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Capítulo 15

Todos en la cocina había quedado en silencio y la estaban viendo directamente a ella.

— Gretel, como se te vuelva a ocurrir ponerle una sola mano encima a mi hija nuevamente, olvidaré todos los años que tengo de conocerte —su madre se interpuso entre Axel y su ex suegra, completamente a la defensiva.

— Tu hija solo jugó todo este tiempo con mi hijo, ¿cómo quieres que esté Rachel? —la mujer estaba muy molesta, ya que sus gritos se intensificaron aún más.

— Yo hablé con Kevin, esto no es asunto tuyo.

— Sí, hablaste con él, pero después de quien sabe Dios cuanto tiempo le estuviste viendo la cara de idiota con tu amante.

Axel sintió como le hervía la sangre y estuvo a punto de darle una bofetada, pero su madre se le adelantó. Sonrió en su interior y aplaudió a su mamá.

— ¡Mamá! —la voz de Kevin hizo que sus nervios subieran a tope— ¿Qué estás haciendo?

— Diciendo lo que tú no tuviste el valor de decir, chiquillo tonto.

— Lo lamento tanto —Kevin se dirigió a la madre de Axel y luego se volteó hacia ella— ¿Estás bien?

Axel asintió con la cabeza. Eso era ya muy vergonzoso.

No podía creer eso que le estaba pasando. Sabía que en buena parte se lo tenía merecido, ella y Kevin, por mucho tiempo había hecho planes para el futuro juntos y ella de la noche a la mañana, simplemente tiró todo a la basura. Para la familia de Kevin ella la peor persona sobre la faz de la tierra en ese momento, pero tampoco iba a permitir que la madre de su ex la tratara como si fuese la criminal más terrible del mundo.

Dió un pequeño brinco debido a la impresión de sentir una mano sobre su hombro. Era Dominic. Levantó la cabeza para poder verlo mejor, pero él no la veía a ella precisamente. Tanto él como Kevin se estaban encarando por primera vez y Axel solo quería que se la tragara la tierra. En realidad, si había sido un error haber siquiera ido a esa fiesta.

Isabella y Billy hicieron acto de presencia para respaldar a su familia.

— Ustedes dos, será mejor que se marchen —en esta ocasión la madre de Kevin observó a Dominic, quien parecía poco interesado por el estado en el que se encontraba esa mujer.

— Lo lamento, señora —el tono que Dominic estaba empleando le recordó al instante a como le había hablado a ella el día que se conocieron— ¿Pero, por qué deberíamos irnos? Soy un invitado, al igual que mi novia.

La madre de Kevin se puso colorada, en una extraña mezcla entre enojo y vergüenza.

— Vamos, Kevin —le dijo entonces a su hijo.

— Vine a ayudar al igual que todos los años y no me iré hasta que termine mi trabajo —Kevin estaba molesto, lo notaba por la forma en que la vena de su cuello resaltaba, pero estaba haciendo todo lo humanamente posible por controlarse. Probablemente no le había agradado como Dominic le había hablado a su madre, pero ella se lo merecía, así como Axel se merecía el enojo de esa mujer—. Disculpen —dijo a la madre de Axel y esta misma.

Ambos se marcharon y la madre de Axel examinó su rostro adolorido.

— ¿Estás bien, cielo? —la señora Alwood froto la espalda de su hija y la abrazó, dándole consuelo.

— Sí, estoy bien.

Dominic estaba viéndola con una sonrisa estúpida en los labios y Axel quiso pegarle una buena patada en la espinilla por tomarse eso como una broma. No era para nada divertido que la llamasen zorra delante de su propia familia y desconocidos.

— ¿Quién era esa señora loca? —preguntó Christina, desde la entrada de la cocina y estudiando con la mirada a Axel y su mejilla sonrojada por la bofetada.

¿Cómo no los había visto entrar ni a ella ni a Richard?

Sus familiares veían expectantes a ese par de personajes que acababan de aparecer en escena. Axel se apresuró a presentarlos.

— Mamá, ella es Christina, mi amiga, la chica con la que me mudé —Axel ignoró la pregunta de Christina deliberadamente—. Y Richard, su novio.

— Mucho gusto, señora Alwood, Axel habla mucho acerca de usted —la bomba rubia besó ambas mejillas de la madre de Axel.

— El gusto es mío, cariño —sonrió la mujer mayor. Parecía aliviada al conocer finalmente a su compañera de casa misteriosa—. Es un placer conocerte igualmente, Richard.

— Lo mismo digo, señora Alwood —Richard le sonrió a su madre con la misma amabilidad que le caracterizaba.

— Mamá, debemos continuar con el trabajo —Billy estaba tenso y Axel sabía a qué se debía.

— Yo quiero ayudar —se ofreció, Richard con una inmensa sonrisa.

—Ni protesten, no lo harán cambiar de opinión —Christina se encogió de hombros.

Axel observó cómo su madre había compaginado a las mil maravillas con Richard y Christina y les estaba dando indicaciones acerca de lo que debían hacer. Lo que había pasado con la madre de Kevin, al parecer todos decidieron dejarlo en segundo plano.

Billy seguía de pie, frente a su hermana y su nuevo novio. Isabella, lo estaba imitando.

— ¿Isabella, crees que podemos hablar un momento?

La pregunta de Dominic hizo que la boca de ambas hermanas se abriera notoriamente.

Axel temió la reacción de la chica ante Dominic.

Isabella se encogió de hombros y caminó junto a Dominic hasta las afueras del salón.

Axel quedó a solas con Billy finalmente.

— Dilo —Axel enfrentó a su hermano de una vez.

— No me gusta ese tipo —Billy se le acercó y la tomó de las manos, para guiarla hasta una de las mesas que estaban predispuestas para el servicio de la cocina.

— Es una buena persona, puede que a primera vista no lo parezca, pero te aseguro que si lo es —le defendió, Axel de inmediato.

— Es mucho más mayor que tú, es incluso mayor que yo.

Axel suspiró frustrada.

— Me gusta mucho, Billy —admitió en un leve susurro, justo cuando sus ojos se humedecían debido a las lágrimas.

— No llores, lo último que quiero es hacerte sentir mal —Billy se levantó de su asiento, se acercó y la abrazó con fuerza—. Lo único que te pido es que seas cautelosa, ¿de acuerdo?

— No te agrada.

— Nunca me va a agradar ningún novio tuyo o de Bella. Es mi trabajo.

— Te agradaba Kevin —Axel se sentía tonta al estar haciendo acusaciones sin sentido, pero sentía la necesidad de defender a Dominic.

— Kevin es más predecible, al menos sabía que él no te iba a lastimar; en cambio este otro tipo, no conozco nada acerca de él.

— No tienes nada de qué preocuparte, ¿de acuerdo? —Axel sonrió alegre al escuchar las palabras de su hermano.

— Espero por su bien que así sea.

Axel buscó con la mirada a su hermana y a Dom, pero no había ni rastro de ellos, así que decidió ir a ayudar a su madre y a sus amigos con la comida que estaba a punto de ser servida.

Richard y Christina se echaron a la bolsa a su madre y a Billy en poco tiempo; los tres se reían y conversaban amenamente mientras que Axel estaba pendiente de donde podían estar Bella y Dom

— Ya aparecerán —se burló Chris, al verla tan agitada.

Kevin aparecía cada nada hasta donde Axel se encontraba y trataba de evitarla como si tuviera peste. Lo comprendía honestamente y se sentía mal por el daño que le había causado.

— Señorita Alwood, está haciendo una labor excepcional.

Axel sonrió satisfecha al oír la voz grave de Dominic susurrar en su oído.

— Ese es el punto, señor Bryce.

La madre de Axel sonrió al ver la expresión de felicidad de su hija.

— ¿Quieres bailar conmigo?

Axel alzó una ceja y sonrió.

— ¿Bailar? Aquí no hay música, Dom.

— No me importa. Con el permiso de todos, me llevaré a la señorita Alwood por unos minutos.

Dom la tomó de la mano y la llevó hasta el centro del salón en donde la tomó de la cintura y la apretó junto a él haciendo que ambos se movieran a paso lento y delicado ante la vista de todas las personas que estaban presentes en el lugar.

Axel se sintió tan ridícula al inicio de baile, pero poco a poco se fue soltando y dejó que los movimientos de Dominic la guiaran.

Se sentía tan cómoda entre sus brazos, era como si solo existieran ellos dos y nadie más estuviera alrededor.

Acomodo su cabeza en el pecho de este y escucho los latidos desenfrenados de su corazón.

Sonrió complacida; ella estaba logrando que su corazón palpitara con semejante fuerza.

- No me había sentido así de seguro con alguien en tanto tiempo, Axel. Eres como un pequeño rayo de luz que vino para abrirme paso a una nueva realidad a la que estaba intentando mantener alejada. Muchas gracias.

- Con mucho gusto –fue todo lo que pudo responder, ¿qué otra cosa podía decir ante sus palabras?   

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