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Capítulo 12 (Bruno Lombardo).

                 DEMIÁN PETROV.

Nunca me ha gustado estar en los hospitales, siempre me han parecido que traen malas vibras...., por eso trato de ser lo más cuidadoso posible con mi salud y la de mis seres queridos. Keityn despertó hace una hora, no ha sido nada grave.

Me encontraba firmando unos papeles para poder salir de este lugar, espero no volver nunca...Al menos que la próxima vez sea en la clínica donde nacerá mi futuro sobrino o sobrina.

Camino de un lado a otro esperando que salga Keityn del baño para poder irme de este lugar.

-- Me diste un gran susto-- Aleixandre suelta al verla sali.

-- Vámonos.

                    KEITYN ROSS.

El dolor insoportable de cabeza se hace presente por segunda vez en esta noche, lavo mi cara en el lavamanos intentando de alguna menra quitar los rastros de sangre.

He tenido recuerdos desde que me he quedado dormida..., era extraño, era como si hubiese olvidado de alguna manera parte de mi vida.

No recuerdo haber llegado al hospital o porque me sentía tan fatal. A excepción de los rostros confusos de mis acompañantes.

-- Me diste un gran susto..--  Aleixandre menciona al verme salir de aquel tocador.

-Vamonos...-- Demián se gira a verme de manera disimuladamente para luego ir directamente hacia la salida.

Comprendo que este molesto. No es un guardaespaldas o una niñera.



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Hoy me sentía mucho mejor de lo que imaginé. Al parecer casi morir ayer me sentó de maravilla.

Tomo el desayuno en el restaurant para luego esperar la hora asignada para cerrar uno de los contratos de Demián. Se que tenía mi día libre y que debía cancelarlo, pero no es necesario.

Yo me encontraba en muy buenas condiciones. Además, tampoco era un lugar fuera de la ciudad.

El restaurante se encontraba a tan sólo unas cuadras del hotel.

Obviamente tuve que llamarlo y citarlo en uno de los mejores restaurantes incluyendo la agenda atareada que llevaba mi jefe. El no tuvo inconveniente, incluso el mismo eligió el lugar.

Decidí obtar por recoger mi cabello, no quería. Pero, lo ví necesario....Al señor no le gustaba mi rubio, así que imaginé que con el señor que trataría hoy sería como el.

Llegó a dicho restaurante unos minutos antes para así no perderme o por lo menos no intentar buscar a dicho invitado.

-- Buenas tardes..-- Una fuerte voz hace que levante mi mirada del celular.-- ¿Tu debes ser la señorita Ross?.

¡¡ De dónde Demonios salen estos dioses!!.

Me altero.

-- Sí, así es..-- me las arreglo para sonar profesional.-- un gusto conocerlo, señor Lombardo.

Con una sonrisa cálida acepta mi malo ahora estirada hacia el.

Primero Demián, luego Alex y por último este hombre.

Acaso abre nacido en un lugar equivocado.

--Lo prometido es deuda..-- Saco los papeles que tenía que firmar--... estos son los documentos que debe revisar, alguna inquietud puede preguntar.

Este hombre era un jodido Dios. El a excepción de Demián lucía un poco más alegre. Cabello cobrizo, ojos verdes y una sonrisa encantadora que le daba un toque realmente coqueto.

Si esta bellísimo....,pero no lo suficiente como para opacar a mi jefe, se que no debería estar violandome con la mirada a un amigo de Demián, pero lo hago.

Dios mío, perdóname

--¿Así que usted es la secretaria de Demián?

- Si...,tengo poco tiempo trabajando para el.

--¿Y es insoportable?-- rio, ante lo dicho.

¿Insoportable?.

Mucho más que eso. Aún no comprendo porque no lo he mandado a lavarse dónde no entra la luz del sol.

-- Un poco estresante, pero nada que no pueda lidiar.

El almuerzo transcurre mediante risas y conocimiento. El y Demián se conocieron a los diecisiete años de edad. En una pelea.

Muy romántico.

Bueno, desde entonces han sido algo inseparables.

-- Nos vemos señorita Ross, ha Sido un placer conocerla...- me sonríe para luego pesar mi mano.

-- El placer es mío- suelto con una sonrisa.-- Espero vernos pronto.

Tomo un taxi para ir directamente hacia la empresa, necesitaba llevarle estos papeles a Demián..., bueno, y verlo. Además, debo agradecerle por llevarme al médico, puede que sea un pesado, pero al menos se preocupo por mi.

-- Buenas tardes...-- Abro las puertas de su oficina para sonreírles.

Kelly al igual que los hombres trabajadores se encontraban conversando de una manera algo tranquila.

-- Buenas tardes. -- Alex me sonríe--...Creo que alguien se ha despertado contenta hoy.

--Son las cuatro de la tarde no he pasado el día durmiendo- Explico -Vengo del restaurante, lleve los papeles para que los firmaran.

-Un trabajo menos -Suelta Kelly aliviada. -Ahora si me puedo ir a dormir .

-- Pense que habías cancelado-- interviene, Demián.

-- Ya ves que no lo hice.-- Suelto con simpleza-- Sabes a veces soy un poco terca. Así que decido ir yo y verificar por mi propia cuenta que todo está en orden.

-- Amo tu terquedad..-- Chilla kelly.-- nuestro querido y tedioso jefe me quería enviar a llevarlos en este preciso momento.

-- Me adelante.

-- Gracias a Dios...-- Alza sus manos --...Bueno, mis labores han sido completadas el día de hoy. Así que no me queda más nada que decir. Me largo.

-- Seguro..-- Bufa Demián.

-- ¿Te vas o te quedas?.-- está se gira hacia su pareja.

-- Obviamente me iré. Un gusto pasar el día contigo...-- le lanza un beso a Demián para luego ir detras de su esposa.

Ahora que lo pensaba bien solo estábamos nosotros dos en la oficina.

-- ¿Como te has sentido?-- rompe el silencio.

--No fue nada grave.

- Come sano Keityn, la salud no es un juego.

-- Sí, papá..-- ironizo.-- no te preocupes.

A pasos pausados camino hacia el para sentarme en sus piernas.

--Keityn, hazme el favor y bajate..-- Me reprocha.

--¿Y si no quiero?.-- lo molesto.

-- Pero lo haras..-- antes de que me obligue a bajarme, decido levantarme.

Este hombre si que era un grano en el culo.

-- Solo te molesto. Me gusta verte así.

-- Sí, ya veo.

-- Bueno, ya debo irme. Saldré con un chico que conocí hace unos minutos, debe estar esperándome en la recepción.

-- No lo harás..

-- ¿Porque?. Tranquilo usaré condón si es lo que te preocupa. -- Antes de seguir provocandolo lo veo acercarse a mi a pasos apresurados.

-- Demián, suéltame. Por favor...-- Finjo no quererlo cerca.

--Keityn no juegues con fuego..-- suelta de forma lascivica.

-- Lo siento, Demian. -- le sonrio.-- pero debo informarle que soy adicta al fuego y me gusta arder.

Pone ambas manos en mis caderas para luego retarme con la mirada.

-Demián -- suelto su nombre entre susurro.

-- ¿Sí?.

No sé porque lo hago. No debería ser yo la que se ponga de esta manera.

Alzo mis manos para posar en sus hombres.

-- Sabes lo que pediré...., porque me torturas.

-- ¿yo?..-- Muerde mi oreja.-- ..., enserio no comprendo lo que dices.

Lo alejo de mi para comenzar a quitar mi chaqueta. Si el no tomo la iniciativa, yo misma lo haré.

Saco la chaqueta de mi cuerpo y luego mi bustier, dejando a la vista mis hermosos y perfectos senos.

-- Oh, hablabas de eso.

-- No..-- saco mis botas de tacón sin apartar ni un solo minuto mi mirada de la suya. El no estaba viendo mi cuerpo.

El quería saber con exactitud hasta que punto llegaría para el poder tocarme.

--¿ Entonces?.

-- Creí que la paciencia era una de tus virtudes..-- desabrocho los botones de mis jeam para poder quedar en mi bragas de encaje.

-- Me gusta el azul..-- Dice, refiriéndose a mis bragas.

-- A mi me gusta que me follen, que me halen del cuello y me dejen con las piernas temblando. Así que creo que no estamos en la misma sintonía.

Camino directamente hacia su escritorio para poder tocar el botón de la puerta y cerrarlo con seguro. Lo menos que quiero ahora es ser interrumpida.

-- Me sentaré aquí. No creo que...--lanzo los papeles de su escritorio al suelo dejándolo con la palabra en la boca.--..Keityn.

-- ¿Sí?.-- Suelto, mientras me quito la braga y me siento en dicho lugar.

-- Ven aquí.

-- ¿Al sofá?.

-- Si.

-- Lo dudo..-- abro mis piernas hacia donde el se encuentra, dejándole a la vista lo que tanto le gustaba de mi.

-- Si no vienes por las buenas, te buscaré por las malas.

-- A las malas me suena mejor.

Con mis dedos comienzo a hacer círculos en mi monte venus.

-- Puedes ser tu el que me toque. Pero, como siempre no...-- llega hacia donde mi para estampar sus labios en los míos.

-- Exquisito...-- Susurra en mis labios al meter una de sus manos en mi cavidad.

Arqueo mi espalda al sentir sus dedos hacer movimientos lentos y pausados. Me estababa torturando y lo mejor de todo era que me gustaba.

Abre un poco más mi piernas para posarme en medio de ella. Un beso húmedo llega a la parte interna de mi muslo derecho enviando estragos y escalofríos a todo mi cuerpo.

-- relájate. Prometo que lo disfrutaras.

Posa su lengua en mi entrada para comenzar a lamer de arriba a abajo y luego en pequeños círculos.

-- Néctar de...-- Posa su mirada en mi mía para luego dar un pequeño mordisco en mi clítoris.-- una delicia para aquel que valora los buenos sabores.

-- Si se refiere a usted mismo. Puede seguir disfrutando.-- suelto en un susurro.

Vuelve a posarse en mis piernas para lamer nuevamente, por instinto lo tomo de cabello para obligarlo a mirarme.

Me exitaba verlo ahí de rodillas a mi.

Levanto mi mano derecha para comenzar a acariciar mis senos. Tortuoso pero placentero.

-- Ven.. -- se levanta del suelo para halarme a él y presentarme.

No fue lento y pausado. Fue aterrador, duro y a la misma vez placentero.

Podía sentir como desgarraba en cada movimiento que daba al entrar y salir de mi. Mis piernas me lo confirmaban al sentir como mi clímax llegaba junto a cada gruñido y gemido que ambos emitiamos.

-- Hoy nos divertiremos.

-- ya lo hacemos.

-- Invite a Bruno a un trío hoy.

--¿Qué?. No lo haré.

-- ¿Porque?.

-- no me da la gana de hacerlo..-- antes de poder continuar saca su miembro de mi entrepierna para mirarme.

-- ¿Que acabas de hacer?.

-- Sin trato no hay orgasmo.

-- Métela, Demián.

-- No lo haré.

-- Lo haré yo misma.

-- No te atrevas.

-- Si no lo haces tu, lo hará otro.

Me levanto del escritorio para tomar mi ropa del suelo cuando lo siento a mi espalda.

-- no seas así. -- me toma de las cadera para comenzar a besarme nuevamente.-- prometo que te gustará.

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