Capítulo 23 "Más que a nada"
Nayeon jamás imaginó que tendría a dos "infantes" en esa casa, si bien había empezado a saber cómo tratar con Tzuyu, con la cabeza del hogar Myoui se convirtió en una pequeña sorpresa, al darse cuenta que la japonesa no sabía quedarse con las manos quietas. Había hecho de todo para salir de la cama, sin importarle ser regañada por la taiwanesa, Nayeon e incluso Jihyo, quien llamó por teléfono, diciéndole que se comportara o no la dejaría volver hasta que descansara adecuadamente.
Cómo era de esperarse, las advertencias de Jihyo tampoco le importaron en absoluto.
Aquella mañana, después de ir a dejar a Tzuyu al colegio, Nayeon volvía con total calma, notando una grúa frente a la casa Myoui, se apresuró a llegar, notando que, por fin, el auto de Mina estaba como nuevo, evidentemente, la japonesa estaba afuera, apoyada de la pared, recibiéndolo y firmando lo que fuera necesario.
-Esto sería todo, señorita Myoui. Gracias por confiar en nosotros- agradecía el hombre y tras un cordial saludo, se retiraba.
Nayeon solo sonrió divertida, tal parecía que Mina no pensaba descansar nada.
-Myoui Sharon Mina ¿Se puede saber por qué está fuera de la cama?- Nayeon le hablaba, notando como Mina solo suspiró.
-No iba a dejarlos esperando hasta que llegaras- se defendía.
-No importa que, siempre encuentras un pretexto- se reía Nayeon y abría la puerta para que Mina ingresara.
-Pero, aún no he revisado a mi bebé- se quejaba, haciendo referencia de "su bebé" a su auto.
-Mina... Pon tu trasero adentro, ahora- Nayeon hablo un poco más severa, logrando que, tras un bufido poco femenino, Mina entrara a la casa con andar lento.
Cuando ambas ingresaron, Nayeon guío a Mina a la cocina para que se sentara a desayunar, cosa que la japonesa hizo sin objetar. Era un alivio para la mayor que Mina ya pudiera andar sin apoyo de nada.
-Eres afortunada Mina, no todos los días estoy de ánimo para preparar mis panqueques especiales- Nayeon se jactaba mientras comenzaba a hacer la mezcla. - ¿Quieres café o leche?- preguntó.
-Si se trata de tus panqueques, en definitiva, quiero leche- Mina respondía con una cálida sonrisa. Esto mientras sacaba su teléfono celular y mironeaba un poco.
Nayeon simplemente le dio la espalda y terminó de preparar la mezcla. Inconscientemente no podía parar de sonreír, ya que el escenario le parecía sumamente agradable; ella siempre se imaginó poder compartir mañanas así con la persona que amaba, y por supuesto, Mina era quien siempre estaba en cada una de esas fantasías que mantenían tan cálido a su corazón.
Miró hacia atrás de reojo a la japonesa y se sorprendió un poco al percatarse de que Mina también estaba viéndola con cautela. Cuando la menor se vio descubierta, rápidamente bajo la mirada de vuelta a su teléfono celular, tratando de ocultar el ligero sonrojó que se apoderó de sus mejillas.
Nayeon sonrió aún más, sintiendo que aquella situación era lo más cercano que tendría relacionado a esas fantasías en las que imaginaba compartiendo con el amor de su vida un delicioso desayuno.
La felicidad que experimentaba era tal que simplemente comenzó a tratar una canción de su juventud, una que le recordaba a esa dulce japonesa de 14 años, mirando un anime de idols, lugar de dónde salió aquella música. En aquel entonces, de alguna manera, mientras Mina cantaba con voz suave aquella canción, Nayeon la miraba fijamente, su sonrisa, su bello y perfecto perfíl. Nayeon supo que se enamoraba de Mina en ese preciso momento.
Por otro lado, en cuanto Mina escuchó la melodía que Nayeon tarareaba, la miró rápidamente. Conocía esa canción e inevitablemente su corazón comenzó a acelerarse, mientras una sonrisa comenzaba a dibujarse en sus labios. ¿Como olvidar el día que la escucharon juntas por primera vez mientras veían aquel anime?
El viento sopla un poco frío hoy
Estaba segura cuando lo sentí
Realmente deseo que nos veamos y quiero que sea ahora
Mina comenzaba a cantar suavemente, mirando detenidamente a Nayeon, quien al escuchar la voz de la japonesa se giró, encontrándose con los ojos marrones de Mina. Simplemente no pudo ocultar su sonrisa
No puedo contarte la razón
Tampoco sé desde cuando me pasa esto,
De lo que sí estoy segura es que mi corazón llama tu nombre...
Aunque el japonés de Nayeon no era muy bueno, su melodiosa voz no era opacada, y seguía a Mina, todo mientras llevaba una taza de leche hasta la japonesa y le dedicaba una sonrisa llena de amor.
Pensar que todo esto llegó demasiado lejos
Puede ser por culpa de mi falta de determinación
Quiero el coraje para volver a empezar
Todo esto ya puede estar dentro de mí
Entonces, si no se despierta pronto, sería malo
Ambas se sonreían, sus miradas se volvían tímidas, desviándose de la de la otra en algunas ocasiones mientras seguían cantando, llenándose de memorias y recuerdos, aquellos tan preciados y que se sentían lo suficientemente afortunadas de compartir con la mujer frente a ellas.
Lentamente, dejándose llevar por sus emociones y la cálida sonrisa de la Pelinegra, Nayeon acercó su mano hacia la de Mina, aquella que sostenía la taza que acababa de darte y le propinó una suave caricia. Esto causó que Mina dejara de cantar y solo se perdiera en aquella mirada tan dulce.
¡He llegado a amarte más que a nada! (¿¡Qué a nada!?)
Desde ahora quiero crear esta historia contigo
¡He llegado a amarte más que a nada! (¿¡Qué a nada!?)
La forma de tus sueños, quiero que me cuentes más de ellos
Nayeon continúo, dejando que su voz expresará su sentir en ese preciso momento, perdida en la mirada contraria que se encontraba maravillada, inundada de ese brillo especial que bien recordaba la coreana.
Y la esperanza comenzaba a florecer, todo en su interior fue un remolino de emociones al ver a Mina con esa expresión, con sus mejillas ligeramente sonrojadas. Era su pequeño destello de esperanza, uno que le decía que quizá Mina podría volver a amarla, que el último deseo de Chaeyoung podría cumplirse de verdad, que su propio más grande anhelo fuera realidad, volver a tener al amor de su vida en sus brazos...
Mina no se alejó del contacto, dejando que Nayeon acariciara su mano, dejando que viera a través de sus ojos.
-No sabes cuan feliz me siento que recuerdes esa canción- Mina decía con voz suave, sonriendo tímidamente.
-¿Por qué la olvidaría? Me recuerda a el día en que me di cuenta que me estaba enamorando de ti...- aquello último, escapó de sus labios como un tenue susurro y tras ello, el silencio anuncio su llegada.
Mina no estaba segura si era físicamente posible que su corazón saliera de su pecho, golpeaba tan fuerte que tenía miedo de que Nayeon pudiera escucharlo. Aunque se preguntaba si aquello realmente importaba a esas alturas. Lo único en lo que podía pensar era en las palabras de Nayeon, esa coreana castaña de adorables mejillas y sonrisa atrapante que aún sostenía su mano.
-A veces me pregunto... ¿En qué momento todo cambio? - Mina respondió aquello con inteligencia, y como esperó, la mirada de Nayeon se apartó de la suya así como su contacto.
Mina esperaba una respuesta así, porque con lo que dijo estaba orillando a la coreana a decir algo más, algo más allá... Algo que desde hace tiempo deseaba escuchar.
Por su parte, Nayeon se sintió de forma incierta. Algo en ella quería decírselo a Mina, que jamás cambio nada porque seguía amándola como la primera vez, pero, otra parte de ella decía que lo correcto era esperar un poco más, aún no estaba segura de que Mina pudiera corresponder, Tzuyu aún la odiaba y realmente, su avance no era demasiado.
No sabía que hacer, hasta que recordó a su amada y nerd Mina de la secundaria. Sonrió para sí misma y después volvió a ver a Mina.
-Mis sentimientos son como la materia, no se destruyen, solo se transforman- y sonrió triunfal al ver la expresión confundida de Mina.
La japonesa trató de averiguar más, sin embargo, su teléfono comenzó a sonar, rompiendo el encanto y el misterio del momento.
Con frustración, Mina lo tomó, viendo que se trataba de Jihyo.
-¿Hola, Jihyo? ¿Está todo bien?- Mina hablaba primero.
-Hola Mina, lamento irrumpir tu
Descanso, pero tenemos problemas-
-¿Problemas? ¿Qué ha sucedido esta vez?-
La coreana guardo silencio un breve momento, intrigado aún más a la japonesa, quien estaba atenta a cualquier cosa que pudiera decir Jihyo.
-El reo que atacó a Seungkwan... Está muerto-
Mina se sobresaltó, no esperaba aquello, quedándose sin habla un breve momento.
Nayeon se preocupó por la expresión en el rostro de Mina.
-¿Cómo que está muerto? Jihyo... ¿Qué está pasando? -
Jihyo le prohibió a Mina saber del caso hasta después de que descansara al menos 5 días, pero en ese tiempo no solo murió aquel hombre, sino que se había acumulado mucho trabajo y comenzaba a desesperarse.
-Calma, nadie del equipo está herido. Pero en cuanto a ese tipo; después de volver del hospital, pedí una reunión con él. Todo estaba en orden y me concedieron la reunión después de que lo interrogaron. Pero, al día siguiente en la noche, justo unas horas antes de nuestra reunión, lo encontramos colgado en su celda con las sábanas de la cama... No hubo oportunidad de nada-
Jihyo informó a Mina, quien simplemente llevo su mano a su cien y la acarició con frustración.
-No puede ser posible... ¡Es más que obvio que ese bastardo de Jung está detrás de esto!- el enojo en Mina comenzaba a crecer. -Piénsalo Jihyo, Jung insiste en que el proceso de Seungkwan debe seguir con Seungkwan preso y esa misma tarde, un reo estaba esperándolo en su celda para matarlo. Y ahora resulta que cuando el sujeto falla, se suicida en su celda y nadie sabe nada ¡Y una mierda!-
-Mina, por favor cálmate. Sé que esto es complicado y vamos, no soy tonta, todos pensamos exactamente lo mismo que tú, pero no podemos comprobarle nada de momento. Lo que necesito que hagas es que te reúnas nuevamente con Seungkwan, la primera audiencia será en un par de días y aún no tenemos nada concreto-
Mina suspiró fastidiada, sabía que no debió permitir que Jihyo la aislará del caso.
-Entiendo, me reuniré hoy mismo con él. Trataré de recabar la mayor información posible y ver qué podemos hacer de momento- Finalmente, Mina decía aquello, estando dispuesta a volver a trabajar, aunque aún no terminará su periodo de descanso.
-Gracias Mina, y por favor, no andes sola en ningún momento- la coreana advertía a la abogada, quien simplemente suspiró en respuesta y colgó el teléfono.
Nayeon observaba en todo momento a Mina, no estaba segura de que decirle a la chica, solo podía apreciar su mirada seria y disgustada. No pudo evitar pensar que el destino de verdad la odiaba y no quería verla feliz en absoluto; sin embargo, no se quedó ensimismada en sus propios pensamientos y deseos, se acercó a mina y volvió a posar su mano sobre la de la japonesa, llamando así su atención.
-No soy experta en derecho, pero puedo asegurar que las cosas no marchan bien- Comenzaba diciendo para después volver su caricia más cálida. -¿Quieres que te acompañe con Seungkwan? Quizá no soy la mejor opción, pero si la más dispuesta- con aquello, volvía a dedicarle una sonrisa a la japonesa, quien sonrió amablemente y simplemente suspiro una vez más.
-¿Estás segura? La ultima vez... todo fue muy tenso- Mina decía, tratando de leer la verdadera sensación de Nayeon tras esa sonrisa, pero no pudo ver nada, tal parecía que la coreana hablaba muy en serio.
-Soy Im Nayeon, siempre estoy segura de lo que digo- aclaró con voz triunfante y egocéntrica, haciendo que Mina simplemente negara divertida. -De verdad, prometo que esta vez me portaré bien- finalizó.
-De acuerdo, te dejaré acompañarme. Podemos aprovechar para comprar algunas cosas para la cena- Y finalmente, la japonesa aceptaba.
Ambas se pusieron de pie y decidieron dirigirse fuera de casa en el auto de Mina. La bogada no estaba segura de que tan adecuado sería llevar a Nayeon al hogar Boo, pero aun con ello, se sentía sumamente segura a su lado.
.
El viaje trascurrió sin mayores complicaciones, Mina sabía la dirección del chico gracias a aquel compañero policía que lo escoltó a el y a su esposa a casa aquel día del hospital, era una zona residencial privada con muchas casas bastante bonitas a su parecer. Podría decirse que lucia como las calles de una película americana cliché, bastante hermoso, a decir verdad.
Mina bajó lentamente del automóvil, aunque su herida ya no sangraba y había cerrado bien, aun no cicatrizaba y por supuesto, aun le dolía si se movía demasiado. Nayeon decidió bajar a ayudar a la japonesa, sujetándola de sus caderas con suavidad y Mina apoyó sus manos sobre los hombros de la castaña.
-Vaya, si que comienzas a pesar- Bromeaba la coreana, ganándose una mirada reprobatoria de la japonesa.
-Tu has cocinado en casa los últimos 6 días, si subí de peso es tu culpa- contraatacó mientras estabilizaba su marcha. -De acuerdo, puede que tarde un poco charlando con él ¿Quieres venir prefieres quedarte aquí a esperar? - preguntó.
-No quiero sentirme más miserable mirando su, seguramente, muy bonita casa... además creo que necesito algo de aire fresco- aclaraba Nayeon dedicándole una sonrisa tranquilizadora a Mina.
Finalmente, la japonesa fue hasta la entrada, siendo recibida por aquella quien era la esposa del chico. La mujer le dedicó una amable sonrisa y le permitió pasar para encontrarse con el coreano. Justo como dijo Nayeon, la casa de Seungkwan era sumamente bonita y envidiable, era de esperarse aquello por parte de un empresario.
Finalmente, ingresó a la sala de estar, donde el coreano ya estaba esperándola. Cuando la vio ingresar, simplemente se puso de pie y la recibió con una ligera reverencia.
-Mina, es un gusto verte. La señorita Park me notificó que vendrías a conversar conmigo hoy- Era lo primero que decía el coreano.
-Así es, es muy importante porque el día de audiencia está muy próximo- Comenzaba a hablar la japonesa. -Supongo que estas enterado de la muerte del sujeto que nos atacó- preguntaba, a lo que el varón simplemente asintió algo disgustado.
-Lo supe en cuanto la señorita Park estuvo desocupada, se perdió la oportunidad de obtener algún trato o siquiera declaración de él- Respondía Seungkwan con preocupación en su voz, realmente se encontraba intrigado por lo que pudiera estar sucediendo.
-Tenemos la teoría de que Jung deseaba que siguieras el proceso en prisión para que ese prisionero hiciera el trabajo sucio por él y silenciarte de una vez por todas, al ver su encargo frustrado, entonces el silenciado fue el más vulnerable...- explicaba Mina al coreano quien simplemente suspiro angustiado.
-Si... también la señorita Park informó eso. Estoy preocupado por la seguridad de mi familia... Jung está demostrando ser capaz de cualquier cosa para que sus artimañas sigan funcionando en lo profundo- comenzaba a dejar salir un poco de sus inquietudes. -Por cierto ¿aún no logran recuperar la información de mi celular destruido? -
-No, Chan y Bam han estado trabajando duro, no es un modelo tan reciente, lo que ha dificultado a los ingenieros encontrar los adaptadores oportunos para extraer la información de la tarjeta de memoria. También revisaron la nube de tu dispositivo y ni siquiera parece estar enlazada- explicaba Mina.
-De cualquier forma, necesitamos conversar sobre lo que tenemos y como podremos usarlo para la primera audiencia. Hasta ahora lo único solido que tenemos son las grabaciones de seguridad fuera de Sunrise, donde se ve a personal de Jung sacarte de ahí con las lesiones que aun se te ven- comenzaba a explicar. -También tenemos la grabación en la oficina de Jihyo, donde Jung pretendía sobornarla para acelerar el procedimiento y meterte a prisión-
-¿Qué hay del ataque en mi celda y el preso muerto?- Seungkwan creyó firmemente que aquello podría servir.
-Aunque tengamos una teoría casi segura de que Jung tuvo que ver en todo, no tenemos ninguna manera de como probarlo... quizá si revisamos las cámaras de seguridad de los pasillos podamos encontrar algo, sin embargo, no es tan simple, necesitamos un permiso para tenerlas y al no haber realizado yo una demanda contra ese sujeto, no hay manera de proceder... en cuanto a ti, tampoco puedes hacer nada, porque él ya está muerto- Mina explicaba al coreano, quien simplemente puso una expresión aún más angustiada.
-No puede ser...-
Mina sintió pena por el chico, incluso por ella misma, metida en aquel gran aprieto. Realmente todo estaba siendo demasiado complicado y el riesgo era constante.
-No pensemos de más, por ahora lo importante es pulir tu versión sobre aquella noche en la que fuiste agredido, usaremos eso como primera arma para la audiencia- Mina explicaba, a lo que Seungkwan simplemente asintió.
El chico repitió el relato que contó la primera vez, el como es que encontró balances que no cuadraban en sus inversiones, así mismo el como decidió encarar al propio Jung por las anormalidades en sus negocios, encontrándose con la escena ya descrita. Seungkwan describió a los sujetos, incluso la apariencia de quienes lo agredieron, así mismo, el vehículo en el que subieron a aquella joven, al final el cómo terminó desvaneciéndose en los callejones aledaños.
Mina escucho todo atentamente, tomando puntos muy importantes a su parecer para poder armar su defensa.
-Si aquellos sujetos de "Shiroi" ingresaron y se retiraron en una camioneta, es probable que podamos mirarlos marcharse en las cámaras de seguridad- explicaba Mina. -Llamaré a Chan para que revise minuciosamente y si hay posibilidad de visualizar las placas- Mina comenzaba a anotar en un pequeño cuaderno de bolsillo. -¿Con qué te golpearon?-
-¿Eh? Pues... con sus manos, no usaron ningún tipo de arma, simplemente fueron sus puños, y fueron al menos tres sujetos... de hecho...- comenzaba a recapitular una vez más, teniendo un pequeño detalle importante entre sus recuerdos. -La herida en mi ceja fue hecha con un anillo de acero, puedo jurar que se rompió de lo fuerte que me golpearon... incluso, el portador se hizo algo de daño...- comentaba.
Mina encontró algo importante por donde entrar, si lo que el coreano decía era cierto, entonces tenía una pequeña pista para comenzar a señalar probables culpables. Ningún guardia usaba joyería, y el que la usara, debía tener algún tipo de lesión en la mano en la que llevara el anillo.
-Esto es muy importante, lo tomaremos muy en cuenta- Mina explicaba y siguió indagando. -¿Tienes algún examen de laboratorio o radiografías de aquel día? ¿alguien que los recibiera por ti? Si la lesión que ese sujeto se hizo sangró, puede que haya algo de su sangre en tu herida- Mina decía.
-Lamentablemente no recuerdo mucho, mi esposa estaba enfadada porque nuestra salida se vio arruinada...- el comenzaba a explicar. -Aquella tarde ella y yo planeábamos... bueno, salir como acostumbrábamos mensualmente. Solo sé que ella llegó al hospital un poco tarde, porque se quedó esperándome en el aeropuerto y jamás llegue- explicaba.
Mina suspiró, parecía que aún no había mucho que poder recabar, pero sentía que tenia algo bueno para acusas al señor Jung, y eso era las lesiones del joven empresario.
-Entiendo, por el momento, supongo que puedo tratar de averiguar si alguno de los guardaespaldas de Jung tiene las características mencionadas, también encargaré a Chan que revise nuevamente las grabaciones de seguridad y veré la posibilidad de obtener las cámaras de los pasillos del pabellón- mina explicaba brevemente al joven quien simplemente asintió.
-De acuerdo, si necesitas que te acompañe al hospital a buscar mi expediente de aquel día, no dudes en llamarme, estoy dispuesto a cualquier hora- finalizaba el coreano.
Mina simplemente asintió y se puso de pie, parecía que tenía buenos puntos para llevarle a Jihyo y entre su equipo comenzar a armar la defensa de la primera audiencia.
-Comunícate conmigo por cualquier inconveniente, también tienes el numero de respuesta inmediata de seguridad, esperemos que todo siga tranquilo- Mina se encaminaba lentamente hacia la salida.
-permíteme acompañarte a la salida- Seungkwan también se ponía de pie y seguía a Mina a la salida.
Cuando la puerta se abrió lo primero que la japonesa vio, fue a Nayeon recargada contra el cofre del auto, ella sostenía una pequeña platica con una niña de aproximadamente 10 años, ambas parecían reírse juntas. Por un momento, la japonesa se olvidó que estaba en compañía de Seungkwan y se quedo de pie, mirando a la coreana reír con aquella niña con la que parecía conversar sobre el perro que la pequeña llevaba paseando.
El coreano no pudo pasar desapercibido el como Mina se quedó observando a la castaña en el auto, él recordaba esa mirada, Mina siempre miraba de esa forma a la coreana. Desde preparatoria hasta la universidad... los ojos de Mina siempre brillaban de aquella forma cuando se trataba de Nayeon.
Y nuevamente, un sentimiento incierto lo invadió.
-Creo que... Nayeon siempre fue muy protectora... ¿cuido bien de ti?- se escapó de los labios del coreano, arrepintiéndose de inmediato al sentirse entrometido con algo que la misma Mina le había prohibido mencionar, pero para su sorpresa, Mina solo rio tenuemente.
-Lo hizo... incluso ahora, a pesar de que no tiene ninguna responsabilidad ni deber conmigo... cuida bien de mí y de Tzuyu, aunque a Tzuyu no le agrade mucho- Soltó sin pensarlo, causando intriga en el coreano.
-¿Tzuyu? ¿Quién es Tzuyu?- cuestionó curioso.
Mina reaccionó, dándose cuenta que estaba hablando de más, pero ¿Qué más daba? No era como si aquello fuera algo que Seungkwan o cualquier otra persona no pudiera saber.
-Myoui Tzuyu... es mi hija- dijo sin más, girando su rostro para ver la sorprendida expresión del castaño.
-Te... ¿Tienes una familia?- y la curiosidad del chico siguió a flote.
-¿No crees que te estas entrometiendo demasiado?- pregunto divertida Mina, a lo que el coreano se ruborizo al percatarse que Mina tenía razón.
-Lo siento mucho... no era mi intensión incomodarte- respondió apenado mientras desviaba la mirada.
Mina simplemente rio tenuemente y soltó un suspiro.
-Me separé de mi esposa hace casi un año... Tzuyu es todo lo que tengo- respondía sin más la japonesa.
Fue ahí cuando Seungkwan volvió a mirar sorprendido a Mina, tal parecía que tenia una idea equivocada o no estaba entendiendo algo del todo. Mina se percató de la extraña expresión en el joven y volvió a reír por la incertidumbre tatuada en sus facciones.
-¿Qué?-
-Nada... solo que... Creí que Nayeon y tu estaban juntas...- y el chico soltó la bomba.
La sonrisa en el rostro de mina desapareció, proceso contrario a un rubor adornando progresivamente sus mejillas, ahí fue justo el momento en el que apartó su vista del chico y miró de vuelta a Nayeon, quien ahora acariciaba al cachorro que la niña llevaba. Estaba muy nerviosa ahora.
-Na-Nayeon y yo volvimos a vernos aproximadamente hace un año...- explicaba Mina algo tímida y posteriormente se puso un poco más seria. -Pasé ocho años sin saber de ella realmente... así que no. Ella y yo no estamos juntas, solo somos amigas y me ayuda a cuidar a mi hija...- aquello último, Seungkwan pudo detectarlo con un toque de resentimiento y melancolía; sentimientos que lo invadían a el también, ya que sabía perfectamente que el era el culpable por el que esas dos chicas hubieran seguido caminos diferentes.
-Mina... - el chico intento decir algo más, lo que fuera, pero la pelinegra decidió que ya había sido suficiente platica con el coreano, por lo que simplemente comenzó a andar, dejando al chico atrás, dirigiéndose a Nayeon, quien por fin pudo percatarse de la presencia de Mina de vuelta.
-¿Terminaste Minaya?- preguntaba Nayeon con una sonrisa.
-Si, he terminado. Vayamos al supermercado. Te compraré de ese pan de plátano que tanto te gusta como compensación por acompañarme- mina le sonreía de vuelta a la mayor, a quien le brillaron los ojos como si de una infante con juguete nuevo se tratara.
-¿Te han dicho que eres la cosa más dulce que hay?- Nayeon soltaba aquel comentario con total emoción mientras ayudaba a mina a ingresar de nuevo al auto.
-No conseguirás nada extra halagándome- sentenció la japonesa, ganándose un puchero de Nayeon.
-¡Tacaña!- fue la última queja que Seungkwan escucho de ambas mujeres, antes de verlas marcharse en el bonito auto negro de la japonesa.
El chico soltó un suspiro mientras aun observaba la calle por la que ambas mujeres se habían marchado, estaba tan sumido en sus pensamientos que simplemente no escucho el llamado de su esposa Kim Sojeong, quien finalmente lo sacó de su ensimismamiento, tomando con cariño el brazo del coreano.
-¿Sigues mortificándote por lo que le hiciste a esas chicas?- preguntó ella con voz suave, notando como el hombre simplemente bajaba la mirada.
-Siento que no hay forma alguna de arreglarlo...- contestó el con voz quebrantada, a lo que Sojeong simplemente se acurrucó cerca de él.
-No conozco a ninguna de esas chicas, pero sé lo que paso... - ella decía mientras le daba un par de caricias con su mano al coreano. -Si logramos superar esto, quiero que hagas algo por ellas...-
El chico levantó la vista curioso hacia su amada esposa, curioso de lo que ella acababa de decir.
-¿Qué quieres que haga por ellas?- preguntó Seungkwan a Sojeong.
-Es secreto, te lo diré cuando salgamos de esto. Hasta entonces, ten paciencia y espera; Tengo fe en que será algo que las hará muy felices a ambas...-
Y con aquella intriga, Seungkwan volvió al interior de su hogar con su esposa, intrigado por lo que ella podría tener en mente para enmendar el daño que le hizo a Nayeon y Mina hace tantos años atrás.
.
.
.
🐯🐧🐰
La canción que se menciona en el capítulo se llama "Natte Shimatta" que vendría significando "Más que a nada" la letra de la canción me hace pensar que es como Mina y Nayeon se sientes respecto a la otra, la dejo arriba por si gustan escucharla ^^
Si, lo sé, tarde en actualizar. Resulta que me tocó el turno nocturno en mis prácticas del hospital y debo decidir si escribir o dormir. Afortunadamente no será así todo el rato.
En fin espero les haya gustado el capítulo, poco a poco habrá más Minayeon presente.
Espero disfruten lo que se pueda ver del concierto de las chicas en LA
Nos leemos pronto ✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro