Capítulo 14
-¡Oh por Dios! -se cubrió lo más que pudo con el cuerpo de Dominic para ocultar la parte superior de su cuerpo desnudo.
-Lo lamento -dijo Christina mientras se carcajeaba, incluso tuvo que sostenerse del marco de la puerta para no caerse-. Axel, pronto tendremos que irnos a preparar -la mujer evitaba tener algún contacto visual hacia donde ellos estaban.
-¡Christina, fuera! -Dominic logró pasarle la camiseta por encima de la cabeza y solo así, despegó su cuerpo de el de él.
-Ok, ya me voy. Para la próxima, ponga el seguro a la puerta, torpes.
Axel sintió tanta vergüenza que solo pudo soltarse a reír histéricamente. Nunca en su vida se había visto envuelta en una situación como esa y no sabía cómo más reaccionar.
-Es bueno que le veas la gracia -Dominic se carcajeó con ella.
Le gustaba verlo reír, su alegría era contagiosa y alivianaba el ambiente.
-Ve, terminaremos esto más tarde -Dom le ayudó con el cierre del sujetador y ella terminó el resto del trabajo.
-Eso espero -respondió ella, mientras se ponía la camisa y salía corriendo del despacho.
Axel sentía que le faltaba el aire a pesar de haber dejado a Dominic unas horas atrás.
Quería estar cerca de él y no con Christina, quien le probaba vestido tras vestido. Otra vez.
Su nueva amiga le estaba haciendo mil y un preguntas acerca de lo que había y no había hecho aun con Dominic y Axel intentó responderle con cortesía que no se metiera, pero la mujer no entendía indirectas o simplemente fingía no entenderlas.
-Axel, es normal que las chicas hablemos de estos temas -se quejó Christina.
-Lo será para ti, pero no para mí -le dijo Axel mientras se ponía unos zapatos de tacón alto color negro a juego con el vestido que había elegido Christina-. Gracias, Christina, me veo bien -Axel se veía en el espejo y trataba de reconocerse a sí misma. Estaba maquillada, y su cara parecía de porcelana, sus ojos resaltaban, sus labios eran un rojo apabullante y sus mejillas absolutamente sonrojadas.
-No hice mucho la verdad, solo resalté lo que ya es bonito -le dijo la diosa de cabellos de oro que andaba un vestido rojo totalmente ceñido al cuerpo y unos zapatos que parecían zancos-. Lamento en serio haber interrumpido lo que estaba pasando en esa oficina. Era la escena perfecta de las novelas románticas del jefe y la secretaria -se burló en esta ocasión. Axel hizo lo mismo.
-No tienes nada de que disculparte.
-¿Así que... tú y Dom?
-Solo estaba siguiendo tu consejo. Dejo que mis instintos y mi deseo me guíen; y bueno, pasara lo que tenga que pasar.
Christina no dejaba de sonreírle. Parecía toda una madre orgullosa de su hija.
-Dominic tuvo tanta suerte de que te cruzaras en su camino -le aseguró Christina mientras la abrazaba.
Axel no supo que decir. Esa mujer estaba poniendo demasiada fe en ella.
Si estaba sintiendo algo por Dominic, pero no estaba segura de que era lo que él sentía por ella realmente. Podía ser deseo, seguridad, cariño... O simplemente nada.
Sintió un bajonazo de energía increíble cuando la idea le pasó por la cabeza.
- Oye, oye, oye - Christina la sacó de sus oscuros pensamientos-. ¿A qué se debe esa cara triste?
-Nada, solo... no sé qué siente Dominic, que piensa acerca de esto que está pasando, no quiero hacerme ideas locas ni falsas en mi mente y después salir humillada o peor, lastimada -confesó ella.
-Créeme esto. Nunca antes lo había visto tan feliz con ninguna mujer. Ni siquiera con la zorra de Elsa -aseguró la muchacha, agarrando sus manos para brindarle apoyo.
-Tengo miedo.
-Todos tenemos ese mismo sentimiento al enamorarnos. ¿Acaso no pensaste en eso cuando te enamoraste de tu ex novio, de cuando se comprometieron?
La verdad es que Axel nunca pensó en eso al estar junto a Kevin; daba por hecho que nunca la iba a lastimar, porque lo conocía de toda la vida.
Axel negó con la cabeza.
-Dale la oportunidad -le dijo Chris-. Ese tonto merece algo de felicidad en esta vida y que mejor que contigo, una chica linda, tierna e inocente.
Axel decidió que lo pensaría, tal vez podría funcionar eso de darse una oportunidad con Dominic.
Ambas mujeres bajaron hasta la sala principal y había varias chicas y hombres sentados en el gran comedor, disfrutando de una cena de que realmente se veía deliciosa, si no estuviera tan nerviosa, iría a la cocina y le pediría a Claire algo para comer.
- Buenas noches -saludó Richard desde arriba de la escalera. Pero Axel no le estaba prestando atención, si no al hombre que estaba justo a la par de él.
Era Dominic y vestía un traje negro que parecía hecho por un sastre, apenas a su medida, estaba combinado con una camisa blanca y una corbata azul marino.
Por Dios, ¿acaso podía verse más guapo aún?
Bajó las escaleras y estaba viéndola a ella solamente lo cual provocó sonrojarse nuevamente.
- Qué guapa se ve, señorita Alwood -susurró a su oído.
- Gracias, señor Bryce -respondió ella con una sonrisa inmensa en los labios.
-Vamos -Dom le ofreció un brazo para que se sostuviera de él y dada la situación, no lo pensó dos veces en aceptar, ya que sentía que caería en cualquier momento al suelo debido a que los pies no dejaban de temblarle por los nervios y los zapatos. Caminó como embobada junto a él hasta llegar al auto y ver a Thomas.
-Hola, Thomas -le saludó ella con una gran sonrisa.
- Hola, señorita Alwood -dijo en un tono más formal.
- Solo Axel, por favor -le pidió ella. Él era mucho mayor que ella, era ella quien debía tratarlo con más respeto a él.
-De acuerdo, Axel -Thomas abrió la puerta trasera del lujoso auto negro y Dom la ayudó a subir primero y acto seguido lo hizo él. Pudo observar que Christina y Richard se subieron a otro auto.
El viaje en realidad no había sido muy largo y cuando vio donde habían estacionado, de los nervios pasó al miedo absoluto. El sitio era el mismo anfiteatro en donde ser realizaba una pequeña cena benéfica anualmente para recoger fondos para becas universitarias. Ella misma era una de las beneficiarias de esas donaciones que se daban en ese lugar, por lo mismo, su familia y muchísimos otros conocidos asistían como voluntarios para ayudar en el evento. Y Kevin también.
- ¿Qué estamos haciendo aquí? -preguntó ella en un susurro. Se aferró con demasiada fuerza al asiento del auto.
-Mi familia siempre ha ayudado en estas causas -respondió él, ajeno completamente a su estado-. Me han invitado años atrás, pero esta es la primera vez que vengo.
Axel se quedó callada y se guardó su miedo para ella misma. Dominic no sabía que ella iba a ese mismo lugar año tras año; como él mismo había dicho, era la primera vez que iba.
Bajaron y Axel estaba totalmente petrificada. No podía despegar los pies del suelo.
- ¿Estás bien? -Dominic la observó con algo de curiosidad.
Ella negó con la cabeza. Necesitaba la ayuda de Dominic en ese momento. Si su familia estaba en ese lugar -a como lo habían estado años anteriores-, iban a verla con Dominic y querrían saber más de lo que era correcto decirles.
- Estoy cien por ciento segura de que mi familia está en esta misma cena -apenas le salía la voz, pero al parecer Dominic la había escuchado bien.
- ¿Son benefactores también?
Axel le dedicó una mirada llena de ironía al escuchar esa pregunta.
- ¿En serio crees que alguien que apenas logra llegar a fin de mes va a tener dinero suficiente para donarlo? Claro que no, nosotros somos voluntarios que ayudamos detrás de escena.
- Lo siento, fue una pregunta estúpida. ¿Alguien además de tu hermana sabe en dónde estás viviendo ahora?
- No, ellos creen que estoy viviendo cerca de la universidad con una amiga.
Christina y Richard se acercaron a ellos al ver que no se movían de donde estaban como estatuas.
- ¿Sucede algo malo? -quiso saber Richard.
- Allá adentro estará la familia de Axel y no saben nada acerca de nuestro trato. Creen que Axel vive con una amiga de la universidad y no en mi casa -les resumió Dominic.
-De acuerdo puedo ayudar con eso -dijo Christina de inmediato-. Yo seré tu compañera de casa.
No le agradaba el camino que estaba tomando todo eso, pero dada las circunstancias, no tenía mejores opciones que involucrar al hermano y a la cuñada de Dominic en su red de mentiras.
-Muchas gracias, Chris -le sonrió con algo de vergüenza a la mujer y luego se giró hacia Dominic-. También dije que estaba conociendo a un chico -susurró, rogando a que sus acompañantes no la hubiesen escuchado. Sentía que las mejillas le estaban ardiendo.
-Me encanta cuando te sonrojas de esa manera -dijo él, ofreciéndole un beso fugaz en los labios-. Aquí tienes a tu chico.
- ¿De verdad me vas a ayudar? -todavía no lo creía.
-Claro que sí, como no voy a ayudar a mi novia.
¿Su novia? ¿Lo decía en serio o era solo para ayudarla? Ya luego se quebraría la cabeza tratando de adivinar.
- Por cierto, ¿cuántos años tienes? -definitivamente su madre querría saber edad
- Veintiocho años -Dom tomó su mano y empezaron a tomar rumbo hacia la entrada.
Oh, diablos. Su madre no iba a estar contenta; Dominic era casi diez años mayor que ella; incluso era tres años mayor que Billy.
-¿Soy demasiado viejo para usted, señorita Alwood? -preguntó él. Axel no pudo evitar reírse.
- He conocido parejas más disparejas -fue su respuesta.
- Oye, Axel, ¿cómo es que nunca te he visto en este evento? Yo si vengo baño con año, a diferencia de este asocial -Richard golpeó la cabeza de Dominic, quien se quejó en voz baja, pero amenazó con lanzarle un puñetazo si volvía a hacerlo.
- Por lo general ayudo en la cocina, junto a mi madre, mis hermanos son quienes se encargan de atenderlos a ustedes.
- Vaya que esta ciudad si es pequeña -fue su último comentario al respecto.
Entraron al gran salón y todo estaba repleto de gente. Conocía a muchos y no conocía a demasiados.
¿Cómo se le había pasado por alto ese evento tan importante para su familia y para ella misma?
Los nervios estuvieron a punto de ganarle la partida cuando la suave voz de Dominic le susurró que todo saldría bien.
- ¿Axel?
Se volteó al escuchar esa vocecilla tan familiar. Era su amiga de la infancia Maya. Esta la abrazó como si no la hubiera vista en años.
- ¡Por Dios! Te ves hermosa, Axel... Me he enterado por tu madre que te has mudado -se quejó la muchacha-. ¿Por qué no me lo dijiste? Te habría ayudado con la mudanza. Y también me enteré acerca de lo ocurrido con Kevin, ¿estás bien?
Axel desvió la mirada hacia Dominic y Maya, la linda pelirroja pecosa se puso colorada. Al parecer la presencia de Dominic había sido nula para la chica todo ese tiempo.
- Hola, soy Maya Fitzpatrick -le saludó ella, con una sonrisa algo tensa.
-Mucho gusto, señorita Fitzpatrick -Dominic respondió el saludo con un asentimiento de cabeza.
- Deberíamos quedar para hablar luego -Maya no despejó la mirada de Axel, quien asintió con la cabeza, algo avergonzada. Maya la conocía bien y verla así de nerviosa era una alerta de que algo no estaba bien con ella. Cuando lograse dar con ella, la atacaría como demasiadas preguntas a las cuales no deseaba darles una respuesta.
- Tranquila, respira, todo saldrá bien.
Axel no quiso contradecir eso, pero presentía que esa en algún momento todo se saldría de control.
La mirada de Axel se fue directamente hasta la cocina, donde puedo ver a su madre entre tanta gente yendo y viniendo y tuvo ganas de correr a abrazarla, pero estaba aterrada con la reacción de esta, de la reacción de Billy y la reacción de Isabella.
Decidió enfrentarse a todo de una vez por todas.
- Mi mamá está allá -le dijo ella a Dominic.
- Vamos a conocer a la mujer que ha criado a esta dulce jovencita, entonces -dijo él con una gran sonrisa.
Dominic no la soltó del brazo ni un solo segundo y Axel lo agradeció con toda su alma.
Ingresaron a la cocina y su madre fue la primera en verla y sonrió cuando ella se acercó.
- Axel mi vida, pero mírate nada más, niña -dijo la mujer abrazándola con fuerza. Con zapatos de tacón alto, su madre parecía tan diminuta entre sus brazos.
Billy e Isabella reaccionaron ante la voz de la mujer mayor.
Billy de inmediato observó a Dominic e Isabella abrió mucho los ojos cuando los vio juntos de la mano.
- Mamá -dijo finalmente-. Te presento a Dominic Bryce. Mi novio.
Pudo ver la reacción de Bella y estaba más pálida de lo usual. Billy, por su parte, simplemente lo observó sin decir una sola palabra, pero por su postura, sabía que no le había agradado Dominic. De los tres, su mamá fue quien mostró algo de gentileza.
- Mucho gusto Dominic, encantada de conocerte -dijo su madre, extendiéndole la mano para saludarlo.
- Igualmente, señora Alwood -Dominic respondió el saludo y le regaló a su madre un de sus sonrisas encantadoras. Axel lo observó como una tonta.
- Dom, ellos son mis hermanos Billy e Isabella.
- Mucho gusto, Dominic -Billy se presentó, finalmente al no tener más opción. Dominic respondió con un asentimiento de cabeza.
Isabella no dijo nada, simplemente observó por demasiado tiempo Dominic y se marchó.
- Disculpe a mi hija, pero a veces es un poco desubicada.
- Descuide -fue la respuesta de Dominic-. Es la adolescencia.
La madre de Axel sonrió encantada.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Cuántos años tienes Dominic? -Billy no se aguantó más la pregunta y solo la soltó.
- Tengo veintiocho años.
Billy tensó la mandíbula y entrecerró loso ojos, Axel reconoció ese gesto. No aprobaba a Dominic.
- Cariño, ¿puedo hablar contigo un segundo? -le pidió su madre.
Dominic le dio un beso en la cabeza y le dijo con voz dulce:
- Te estaré esperando aquí.
- Ok.
Siguió a su madre hasta la parte más alejada de la cocina, justo donde estaban las neveras. Estaba haciendo demasiado frío en ese lugar.
- Axel... por Dios -dijo su madre soltando una risa-. Ese hombre de ahí... Oh por Dios...
- ¡Mamá! -la regañó Axel soltando una risa de incredulidad.
- Lo lamento cariño, pero es un hombre, es algo distinto, solo eso diré -su madre mientras se dio aire en la cara con la mano.
- ¡Mamá!
- Olvidemos ese tema por un segundo. Cariño, me alegra que vinieras, en serio quería conocer a ese misterioso hombre.
- ¿No estás molesta? -realmente estaba sin palabras. La reacción de su madre era la que más temía.
- Claro que no, cielo. Desde que lo vi, lo presentí, está enamorado de ti. ¿A caso no has visto cómo te ve? Y -la mujer la tomó de las manos y les dio un pequeño y cálido masaje- ¿Te encuentras bien? Te vez muy pálida y estás helada.
- Estoy bien mamá. Estaba nerviosa por tu reacción -confesó ella en un susurro.
- Dominic me agradó. Se ven tan lindos juntos.
Axel sonrió con algo de ánimo. Para que su madre dijera eso, es porque de verdad debía verse bien juntos.
- Billy lo odio -dejó que su pesimismo hablara por ella.
- Esta celoso nada más, eres su hermanita.
- Pues nunca se puso así con Kevin.
- Tendrás que preguntárselo a él mismo. Y hablando de Kevin...
- Él está aquí, ¿cierto? -sabía cuál era la respuesta, pero deseaba que respondiera lo que ella quería escuchar.
- Sí y su familia también.
- Ellos me van a golpear -murmuró.
- No exageres, cariño -su madre la abrazo-, mi niña preciosa, te vez espectacular hoy. Toda tu irradia un aura muy distinta a la de siempre.
Mi amiga, mi compañera de casa hizo todo.
- Tienes que confiar en tu propia belleza, amor.
Se encaminaron hasta donde había dejado a Dominic y a Billy nuevamente y la madre de Kevin se interpuso en su camino.
- Eres una pequeña zorra descarada -la mujer se le acercó y le regaló tal bofetada, que Axel sintió el sabor metálico de la sangre en su boca.
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