Maratón
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No soportaba un minuto más tener los ojos abiertos, estaba agotada. Decidida a descansar tomo mi bolso y algunas de las cosas que debía devolver a casa. Emma al igual que bebé debían quedarse en el hospital por un período prolongado.

-- Cualquier cosa que necesites me avisas...-- indico mientras me despido de Emma.--. Cuídala mucho y cuidado con lo que haces.

-- Ya la embaracé, ¿que sería lo peor ahora?.

-- No estoy para tus juegos tontos. Así que mejor póngase responsable.

No quería irme y dejarla sola junto a Damián. Pero debía descansar, estaba sofocada por la semana que había estado teniendo últimamente.

Entro a máxima velocidad a mi habitación quitando mi vestido para luego ducharme y poder descansar. Ya llevaba más de veinticuatro horas sin dormir lo necesario, ni mucho menos asearme.

Prendo nuevamente mi celular, al enchufarlo pude percatarme de mensajes que jamás creí imaginar o mejor dicho ver. Varias de las tiendas más famosas de la zona añoraban aquel diseño que llevaba el día de ayer en la gala y todo su catálogo.

Colección que aún no había preparado.

Aún con el celular en la mano me percato de varias llamadas perdidas de un número desconocido. Desorientada ante tal cosa decido marcar.

-- Buenas tardes, tengo muchas llamadas perdidas de este número.

-- Hola Aitana..-- escucho al otro lado de la línea.--..., o prefieres que te llame, Keityn..-- No tarde mucho en reconocer aquella voz chillona.

-- ¡Ángeles!

-- Si, la misma.

--¿Cómo estás?, ¿cómo están todos?.

-- Molestos eso es evidente. Cómo es posible que no te hayas despedido de nosotros. ¿Tan malos amigos fuimos?.

-- No..-- intervengo.--. Eso jamás, ustedes fueron unos excelentes amigos, lamento mucho haberme ido tan rápido y desaparecer.

-- ¿Por tu pareja?..

-- Algo así.

-- Intentaba comunicarme contigo para invitarte a almorzar mañana. No sé si deseas hacerlo.

-- Claro, aunque...-- había olvidado un gran detalle.-- Mi hermana acaba de dar a luz, lo cuál me hace responsable de cuidar de su salud.

-- Entonces..,¿no podrás?.

-- Sí. Solo que deseo hacerlo en casa. Si gustas puedes venir.

-- Es obvio que iré. Pero no solo, sabes que llevo a Brenda conmigo a todos lados.

-- No te preocupes. Ven con ella, aquí ambos son bienvenidos.

--Tu dirección la tengo, así que no te preocupes.

-- Lo sé, la he dejado en la nota. Te dejo iré a dormir, besos.

-- Igual para tí, querida.

Cuelgo aquella llamada para entrar directamente a mi galería a percatarme de las fotos que le había tomado al pequeño Byron. Aún no asimiliba el hecho que había nacido y que estaba con nosotros.

Me levanto de la cama no muy convencida del ambiente que había en mi habitación, así que decido abrir las puertas del balcón y recibir el aire fresco de Seattle. No me imaginaba estar lejos de aquí, de mi hogar.

Acomodo mi cuerpo en la baranda del lugar para poder visualizar las grandes calles. Hace mucho que no me relajaba de tal manera, menos después de toda las locuras que había estado atravesado estos últimos días.

Bajo lentamente la mirada percatandome del coche negro de Demián atravesar el umbral del estacionamiento. Emocionada por su visita decido correr a acostarme en la cama, yo le habia comentado que iba a dormir y no es justo que llegue y me encuentre diambulando.

Relajo mi cuerpo he intento calmarme, ahora lo menos que necesitaba era darle más poder sobre mi, aquel que ya tenía con solo mirarme fijamente a los ojos.

Los minutos comienzan a transcurrir dejando en el aire aquella sensación. Se suponía que debía estar aqui desde hace mucho.

¿Acaso me abre equivocado?.

Que decepcionante sería aquello. Resignada ante aquello decido tomar las sábanas y arropar mi cuerpo.

Giro mi cuerpo al instante de escuchar las puertas ser cerradas de forma pacífica. Se que no quería hacer ruido, así que decido fingir lo que ya tenía planeado.

Intente centrarme en escuchar sus movimientos para así poder sentir lo que verdaderamente estaba haciendo.

¿cómo le hace para no hacer tanto ruido?.

Sentía sus movimientos a mis espaldas y su presencia deambular por cada pequeña esquina del lugar. Se que había entrado al baño, lo sentía en cada paso que daba y al escuchar el agua salir del grifo.

-- A veces me sorprendo al darme cuenta que te conozco lo suficiente..-- susurra para sentarse a mi lado.

-- ¿Por qué lo dices?..-- me quejo quedando frente a el.

-- No creí que respondieras tan rápido.-- cambia el tema.--...¿Comiste?.

-- Sí, lo hice hace rato.

-- Bueno, ahora a dormir. No lo has hecho bien últimamente.

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Miraba atentamente cada movimiento que hacía Emma al tomar en sus brazos al pequeño, lo menos que quería era que lo lastimara.

--Debes sacarle los gases ahora -- Suelto mientras le veo separar la boca del bebé de su pezón.

--Puedes hacerlo tu, necesito ir al baño.

La verdad me apareció una falta de respeto que me pidiera tal favor, sólo damelo y ya, yo encantada lo haría, es más hasta me lo robo y me lo agarro para mi toda la vida.

La veo levantarse y luego estirar sus brazos para darmelo, apenas tuve tiempo de asimilar lo pequeño que era y lo feliz que me ponía tenerlo ahí conmigo, su pequeño cuerpo me daba tanta paz y tranquilidad que por mi jamás lo soltaria.

--Tía te ama mi pequeño...-- Le doy un casto beso en la frente para comenzar a sacarle sus gases.

A los pocos minutos veo a algunas enfermeras entrar y junto a ellas Demián con una gran sonrisa.

-- Hoy Byron dormirá con nosotros.

--¿Cómo así?.

--Lo llevaremos a tu casa bonita.

Lo veo comenzar a dar órdenes y a los pocos segundos unos hombres llegan para llevarse lo que el bebé tenía en su pequeño bolso.

--¿Qué has hecho?.

--Lo mejor que he podido.

-- El bebé aún está pequeño.

-- y porque esta pequeño nos lo llevamos.

-- Háblame en castellano Demián.

--Pague a los mejores doctores y sobre todo compre las mejores máquinas para que el bebé se sienta a gusto en casa.

--¿¡Que!?.

-- Hoy tendrás los mejores cuidado sobrino...--Y antes de que pueda decir otra palabra me deja ahí, parada y  desconcertada.

¿enserio acaba de hacer eso?.

¿enserio acaba de pagar millones por el cuidado de mi sobrino?.

Me matarás un día de esto Demián.