Capítulo 20 "Aún en tu corazón"
-Mamá Chaeng...-
Tzuyu susurro al ver el contacto en aquella pantalla. Su corazón acelerado y su respiración eran algo infrenable en ese momento.
Sabía que estaba mal mirar el teléfono de Nayeon, que era muy malo espiar, pero, ese nombre, ese número... Sin duda alguna era de su madre Chaeyoung. Pero Tzuyu no sabía porque razón es que Nayeon y Chaeyoung hablarían... Quizá pronto lo averiguaría.
Lentamente, se animaba a tomar el teléfono de la coreana, pensando seriamente en si sería lo correcto, en si valdría la pena, en si esto afectaría a Mina y Nayeon... A ella.
Finalmente, con la intriga y frustración inundandola, se animó a mirar el teléfono celular de Nayeon y sin más, hizo click en la burbuja que marcaba "Chaeng" y miró los últimos mensajes.
Nayeon: Tu último deseo sigue a salvo
Chaeng: Gracias por todo lo que estás haciendo. Gracias por proteger lo que más amo.
En ese preciso momento, no entendía del todo lo que ocurría o porque estarían hablando respecto a "un último deseo" no fue hasta que subió un poco por la conversación y se topo con algunos mensajes más y la foto de un folder médico con el nombre de Son Chaeyoung escrito en el.
En ese momento, dejó de respirar por un momento.
Miles de pensamientos invadieron su cabeza, muchos en los que todo se tornaba sumamente mal, como si no hubiera retorno... No sabía que estaba en lo correcto.
-Señorita Nayeon...- llamo con voz sería a la coreana que aún dormía en el sofá, pero no pareció ser suficiente, por lo que elevó considerablemente su voz. -¡Señorita Nayeon!-
La coreana se sobresaltó por la voz de la taiwanesa, su sueño había sido tan plácido que, ser despertada de aquella manera la dejó incluso desubicada, mirando hacia los lados tratando de encontrar la fuente de tan fuerte voz. Finalmente, sus ojos se encontraron con Tzuyu, quien estaba parada al lado del sofá, mirándole con una expresión que no supo leer pero que sin duda, daba miedo.
-Tz-Tzuyu... Me has sacado un buen susto...- decía mientras tallaba sus ojos para retirar el sueño de ellos y se sentaba, mirando de vuelta a la niña. -¿Tienes hambre? Espero no te moleste que yo haya cocinado esta vez, a Mina se le hizo tarde- continuaba hablando, esperando que la taiwanesa dijera algo, pero no recibió respuesta alguna.
Nayeon se desconserto, pues justo pensó que la chica estaría más relajada, ahora que habían hablado sobre algunas inconformidades, pero Tzuyu parecía incluso más seria y enfadada incluso.
-¿Tzuyu?- volvió a llamarla, la miró detenidamente hasta que vio algo que Tzuyu bajo ningún motivo debía tener, su teléfono celular en una de sus manos. Comenzó a sentirse sumamente nerviosa.
-¿Por qué hablas con mamá Chaeng?- dijo con voz seria, logrando que Nayeon experimentará una sensación similar a un golpe en el estómago. Tzuyu simplemente alzó el teléfono de la coreana para mostrar la pantalla y dejarle ver la conversación que había visto hace un momento. -¡Que demonios haces hablando con mamá Chaeyoung sobre Mina! ¿Que es ese folder médico?- exigió elevando la voz una vez más, haciendo evidente su enojo y descontento.
Nayeon jamás espero ser atrapada tan rápido, estaba en un gran aprieto y todo pendia de un hilo, abrió la boca para tratar de hablar, pero era como si su voz la hubiera abandonado, nada salía de sus labios...
Tzuyu volvió a mirar la pantalla del celular e hizo un zoom a alguna parte, así mismo volvió a girar el teléfono para que Nayeon lo mirara.
-Este es el estacionamiento de casa, estás al lado de el auto de mamá Chaeyoung... Tu tienes ahora mismo ese folder ¿No es así? ¿De que se trata?- volvió a echar en cara, un detalle pequeño pero que sin duda descubriría alguien que fue criado por Mina y los Myoui.
Nayeon no sabía que decir, estaba sumamente nerviosa, la situación era sumamente complicada. Solo podía pasar una cosa por su mente y era un "¿Por qué cuando mi vida va bien pasa esto?"
-Más te vale hablar hora o le diré a Mina...- y la voz de Tzuyu dió una sentencia definitiva para la coreana, ahora sí estaba acorralada.
-Tzuyu, por favor...- Nayeon pudo articular, sin embargo, solo observó como la taiwanesa colocaba su teléfono en la mesa más cercana y sacaba el propio, buscando inmediatamente el número de su madre japonesa. -¡Detente! Bien te diré todo pero no llames a Mina- cedió ante las acciones de la menor.
Tzuyu se detuvo un momento, observando detenidamente a Nayeon, la mujer realmente parecía nerviosa y casi aterrada incluso. Con rapidez guardó de vuelta su teléfono y se cruzó de brazos, mirando detenidamente a Nayeon, esperando la respuesta que daría.
-Escucha, nadie quiere lastimarte ni a ti ni a Mina... Aquí hay algo muy complicado que, no puedo ser yo quien te lo cuente- Nayeon comenzaba a hablar, notando como su respuesta no tenía nada conforme a Tzuyu. -Así que te llevaré con Chaeyoung, y ella te explicará todo... Tengo fé en que lo hará de la mejor manera- terminaba por decir, logrando que la expresión molesta de Tzuyu cambiara a una de sorpresa, Nayeon iba a llevarla con Chaeyoung.
Después de tantos meses volvería a ver a su madre Son Chaeyoung...
Se quedó pensativa, observando a la nada tras lo que Nayeon le dijo. La mayor por su parte, tomaba su chaqueta y las llaves del hogar Myoui, alistándose para salir.
-Tzuyu, ven. Tomaremos un taxi- indico la mayor, notando como Tzuyu la miró de forma incierta, pero sin decir absolutamente nada, comenzó a caminar para ir con Nayeon. Debía preparar su mente y corazón para cuando llegaran con Chaeyoung.
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Chaeyoung estaba tomando la comida junto a Dahyun, la enfermera tenía su día de descanso y decidió pasarlo junto a su mejor amiga, disfrutando una comida agradable y amena. Ambas se divirtieron demasiado preparando de comer, tanto que terminaron jugueteando como cuando eran adolescentes y dejaron un desastre en la cocina.
-No puedo creer que te atrevieras a hacer tortitas de papa sin harina- Chaeyoung reía mientras tomaba un bocado de su comida.
-No suelo cocinar en casa porque no tengo tiempo, no me juzgues- Dahyun respondió riendo también. - Además,aunque solo sea una plasta, tiene rico sabor- mencionó.
Ambas comenzaron a reír por aquello, pasar el tiempo juntas siempre alegraba sus corazones. No importaba lo que estuvieran haciendo, siempre lo disfrutaban cuando estaban juntas, desde niñas a adolescentes e incluso ahora, la calidez y diversión siempre era la misma.
-Tienes razón, no sabe mal... Pero si le sirves esto a alguien, dudo que quiera comerlo- replicó Chaeng mientras también tomaba un bocado y reía.
-Al menos admitiste que es rico, no puedo decir lo mismo de tu carne viva-
-¡Es termino medio! Es un corte jugoso, nutritivo y elegante-
-¿Jugoso? ¡Aún sangra! Si lo llevo al veterinario quizá le salven la vida-
-No sabes comer Dubu, eso es lo que pasa-
Ambas chicas reían ante aquello último, no fue hasta que el celular de Chaeyoung comenzó a sonar. La coreana miró por encima, notando que se trataba de Nayeon, por lo que se dispuso a contestar.
-Es Nayeon, espera- dijo para contestar la llamada. -Hey Nayeon, ¿Que sucede?- preguntó al tomar la llamada.
Hubo una pequeña pausa que incómodo un poco a la artista rubia, solo podía escuchar el ruido de un auto al otro lado de la línea.
-Chaeng... Tenemos que hablar muy seriamente, voy para allá ¿De acuerdo? Por favor, solo... Tomemos esto con calma y elijamos lo mejor- la forma en la que Nayeon dijo aquello, hizo que la sonrisa en el rostro de Chaeyoung se borrara.
-Oh, claro... ¿Estás bien? ¿Mina y Tzuyu están bien?- preguntó de inmediato.
-Te veo en unos minutos- fue lo último que dijo Nayeon y colgó la llamada.
Chaeyoung se quedó claramente preocupada, su rostro lo decía todo. Esto también preocupo a Dahyun, quien observó todo.
-¿Que sucedió Chaeng?- preguntó la mayor, a lo que la rubia solo suspiró.
-Nayeon dijo que tenemos que hablar... Estaba demasiado seria y estoy preocupada- decía con sinceridad la artista.
Desde ese instante el silencio reinó entre ambas amigas, ninguna estaba segura de que es lo que estaba ocurriendo, solo les quedaba esperar.
Pasaron algunos minutos hasta que el timbre de aquel hogar sonó, siendo este el anuncio de la llegada de Nayeon. Chaeyoung se levantó con prisa, la que su cuerpo cansado le permitía y en cuanto abrió la puerta, se encontró con Nayeon, quien estaba parada con una expresión preocupada y nerviosa.
-Nayeon... Por favor dime qué está sucediendo, me dejaste muy preocupada ¿Cómo están Mina y Tzuyu? ¿Les pasó algo?- Chaeyoung bombardeaba de preguntas a la mayor, quien simplemente se mantenía ahí de pie.
-No se trata de eso... Solo, tenemos muchas cosas que aclarar... A alguien- Nayeon decía aquello mientras, aún temerosa, se hacía a un lado y dejaba a la vista a cierta Taiwanesa.
Chaeyoung pensó que quizá lo que sus ojos veían ahí frente a ella eran una ilusión, algún tipo de broma o montaje, pero tras parpadear varias veces, le quedó bastante claro que la silueta ahí frente a ella era completamente real.
Sus manos y labios temblaron.
-Tzuyu...- susurro el nombre de su amada hija, que la miraba de una forma incierta.
La menor estaba enojada, confundida, en su mente deseaba gritarle a ambas adultas por tanto misterio, por las posibles mentiras que pronto descubriría, pero simplemente no pudo, ella era noble, su corazón y alma lo eran, por lo que la única respuesta que pudo dar, fue correr hacia Chaeyoung y abalanzarse a sus brazos, envolviendo con anhelo a la coreana rubia, a una de sus madres a la cual amaba con todo su corazón pese a las lágrimas que les hizo derramar a ella y Mina.
Para Tzuyu todo eso dejo de importar en el momento en el que Chaeyoung correspondió el abrazo mientras se inclinaba un poco para acunarla con calidez.
Nayeon era testigo de como Tzuyu soltaba su llanto al mismo tiempo que Chaeyoung, eso en el momento en que la calidez de la otra las invadió en aquel abrazo, pudo sentir el nudo formándose en su garganta, pero debía contenerse, no deseaba ser inoportuna en aquel momento tan único para madre e hija. Dahyun cuando llegó a la puerta, logró ver la escena, sintiendo alegría y alivio por su mejor amiga, pues, sabía que ver a su hija era quizá el mejor de los regalos aquel día.
-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué ni siquiera te despediste? ¿Por qué me abandonaste cuando juraste quedarte a mi lado?- decía entre el llanto la Taiwanesa, aferrandose neciamente a la mayor, quien solo pudo estrujarla un poco más, sintiendo como sus mejillas se humedecian cada vez más tras cada palabra.
-No sabes lo doloroso que ha sido tener que irme, Tzuyu...- respondió Chaeyoung con voz suave, tratando de que está no se quebrantara por las lágrimas.
-Entonces dímelo, dime qué tan difícil ha sido, para que yo pueda decirte lo doloroso que fue que desaparecieras así de nuestras vidas- respondía Tzuyu mientras se separaba un breve momento de Chaeyoung y la miraba directamente a los ojos.
-Tienes razón, no hay nada que pueda justificar lo que hice. Pero no busco justificarlo, simplemente deseó que puedas escucharme y tratar de entender...- Chaeyoung comenzaba a decir mientras se separaba de aquel abrazo y sujetaba la mano de Tzuyu para que la siguiera. -¿Me dejaras hacerlo?-
Tzuyu simplemente limpio sus lágrimas un poco y asintió en respuesta, a lo que ambas caminaron hasta la sala del hogar, guiadas por Dahyun, quien les daba paso a tomar asiento,seguida de madre e hija, Nayeon llegaba a incorporarse.
Una vez que todas tomaron asiento, Tzuyu miró intrigada de vuelta a Chaeyoung, esperando respuesta de la mayor.
La coreana simplemente sujetó su mano con cariño y dándole un par de caricias, como tomando valor para hablar.
-¿Que hablas con la señorita Nayeon? ¿Por qué Mina es de lo que hablan? Si tú ya no amas a mamá Mina... - fue lo primero que salió de los labios de Tzuyu, logrando que Chaeyoung hiciera una disimulada mueca.
-Yo amo a Mina... Tanto como el primer día que la conocí, tanto como cuando decidimos casarnos... Cuando te adoptamos... Mi corazón les pertenece hasta que deje de respirar- aclaraba Chaeyoung, notando como Tzuyu se ruborizaba y bajaba un poco la mirada.
-¿Entonces, por qué?- volvió a preguntar con dolor en su voz.
Un nudo comenzaba a formarse en su garganta, trataba de contener las lágrimas pero, ¿Cómo le decías a tu hijo que ibas a morir pronto? ¿Cómo hacerle entender tus razones?
Tzuyu por supuesto, notó la expresión en los ojos de la artista, algo andaba muy mal...
-Es... ¿Por ese folder que la señorita Nayeon escondió? El de los laboratorios médicos...- tan lista como siempre, Tzuyu pudo relacionar las cosas rápidamente. Chaeyoung simplemente asintió en respuesta mientras limpiaba el par de lágrimas que habían escapado de sus ojos.
El corazón de Tzuyu volvía a latir rápido ¿Chaeyoung estaba enferma? Tenía solución ¿No es así? Las enfermedades se curaban...
-Pero... Si estás enferma, solo tienes que ir al médico ¿No?... Hay solución ¿Verdad?- cada palabra que decía Tzuyu era un golpe desgarrador, no solo para Chaeyoung, también para las otras dos adultas presentes, quienes retiraban la mirada para limpiar las lágrimas que amenazaban con derramarse. Pero Chaeyoung no podía hacer eso, ella tenía de frente a la pequeña. -Si te curas puedes volver con nosotros ¿Verdad?-
Dió un tragó pesado y aclaró un poco su garganta, antes de proseguir.
-Tzuyu, es muy complicado... Esta enfermedad está muy avanzada- soltaba aquello, tratando de expresarse de la mejor manera, sin ocultar sus emociones de Tzuyu.
Los ojos preocupados y sorprendidos de Tzuyu en ella estrujaban su corazón, hizo tanto por evitar sufrimiento y los ojos de la Taiwanesa reflejaban parte de lo que tanto evitó.
-Cariño... No voy a curarme...- soltó mientras daba otra caricia a la mano de Tzuyu.
Entonces Tzuyu comprendió lo que Chaeyoung trataba de decirle. Su interior se sentía agrietado y poco a poco se desmoronaba, pensó en tantas cosas, todas en una posible razón del porque Chaeyoung había decidido irse, pero jamás lo que acababan de decirle.
Se negaba a aceptarlo.
Tzuyu se levantó de golpe de aquel sofá, mirando con su expresión llena de sorpresa a Chaeyoung, esto mientras sus ojos no paraban de soltar lágrimas, Chaeyoung la imitó, tratando de estar para la menor ante cualquier reacción.
-No, esto no es verdad... Tu no puedes dejarnos...- la voz de Tzuyu estaba llena de incredulidad y dolor. -No puedes morir... No ahora...- y aquello último salió como un hilo susurrante. Agachando la cabeza, daba paso nuevamente a sus lágrimas.
Chaeyoung también soltaba lágrimas, no deseaba contener sus emociones, quería que Tzuyu tampoco lo hiciera, pero esa negación, su mirada llena de dolor, simplemente no se permitía a sí misma dejarlo salir.
Finalmente, Chaeyoung volvió a sujetar la mano de Tzuyu, notando como la Taiwanesa intento apartarse, pero aferró un poco más su agarre, deseando que se quedara un poco más.
-Myoui Tzuyu...- la llamó de aquella manera, una manera en la que Tzuyu se sentía completamente parte de una familia. Mina y Chaeyoung lo eran. - Te amo, siempre estaré agradecida de que te cruzarlas en nuestro camino, desde el momento en que decidimos adoptarte, hasta que mi vida se extinga, siempre estarás en mi corazón, exista o no exista...- Las palabras de Chaeyoung parecieron hacer calmar un poco a Tzuyu, quien dejó de poner fuerza y bajo la mirada.
Chaeyoung nuevamente se acercó para envolverla en brazos, cosa que la menos aceptó, quedándose así en silencio.
Para ese momento, Dahyun le echó una mirada a Nayeon, indicandole que les dieran un tiempo a solas a madre e hija, cosa que Nayeon aceptó, siguiendo a la más baja hasta la cocina.
Una vez estuvieron a solas, Nayeon tomo asiento en la barra, mientras soltaba un cansado suspiro y peinada su cabello hacia atrás. Jamás imaginó lo difícil que sería aquel día para ella.
-¿Cómo es que Tzuyu las descubrio?- la voz suave de Dahyun llegó a sus oídos, ahí la mujer la miraba con algo de intriga.
-Tzuyu tomo mi celular mientras dormía- contestaba con frustración, manteniendo la cabeza baja.
Dahyun guardo silencio un breve momento que para Nayeon pareció eterno. Levantó un poco la mirada, notando como Dahyun la observaba detenidamente. Eso la inquietó.
-¿Y si hubiera sido Mina? ¿Que hubieras hecho si Mina hubiera sido la que miró tu teléfono?- pregunto nuevamente, haciendo estremecer a Nayeon.
-Yo... No lo sé, supongo que jamás lo pensé, ya que Mina no suele hacer cosas como esas- soltaba sin cuidado alguno, aún abrumada por la situación.
-¿Entonces crees que Tzuyu lo hizo porque ella si suele hacerlo?- contraatacó la más joven. -¿Eso es lo que tratas de decir?-
-¡No, no para nada! Todo esto fue mi culpa, quiero decir, el nombre de su madre estaba ahí, era claro que se intrigaria... Yo solo, tengo miedo de perder a Mina, que Chae vea su último deseo estropeado por mi estupidez...- Nayeon respondía con total sinceridad mientras miraba determinada a la enfermera. - Me he esforzado tanto, y solo he tenido tropiezo tras tropiezo. Diablos, dejé tanto atrás en tan poco tiempo, porque quiero que Mina sea feliz, porque Chaeyoung se vaya en paz, porque Tzuyu sufra lo menos posible y solo he conseguido que Mina apenas me mire como su amiga, Chaeyoung tenga preocupaciones y disgustos innecesarios, y que Tzuyu me odie más y más...- aquello último lo soltaba mientras cubría su rostro con frustración.
Dahyun observaba a la mayor, el como hablaba, el como ocultaba su rostro con cansancio, miedo y frustración...
-¿También me odias, Dahyun? ¿Crees que lo mejor es que desaparezca de la vida de ellas?- preguntaba Nayeon aun cubriendo su rostro. -Si no seré más que una molestia... Tal vez sea lo mejor...- y finalmente, las lágrimas cayeron de los ojos de Nayeon.
Dahyun entonces se sintió algo culpable, estaba cuestionando a Nayeon de una forma muy pasivo - agresiva que claramente notó de inmediato la castaña. Pero no dejaba de preocuparse por cómo terminará todo aquello; Chaeyoung era su mejor amiga y la veía decaída todos los días, era testigo en primera fila de la vida extinguiendose en ella... No podía simplemente dejar que todo se estropeara. Por supuesto, también les tenía muchos cariño a Tzuyu y Mina, eran la familia de su mejor amiga y convivio con ellas muchos años. No era tan simple, ver a la Taiwanesa llorar de aquella manera le había dolido, estaba segura de que si hubiera visto a Mina, también le hubiera dolido.
-Lo lamento Nayeon- tras un suspiro, Dahyun pedía disculpas. -Sé que te estás esforzando, Chaeng también lo hace, incluso estoy segura que Mina está dándolo todo...- comenzaba a hablar mientras posaba su mano sobre el hombro de la castaña. -Solo deseo que todo termine de la mejor manera, no sé que haya sucedido entre tu y Mina antes, tampoco el como sobrellevas la relación con Tzuyu, solo por favor... No hagas llorar a nadie, protege con todo tu ser lo que amas, eso es lo que Chaeyoung desea sobre todas las cosas, porque lo que tú más amas, es lo mismo que más ama Chaeyoung-
Nayeon se sintió reconfortada esta vez, en respuesta simplemente asintió a lo dicho por Dahyun y comenzó a limpiar sus lágrimas.
-Yo también tengo un deseo, Nayeon. Si Mina y Tzuyu llegan a quererte, se que lo harán con todo su corazón también. Y cuando ese día llegue, por favor, sin importar nada, quédate a su lado-
Esas palabras nuevamente, Chaeyoung y Jeongyeon se las habían dicho. Incluso Momo, quien hace tiempo atrás la agredió por Mina; ahora Dahyun también se lo decía.
Sorprendida levanto la mirada, para encontrarse con una triste sonrisa por parte de Dahyun, quien aún tenía su mano sobre su hombro, tratando de reconfortarla.
-Incluso si me cuesta la vida... Me quedaré a su lado- fue la única respuesta de Nayeon.
Dahyun no conocía a Nayeon, pero de algo estaba segura y era que; cualquier persona que se aferrara a luchar, pese a lo doloroso que pudiera serle, merecía y valía la pena.
Hace tiempo, cuando todo esto inició, Dahyun se preguntó si Chaeyoung había elegido a la persona correcta.
Ahora lo sabía y podía decir que Chaeyoung había elegido bien.
La voz de Chaeyoung saco de ambiente a ambas chicas, la artista llamaba a Nayeon, por lo que la coreana castaña simplemente se puso de pie, no sin antes decirle un "-Gracias-" a Dahyun.
Cuando Nayeon llegó de vuelta a la sala, Chaeyoung y Tzuyu estaban sentadas en el sofá, abrazadas y más calmadas. La artista le sonrió levemente a Nayeon y le indicó que se acercara a ellas, cosa que la mayor hizo.
-Tzuyu tiene claro todo lo que, en mi respecta, debe saber. Pero aún hay algunas cosas que ella desea que tú le expliques- decia primeramente la rubia, a lo que Nayeon dirigió su vista a la menor, ella le miraba con seriedad. -De lo que digas dependerá si Mina termina sabiendo esto o no...- terminaba.
-¿Que? ¿Si no le agrada lo que respondo le dirá a Mina?- Nayeon se puso sumamente nerviosa al respecto.
-Es broma, ella no dirá nada- Chaeyoung reía y Nayeon sintió que su alma regresaba a su cuerpo. -Pero...- y de repente, se puso seria. -Si no le agrada a Tzuyu tu respuesta, no dejará que te quedes... Y volveremos al inicio, me tendrás que ayudar a encontrar alguien que cuide lo que más amamos-
Nayeon no supo si aquello era mejor o peor, el simple hecho de imaginar que su felicidad ahora dependía de la decisión de una niña de 12 años, la hacía querer saltar por la ventana de una vez por todas.
-Bi-bien... Lo haré lo mejor que pueda y con total sinceridad- Nayeon respondía, la mirada de Tzuyu era intensa.
-Eso lo hablaremos a solas de regreso a casa- Tzuyu decía aquello mientras se separaba ligeramente de Chaeyoung. -Por ahora, debes prometer traerme a ver a mamá Chaeyoung todos los días... Lo necesito- dijo aquello.
Nayeon sonrió levemente, porque al menos había salido algo bueno de todo eso, y es que Tzuyu y Chaeyoung podrían seguir viendose, el peso de todo esto quizá sería más liviano para la artista.
-Por supuesto que sí, la traeré las veces que quiera- Nayeon contesto sonriendo a ambas. Miró a Tzuyu y la menor pareció relajar su expresión.
Finalmente, Tzuyu se despidió de Dahyun y Chaeyoung con un gran abrazo, prometiendo ir todos los días. Nayeon llevaba de vuelta a casa a la Taiwanesa, ambas iban en total silencio en aquel taxi.
Nayeon pensaba en la condición que traía encima; si Tzuyu decía que no era apta, Chaeyoung la desecharía. Por supuesto que no quería aquello y temia por ello.
Pero había hecho una promesa a Chaeyoung, y era que si ella no la consideraba apta, la propia Nayeon le ayudaría a encontrar a alguien que si pudiera hacer feliz a Mina y Tzuyu.
"-Incluso si no es conmigo... Solo quiero verte feliz...-"
-Señorita Nayeon...- la voz de Tzuyu la sacó de sus tormentosos pensamientos, giró su rostro a la menor, notando cuan sería permanecía. -Mamá Mina y tú no eran solo amigas ¿Cierto?- preguntó primeramente, a lo que Nayeon suspiró en respuesta, pues aunque seguía con miedo, diría la verdad.
-Lo fuimos por algunos años, pero nuestra relación escaló aún más, un día la miraba como una amiga adorable y al siguiente, sin darme cuenta... Se convirtió en lo más hermoso que mis ojos hayan visto- contestó Nayeon con sinceridad.
Tzuyu hizo una pequeña pausa, antes de soltar otra pregunta.
-¿Por qué los abuelos dijeron que le hiciste daño a mamá Mina?- fue la pregunta siguiente que le hizo a Nayeon, logrando que los nervios comenzarán a invadirla.
Respiró profundo y volvió su vista a la ventana del auto, mirando las luces de la ciudad.
-Falta de comunicación... Éramos muy jóvenes en aquel entonces. Creí que guardando silencio o pasando por alto algunas cosas, estaríamos a salvó de los demás... Me aferre tanto en proteger a Mina de todos, que olvide lo más importante...-
-¿Que fue?-
-Protegerla de mi...-
-¿Sobreproteger a mamá Mina la lastimó?- pregunto dudosa Tzuyu.
-No fue del todo mi protección, Mina salió herida por...- Nayeon no supo en qué momento las lágrimas se habían acumulado en sus ojos, se negó rotundamente a dejarlas salir, si dejaba salir aquellas lágrimas estaría aceptando en voz viva algo que desde hace mucho tiempo pensaba, pero jamás había dicho.
-¿Por?- Tzuyu miró esta vez a la adulta, sorprendiendose de como ella miraba al frente, con lágrimas escurriendo por sus mejillas.
-Por que... Fuí y soy una cobarde...- dejó salir, su voz fue como hojas arrastradas por el viento.
Tzuyu se sorprendió aun más por las palabras de Nayeon. La cobardía de la coreana lastimo a Mina. Pero recuerda que Mina dijo que la comunicación errónea hizo que todo con Nayeon colapsara. "-No me escuchó y yo no la escuché...-" eso es lo que Mina había dicho.
No estaba segura de si era lo correcto, entendía las razones de Chaeyoung para hacer todo aquello y aunque fuera la cosa más dolorosa que había experimentado, quiso pensarlo adecuadamente. Pero ¿Nayeon y Chaeyoung realmente pensaron por completo en el deseo de Mina?
-¿Volviste a enamorarte de ella?- una nueva pregunta salió.
Nayeon sonrió débilmente.
-Jamás he dejado de amarla, aún sin saber nada de ella por 8 largos años...- respondió sin más.
Finalmente, Tzuyu decidió hacer una última pregunta a la coreana, quien limpiaba con la manga de su camisa sus ojos.
-Si mamá Mina decide que puedes ser su amiga, pero no volver a ser su novia ¿Que harán mamá Chaeng y tú?-
Nayeon presentía esa pregunta, algo en su interior le decía que lo que más temía Tzuyu era la respuesta de Mina.
-Si Mina no me quiere... Entonces tendré el valor que me faltó tantos años para aceptarlo- respondió desde su corazón Nayeon para después mirar a Tzuyu. -Yo solo quiero que sea feliz, que tú lo seas Tzuyu... Con o sin mi- aclaraba.
Nayeon no supo leer la expresión de Tzuyu en ese momento, pero de alguna forma los nervios se fueron, ahora que había dicho todo eso y que había admitido un detalle importante, su cuerpo se sentía incluso más liviano. Estaba en paz.
No pasó mucho tiempo para que finalmente estuvieran de vuelta en el hogar Myoui. Nayeon pagó el taxi y con calma y silencio ingresaron a la casa, notando que ya había un par de zapatillas elegantes en la entrada, lo cual solo significaba una cosa.
Mina estaba en casa.
Enseguida que cerraron la puerta, Mina se asomó con una expresión preocupada y está se relajó al ver a las recién llegadas.
-¿Dónde se metieron ustedes dos? Nayeon, sabes que detesto que no me avises a dónde te llevas a mi hija- Mina reclamó a lo que la coreana solo soltó una pequeña risa.
-Disculpa, Tzuyu necesitaba conseguir un tripié nuevo para su clase de canto, fuimos a buscarlo pero no lo encontramos- mintió rápidamente a lo que la niña asintió afirmando la mentira de Nayeon.
-Entiendo, pero por favor, para la próxima envía un mensaje, de verdad me preocupé- Mina se acercaba hasta ellas y saludaba con un beso y un abrazo primeramente a Tzuyu, quien sonrió ante el gesto de Mina. -No comieron cosas poco saludables afuera ¿Cierto?- cuestionó a la menor.
-La verdad es que si lo hicimos, la señorita Nayeon compro una enorme pizza y me dijo que no te dijera- con una sonrisa maliciosa, Tzuyu echaba una mentira más, logrando que Mina mirara mal a Nayeon.
-Pe... Pero...- Nayeon miró a Tzuyu, quien simplemente le sonrió y se encogió de hombros para finalmente darse la vuelta e ir a ver al juguetón pomerania que también las recibía con gusto.
Nayeon entendió entonces que aquella acción de Tzuyu le confirmaba que la Taiwanesa le permitiría quedarse... No diría nada a Mina.
Tzuyu estuvo segura que la coreana había captado el mensaje y ahora solo le tocaría librarse del regaño de Mina.
Nayeon dijo que amaba a Mina y Tzuyu fue consiente de ello todo el tiempo, sin embargo, lo que siempre preocupó a la menor fue si Mina podría corresponder o no, y en caso negativo ¿Cómo actuaría Nayeon? Ahora lo sabía.
Y había algo más, Tzuyu sabia algo que ni Chaeyoung ni Nayeon sabían. Algo que solo alguien con la suficiente inteligencia podría ver en los ojos de Mina mirando a esa torpe castaña.
Aún cuando Mina estaba preocupada por un caso en su trabajo, aún cuando Mina reía, incluso ahora, cuando Mina regañaba a Nayeon... Había un brillo inexplicable en los ojos de Mina, un brillo que Nayeon trajo de vuelta y solo Tzuyu había notado.
"-Tienes que ganarme a mí, Nayeon. Soy tu único obstáculo. Porque en cuanto a mamá Mina, no puedes recuperar algo que jamás perdiste...-"
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Feliz inicio de año a todos, muchas gracias por seguir leyendo esta historia.
Muchas gracias por las lecturas, los votos y los comentarios, me llena de alegría su opinión siempre. 💕✨
Me disculpo si hay algún error, escribo los capítulos en el trabajo jaja
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