Capítulo 11
Dominic estaba poniéndose ropa cuando vio a Axel salir molesta del cuarto. Tal vez se había pasado al quedar desnudo delante de ella.
Se terminó de vestir para ir a disculparse, nuevamente.
— Dominic será mejor que vengas ahora mismo — su hermano Richard asomó apenas la cabeza.
— ¿Qué sucede ahora? —no podía ni quería más problemas en ese momento.
— ¿Acaso no dijiste que Axel era tranquila? —Dominic asintió, Axel era algo así como una pacifista. A no ser que llegase a un límite, ella aguantaba —. Te encantará ver esto entonces — se burló Richard, dirigiéndose hacia abajo.
Dominic tuvo un mal presentimiento al ver esa expresión en su hermano y salió corriendo detrás de él.
Al bajar las escaleras vio que había una multitud congregada en el gran salón, todos observando una pelea.
Dominic se abrió paso para ver de qué se trataba.
Pero que rayos...
¿Esa que estaba golpeando a Elsa, era la tierna chica que por cualquier comentario que le hiciera se sonrojaba?
Dominic tuvo que quedarse viéndola muy bien porque no daba crédito a lo que estaba viendo.
—No te vuelvas a meter conmigo —le gritó, mientras la llenaba de bofetadas en el rostro. La tenía prisionera entre sus piernas.
Elsa solo se cubría el rostro a cómo podía.
Axel estaba muy agitada y Dominic recordó el ataque que había tenido el día anterior. No era bueno para ella estar tan alterada.
Decidió intervenir y separar a Axel de Elsa. Fue como levantar un saco de patatas, no pesaba mucho, a decir verdad.
— Oh, no te la lleves, Dom —se quejó Christina, quien parecía muy emocionada por lo que estaba viendo.
— Tu y yo hablaremos luego, King —sabía que a su cuñada no le agradaba que utilizara su apellido para dirigirse a ella. Esa era la única forma en la que Richard le tenía permitido molestarla y se aprovechaba de eso cada vez que podía.
Axel iba forcejeando para soltarse de sus brazos, pero Dominic la agarró con más fuerza y se la llevó para la habitación.
—¡Suéltame! —le pidió ella hiperventilando.
—¿Si te suelto iras de nuevo a la sala a golpear a Elsa?
—Sí —fue su respuesta.
Dominic definitivamente no la soltó. Estaba demasiado fuera de sí misma como para dejarla libre.
—Déjame ir a darle su merecido a esa loca —gritó ella. No se iba a dar por vencida tan fácil.
—No, creo que ya aprendió la lección —le aseguró. Vaya que si tenía fuerza a pesar de su tamaño y contextura.
Dominic la puso sobre la cama y se colocó encima de ella, aprisionando las piernas de ella con los pies de él y no la dejó moverse. Justo como ella tenía a Elsa.
—No sabes cómo me encanta tu entusiasmo, pero no puedes alterarte demasiado, recuerda que tu cuerpo aún está débil debido a tu ataque de ayer —temía que pudiese volver a tener otra convulsión en tan poco tiempo.
Después de un rato ella pareció calmarse un poco, pero aun así se notaba algo alterada aún.
—¿Qué pasó allá abajo? —preguntó entonces.
—Esa loca de tu ex novia rompió la fotografía que tenía de mi padre —parecía estar más calmada, pero no se fiaba del todo.
Dominic no dijo nada. No comprendía como una fotografía podía ser el detonante para toda la ira que tenía, pero decidió no decir nada. Era capaz y se desquitaba con él por decir una tontería.
—Lo siento mucho —fue todo lo que dijo entonces.
Axel se quedó callada y Dominic continuó en la misma posición encima de ella, necesitaba que estuviera tranquila en un cien por ciento. Además, no se sentía para nada incomodo por la forma en la que estaban.
—Dominic.
Dom se giró hasta la puerta para ver a quien le estaba hablando.
Era Jackman.
—Pasa, Jackman —soltó a Axel y se bajó de la cama. Por su lado, Axel se sentó de inmediato en la cama y trató de arreglarse el cabello, pero no hubo manera. Se veía preciosa de esa manera. ¿Acaso no lo notaba?
—Agradezco que viniera hasta acá para ayudarme doctora Jackman, pero no me siento muy bien que digamos, lo haré por mi cuenta mañana —Axel se levantó de la cama y se arregló la ropa.
—Mañana tenemos un compromiso al cual deberás asistir conmigo —negó Dominic de inmediato.
—¿Qué compromiso? —ella lo volteó a ver y en sus ojos se notaba mucho temor.
—Te lo habría dicho antes, pero decidiste convertirte en Rocky Balboa y no tuve tiempo —le dijo él para burlarse de ella y ver si lograba tranquilizarla.
Axel se sonrojó, como ya lo esperaba.
Dominic salió de la habitación y dejó a ambas mujeres solas con sus asuntos.
Se marchó a la cocina donde estaba Claire y su hermano.
—Hermanito, me debes una bien grande —Richard le golpeó en el hombro con más fuerza de la normal.
—Ni lo digas —suspiró con frustración.
—¿Sabías que tu amiga Axel, vio a Elsa antes de que yo llegara? Ella ya se estaba yendo e iba bastante afectada. Le gustas a esa niña. No sé qué demonios te vio.
Dominic se quedó pensando en eso que estaba pasando entre él y Axel. Estaba claro que había atracción por parte ambos, pero ella no quería ceder ante sus instintos y eso lo frustraba porque no sabía si se debía a su educación conservadora o que el amor que sentía por su ex novio no la dejaba entregarse por completo a él.
Esa tal Kevin debía ser de hierro al no sentir la tentación de tomar a Axel en brazos y hacerla sentir, desear y ser deseada. Estaba más que claro que Axel no conocía nada acerca de su propia sexualidad, nada acerca de sus puntos eróticos, pero Dominic tenía tres meses para guiarla y mostrarle todo lo que era capaz de sentir y disfrutar tanto de él como de sí misma.
Estaba empezando a frustrase al ver que no daba señales de aparecer después de pasar varias horas con Jackman encerradas en esa habitación.
—Oye, contrólate —lo regañó Christina entrando a la cocina —. Te agradara saber esto. Axel le está pidiendo consejos sobre anticonceptivos a Jackman, pero si dices algo de esto, negaré que te lo dije y juraré que fuiste a husmear detrás de la puerta.
Jackman apareció minutos después en la cocina en compañía de Axel. Ambas venían sonriendo. Como una simple sonrisa le iluminaba la mirada, era imposible que ella fuese así de radiante.
—Dile a tu profesor que debería visitar mi consultorio muy pronto — Jackman y Axel se carcajearon.
—Seguro que lo haré —le aseguro esta, muy alegre.
Dominic estaba viéndola como si estuviera viendo a una diosa. Debía verse como una idiota.
Richard le puso la mano bajo la boca y todos en la cocina se rieron.
—Se te caerá la baba en cualquier segundo —su hermano estaba burlándose de él y Axel trató de no reírse, pero no tuvo éxito. Dominic entrecerró los ojos, ella le sonrió directamente a él. El palpitar de su corazón se aceleró en cuestión de segundos. Se estaba enamorado de esa niña y estaba en grandes problemas.
—Espero que te vaya muy bien, Axel — Jackman la abrazó para despedirse de ella.
—Muchísimas gracias doctora Jackman —Axel respondió el abrazo de buena gana y con una inmensa sonrisa.
—Llámame, Ana – le pidió la mujer.
—Ok, Ana, gracias.
—Es un dulce, Dominic. Cuídala bien — Jackman lo amenazó.
Dominic le guiñó un ojo.
Pasaron una noche agradable en compañía de su hermano y su cuñada y quedaron de ir a la playa muy pronto gracias a la insistencia de Chris. Axel parecía encajar a la perfección con todos ellos. O más bien ellos se acoplaban con demasiada facilidad a la esencia de Axel, a su sonrisa, a su forma tan delicada de hablar, a sus expresiones, a sus gestos, a todo.
Antes de que ella llegara a su vida, todo era tan monótono, tan repetitivo que ya se sabía de memoria su itinerario, que haría en la mañana, en la tarde y en la noche, pero ella solo llevaba tres días ahí y parecía que había cambiado su vida permanentemente. Cada momento de su día era algo nuevo, algo inesperado, incluso había cambiado lo rutina de su hermano y su cuñada, quienes solo lo visitaban un par de veces al mes y se quedaban en la mansión a lo mucho una noche. Le agradaba eso y ahora que lo tenía, no quería que acabara nunca.
—¿A dónde iremos mañana? —preguntó ella cuando estaban en el cuarto.
—A una fiesta —respondió él mientras se lavaba los dientes.
—¿Estás seguro de que quieres que vaya? No encajo bien en eventos formales. Suelo ser algo torpe —estaba avergonzada, eso era evidente.
—Si no quisiera que fueras, no te lo habría dicho. Y no eres torpe —agregó.
—De acuerdo —se acostó en su cama improvisada con mucha rapidez.
—Acuéstate en la cama. Yo dormiré en ese nido.
No podía dejar que durmiera en el suelo nuevamente.
—Es tu cama, tú duerme en ella. Además, vi que tienes dolor de espalda por dormir ayer en el suelo.
Dominic sonrió. Lo había notado.
—Yo no dejaré que duermas en el suelo y tú no dejaras que yo duerma en el suelo. Ambos dormiremos en la cama —le dijo él. Axel asintió con la cabeza luego de varios segundos de debate interno—. Me portaré como un angelito, te lo prometo por mi hermano y la paliza que me dará si intento propasarme contigo —le aseguró.
Axel se rio.
—De acuerdo —accedió la joven.
Ambos se acostaron en la cama y Dominic temía que no pudiera cumplir con lo prometido.
La cercanía con Axel era un tormento para él. Quería acariciar su piel, su cabello, sus labios. Su cuerpo.
Sentía su calor a través de la cobija y este lo atraía como un imán.
No sabía qué diablos le había pasado desde que conoció a Axel, pero le gustaba como se estaba comportando al estar cerca de ella. Le gustaba ser la persona que sonreía sin pensarlo tanto y disfrutaba hacerlo. Todos se lo decía, había cambiado, y era gracias a ella y no quería volver a ser el hombre frío y pragmático que siempre había sido. Quería ser ese hombre que el carácter de Axel estaba transformando.
En este multimedia les dejaré como me imagino a Axel fisicamente
El el próximo capítulo les mostraré a los hermanos Bryce.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro