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Capítulo 18

— Axel, ¿me estás escuchando al menos?

La muchacha parpadeó varias veces para prestar atención a las palabras de Ingrid, su compañera de trabajo y trató de sonreír ante la expresión de fastidio que tenía en el rostro a pesar de que ella estaba igual de molesta.

— Si te estoy escuchando —respondió la joven aclarándose la garganta. Sentía que iba a llorar en cualquier momento. Los ojos le ardían, sentía un enorme nudo en la garganta y a pesar de eso tuvo que parecer serena y tranquila.

Cuando escuchó que Ingrid mencionaba el apellido Bryce en sus acusaciones sintió que parte del mundo le caía encima.

— Bueno, como te decía —continuó su compañera, ignorando la expresión de enojo de Axel—, leí en los documentos que le llevaron al director, en donde ese tal Bryce dio una gran suma de dinero al albergue, pero a cambio quería que se removiera inmediato de Kevin de sus funciones en este lugar —murmuró la mujer para que nadie más la escuchara. Se metería en grandes problemas si se entraban que estaba metiendo sus narices en asuntos de la dirección de su lugar de trabajo.

Pero a Axel no le preocupaba el puesto de Ingrid —a pesar de que le tenía aprecio—, ella no podía dejar de pensar en lo que había hecho Dominic para alejarla por completo de Kevin.

Estaba realmente molesta, Dominic no podía meterse de esa manera en la vida de quienes la rodeaban, ni jugar con sus trabajos. Kevin era una persona bastante dedicada en su labor y no era justo que por las inseguridades de Dom se quedara sin el mismo.

— Axel, prométeme que no dirás nada de lo que te he comentado —le pidió la mujer, tomándola de la mano con más fuerza de la necesaria—. Podría perder mi puesto por esto.

— No diré nada, descuida.

Terminó su hora de almuerzo, apenas probando unos cuantos bocados y se ganó un malestar en la boca del estómago debido al enojo que sentía.

Cuando Tom llegó por ella al trabajo, como era de costumbre ya, subió al auto y esta vez no pudo sonreírle como normalmente lo hacía. No se le daba muy bien fingir que estaba tranquila cuando en realidad no lo estaba.

— ¿Todo está bien, Axel? —preguntó, apenas desviando la mirada del camino.

— No. ¿Dominic ya llegó a la casa? —Axel apretó los puños sobre sus piernas, tenía los ojos llenos de lágrimas, las cuales ya caían sin importar cuanto intentara retenerlas en su lugar.

Habían transcurrido apenas cuatro días desde que ella y Dominic hubiesen resuelto su última discusión, todo había estado de maravillas, ambos se prometieron dejar el tema de Kevin, Elsa y cualquier otra mujer de la casa por terminado, pero todas esas palabrerías se habían ido a la basura horas atrás cuando descubrió que él había estado detrás del despido de Kevin. Eso no se lo iba a dejar pasar tan fácil.

— Aún no ha llegado a casa —Tom habló y Axel suspiró frustrada.

El camino se le hizo eterno y deseó bajarse del auto y caminar todo el trayecto a pie, cuando estaba molesta le gustaba caminar para relajarse un poco, pero el clima de ese día no estaba como para ponerse a caminar por las calles sin correr el riesgo de ser atropellado incluso por una bicicleta, estaba lloviendo un torrencial y la neblina se había adueñado de cada rincón de la cuidad.

Dom le había mentido y eso la lastimaba demasiado, cuando ella ponía su total confianza en alguien era porque sentía que esa persona lo merecía, pero con Dominic, al parecer su juicio se nublaba al igual que las calles de la cuidad.

— ¿Vas a pasar la noche en el auto?

Axel observó a su alrededor y se sorprendió al ver que habían llegado a la mansión y ella ni siquiera se había dado cuanta.

Bajó del auto y agradeció a Thomas.

Corrió para refugiarse de la lluvia y cuando entró en la mansión se sorprendió de no ver a nadie en el gran salón, que por lo general estaba repleto de gente. En realidad, todo estaba demasiado silencioso en ese lugar, no había música, risas, alcohol ni ese olor repugnante a cigarrillos.

Le restó importancia a ese hecho curioso y corrió hasta la habitación, necesitaba aclarar su mente y sus ideas para saber que decirle a Dominic, por lo general cuando estaba cerca de él se encontraba a si misma rebuscando las palabras adecuadas para decirle. Él ya no la intimidaba, pero había algo que la hacía ser cautelosa a la hora de hablarle de temas importantes. Pero en ese momento ella estaba molesta y con justa razón, así que no le importaba si le decía cosas que no le agradaran.

Aún continuaba lloviendo de manera descomunal, pero ella sentía un calor insoportable y sabía que no era normal así que se trató de tranquilizarse un poco para bajar su nivel de ansiedad. Corrió al baño y se echó agua en el rostro, cuello y brazos, logrando de esa manera relajarse un poco.

Se fue a sentar a la cama para aplacará los mareos que estaba sintiendo cuando se percató que alguien estaba en la puerta de la habitación.

Volteó a ver y se cruzó con la mirada inquisidora de Richard, quien le sonreía con amabilidad.

— ¿Todo en orden? —Axel negó con la cabeza y Richard ingresó al cuarto sin ser invitado—. ¿Qué ocurrió esta vez?

Axel no quería hablar con Richard de ese tema, era algo que sentía bastante personal, pero necesitaba desahogarse en ese momento porque sentía que se asfixiaba.

— En este momento quiero matar a tu hermano —respondió ella apretando la mandíbula.

— ¿Ahora qué hizo? —Richard se cruzó de brazos.

— Hizo que despidieran a Kevin de su trabajo y estoy segura de que fue por mi causa —sintió una angustia enorme al decir eso ya que le recordaba otra vez que Kevin estaba desempleado por su culpa y que del dinero que él ganaba en ese lugar dependía mucho la economía de su casa.

— No entiendo que está pasando a Dominic, él no suele comportarse de esta manera tan infantil.

— ¿Infantil? —Axel se levantó de la cama y se dirigió a la ventana del cuarto—. Infantil sería hacerle mala cara si lo ve en la calle, incluso lanzarle un insulto, pero eso que él hizo no fue nada infantil, fue irresponsable e inmaduro, puede que él este nadando en dinero, pero el resto de la humanidad no e hizo que despidiera a alguien de su empleo solo para sentirse cómodo consigo mismo.

— Lo sé, lo sé —aceptó el hombre alzando ambas manos en señal de paz—. Tal vez no elegí bien mis palabras, pero tienes razón, Dom no debió haber hecho eso. Habla con él cuando llegue a casa, pero no discutan, no solucionaras nada con eso aparte de un dolor de cabeza terrible —le aconsejó el joven dándole unas palmaditas en la espalda en forma de consolación.

Axel suspiró frustrada, eso era lo mismo que le recomendaban Claire y Christina, no discutir con Dominic, pero era casi imposible no hacerlo, más aún cuando se trataban de temas ya muy personales y serios.

Se quedaron en silencio por varios segundos hasta que ella al fin pregunto:

— ¿Cómo era Dominic en su relación con Elsa? —sentía algo curiosa por saber algo del pasado de Dominic y para ver si se comportaba de esa manera solo con ella o ya era algo normal en él.

— Que te diré —Richard elevó su pecho, suspirando en silencio, alzó ambas cejas y la vio directo a los ojos—. Era un completo idiota, vivía y se desvivía por esa mujer, le daba todo lo que le pedía, hacía todo lo que ella quería, ambos se llevaban de maravillas y tengo que aceptar que me agradaba Elsa por hacerlo feliz. ¿Por qué me preguntas esto?

La joven tardó varios segundos en responder. Por lo que decía Richard, Dom había estado muy enamorado de Elsa y en ningún momento mencionó que fuese un completo desquiciado por querer controlar todo lo que estuviese alrededor de la reina de hielo.

Cuando habló, apenas le salió un hilo de voz.

— No sé si sea correcto que tu hermano y yo debamos estar juntos.

Richard frunció el ceño algo confundido y se acercó más a ella, quedando frente a frente uno del otro.

— ¿Qué te hace pensar eso?

— Todo —la voz le temblaba debido a la tensión acumulada y al aceptar algo que se en su interior sabía muy bien era cierto—. Puede que parezca y tenga la apariencia de una persona manejable y sumisa, pero no lo soy y por lo que he visto, a tu hermano le gusta manejar la vida de todo a su antojo y yo no puedo con eso, la discusión pasada fue por celos, no quería que me acercara más a Kevin y no me lo pidió, me lo exigió. Esta vez fue más lejos y se aseguró de que no trabajáramos juntos, ¿qué sigue, conseguir que le quiten la beca de la universidad?

— Por más que yo quisiera mi amiga no puedo ayudarte con eso, deberás aclarar este problema con mi hermano y ser firme con él —Richard le tomó ambas manos y las apretó con fuerza—. Pero hay algo de lo que, si estoy seguro, Dom te quiere, pero tiene miedo, ya sufrió una decepción amorosa que casi acaba con él, estoy seguro que quiere asegurarse de que nada se interpondrá entre ustedes dos, pero por lo que veo lo está haciendo de la peor manera posible.

Axel iba a responder cuando la voz de Dominic invadió el cuarto.

— Richard, ¿podrías dejarme a solas con Axel?

Dominic estaba de pie en la puerta de la habitación y parecía una estatua, completamente inmóvil, su mirada era fría y dura. Axel reconoció esa mirada, era la misma que le había ofrecido el día que lo conoció. 

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