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Capítulo 48 ( ¡¡Dios mío!!)

-- Esto no puede estar pasando..-- me altero.--.., el bebé no podrá nacer.

-- ¿¡Qué dices!?,¿¡Abortaras!?

-- ¡¡NOO!!

--¿Entonces por qué dices eso?.

-- por qué tengo desgarrado un ovario, es evidente que este embarazo está en riesgo.

-- Estás tratando de insinuarme que es un milagro.

-- Sí.

--¡¡Entonces!!¡¿que haces aquí!!.. Corre y ve a un médico, necesitas ponerte en control y que vean toda la situación.

Decidida a saber cuánto tiempo de gestación tengo y que tanto puedo tenerlo me dirijo a el médico más cercano.

Tenía miedo, quizás más de lo que quería admitir, mis ojos no dejaban en ningún momento de ver la sangre salir de mi brazo izquierdo, producto de la aguja.

El hecho de estar embarazada me iba a traer serios problemas mentales. Una parte de mi sabía con exactitud que ese bebé no nacería y eso alteraba cada uno de mis sentidos.

No queria volver a pasar por  lo mismo, eso de tener la ilusión de algo y que luego desaparezca por cosas de la vida.

Positivo.

La hoja que hace poco estaba en mis manos cae al suelo. Era doble positivo.

12 semanas de gestación.

Alto riego.

Mucho flujo vaginal

Todo aquello que el doctor me informaba se iba perdiendo en mi subconsciente.

¿¡Que se supone que debo hacer!?

-- Por ahora solo debes tomar vitaminas y tener mucho cuidado, estamos hablando de un embarazo de alto riego, cualquier mínimo movimiento en falso pondría en riesgo a la criatura.

-- Muchas gracias por atenderme doctor, haré todo lo recomendado.

Me despido de aquel doctor para apresurarme a la empresa. Sabía que esto estaba mal, pero debía hacerlo.

Al llegar veo a Kelly organizando alguno de los documentos que había dejado regado en la mesa.

-- Por favor no digas nada.

-- Soy una bóveda, no diré nada.

Tomo un bolígrafo y una hoja para comenzar a escribir mi carta de renuncia.

Si estoy embarazada y es de alto riesgo necesito tener mucho cuidado y es evidente que no lo tendré trabando aquí o en otro lado. El estrés iba a ser constante y lo menos que deseo es que mi creatura esté en riesgos mucho más grave.

-- Adelante..-- escucho después de unos minutos.

Estaba en la puerta de Demián decidida a renunciar y dejar de lado todo aquello que había logrado.

-- Buenas tardes señor Petrov..-- camino directamente hacia el para poner la carta de renuncia en la mesa..--. está es mi carta de renuncia, a partir de ahora no trabajaré más aquí.

-- Keityn.

-- Señorita Ross para tí.

-- Está bien..-- articula.--..., no comprendo porqué haces esto, no has hecho nada que me incomode, siempre eres pulcra en tu trabajo

-- Lo sé, pero eso no se trata de trabajo, se trata de mi. Yo no deseo verlo más nunca.

No era lo que quería decir. Pero debía.

-- Si así lo deseas.

-- Muchas gracias por estos meses fueron maravillosos.

-- sabes que eres bienvenida cuando desees.

~~~~~~~~~~~~°•°•°•°•°••~~~~~~~~~~~~~

Miraba atentamente aquel maniquí con apenas un pedazo de tela pegada.

¿Cómo se supone que deba terminar esto lo más rápido posible?.

Me dolía la espalda y aún así no dejaba de intentar conseguir el modo de que todo quedara en perfecta condiciones. Los patrones se encontraban regados en la mesa y no hablar de los hilos y agujas que guindaban en la parte delantera de mi cuerpo.

Llevaba más de veinticuatro horas intentando que el vestido que había diseñado en un cuaderno se viera igual de espectacular en persona.

-- Holaa....-- Emma aparece junto a Dalila.

--Hola...-- susurro agotada.

-- Dime que has dormido..-- Emma se sienta a mi lado en el suelo.

-- Si unas dos o tres hora.

-- Sabes que debes descansar.

--Yo vine a ver como estabas, eso de renunciar no es lo tuyo -- Dalila se sienta a mi lado.

-- ¿Y la bebé?.

--¡¡La he dejado en el coche!!-- sale alarmada por la puerta.

-- Lamento mucho la madre de Daily...-- Mario ríe ante lo visto, había olvidado que llevaba todo el día conmigo.

-- no cambies el tema Keityn.- Emma me reprocha.--. Sabes que debes descansar bien y cuidarte mucho.

-- Lo sé y enserio no he podido dormir. No sé trata de que no tenga sueño

-- debes intentarlo.

-- No quiero cambiar el tema, Pero....,¿Cómo a Dalila se le va a olvidar su hija en el coche?..

--Esa sería yo... -- Emma comienza a reír.-- Es que la costumbre de tenerlo siempre en el vientre .

--No es escusa.

--Entenderás cuando seas madre --Aparece Dalila con la pequeña. --Ya la he olvidado dos veces, mi mamá se llega a enterar y me mata.

La tarde la pasamos hablando de cosas importantes tales como: El bebé de Emma, supongo que no es normal que alguien tenga un vientre tan pequeño de embarazo.

Continuo haciendo patrones y cociendo algunas telas, mientras escucho a Dalila hablar sobre el dolor que es dar a luz, no se si debía reirme o llorar por todo lo que hablaba, Emma cada vez se ponía mas pálida y mostraba como su piel se erizaba ante dichas palabras.

-- Y si mejor me hacen una cesárea, eso de que se me va a abrir la vagina del tamaño de la cabeza de mi bebé me da como miedito .

--Eso debes hablarlo con tu médico, no conmigo..--sigo en lo mío intentando no reírme.

Pensándolo bien no está tan mal eso de dar a luz, supongo que es una emoción o viendolo desde otro punto de vista es algo que diría una loca como yo.

Solouna persona con esquizofrenia diría algo así. Porque sí, yo deseaba ser madre y sentir todo aquello que ellas mencionaban, no me importaría si me desangro o doy mis últimos gritos de lamentos solo por verlo nacer. Supongo que eso es amor.

Una parte de mi sabía que este bebé que llevaba en mi vientre era un milagro y por lo tanto no nacería y eso me carcomía. Tenía miedo y angustia ante lo que pudiera suceder.

Anoche mientras intentaba dormir sentí algunos cólicos pequeños, asustada llamé al doctor, el cuál con cierta calma me informó que se trata de la vida y el crecimiento del bebé. Quizás hasta ahora si le presto atención a los dolores porque se que llevo una mini versión de mi en mi pequeño vientre.

Dos días habían pasado.

Dos malditos días llenos de rabia y frustración, me doy una fresca ducha y me coloco el vestido mas cómodo que encuentro en mi clóset para ir directamente con el nuevo ginecólogo que había buscado para el chequeo de mi bebé. Está vez no iría sola, tenía una compañía muy agradable.

Había conseguido una pequeña clínica privada al este de Seattle, investigue todo lo que pude de ella,¿para quienes trabajaban?¿y por qué?...,la verdad es que no quería que tuviera ningún vínculo con Petrov empresa, porque sería un gran caos para mi, el hecho de que Demián supiera de esto me iba a traer serios problemas, se supone que yo no puedo tener hijos y por último y no menos importante ocultarlo.

Y si que era pequeña, al llegar a la clínica nos encontramos con un gran cartel y una fuente en la entrada. Todo parecía muy tranquilo.

Mario me sonríe con cierta picardía para luego abrirme la puerta he invitarme a pasar. Todo era cálido y a la misma vez familiar.

-- Buenos días..-- una chica aparece al vernos adentrarnos al lugar..--. Bienvenidos a ""We are mothers", supongo que usted debe ser la señora Ross.

--Buenos días, sí. Claramente soy ella.

-- El doctor Santini pronto la atenderá...-- me entrega una hoja con un formulario y luego se retira dejándome un bolígrafo para llenarlo.

--¿ Te ha dicho señora Ross?...-- Mario interviene..--..,será que cree que es tu apellido de casada.

-- shh. Has silencio y no opines.

-- Lo ha dicho, yo escuché.

-- Y yo te he dicho que hagas silencio. Además, si me dijo así es porque no quería decirme señora mamá.

Eso imagino.

Los minutos comienzan a transcurrir y con ellos la aparición de dicho doctor.

-- Bienvenida señora mamá..--aquel hombre camina hacia donde nos encontramos con una gran sonrisa.

-- Muchas gracias..-- le sonrío ante tanto carisma.

-- Hasta luego señora Berni, saludos a su esposo..-- el doctor se despide de una de sus pacientes mientras me invita a pasar a su consultorio.

El ambiente era tranquilo, llevaba colores cálidos como amarillo, rosa, lila y algunos azules, pude percatarme que habían imagnes de ecografias y de algunas pacientes junto a sus bebés.

-- A ver. Necesito que me cuentes como te sientes.

-- He tenido cólicos insoportables que nunca había tenido y me preocupa ya que apenas llevo cuatro días sabiendo de su existencia.

-- Comprendo..-- este me toma de la mano para invitarme a una camilla.--.., necesito que se recueste.

Hasta ahora que había percatado de lo lindo que era aquel doctor. Si piel era palida y ni hablar de aquellos ojos azules que resaltaban cada borde de su cara.

Levanta mi vestido a la altura de mis senos para comenzar a poner un gel en mi vientre.

-- Necesito verificar que todo este bien, ahora inhala y no lo sueltes hasta que yo diga.-- comienza a mover aquel aparato en mi vientre mientras intenta buscar un angulo digno.

-- Tienes dieciséis semanas de gestación, no doce como te había comentado tu antiguo doctor.

Suelto el aire retenido para mirar a Mario.

¿¡Tantas semanas!?.

-- Apenas llevaba dos meses de retraso, lo que supone que estaba viendo mi mestruación aún embarazada.

-- Si, estos casos suelen suceder a menudo.

-- Y es peligroso.

-- En la mayor parte del embarazo, si.

Vuelve a pedir que inhale aire y luego lo suelte de manera calmada.

-- Lamento decirte esto, pero tú bebé está en muy malas condiciones. Por ahora lo justo sería que te quedes aquí internada mientras buscamos la manera de poner en condiciones estables al bebé.

Aquellas palabras chocan en mi cerebro en el momento de ser procesadas.

Mi bebé estaba en riesgo por mi culpa. Por no haberme dado cuenta mucho antes.

-- Sí es lo que debemos hacer está bien..-- logro articular.

-- No puedo prometerte salvarlo, porque es evidente que ambos están en riesgo.

-- ¿Lo perderé?..-- me asusto.

-- Puede ser que sí y a la misma vez que no. Por ahora intentaremos salvarlo.

--¿Qué debemos hacer?

--Necesito comenzar con un tratamiento hoy mismo, si de aquí a seis días no vemos mejoría debemos recurrir a otro método no muy bueno.

Estaba aterrizada. Aún no creía que mi vida estaba corriendo riesgo junto la de mi bebé.

-- cuando dice no muy bueno se refiere a...-- no podía decirlo, me dolía el alma solo pensarlo.

-- sacarlo.

-- ¿¡Matarlo!?..-- me altero.

-Yo no haría algo así, el moriría por su cuenta, yo solo lo sacaría.

-- Doctor le ruego que me ayude.

-- Haré lo que esté en mi alcance, por ahora solo póngase aquella bata que comenzaremos con los estudios.

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