a la mayor.

-Si, como sea...- contesto de mala gana todavía.

-Mina, en serio lo siento, pero tienes que escuchar- Jihyo se apresuraba a salir de aquel lugar con la caja en sus manos.

Mina camino más lento para permitir que Jihyo la alcanzará, una vez que la coreana le dió alcance, se acercó a su oído de forma sigilosa, Mina no se apartó.

-Él guardia de hace un momento, tenía una cicatriz en el dedo medio, como si le hubieran retirado puntos recientemente- susurro la mayor.

Mina se detuvo un breve momento, mirando con sorpresa a Jihyo.

-Entonces... El es uno de los probables agresores de Seungkwan- contesto Mina de igual forma con voz baja.

-Así es, debemos preguntar a alguien quien es el guardia en turno del piso 2- Jihyo aseguro mientras miraban a los alrededores, topandose por fin con un escándalo musical cerca.

Ambas decidieron acercarse, llegando a una puerta que decía "Sala de práctica No.5"
Jihyo dirigió su mano hacia la manija de la puerta, dispuesta a abrirla.

-¿Que haces? No tenemos permiso de entrar ahí- la Pelinegra regrimino, pero su mejor amiga, con una sonrisa maliciosa, abrió sin más.

Adentro había un grupo de chicas practicando una coreografía, ellas se detuvieron en el momento en que vieron a la coreana entrar y finalmente pararon la música.

-Buenas tardes señoritas, lamento irrumpir su animada práctica- se disculpaba en primera instancia. -Nos gustaría hacerles un par de preguntas si no les molesta-

Las chicas se miraron unas a otras un breve momento, dudosas de lo que sucedía o de si debían acceder a la petición de la desconocida abogada.

-¿Que necesita?- se animó a hablar por fin una de ellas, a lo que Jihyo se acercó con más confianza.

-Gracias, primero me gustaría saber quién es el guardia en turno de esta área?- preguntó.

Las chicas nuevamente se miraban unas a otras, dudosas de responder.

La que parecía la líder, miró detenidamente a las dos abogadas y después la caja en sus manos, nada de eso le daba buena espina.

-Yo pienso que ustedes no deberían estar aquí, nos meterán en problemas- aclaró la chica. -Sabemos del problema legal del CEO Jung, y a nosotros sus artistas no nos incumbe meternos en ello- continúo.

Jihyo se molestó, sabía que no sería fácil, ya que probablemente aquellas chicas también habían Sido víctimas, o simplemente sabían lo que ocurría y no querían decir nada por miedo a perder su sueño. No estaba segura, solo sabía que debía intentar llegar a ellas.
Por lo que simplemente aclaró su garganta ante el silencio tortuoso en el que se habían metido con aquel grupo de chicas.

-Entiendo lo que dices, francamente estoy segura que sabes que es lo que estamos buscando... Incluso creo que sabes el porque el socio Boo fue vetado de aquí- comenzaba a hablar Jihyo.

Las chicas apartaron la mirada, algunas de forma culpable y otras de forma triste.

-Y como es claro que lo saben, quiero que puedan ayudarnos a detener esto. Se que un sueño requiere sacrificios, pero ¿No consideran que están sacrificando lo impensable? ¿Realmente vale la pena permitir que otras y otros pasen por lo mismo?- preguntaba con voz calmada, notando como una de las chicas les daba la espalda, limpiando discretamente sus lágrimas.

-Por favor... Esto es Corea del Sur, la justicia contra agresores sexuales ricos... No es más que una broma, cruel y desafortunada- decía la que parecía la líder, mirando con severa seriedad a la coreana abogada.

Jihyo guardo silencio un breve momento, sintiéndose culpable por lo que la joven artista había dicho y más aún por la mirada preocupada que le dió a su compañera de grupo. Sintió mucha indignación al respecto.
Pero no sé dejaría vencer, por lo que volvió a aclarar su garganta.

-Yo se a que te refieres, cientos de víctimas sin justicia, ¿Año y medio contra implicados en prostitución? Un asco total... Desde que era estudiante, repudiaba las condenas absurdas, condenas de uno o dos años, mientras ellos arruinaron años de vida de sus víctimas- comenzaba a hablar Jihyo, notando como las chicas bajaban la mirada.
-Es por eso que me esforcé cada día en convertirme en abogada, años en los que mi pasión por la justicia me impulso a convertirme en quien soy ahora, no solo una abogada, sino de las mejores del país, tanto así que el departamento de justicia de Seul está a mi cargo- Agrego aquello, logrando captar la atención de las jovenes. -Quizá no he podido ayudar a todas las víctimas, pero lucho día con día por poder ayudar a todas las que a mis manos lleguen... Si cambian de opinión... Por favor, busquenme, personalmente Velarde por su anonimato- Finalizaba Jihyo, haciendo una ligera reverencia para las jóvenes, antes de darle la espalda al grupo de chicas y salir de la sala de ensayos con Mina tras de ella.

Ambas iban en total silencio, Mina se quedó abrumada por el pequeño discurso que recién había dado su mejor amiga, realmente ella buscaba lo mismo, por eso amaba el derecho.
Finalmente, ambas abogadas salían con aquella caja llena de grabaciones, dirigiéndose al auto de la mayor.

-Jihyo...- llamo Mina a la coreana, quien miró y le dedicó una tenue sonrisa.

-Dime, Mina- respondía.

-Gracias por esforzarte tanto...- agregaba, sintiendo admiración por su mejor amiga.

Después de acomodar la caja en el asiento trasero, las abogadas estaban dispuestas a marcharse, hasta que algo pequeño golpeó el parabrisas del auto, llamando la atención de ambas. Las amigas se miraron para que Mina se dispusiera a salir del auto y mirar hacia arriba. Desde el tercer piso, una mano tiraba otra cosa al para brisas.
Mina se acercó, observando un labial en el suelo, así que curiosa se agachó a levantarlo, notando que tenía un papel dentro. Después miró de vuelta arriba, notando que aquella mano ya no estaba.

La japonesa se dispuso a entrar al auto y le mostró a Jihyo el labial.

-Hay un papel dentro, abrelo - pidió, a lo que Jihyo asintió, abriendo el labial y tomando el papel, notando ahí un número telefónico.

Ambas se miraron sorprendidos y se sonrieron mutuamente.

-Parece que he convencido a alguien- Jihyo sonrió con entusiasmo.

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Nayeon bajaba del taxi que la llevo a la escuela que asistía Tzuyu, podía ver a varios niños de la edad de la Taiwanesa caminar con tranquilidad fuera de las instalaciones conversando con sus compañeros.
Miraba insistente entre todo el bullicio, tratando de encontrar a la hija de su amada, caminó por la pequeña reja, insistentente en encontrarla.
No fue hasta que notó a un pequeño grupo de niños y cerca de ellos, ahí estaba por fin Tzuyu, quien parecía estar tímida, mirando al chico que era el centro de atención, completamente insegura.

Nayeon sonrió ampliamente, como una boba se podría decir, se sentía tan dichosa de ser testigo de ver al afortunado chico que tenía la atención de Tzuyu.

Con cautela, se fue acercando, tratando que no la notaran de inmediato. Finalmente llegó cerca de Tzuyu, topando lentamente su espalda y se inclino un poco para estar próxima al oído de la menor.

-Llevo 10 minutos buscándote, pequeña pilla- le susurraba a la Taiwanesa, ganándose un salto sorprendido de la chica.

-Na-Nayeon... ¿Que haces aquí?- se preguntó Tzuyu, sujetando su pecho debido a la sorpresa.

-Mina tiene trabajo, así que me envió- respondió Nayeon aun sonriendo. - y a decir verdad he encontrado una pequeña y curiosa sorpresa... Dime Tzuyu ¿Mina sabe que te gusta ese chico?- preguntaba burlona a lo que Tzuyu se ruborizo con rapidez y apartaba la mirada.

Se sentía un poco culpable de estar molestando a Tzuyu, quizá era un poco de venganza después de todo lo que Tzuyu le había hecho pasar con Mina. Pero por otro lado realmente estaba curiosa de lo pasaba por la mente de Tzuyu en ese momento.

-¿Te han dicho lo molesta que eres?- pregunto Tzuyu a la coreana, quien río divertida.

-Si, Mina, Chaeyoung, Dahyun, mi mejor amiga Jeongyeon... Y la lista continúa- contestaba aún en tono burlón. -Mas bien, no creo que sea muy cómodo estar observando a las personas a poca distancia ¿Por qué no te acercas?- preguntaba ya más relajada, notando que la Taiwanesa bajaba la mirada mientras ocultaba una de sus manos con inquietud, despertando más curiosidad en Nayeon.

-No puedo... Taehyung es demasiado popular, siempre que es su cumpleaños, está rodeado de personas dándole mucha atención- aclaraba Tzuyu.

Taehyung, así que así se llamaba el chico.

-Si es tan popular, no debería ser extraño ni sospechoso que te acerques a hablar con él ¿Verdad?- animaba Nayeon, dándole un pequeño empujonsito a la menor quien simplemente negó de forma enérgica.

-No es solo eso... Él realmente, hoy es su cumpleaños, está recibiendo atención y regalos realmente bonitos y costosos- decía con algo de timidez.

Nayeon entonces miró la mano que Tzuyu escondía, sabía que algo tenía ahí por lo que simplemente mironeo, intentando que Tzuyu la dejara ver qué tenía ahí.

-¡Basta!- se quejaba Tzuyu, causando la risa de Nayeon nuevamente.

-Vamos, no es tan malo. Si el te gusta, confío en que escogiste con el corazón - decía Nayeon, logrando que Tzuyu tomara algo de confianza, pues si bien no había comprado el regalo, si lo elaboró con mucho cariño. Que Nayeon reconociera aquel pequeño detalle le agradó mucho.

La coreana solo observó como con algo de timidez, Tzuyu extendía su mano y le mostraba lo que guardaba en ella. Ahí Nayeon vio asombrada un pequeño llavero en forma de guitarra, adornado con la noche estrellada de Van Gogh. Nayeon de verdad estaba sorprendida, cada detalle, cada borde, todo era sumamente perfecto y bien hecho.

-Me tomo un par de días, pero creo que lo hice bien...- decía Tzuyu con inseguridad, mirando igual de tímida a la coreana, quien aún estaba asombrada mirándolo.

-Tzuyu... Pero ¿Que dices? ¡Este regalo es increíblemente bonito!- Tzuyu escuchó eso de la coreana, sorprendiendo de nueva cuenta, no esperaba aquello.

-¿Re-realmente lo crees?- preguntaba insegura, sin embargo, Nayeon se inclinaba a su altura y le dedicaba una gran sonrisa.

-Por supuesto que si. Estoy segura que no podías encontrar algo tan increíble para darle y decidiste crearlo por tu cuenta para llegar al nivel. De verdad Tzuyu, creo que este regalo no se compara a todas esas cosas sin dedicación que están dándole- agregaba la castaña, dándole ánimos a Tzuyu.

La Taiwanesa no estaba del todo segura, sentía que algo iba a salir mal o que iba a arruinarlo de alguna forma, podía escuchar las risas de los niños, burlándose de ella y de su regalo. Escuchaba a esa cruel niña del orfanato reír entre todos ellos, señalandola y llamándola "sucia China" despectivamente.
Sacudió la cabeza, no podía seguir dejando que esos miedos la invadieron toda la vida... Tenía que ser valiente.
Y sin volver a esperarlo, sintió un toque en su mano, cuando levantó la vista, Nayeon le sonreía completamente genuina, y de forma lenta, colocaba en su mano un chocolate de elegante envoltura, parecidos a los que Mina solía comer de vez en cuando.

-¿De dónde sacaste eso?- preguntó curiosa Tzuyu. Nayeon solo rio.

-Soy una mujer precavida ¿Que esperabas?- respondió simplemente para después, simplemente continuar -Tzuyu, eres muy bonita y amable. Estoy segura que podrás hacerle llegar el cariño que pusiste en este pequeño y sencillo regalo... Así que, adelante- y con aquella amplia sonrisa, Tzuyu se sintió con la suficiente valentía de hacerlo.

-Bien... Lo haré, puedo hacerlo...- se dijo a sí misma, mientras comenzaba a caminar.

Fijo su mirada en Taehyung y comenzó a dirigirse hacia él. El chico parecía sonreír con amabilidad a los compañeros que le obsequian cosas y le deseaban un feliz cumpleaños, no fue hasta que miró a la extranjera acercarse a él con una tenue sonrisa.

-H-Hola Taehyung, feliz cumpleaños...- por fin soltaba un par de palabras al chico, quien puso toda su atención en ella.

-Hola, Tzuyussi...- devolvía el saludo.

La castaña solo tomo un poco de aire y estiró su mano, ofreciendo el llavero y el chocolate que Nayeon le había dado, dejando sorprendido al chico.

-Solo quería desearte feliz cumpleaños. Hice esto para ti, espero y te guste- sin vacilar, dejaba salir sus palabras y finalmente, el chico tomaba el regalo, aún con sopresa en sus ojos, sorpresa que aumentó al ver el llavero.

-Tzuyu... Esto es... ¡Increíble! ¿Cómo supiste que amo las pinturas de Van Gogh?- pregunto el menor a Tzuyu quien se ruborizo un poco pero pudo manejarlo.

-Vi la réplica que hiciste de la noche estrellada, supuse que te gustaría- decía sin más, ganándose un leve sonrojó está vez del pelinegro.

-Eres muy observadora- fue el tímido comentario del chico, a lo que Tzuyu solo rio y asintió.

-Así es, me gusta mirar a las personas agradables. Cómo tu- aseguró y sin esperar más se dió la vuelta, dándole la espalda al chico, completamente sorprendida de sus propias palabras y finalizó con una breve despedida. -Hasta mañana Taehyung- y se alejó sin prestar atención a las miradas curiosas de sus compañeros y la encantada del pequeño Tae.

Tzuyu caminaba con la mirada fija en Nayeon y una expresión que casi hace que Nayeon corra hacia ella y pellizque sus mejillas de lo adorable que le pareció.
Cuando Tzuyu finalmente llegó hasta ella, Nayeon tomó su mano y la Taiwanesa no protesto en absoluto.

-Excelente ¿Nos vamos?- dijo Nayeon con tranquilidad sin recibir una respuesta verbal de la menor, pues está solo asintió mientras levantaba un pequeño maletín por el que Nayeon tenía curiosidad.

Ambas caminaron fuera de la escuela, manteniéndose en silencio, cuando Nayeon por fin detuvo un taxi, abrió la puerta para que Tzuyu entrara, ayudándola con su mochila y el pequeño maletín y después subió ella, cerrando por fin la puerta tras de ella.
Permanecieron en silencio un par de segundos, dedicándose una pequeña mirada cómplice, todo para después soltar un pequeño grito de emoción.

-¡Lo hice! Pude acercarme y hablar con Taehyung... Jamás pensé que podría- Tzuyu soltaba aquello entre su emoción, mirando a Nayeon con una sonrisa más amplia de lo habitual.

-¡Lo sé! Y él se veía halagado y feliz, estoy segura que lo tocaste...- Nayeon decía, dándole ánimos a la menor.

-Gracias... Fue agradable sentir apoyo respecto a eso- dejaba salir aquellas palabras Tzuyu.

-No hay nada que agradecer, a mi me alegra que pudieras hacerlo- Nayeon le dedicaba una gran sonrisa a la menor. -Aunque... Con y sin mi ayuda, se que igual hubieras podido hacerlo-

Repentinamente, Tzuyu bajo la mirada algo tímida, llamando la atención de la castaña, quien apunte ese pequeño gesto, se puso curiosa.

-¿Que sucede?- preguntó de inmediato.

-Y-Yo solo quería pedirte que... No le menciones nada a Mina de momento- hacia su petición mientras miraba ocasionalmente a la coreana, se sentía algo cohibida de hacerle una petición a Nayeon. -Ella me ha enseñado a tenerle confianza, es solo que... Quiero esperar un poco, antes de decirle- comunicaba.

Nayeon simplemente soltó una pequeña risa, esto mientras fingía secar una lágrima de sus ojos por la risa anterior.

-Descuida, yo no sé nada- y complicita, le dejo ver a Tzuyu que no diría nada.

Tzuyu sonrió, jamás imaginó sentir un impulso por parte de Nayeon; pero ahí había estado la chica, diciéndole que todo saldría bien y teniendo razón al respecto. Por primera vez sentía que la coreana no estaba sobre esforzándose en agradarle, simplemente hizo algo por ella que sin lugar a dudas fue genuino. ¿Por qué lo pensaba? Fácil, porque estaba segura que aquello Mina no lo sabría hasta que ella misma se lo dijera, sería como un secreto que Nayeon guardaría para ella, al menos eso es lo que la coreana había prometido. No quería ni imaginar la reacción exagerada de Mina al saber que "su bebé" comenzaba a ser atraída por alguien.

"-Vamos, Mina también tuvo mi edad, seguramente a los 12 años comenzaba a atraerle alguien también-" pensó la Taiwanesa mientras miraba por la ventana con una pequeña sonrisa en los labios.

Posteriormente, mirando las luces y el atardecer por la ventana, un pensamiento cruzo su mente. Nayeon parecía alguien muy detallista, incluso le dió un chocolate para Taehyung sin ella saber nada al respecto. Fácilmente unió cavos y sonrió aún más...

-Si que eres una romántica, Nayeon- Tzuyu soltó aquello, llamando la atención de la mayor.

-¿Eh? ¿Por qué lo dices?- dejo su duda a flote.

-Ese chocolate... Era para mamá ¿Verdad? Se que Mina adora esa marca en especial- aseguraba la menor sin apartar la vista de la ventana. -Estoy segura que ese romanticismo es lo que enamoró a mamá Mina la primera vez-

Nayeon pareció sentirse avergonzada esta vez. Si bien recordaba a una Mina sería y hasta cierto punto, fría. La antigua Mina adoraba los detalles que Nayeon siempre tenía con ella; desde simplemente inclinarse frente a ella para atar los cordones de sus zapatos, hasta flores y citas románticas a lugares que a la japonesa le agradaban.

-¿Cómo le dijiste a Mina que te gustaba la primera vez?- una pregunta más por parte de Tzuyu llegó a sus oídos.

Esta vez fue turno de Nayeon de mirar hacia la ventana y soltar un suspiro, dejando que tras la luz del atardecer su mente se llenará de recuerdos bellos y melancólicos.

-Realmente... No fue nada especial al principio, podría decirse que fue casi un cliché sacado de un anime- dijo en primera instancia.

-Mina adora el anime, comenzaste bien- aseguro Tzuyu.

-Es verdad, juro que no fue intencional, simplemente fue... Al estilo ¿Nayeon?...- comenzaba de forma vacilante para después suspirar una vez más. -Deje una nota en su casillero, y cuando se encontró conmigo... Simplemente lo solté, solo dije "te amo" tan simple y cliché como eso- confesaba.

-Así como lo cuentas no parece nada romántico- la Taiwanesa estaba algo confundida.

-Bueno, pude haberme exhibido en frente de todo el colegio, pude hacerlo en secreto o en una cena romántica y Mina seguro hubiera reaccionado igual a como lo hizo- y nuevamente una sonrisa se marcaba ante el recuerdo de Mina corriendo hasta ella para abrazarla, diciendo "También te amo" -Mina estaba enamorada de mi, de quién yo era, no de los regalos que le daba, ni de las cenas románticas. El simple hecho que se tratara de mi diciéndole que la amaba, parecía ser suficiente para ella... Lo sé porque para mí fue exactamente igual- confesaba.

Tzuyu entendió que es lo que Nayeon trataba de decir, así que no preguntó nada más al respecto, se quedó satisfecha de lo que Nayeon le había dicho, y sin más solamente siguió viendo el cielo naranja, atardeciendo.

Cuando por fin llegaron al hogar Myoui y Nayeon pago el taxi, ayudó a Tzuyu a bajar su mochila y el pequeño maletín que cargaba. Finalmente, cuando ingresaron a la casa, Nayeon puso las cosas de Tzuyu momentáneamente en el sofá.
Miraba curiosa aquel pequeño maletín con el nombre de la Taiwanesa en el.

-¿Que llevas aquí? Te he visto maltratar este maletín en más de una ocasión- preguntaba Nayeon, logrando que Tzuyu pusiera mala cara.

-Son las piezas y picas para afinar y tocar mi Guzheng...- contestaba con calma, contraria a su reacción.

-No pareces felíz- Nayeon vio el rostro de Tzuyu, está desvió la mirada.

-No me gusta hacerlo, lo hago bien, pero... No es algo que me apasioné, solo lo hago porque a mamá Mina le gusta asistir a mis recitales- confesaba Tzuyu, sintiendo que Nayeon podía guardar aquel secreto también. -Realmente prefiero cantar... Aunque tampoco se me da muy bien- y soltaba aquello último.

Nayeon recordó de inmediato lo que Chaeyoung le había dicho al respecto, Tzuyu amaba cantar según la coreana rubia, pero en ese momento, Tzuyu parecía algo afligida al hablarlo con ella, como si nada de eso estuviera disfrutandolo.
Quizá era momento de dar un paso más, así que tomo algo de aire y prosiguió a dejar salir su voz.

So lock the door
And throw out the key
(Así que cierra la puerta y tira la llave)

Can't fight this no more
It's just you and me
(No puedo luchar más contra esto, solo somos tú y yo)

Tzuyu miraba asombrada a la coreana, de todas las sorpresas de aquel día, está era la más grande, su voz era simplemente increíble, bella y armoniosa.

And there's nothing I, nothing I, I can do
(Y no hay nada que yo, nada que yo pueda hacer)

I'm stuck with you, stuck with you, stuck with you
(Estoy atrapada contigo, atrapada contigo, atrapada contigo)


Finalizaba su pequeño canto, mirando a la Taiwanesa, quien estaba sumamente sorprendida por su canto, tanto que simplemente Nayeon había parado de cantar y Tzuyu aún la miraba asombrada.

-Cuando sientas que no puedes hacerlo, déjalo salir... Desde aquí- Nayeon decía aquello, tocando su pecho, justo donde se hubicaba su corazón.

-¿Por qué eres tan buena cantante y yo no lo sabía?- decía Tzuyu completamente emocionada. -¡Tienes que enseñarme! Dios tuve todos estos meses a una cantante increíble en casa y no lo sabía- decía completamente contenta, viendo en Nayeon alguien que pudiera enseñarle una oportunidad de mejorar en aquello que tanto amaba.

-Ummmm no lo sé...- Nayeon fingía hacerse la difícil.

-¡Oh vamos! Prometo portarme mejor, te haré menos bromas- Tzuyu trataba de persuadir a la coreana castaña que solo soltó una pequeña risa.

-Bien, bien, te enseñaré pero... Tienes que prometerme algo- la mayor condicionaba a la Taiwanesa, quien la miró dudosa.

-¿De que se trata?- preguntó curiosa.

-Prometeme que a partir de ahora, serás más valiente- decía aquello, dedicándole una sonrisa a la menor. - Mina puede parecer dirá y estricta a veces, pero realmente ella... Estará feliz con el simple hecho de que tú lo seas- aseguraba Nayeon.

Tzuyu entonces parecía pensativa, para después simplemente sonreír.

-Esta bien, prometo ser más valiente, con mis amigos, con Taehyung y sobre todo... Con mamá Mina- decía Tzuyu sonriendo para después mirar un poco más seria a Tzuyu, esto sin perder su sonrisa. -Pero a cambio, quiero que tú también seas más valiente con mamá Mina-

Nayeon miró sorprendida a Tzuyu, quien con aquella expresión calmada y sonriente, elevaba su mano, enseñando su meñique, pretendiendo sellar aquella promesa con Nayeon quien simplemente suspiró y le dedicó otra sincera sonrisa a la menor, e imitando a Tzuyu, entrelazó su meñique con la Taiwanesa, sellando una promesa entre las dos.

-Bien, seré más valiente también, lo prometo-

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🐰🐧🐯🦌

Buenas, espero se encuentren bien y que estén pasando un buen día. Me disculpo por la tardanza, me cambiaron de turno de nuevo, trámites para mí servicio social y bla bla jajaja
Espero disfrutarán el capítulo y que fuera de su agrado uwu

Sin más que decir, agradezco sus comentarios, sus votos y a aquellos silenciosos, sus lecturas, espero sigan disfrutando de esta historia que se acerca a su fin. Sin embargo, ya estoy preparando otra (Minayeon también) que espero puedan pasar a leer cuando sea publicada.

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