Capítulo 53 ( Angeles).
Todo había pasado de manera apresurada que no me dió tiempo de asimilar con claridad lo que estaba sucediendo. Y sí, había perdido a mi bebé, eso era más que evidente a los ojos de cualquier persona.
No lo podía negar, odiaba mi vida y todo lo que involucraba vivirla. Estaba desecha, echa trizas por lo que estaba sucediendo, pero no quería llorar, no quería sufrir más, no cuando sabía que esto podía suceder.
-- ¿Estas bien?..-- escucho a lo lejos.
No.
No.
Y no, no lo estaba y no lo estaría jamás. Acababa de perder a mi segundo hijo por culpa de una maldita inmadura que no superaba el hecho de que Demián no la quisiera ni un poco.
Matarme no haría que él volviera a ella, por eso se encargaba de ponerme miles de obstáculos para hacerlo sufrir. Porque sí, Demián estaba obsesionado conmigo y ese hecho la hacía odiarme.
No quería escuchar palabras de aliento o quejas que probablemente me pusieran en una peor situación.
-- Déjenme tranquila.
--No podemos..-- corto la oración. No pretendía que tuvieran lastima ante mi situación. No como la primera vez.
--¡¡Maldita sea, que me dejen tranquila!...-- no quería escuchar a nadie.-- .¡¡NO LOS NECESITO!!.
No entendía con exactitud cuál era el afán de la personas en querer mejorar estando todos juntos. No creía que era necesario, yo merecía sanar sola, sin ayuda.
Cada persona tiene su peso interno, algo con lo que quiera o no debe llevar encima para poder mejorar y ser mejor persona. Y esté era otro que merecía llevar.
Yo no estaba sana, jamás lo estaría.
Estaba cansada y agobiada de toda la situación en la que había estado viviendo desde hace mucho tiempo.
"Dios, si he sido una mala persona Perdóname".
-- Sí así lo deseas, lo haremos...--Emma expresa mientras pone una pequeña bolsa en el borde de la camilla.--. Solo te pido que comas y si llegas a necesitar algo no dudes en llamarnos, todos estaremos al pendiente.
-- Gracias.
No quería ser fría, ni mucho menos espontánea. Pero estaba rota y no pretendía ser dulce cuando estaba al borde del colapso.
Nadie merecía sufrir de esa manera, llena de grietas y cicatrices internas que la desestabilizan de lo que ya tenía planeado en su vida, ser feliz.
Alguien debería crear la cura para el dolor del alma o por lo menos una anestesia, una que sea permanente. En lo personal desearía vivir mil veces bajo los efectos de algún medicamento que aceptar que en la vida siempre caeré sin importar lo segura que este. Porque sí, estaba bien caer y volver a levantarse, pero no sucio, ni con raspones que no puedas limpiar, ni mucho menos sanar.
Dicen que las marcas de las cicatrices quedan visibles para así poder ver con claridad como van mejorando, pero nadie habla de lo traumante que es verlas y vivir de nuevo aquellas secuelas.
Un leve sonido hace que espavile al percatarme que la puerta había sido abierta. La figura rígida y a la misma vez familiar de Dania se hace presente, no quería mirarla a los ojos, no queria leer aquella expresión de tristeza en sus ojos.
-- Se que no deseas ver a nadie..-- menciona sentándose a mi lado.--. Pero yo más que nadie se que necesitas..-- hala de mi cuerpo para envolverme en un cálido abrazo..--..,se lo mucho que sufres y lo mucho que necesitas una madre.
Fue inevitable no llorar, me sentía segura.
-- Llora todo lo que puedas, saca del pecho todo aquello que tienes retenido. Y siempre recuerda que no estás sola.
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No fue hasta la mañana siguiente que me dieron de alta, así que directamente me dirigi a mi departamento, no tenía nada que hacer en aquella casa. Los empleados de Demián no tardaron en llevar mis cosas y lo agredecia internamente.
Mis días, tardes y noche fueron completamente inhumanos, llenos de angustia, tortura y constante sufrimiento.
Mis sueños más lúcidos se habían transformado en persistentes pesadillas que no me dejaban descansar en ningún segundo, mi cabeza no cesaba de repetir aquella calamidad, el simple hecho de recordar me hacia perder completamente el dominio de mis emociones y eso me frustraba.
Me levanto lentamente de la cama para caminar hacia el balcón, el clima estaba oscuro y eso me alegraba, necesitaba lluvia y ver con exactitud como mis lágrimas se colaban con aquellas gotas de aguas.
Vuelvo adentro para buscar una ropa deportiva y salir de manera apresurada a correr.
Al llegar a recepción pude percatarme que habían varios de los hombres de Demian, era evidente que iba a mandar seguridad. Decidida a que no me vean salgo por la puerta de emergencia.
Al tocar el frío pavimento de la calle decido seguir mi rumbo calles abajo, necesitaba caminar y despejar mi mente.
Era miércoles y las calles estaban repletas de personas corriendo de un lado a otro intentando no mojarse por la lluvia que se aproximaba.
-- ¡¡Hey!!-- escucho a unos cuantos metros de distancia. --. Wapa es contigo..-- siento un cuerpo a escasos centímetros del mío, levemente levanto la mirada para ver el rostro de dicha persona.
Llevaba un gran paraguas rojo que nos envolvía de la descontrolada lluvia.
-- Se que no eres de aquí, ¿Te has perdido?.
Era alto o alta. No sabía cómo referirme a la persona que tenía enfrente, era homosexual.
-- Sí..-- articulo.
-- Mucho gusto mi nombre es Ángel, pero puedes decirme Ángeles.
-- Mucho gusto Ángeles, me llamo Aitana..-- miento. Lo menos que necesito ahora es que me reconozcan.
-- Sí deseas puedes venir conmigo, iré a ver a unos amigos..-- la morena de cabello crespo me toma del brazo sin dejarme responder..-- Es justo que tengas amigos en esta zona, por si en algún momento te vuelves a perder.
-- Por lo escuchado es un barrio latino.
-- Siii. Aunque por lo visto no estás tan perdida.
-- No, lo digo por tu acento.
-- Oh. Bueno yo soy de Argentina.
-- ¿Solamente hay argentinos aquí?
-- No, hay de México, Argentina, Colombia, Venezuela, Puerto Rico he incluso República Dominicana .
--¡¡Chicos he hecho una amiga!!-- Ángel o Ángeles ni idea como llamarlo comienza a chillar.
Desorientada por la zona en la que me encontraba o en el circulo de amigos decido simplemente sonreír.
--Les presento a Aitana, está perdida. Pero podemos hablar un rato con ellas.
-- Mucho gusto..-- me atrevo a decir.
-- ¿Cuántos años tienes, Aitana?..-- una de las chicas presente intenta establecer una conversación conmigo.
--Veintiuno, casi veintidos el sábado.
-- Supongo que hay fiesta en tu casa.
--No, no me gusta celebrarlo .
-- Entonces lo celebraremos por ti.
-- Les encanta las fiesta y el alcohol..,¿Cierto?.
-- Nos fascina.
-- ¿Y estudias?-- Ángel me pregunta.
-- Ya me gradué. ¿Y ustedes?.
-- Casi, dentro de unos seis o ocho meses dependiendo.
-- ¿de qué te graduaste?
-- Administración de empresas.
--¿Y trabajas en una empresa?.
--Trabajaba, pero me retiré.
--Supongo que el jefe era una víbora.
-- Si que lo era.
--Yo trabaje en Petrov y fue un caos.
--¿es serio?-- Me sorprendo.--¿Y que tal tu experiencia?.
--Horrible, aquel ruso me daba miedo.
-- ¿Miedo?.-- sonrío ante lo mencionado.
Y yo que me folle.
-- Sí, siempre gritaba o se molestaba por cualquier cosa. Mis amigos que quedaron ahí mencionaron que su temperamento cambio debido a la nueva secretaria que tenía.
-- ¿Será que se enamoro?..-- andary una de las chica menciona mediante risas.-- ..., yo creo que sí.
-- Lo más seguro es que si. Me comentaron que era muy linda y que además es una de las modelo de Santiago, el diseñador de la marca SAM.
-- ¡¡Ahhh!!--Los gritos se hacen presente dejándome en shock.
¿Cómo saben todo esto y no reconocen el rostro?.
Todos comienzan a reír y hacer sus cosas dejándome a solas con Ángeles.
--Yo vivo sóla, si deseas puedes venir .
-- Por mi esta bien
Ambas comenzamos a caminar hacia su casa en medio de anécdotas y risas.
-- Bienvenida a mi pequeño hogar..-- abre las puertas de su casa para invitarme a pasar.
-- Muchas gracias..
-- ¿Deseas comer algo?..
-- Si, pero déjame pedirlo a mí.
--¿segura?.
--¿Qué deseas comer?.
-- Los que tu deseas.
--Entonces pediré 6 hamburguesas con full papas y salsas.
-- por mi bien.
--Mañana iré a la piscina con los chicos ¿deseas ir?.
--no tengo nada de ropa.
--Es lo de menos, aquí todos compartimos.
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