Mi corazón aún seguía latiendo de manera apresurada provocando que me concentrara en los zumbidos provenientes ahora de mis oídos. Ambos provocados por las dosis altas de alcohol que había estado consumiendo últimamente.

Intento centrar mi vista en la habitación en la que ahora me encontraba. No era la de Ángel, ni mucho menos la mía.

-- ¿Cómo me ha conseguido?.-- me quejo en voz baja levantándome de la cama para dirigirme al baño.

No creí necesario apresurar las cosas, ya era evidente donde me encontraba y con quién.

La habitación en la que me encontraba estaba totalmente equipada con colores oscuros, aquellos que el amaba y lucía cada vez que podía.

Abro el gran closet de dicho hombre para conseguir algo digno que ponerme, no pretendía salir de esta habitación en ropa interior y sin haberme aseado lo suficiente o mejor dicho lo correspondido. Se que me encontraba en el penthouse que recientemente había comprado, anteriormente había visto fotografías y sus documentos.

-- Gracias señora Han, puede retirarse..-- Aquella mujer con la que Demián conversaba gira su cabeza hacía mi conectando nuestras miradas.

-- Señor, su invitada se ha despertado..-- levemente gira su cabeza posando su mirada en la mía.-- Buenos días bonita, puedes venir a desayunar.

No muy convencida por su invitación decido caminar hacia donde de el para luego sentarme.

--Feliz cumpleaños, bonita.

Joder.

Es mi cumpleaños y lo había olvidado completamente.

No sabía que decir o como reaccionar ante la situación. Apenas era conciente de que estaba a escasos metros de distancia cuando días atrás no quería verlo ni en pinturas .

-- Ya vuelvo..-- se levanta de la silla para caminar hacia una de las puertas.

Luego de unos minutos vuelve a aparecer con una pequeña bandeja repleta de comida.

-- Se lo mucho que te gusta la ensalada de frutas por eso la he mandado a hacer.

-- Gracias..-- sonrío al ver el plato

Había traído suficiente comida como para quedar realmente satisfecha todo el día, en ella habían panqueques, chocolates, frutas y sobre todo un delicioso batido.

-- ¿Has podido descansar?.

-- Sí. -- suelto mientras meto un poco de frutas a mi boca.--. Por cierto, muchas gracias por traerme anoche.

-- No hay de que, por ahora me iré a duchar. Buen provecho

No sé que pasaba en estos momentos por la mente de dicho hombre y eso me preocupaba. Ya no había vínculos que nos uniera, yo había perdido a nuestro bebé y es evidente que no merezco estar aquí como si nada.

Antes de quedar embarazada el no quería tenerme cerca y el hecho de estar aquí ahora me confundía al punto de perder la cabeza.

"Te amo, Demián"..

Un leve recuerdo aparece en mi subconsciente provocando que me atragante con el jugo.

Mierda.

¿¡Que hice anoche!?.

Intento recordar un poco lo sucedido, pero no lo logro.

-- Tome un poco de sopa, señorita..-- aquella mujer que hace unos minutos había desaparecido vuelve, entregandome una taza.--. Se que tiene resaca por el alcohol que consumió anoche.

-- muchas gracias.

-- No hay porque agradecer. ¿Quiere que le prepare algo más?.

-- Sí, un jugo rojo. Son buenísimos con la sopa.

-- Sí, de hecho ya tengo preparado. Demián, me comentó que te gustaba mucho.

-- Eso dijo.

-- Sí, siempre habla de usted.

-- ¿Enserio?.

-- Sí..-- ella ríe.-- Anoche lo ayude a ducharte y arreglarte, quizás no recuerdes eso.-- muevo mi cabeza en señal de negación. No lo recordaba.--. Me lo imaginé, estabas muy ebria, nisiquiera reconocias al señor.

-- Que vergüenza..-- me quejo.

-- Tranquila. Me decías en voz baja que te duchara, ya que te daba vergüenza que un hombre que no conocías lo hiciera.

-- lamento mucho eso, nunca pensé que el alcohol me hiciera perder el conocimiento a tal punto.

-- No te preocupes. Esas cosas suelen suceder.

Después de desayunar subo nuevamente a la habitación encontrándome con la figura de Demián, el cuál se encontraba arreglando su traje mientras se veía en el espejo.

-- Sí deseas quedarte y pasar el día aquí está bien. Mi casa está a tus servicios.

-- No te preocupes. Yo me iré a mi casa.

-- Sí, sería lo mejor. Emma esta muy preocupada por tí.

-- Lo sé, qué inconsciente he sido..-- me reprocha con la mirada mientra arregla su corbata. Se que no quería conversar del tema y discutir.-- ¿Irás a trabajar?.

-- Hoy es la gala del alcalde y debo ayudar en algunas cosas. Así que técnicamente sí. -- me sonríe.-- ¿Deseas que te lleve a casa?.

-- No te preocupes.

-- No, mejor te llevo.

Ambos tomamos el camino hacia mi casa en completo silencio, se que no quería tocar el tema y lo agredecia, lo menos que deseaba ahora era conversar, pretendo seguir así. Fingiendo que todo está bien.

-- Te juro que me provoca lanzarte por las escaleras..-- Emma, me regaña.

-- Déjame tranquila..-- me quejo.-- iré a cambiarme, volveré a salir.

-- ¿¡A dónde!?.-- se altera.

-- Iré al salón a arreglarme.

Yo merecía un nuevo cambio de look, arreglarme y solucionar mis problemas y un spa era la cura a mi alma rota.

Entro a la habitación para comenzar a arreglar algunas cosas que le faltaban al vestido esperando que se hiciera la hora correspondida para ir al spa.

                         •°•°•°•°•°•°•

-- ¡¡Dios mío!!..-- Dalila susurra con emoción.--. Te ves divina, Keityn.

-- Aún no supero que tú misma hayas creado dicho vestido..-- Damián agrega mientras toma algo de la camisa de Emma.

-- Yo también ayude..-- Mi hermana chilla.-- Kitty, estás hermosa. Nos hemos lucido con este vestido.

No me podía quedar. Aquel vestido había quedado fenomenal y mi nuevo look lo elevaba al punto de sentirme realmente espectacular.

--Hoy serás la envidia de medio Seattle...-- Vuelve a intervenir Damián.

--Pensándolo bien hace una hora que comenzó y tu aún no llegas.

--Lo bueno se hace esperar.

-- Allá abajo te espera el chofer de Santiago, así que lucete hoy.

--Vamos Dalila-- Dalila toma a Daily en sus brazos para comenzar a bajar conmigo.

El camino hacia la gala fue rápido a pesar de que quedaba un poco lejos de mi casa. Al llegar a la entrada principal invito a Dalila a bajar primero que yo para que la puedan fotografiar por su cuenta.

Estaba nerviosa y aún así decidí bajar luego de unos minutos provocando que todas las miradas se posaran en mí, los fotografos no tardaron en llegar hacia donde estaba presencia provocando que mis nervios aumentaran.

Sonrío sutilmente mientas saludo. Lo menos que quería parecer ahora era una odiosa.

-- Hola primita...-- La figura de Fernanda aparece a mi lado tomándome de la cintura.

-- Hola Fer.

--Santi y yo te estábamos esperando, ahora si entraremos los tres.

--Keityn que divino a quedado tu vestido..-- me halaga mi jefe.

-- Gracias Santi.

Los tres comenzamos a caminar hacia el interior del lugar provocando que las miradas se posaran rápidamente en cada uno de nosotros y en los  movimientos que dábamos. Éramos los más esperados de esta fiesta.

-- Fernanda pasará junto a mi tomada del brazo, tu lo harás dentro de cinco minutos. Necesito que luzcas ese vestido.

--Esta bien.

Me pongo a un extremo del lugar buscando la manera de que nadie se diera cuenta de mi escondite, ya sabían que estaba aquí y debía dar una entrada triunfal. Lo debía hacer si deseaba que esté vestido fuera el más deseado del lugar.

-- Vamos Keityn..-- me animo.

Era mi momento de triunfar y demostrar el potencial que tenía. Mentalmente comienzo a contar y al llegar al número correspondido.

Estaba decida, tomo una respiración profunda para luego caminar hacia las grandes puertas del lugar.

Cada vello de mi piel se eriza al sentir las miradas ser posadas en mi y en lo que llevaba. Lentamente comienzo a caminar hacia Santiago, el cuál estaba conversando con Demián y el alcalde.

-- Un placer conocerla señorita, Ross...-- el alcalde me sonríe mientras le da un casto beso a mi mano.

-- El placer es mío.--Al alejar la mano del alcalde la presencia de mi hombre se hace presente. Su mano no tarda en posarse en mi cintura provocando sensaciones innecesarias

-- Ven conmigo..-- Demián me toma de la mano provocando que entre en pánico.

¡¡No!!.

Esto da mucho de que hablar en este evento. No podía hacerlo aquí, no así.

--Feliz cumpleaños bonita -- Dalila,  llega hacia donde nos encontramos entregandole una caja a su hermano.

Sentí una explosión en todo mi ser al ver el collar que había en el. Aquel collar que ame en New York, ese que costaba más que mi vida.

-- Se lo mucho que te gustó, por eso he decido diseñar una solamente para ti.-- saca la joya de su caja para luego invitarme a darle la espalda para ponermelo.

No pude evitar percatarme de las filosas miradas que se habían posado en mi figura, todos en este lugar estaban sorprendidos por lo que estaba sucediendo, hasta yo lo estaba. No sé suponía que el haría tal cosa delante de todas estas personas.

Al girarme nuevamente y mirarlo a los ojos pude percatarme de aquello que jamás había visto en su ser.

-- Bonita.

-- ¿Sí?..-- susurro.

-- Yo también te amo...-- Quedé en shock al percatarme de lo ocurrido.

¿Acaba de corresponder a mi amor?.

¡¡Demián correspondio mi amor!!.

Estaba asustada y a la misma vez feliz por lo que estaba sucediendo.

Lentamente acerca su cuerpo al mio para posar una mano en mi mejilla.

-- No eres la única que tiene sentimientos encontrados, yo también deseo estar contigo porque te amo...-- levemente acerca mi cara a la suya, besándome.