Capítulo 28
Ver a Elsa en la puerta de su oficina no le sorprendió, pero realmente Dominic no deseaba verla en ese momento, estaba demasiado ocupado como para empezar a discutir con ella. Además, Axel llegaría pronto a casa y no quería que se sintiera mal por la presencia de ella.
— Elsa, es mejor que te marches —le pidió de inmediato al verla.
— Tu no me puedes pedir que me vaya, no después de lo que me he enterado —Elsa tiró un sobre marrón y varios papeles se regaron por sobre su escritorio. Dominic apenas los examinó.
— Elsa, cualquier cosa que tengas que decirme puedes hacerlo por teléfono. No es necesario que te presente en mi casa cada vez que se te dé la gana.
— ¿Temes que tu noviecita me vea? —se burló la mujer—. ¡Pues que me vea, que me escuche! —gritó a todo pulmón—. Esa perra no merece que tengas tantas consideraciones con ella.
— No te atrevas a volver a hablar de Axel de esa manera —Dom se acercó a Elsa, ya sobresaltado—. Ella no es para nada como tú.
Elsa se rio en su cara y señaló hasta donde había lanzado las hojas de papel segundos atrás.
- ¿Realmente crees que es una mujer decente? Que sepa interpretar el papel de una, no la hace una mujer decente. Porque no mejor ves con tus propios ojos la clase de basura que es.
— ¡Lárgate de mi casa y no regreses nunca más! La próxima vez que aparezcas por aquí, no voy a tener tanta consideración contigo.
— Dominic, sé que he cometido error tras error desde ese maldito día —Elsa lo tomó con tanta fuerza de las manos a tal punto que llegó a clavarle las uñas—, pero te juro que jamás he dejado de amarte y esa maldita tipa está jugando contigo de manera descarada. Mira esas fotografías y dime que no es ella —las lágrimas caían de los ojos azules de Elsa una tras otras – Si no es ella, te juro que me arrodillaré delante de ambos y nunca más volverán a saber de mí.
Dominic prestó atención finalmente a los papeles que su ex novia había llevado y las imágenes que vio lo dejaron sin aliento. Era Axel definitivamente, pero lo que estaba haciendo ella en lo que estaba plasmado en la imagen no podía ser verdad, no coincida con la Axel que él conocía.
— Ella tiene otra relación fuera de este lugar —la voz de Elsa era apenas audible, pero aun así Dom comprendió sus palabras—. La descubrí tratando de ocultar estas fotografías hace apenas unos días atrás y dudé en si debía decirte la verdad o no, pero ella no puede engañarte de esta manera tan ruin.
Eso era mentira, no era más que una vil mentira, pero su seguridad flaqueaba cuando veía las fotografías de Axel y ese otro hombre al que no se le podía identificar el rostro, juntos, desnudos en una cama mientras al parecer sostenían relaciones sexuales.
— Esto no es verdad —murmuró, dejando caer las fotos al suelo. Le dolía la cabeza y todo a su alrededor daba vueltas, la falta de oxígeno lo estaba mareando y deseo arrancarse el corazón del pecho, era la misma sensación que había tenido años atrás cuando Elsa lo había traicionado, se sentía engañado, ridiculizado, habían jugado nuevamente con él y con sus emociones y lo peor de todo es que fue de parte de la última persona que se esperaba. Nuevamente.
Había puesto toda su fe y confianza en Axel Alwood y esta lo manipuló para que creyera en ella y así pagarle con esa moneda.
¿Cómo pudo ser tan idiota otra vez?
Se había jurado que no volvería a caer en el maldito juego del amor y cuando creía que había encontrado a la compañera perfecta para vivir su vida, resultaba que era una maldita traidora.
— ¿Desde hace cuánto tiempo tienes estas fotografías? —sentía un nudo en la garganta que apenas le dejaba hablar y los ojos le ardían por las lágrimas que estaba tratando de contener.
— Tres días. Como te dije, vi a esa tipa tirar un sobre a la basura y me pareció extraño ya que lo hizo a varias calles de aquí y no pude aguantar la curiosidad y fui a ver qué era. La verdad no estaba asombrada por el contenido, sabía que esa mujer no era de confianza —dijo Elsa de manera despectiva. Se acercó a él y acarició sus brazos con demasiada lentitud.
— Vete de aquí —le gritó Dominic. A pesar de todo seguía sin ganas de ver a Elsa.
— Dom, mi amor, te acabo de abrir los ojos a la realidad...
— Y eso no quiere decir que te acepte de regreso en mi vida. ¡Lárgate de mi casa o llamaré a seguridad!
Elsa maldijo en voz alta y salió de la oficina, dejándolo solo junto con su confusión.
Tomó todas las fotografías y las examinó una a una, debía encontrar algún error, algún fallo en alguna que le hiciera ver que todo era falso, pero reconocía a la perfección el cuerpo de Axel y las facciones de su rostro.
Las últimas fotografías eran de Axel junto a Kevin, en la universidad, en una sonreían y en otras se estaban besando.
Había sido engañado. Más claro ni el agua. Pero, ¿por qué Axel había hecho algo así con él?
¿Por qué? ¿Por qué?
Le dolía el pecho y la boca del estómago de solo imaginarse a Axel, la dulce y tímida chica tramando un plan para destrozarlo emocionalmente por segunda vez.
Pateó la silla de escritorio lejos de su camino y gritó con fuerza para sacar la frustración que sentía en ese momento.
— ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!
Destruyó todo lo que vio a su paso, pero nada de lo que hiciera en ese momento disminuía su dolor. Sin notarlo, sus lágrimas por fin salieron y no luchó por tratar de contenerlas.
La puerta de su oficina se abrió nuevamente y pudo visualizar a Christina en la entrada. Parecía asustada al verlo de esa manera.
— ¿Qué está pasando, Dom? Tu escandalo se escucha hasta la planta baja.
La mujer se acercó a él, pero Dom se alejó de ella al no querer hacer algo de lo que se podía arrepentir más adelante.
— Vete, por favor, Chris. Déjame solo.
El teléfono móvil de Dominic sonó y a pesar de no querer hablar con nadie, cuando vio de quien se trataba, se resignó a contestar.
— Dime, Jackman —contestó cuando la doctora lo saludó.
— Dom estoy preocupada. Es acerca de Axel —la mujer habló en voz baja y Dom maldijo por haber respondido la llamada—, ella en este momento se acaba de enterar de algo bastante serio y no estoy segura de sí te lo dirá, así que estoy rompiendo con mi ética profesional porque me preocupo por ambos. Habla con ella y que te explique qué está pasando. Te necesita y mucho.
Dominic sintió que la sangre le hervía al escuchar el nombre de esa mujer.
— Ana, te pediré un favor y espero por el bien de nuestra amistad que lo comprendas. No vuelvas a hablarme de Axel Alwood en lo que me reste de vida —dicho esto colgó la llamada y se dirigió hasta la planta baja, ignorando el hecho de que su cuñada venía siguiéndolo.
- Dominic, espérame. ¿Qué está pasando? ¿De qué estabas hablando? ¿Por qué Elsa ha venido? ¿Por qué hablas así de Axel?
— Christina, aléjate, por tu propio bien no me sigas.
— ¿Qué ocurre con Axel?
Dominic decidió ignorarla y continuó su camino hasta que uno de los guardias de seguridad lo interceptó.
— Señor Bryce, la señorita Alwood regresó a casa, pero se fue en compañía de un hombre que la interceptó en la entrada. No pudimos seguirle la pista ya que cuando revisamos las cámaras de vigilancia habían pasado más de cinco minutos.
Dominic se sintió más estúpido aun y se rio sin mucho ánimo. Sí que había sido un idiota completamente.
— Dame las llaves de tu auto —le pidió a Christina. Debía ver con sus propios ojos a esa mujer.
— No te daré nada hasta que no me expliques que está ocurriendo.
— Vete al diablo.
Se dirigió a toda prisa hasta el garaje donde estaba su auto estacionado y como Thomas estaba de vacaciones tuvo que conducir el mismo.
Observó por el retrovisor que Christina lo estaba siguiendo en su propio auto.
Condujo a una velocidad considerable y no muy lejos de la mansión observó a un grupo de personas reunidas y reconoció a cada uno de ellos.
Axel, su familia y a Kevin.
Dominic cayó en cuenta que todos ellos le habían visto la cara de imbécil. La familia de Axel fingió aceptarlo a pesar de que probablemente ya sabían quién era él y ella y ese malnacido de su ex novio aún se seguían viendo.
No sabía si sería capaz de enfrentarlos a todos juntos, ya que sus fuerzas y su valor flaqueaban al verla a ella a los ojos, pero no iba a permitir que jugarán con él de esa manera tan atroz.
Tomó aire en varias ocasiones y se limpió los restos de lágrimas antes de salir del auto y dirigirse hasta donde se encontraban esas personas.
Escuchó la voz de Axel y parecía alterada, temblaba notoriamente y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Cuando esté se acercó puedo notar el pánico en sus ojos y de no ser por su ex novio hubiese caído al suelo.
Dominic apretó con fuerza las fotografías que llevaba en las manos y se dirigió hasta quedar junto a ella.
La expresión de la chica cambió cuando se percató de su enojo.
— Tú, pedazo de basura.
Dominic no se esperó para nada el puñetazo en la cara que recibió de parte del hermano de Axel.
Le dolió, pero debido a todas las emociones que sentía en ese momento, eso quedó en segundo lugar.
— ¡Basta, Billy! —gritó Axel, interponiéndose entre él y Billy.
— Te voy a matar, desgraciado —continuó el joven de ojos grises gritando. Su rostro estaba rojo debido al coraje.
— Mamá por favor, vamos a casa para hablar —esta vez Axel se dirigió a su madre y la mujer que estaba llorando igualmente se alejó del contacto de su hija.
— ¿Por este hombre arruinaste tu dignidad y la de tu familia? —preguntó la señora Alwood a su hija.
— Mamá, lo siento —suplicó ella.
— Y usted —está vez se dirigió a él y Dominic frunció el ceño, estaba confundido—. ¿Con qué mentiras logró hacer que esta chica tonta cayera en sus redes? ¿Por qué tuvo que ser a ella a quién usted indujera en su mundo lleno de perversidad?
¿Así que esas personas hasta ahora estaban enterándose de donde había estado metida Axel durante esos dos meses?
Dominic quería que Axel sintiera el mismo dolor que él estaba sintiendo y por lo afectada que se veía al ver a su madre, sabía exactamente cómo hacerlo.
— Yo nunca le mentí acerca de que era a lo que se dedicaría —habló él entonces, haciendo que Axel lo volteara a ver con legítimo asombro—. Y no fui yo quien la induje a esto, ella vino por sus propios medios.
— Dom... —susurró ella, acercándose a él. Dominic la detuvo de inmediato.
— Pero no se preocupe señora —continuó él—, puede irse con su hija, porque su contrato fue cancelado al ella infringir en una de las cláusulas del mismo y no tiene nada que hacer en mi casa.
— ¿Qué? —preguntó ella, sorprendida. Las lágrimas salían de sus ojos enrojecidos.
— ¿Creíste que no me enteraría de tus aventuras extras? —le preguntó él dejando que la ira se apoderara de todo. Le tiró las fotos al pecho y la chica se sobresaltó.
— ¿Qué es esto? —su piel pálida se volvió traslúcida al ver las fotografías y las examinó una y otra vez. Cayó sentada al suelo, en completo estado de shock—. ¿Qué es esto? —volvió a preguntar, pero esta vez se lo pregunto a él.
— Son las fotografías que trataste de botar al basurero y que, de no ser por Elsa, te hubieras salido con la tuya —Dominic la tomó de los hombros con fuerza y esta vez Kevin, decidió intervenir.
— Quita tus asquerosas manos de mi novia —Kevin colocó a Axel a sus espaldas.
Dom creyó que en algún momento le habían clavado un puñal en el pecho y no se había percatado. Así que ese par aún se seguían viendo.
— ¿Tu novia? —se burló Dom, tratando de ocultar el dolor. Sí que había sido demasiado estúpido al creer ciegamente en esa mujer.
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