00 → epílogo
Cuando Jungkook puso un pie dentro del departamento de Yoongi, su cuerpo entero nuevamente reconoció el ambiente. Aún estando ebrio y poco concentrado, sabía lo que pasaba.
— ¿Qué hacen aquí?... — la pregunta de Yoongi quedó suspendida en el aire, en primer lugar porque Jungkook lo ignoró por haberse escapado de Jimin y estar haciendo algo en la cocina, y en segunda porque Jimin lo estaba mirando con los brazos cruzados y un expresión poco amigable.
—Y tienes el descaro de preguntar, ¡Yoongi! Debiste de haber ido, estaba esperándote...
Jungkook había sacado algo del refrigerador que pudiera comer, no sabía qué, pero era comestible. Escuchó en la sala de estar la voz de Jimin, y tambaleándose un poco, asomó la cabeza por la pared para verlos.
—Jimin, olvida eso...
—No lo voy a olvidar, Yoongi. En serio quiero ayudarte pero tu no pones de tu parte.
—Si yo decido quedarme sin perros ni gatos, solo y miserable el resto de mi existencia es mi problema, Jimin. — Jimin miró mal a Yoongi. Intentó dejar su orgullo atrás y seguir insistiendo, pues no podía negar que ahora estaba un poco dolido de que sus buenas intenciones fueran maltratadas.
—Yoongi, yo solo quiero ayudarte, además...
—Yo lo sé Jimin. Pero no hay mucho que hacer, ¿sabes?
—Claro que sí, estas un poco cegado por tu inseguridad.
—Sé que tus intenciones son buenas, Jimin. Pero detente, recuerda que el camino al infierno esta formado de buenas intenciones. Yo decido que hacer con mi vida, disculpa si he dado otra impresión.
Jungkook escuchaba la conversación mirándolos desde lejos. Estaba confundido, ¿Por qué discutían? Pensó en intervenir, pero estaba un poco mareado y si intentaba hablar, se escucharía extraño. Miró como Jimin suspiraba y negaba con desaprobación. ¿Estarían hablando de su relación?
—Oigan... — Jungkook dio unos pasos fuera de la cocina, acercándose y capturando la atención de Yoongi y Jimin. Yoongi frunció el entrecejo al verlo tan desaliñado, y luego miró a Jimin culpándolo. —Yo creo que no deberían discutir...
Jungkook sonrió como tonto. Entonces esta bien, si él puede hacer algo para ayudar a sus amigos, aún cuando le moleste.
—Los dos deberían estar juntos, no deberían pelear. No terminen como Taehyung y yo... — Jimin cubrió su rostro con ambas manos, murmurando algunos insultos que Jungkook sabía eran para él pero no los entendió. Yoongi bajó la cabeza.
—Jungkook, tu si eres medio idiota... — masculló Jimin. Yoongi lo miró serio, esperando que no abriera demás la boca. —Solo falta que Yoongi se cuelgue un cartel luminoso que anuncie que le gustas, ¡Dios, Jungkook! ¿Qué acaso no lo ves? ¡Toda su existencia grita con enjundia que te quiere! y tu simplemente no lo notas ni estando ebrio.
— ¡Jimin! — Yoongi quiso tomar y golpear a Jimin, pero éste ya había corrido hasta la puerta de la salida.
—Escuchen malditos, yo mañana quiero verlos bien. Si vengo y encuentro más friendzone probablemente los castre y los obligue a verme mientras lo hago... — Jimin desapareció. Yoongi deseó desaparecer también, sencillamente.
— ¿Cartel luminoso?... — Jungkook estaba haciendo un sobre esfuerzo por concentrarse; no debió tomar tanto. —Yoongi... le gustas... ¿Jungkook?...
Yoongi retuvo la respiración.
—Estas muy ebrio, Jungkook. Debes dormir. — Yoongi sólo deseó además de desaparecer que todo pasara desapercibido para los desconcentrados sentidos de Jungkook. Si tenía suerte -o mala suerte- Jungkook seguiría pensando que era Jimin su amor no correspondido.
—Yoongi... Me siento extraño. — Jungkook talló sus ojos conforme Yoongi lo guiaba de los hombros a su habitación. Se sentía muy extraño, pero estaba pensando tantas cosas. —No se trata de Jimin... Jimin dijo...
—Jungkook a dormir.
— ¡No te gusta Jimin! Pero... ¿Yo?... — El mundo de Jungkook se detuvo por un instante. ¿La pequeña probabilidad que existía estaba emergiendo? Increíble. —Hyung, ¿Soy yo?... — Jungkook se soltó de las manos de Yoongi y lo miró serio. Demasiado serio, tanto que parecía que ya no estaba tomado. Yoongi tembló. Se quedó callado. Tanto miedo, era el momento, en verdad y por fin sería rechazado. — ¿Yo le gusto?...
La voz de Jungkook fue tan baja y suave que se pudo haber confundido con alguno de los latidos del corazón de Yoongi.
—Jungkook... Lo siento. — el murmullo de Yoongi salió casi inaudible. Estaba muy nervioso. Ahora se estaba dando cuenta de lo poco capás que era.
Primero evita a toda costa este momento, y ahora simplemente no sabe qué hacer. No sabe qué debe hacer. Intenta convencerse de las palabras de Jimin, intenta creer en la pequeña posibilidad que existe, existe, porque la ve, pero tan inalcanzable. Y lo único que logra es sentirse mal, porque solo mira lo malo, es tan pesimista, algo debe estar mal con él.
— ¿Entonces, hyung? Es cierto... Lo que dijo Taehyung, Jimin... ¡Tu mismo! — Jungkook estaba demasiado sorprendido, la carga de sus pensamientos combinada con el alcohol en su sangre era algo intenso, en especial para él. —Dios, entonces yo era el único que no lo sabía... — su murmullo fue suave, parecía que se había relajado, no miraba a Yoongi, pero Yoongi sí lo miraba, atentamente, Jungkook era lo único que Yoongi podía mirar en este momento. —Pero hyung...
—Lo sé Jungkook, perdóname. Puedo entender que te molestes, puedo hacerlo, te lo juro. Sé que esto es malo, y que probablemente esté echando a perder toda nuestra amistad... Jungkook perdóname.
Jungkook miró a los ojos a Yoongi, brillantes. Tan brillantes como lo estuvieron los suyos el día que le contó a Yoongi acerca de su decepción. Incluso era el mismo lugar, era muy parecido. En una habitación hay dos chicos quebrados, uno de ellos esta siendo reparado, y el otro esta por romperse al querer arreglarlo. Jungkook se dio cuenta de que quizá él había sido muy ciego y lastimó a Yoongi sin saberlo. Jungkook ha estado quebrándolo.
—Yo... ¿En verdad te gusto? — Yoongi dejo ir un suspiro. Suficiente. Era suficiente. Estaba ya al final, no había nada que pudiera hacer que no fuera arruinarlo, o destruirlo todo. Lo arruinará todo.
—Sí, Jungkook. En verdad me gustas... — Yoongi no podía dejar de sentir lo fuerte que iba su corazón. Ya había empezado, no podía detenerse. Era demasiado tarde. Solo le quedaba seguir diciendo la verdad, simplemente confesarse y dejar salir todo lo que siente y piensa. —Me gustas como para darte muchos abrazos largos, para mirarte a los ojos a fondo porque pienso que son hermosos, para tomar tu mano y ver como encaja con la mía, para despeinar tu cabello en un beso, para hacerte reír por horas, la lista es infinita. Me gustas para todo, Jungkook...
Jungkook se había quedado callado y básicamente paralizado. Estaba guardando todas y cada una de las palabras que acababa de escuchar. Nadie jamás le había dicho algo así, era como si Yoongi fuese el único que pudiese hacerlo, y sentía un abrazador calor que se desenvolvía en su pecho, no era nada parecido a la presión que siente cada vez que algo lo lastima, era nuevo, era sencillo e increíble. Le gusta.
—Yo... — Jungkook quería decir algo, deseaba contestar, pero no tenía idea de qué decir. Estaba sintiendo muchas cosas, estaba ebrio, estaba feliz, no podía ordenar sus ideas muy bien, pero si entendía que le gustaba a Yoongi, y se le acaba de confesar.
—Jungkook. — Yoongi evitó que hablara. Pasó un momento sin sonido, Jungkook guardó silencio, estaba demasiado ansioso, Yoongi demasiado nervioso. —Solo diré que nunca había querido a alguien de una manera tan bonita, de una manera tan sana, de una manera tan pura y real, nunca había querido a alguien como te quiero a ti. Y necesito que te vayas si es lo que quieres hacer en este momento, pero hazlo rápido y no me digas nada, te pido perdón.
—Yoongi, no entiendo porqué pides perdón...
—Es por arruinarlo todo. Tu debías seguir sin saberlo por el bien de nuestra amistad, para que todo siguiera normal. — Jungkook negó suavemente, analizando sus palabras. Eso significaría simplemente fingir no sentir nada, y eso es tan malo, tan insano. Jungkook no podía imaginar a un Yoongi triste y fingiendo ser feliz.
—Yo no quiero irme, Yoongi.
—Jungkook...
—Yo en realidad quiero quedarme... Y, estoy sorprendido. También me siento un poco estúpido. Ahora entiendo cómo era el idiota más idiota. Te pido perdón a ti, por no haberme dado cuenta de las cosas y sin embargo actuar de una forma que te lastimó. — Jungkook sonrió emocionado. Yoongi también lo hizo, pero nervioso. —Ahora entiendo todo, y sí, soy tan idiota.
Yoongi no sabía si Jungkook sabía que se estaba insultando a él mismo porque tenía una enorme y resplandeciente sonrisa en sus labios. Estaba liberado, porque por fin había confesado su amor, pero también estaba preocupado; por un lado aliviado de que no haya resultado una reacción negativa, al parecer, solo quería saber qué pasará.
—En parte también lo soy yo. Nunca hablé, y planeaba no hacerlo. Fui cobarde.
—No seas cobarde nunca más. — Jungkook no creía que Yoongi haya sido cobarde. El miedo es la emoción mas fácil de provocar en el ser humano, y en el ser humano enamorado es de las primeras sensaciones, puesto que siempre existe el miedo de perder al ser amado, miedo a ser rechazado, miedo a que no te amen, a veces miedo al amor.
Jungkook caminó hasta Yoongi, quedando frente a él, ambos se miraron en silencio durante un tiempo, era una cercanía nueva y perfecta. Jungkook estaba intentando que sus expresiones no fueran mal interpretadas por Yoongi, porque en realidad no estaba molesto, incómodo o algo así, de hecho estaba feliz. Yoongi le había dicho todas esas cosas bonitas, no podía estar enojado.
— ¿Ahora qué? — Yoongi tenía miedo de que cualquier movimiento, cualquier palabra o cosa que pensara arruinara el momento y terminara por hacer desaparecer a Jungkook.
—No lo sé, pero estoy muy feliz. — Jungkook fue sincero y le regaló una sonrisa bonita, esas en las que su nariz se arruga un poco, sus ojos se achican infantilmente y sus dientes se muestran con aire divertido, dando la ilusión de parecer un conejo.
Yoongi no pudo evitar devolverle la sonrisa. Ver sonreír a Jungkook puede llevarlo a olvidarse de cualquier preocupación que tenga, porque su vida se vuelve un poco más agradable con ello y le agradece al mundo por permitir su existencia, porque así él es feliz por aunque sea cada momento que lo mira.
—Feliz... — Yoongi pensó en su respuesta e intentó encajarla con la sonrisa que le había dado, entonces... Todo iba bien. —Estás feliz...
Jungkook miró cómo Yoongi bajaba suavemente la mirada, probablemente sin saber que más hacer o decir. Jungkook tampoco sabía, pero podía intentar algo.
Dio uno, dos pasos al frente. Hizo mínima la distancia entre ambos, las puntas de sus pies rozaban. Yoongi enfrentó su mirada cuando sus frentes se tocaron la una con la otra. Jungkook seguía sonriendo. Estaban tan cerca, y Yoongi pudo sentir por primera vez, que al mismo tiempo no estaban lejos.
—Todo lo que mencionaste antes... — Jungkook había dejado su frente recargada en la de Yoongi. — ¿Podrías hacer esa que dijiste?... — Jungkook relamió sus labios y agrandó su sonrisa. —De que te gustaría despeinar mi cabello en un beso.
Yoongi sintió su respiración acelerarse. Besar a Jungkook... Esa situación tan oculta que guardaba y atesoraba en la cúspide de sus deseos más secretos; y ahora estaba Jungkook, ofreciéndola con alarde de que resultaría tan magnífica como lo había estado soñando siempre. No estaba soñando, no esta vez.
Jungkook no esperó mucho, en realidad estaba tan emocionado -además de ebrio- que no le importaría robar un beso por primera vez. Así que eso hizo, deshizo esa pequeña distancia entre sus labios con los de su hyung y se permitió sentirlos por primera vez.
Al principio, Jungkook ni siquiera era consiente de qué hacía exactamente, estaba acostumbrándose a la textura, a la sensación de tenerlo de esa manera tan íntima, al sabor y a la manera en la que podía sentir la suavidad de sus labios acariciándolo, le agradó cómo su respiración era tomada por la de Yoongi; presentó sus labios a los de él, y estaban encantados de conocerse.
Yoongi pudo haber pedido que lo pellizcaran para saber si estaba soñando pero si así fuera, la verdad, no quería despertar. Lo sentía, conocía esa sensación; estaba cayendo, muy profundamente, una larga caída que le aseguraba un fuerte aterrizaje, estaba totalmente enamorado ahora. Pero estaba dispuesto a correr el riesgo de golpearse al caer enamorado, porque podría mientras disfrutar de besos como estos mientras cayera.
Jungkook se tomó la atrayente osadía de dejar una mordida traviesa en el labio inferior de Yoongi al momento en el que se separó. Acto que lo hizo soltar una risita discreta que hizo sonreír a Yoongi, totalmente cautivado. Estaba satisfecho, ya había probado el cielo y no estaba dispuesto a dejar de volar.
Cuando se miraron eran otros diferentes. Ya no había ningún quebrado.
•••
Estoy muy agradecida y feliz de que le hayan dado una oportunidad a ésta historia. Disfruté mucho escribiendo para ustedes y ojalá ustedes lo hayan hecho leyendo.
Infinitas gracias por leer! Tienen mi amor ♥
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