Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 6:


Es una mañana muy fría, la gente camina apresurada, usando ropa de abrigo que está a destiempo con la estación. Los grises edificios dan una sensación invernal, de hecho todo lo da, incluido el cielo, que está cubierto de una bruma espectral sumamente blanca y densa que nos encierra a todos los de la ciudad en una cúpula ficticia. Fue media hora de viaje en autobús, me dejó a unas cuantas cuadras de la dichosa construcción. Camino a paso ligero mientras observo detenidamente todas casas a ambos lados de la calle, a medida que avanzo se van haciendo más antiguas, más imponentes,

Al final estamos frente a nuestro destino: Es de dos pisos, de un color rosa viejo y una puerta de madera dura de unos dos metros de alto. Las ventanas también son amplias, pero algunos vidrios están rotos y cubiertos con cartón, es una lástima. Hay una reja de hierro forjado muy linda que debe dar al jardín, supongo. Es increíble lo que un centenar de años puede hacerle a una casa, definitivamente no le sientan bien, tiene un aspecto de abandono a pesar de que se use como discoteca. Incluso parece de esas casas de THE HOUSE*, como que en cualquier momento te va a saltar un screammer o algo...ah, espera, el fantasma está conmigo.

<<Hogar, dulce hogar. >> Es todo lo que comenta.

–No hay otro ocupante aquí, ¿verdad? No quiero llegar a casa con una multitud de espíritus peleándose por ver la TV.

<<No, estoy yo solito. >>

Veo la construcción un instante más antes de moverme, a pesar de todo creo que fue bonita en antaño, pero no me transmite confianza necesariamente.

Me dirijo a la entrada y tanteo la puerta, cerrada.

–Maldición.

<<Intenta con la del jardín. >>Sugiere.

La verja también está trancada, meto el pie entre los barrotes, me impulso hacia al otro lado y apoyo ambos pies con fuerza, por lo que me duelen un poco.

El jardín debió haber sido hermoso, sin duda:

La hierba salvaje desborda los canteros, pero tímidamente asoman unas pequeñas flores blancas y amarillas muy delicadas. Hay rosales nudosos y retorcidos por todo el lugar, algunos más ruinosos que otros. Debieron decorar el patio por al menos cien años; también distingo algunos árboles de porte, están secos en su mayoría. Lo que parece ser un camino de azulejos desgastados con patrones rebuscados (aunque casi no se distinguen por los hierbajos y las piezas faltantes), termina en una mesa de hierro oxidada con sus sillas a juego, oxidadas también, por supuesto. Sobre la superficie, impasible, hay una tetera de porcelana con el pico roto y unas tazas, me sorprende que continúen ahí.

Veo al rededor y realmente me duele que aquello esté así, vasos de cerveza por doquier, rastros de fluidos en las paredes, mugre, mugre y más mugre. Los dueños de esto deben estar revolcándose en la tumba, de verdad.

En el centro del jardín hay una fuentecilla de mármol enmohecida por los años, una mujer de expresión fría mira hacia la nada mientras vierte un cuenco completamente desnuda y con el cabello recogido en un moño, tiene un cierto aspecto griego.

–Esto debió haber sido...pintoresco.

<<Y no sabes cuánto, recuerdo esa fuente que estás mirando, era lo más bello del jardín, me recostaba en el borde para esperar a alguien, creo. No recuerdo mucho, solo sé que este lugar era uno de mis favoritos, tomaba café allí. – supongo que se refiere a la mesa– El patio era más grande, al fondo estaban las habitaciones del servicio, pero uno de los dueños decidió derrumbarlas y amurar todo. >> Escucho un suspiro resignado, de cierta manera siento pena por él, debe ser difícil ver como tu vida entera se desarma y corroe con el tiempo hasta el punto de olvidar incluso quien eres. Lo peor es que no puedes hacer nada para cambiarlo.

–Lo lamento–. Atino a decir.

Decido que es mejor dejar este sitio si no quiero que entre en depresión, así que voy hacia la puerta que está debajo del balcón de la otra vez. Esta sí se abre, soltando un chirrido grave que eriza la piel....escalofriante. La casa entera está en un silencio sepulcral y completamente oscura, instintivamente corro las cortinas rasgadas a ambos lados de la puerta, una multitud de polillas y polvo vuela hacia mi cara, haciéndome toser. Además el penetrante olor a humedad contorsiona mis fosas nasales.

Ahora puedo ver mejor. Todo está cubierto de mantas blancas, bueno, eran blancas hace cien años. Comienzo a retirarlas una por una, revelando muebles, muchos muebles de madera oscura trabajados minuciosamente a mano con unas flores muy bonitas. El más grande me llama la atención, tiene dos puertas redondeadas, y tres cajones abajo con tiradores de plata, abro el primero, nada, el segundo, nada y el tercero: absolutamente nada. Separo entonces las puertas grandes y solo encuentro más polillas, polvo y una araña de mala cara. Tras rebuscar en varios muebles con resultados similares me rindo.

–No hay nada.

<<Siguiente habitación. >>

Vamos a la izquierda, una puerta un poco más pequeña y un tanto discreta, es la cocina.

En esta entra mucha luz porque directamente no quedan ni rastros de la ventana, solo la zona de arriba que tiene un vitró compuesto por pequeños fragmentos de vidrio coloridos. Los azulejos cubren la mayor parte (aunque hay bastantes huecos) con una guarda floreada muy recargada, linda. Tiene una mesada amplia y sucia que alguna vez fue blanca, la pared está llena de humedad y la estufa con tanto hollín que parece que va a caer en cualquier momento. El piso está lleno de fragmentos de objetos, hojas, ramas y hasta excremento de...varias cosas. En las repisas veo muchos juegos de baterías de plata y latón ennegrecidas y frascos de vidrio repletos de especias que desconozco, pero me resultan llamativas.

Hay una mesa de madera rústica con un banquito igual, me suena que allí la empleada se sentaba a esperar a que se hiciera la comida, digo.

Encuentro una caldera, un par de cucharones, algún que otro alimento seco, pero nada de interés.

Descubro una puerta en el suelo, pero resultó no ser más que un almacén de víveres.

– ¿Continuamos?

<<Adelante. >>

Vuelvo por donde entré, la misma sala con muebles vacíos y luego una apertura de dos alas esplendorosa, pero pesada.

Este salón lo conozco, es donde se baila, el hermoso y familiar piso de flores, el techo claro con un delicado diseño en relieve, la escalera del segundo piso...pero todo vacío, es solo un espacio en blanco.

<<Antes había un piano, una mesa, cuadros, sillones de madera que combinaban con los muebles, un reloj...me gustaba descansar en el sofá de cuatro cuerpos mientras lo escuchaba, un buen día dejó de funcionar y se lo llevaron todo...o al menos la mayoría. –Hace una pausa y libera un gruñido– No distingo ni el antes, ni el después de eso. Las cosas simplemente vienen y van como si fuera un anciano senil. >>

Yo asiento en silencio.

Subo con cuidado los escalones, siguen tan chirriantes como la primera vez que los usé.

A medida que avanzo me inunda una sensación espantosa y confusa de familiaridad, pero intento ignorarla. Me encuentro con tres puertas a cada lado y otra al final del pasillo, tiene un piso parecido al de la madera flotante, es cuestión de quitarle el término "flotante".

<<La de la derecha es el baño, solo hay condones usados, moho y maquillaje olvidado, así que no te gustará entrar ahí. >>

Abro los ojos con sorpresa:

–No me digas que...

<<Oh sí, este el baño actualmente, ¿y sabes qué es lo peor?, ni se molestaron en desinfectarlo. >>

Realizo un gesto de repugnancia:

–Qué asco.

<<Imagínate yo, cada vez que ingreso accidentalmente me encuentro con algo que podría marcar mi vida si no estuviera muerto. En serio, las cosas que ocurren allí no deberían catalogarse ni como eso >> Dice. Antes de que mi imaginación haga el resto me dirijo a la segunda, es el balcón de la otra noche, sigue igual de bonito, pero el día le da una apariencia diferente; los pimpollos ya abrieron y su aroma es tan fuerte que es capaz de disimular el olor a humedad. El cielo está bastante despejado ahora, con algunas nubes pomposas viajando lentamente por la infinita tela celeste, el espectáculo es tan agradable que tengo que suspirar.

<<La chica ya se puso romántica, te recuerda a aquella escena de la película ¿cierto?–agrega con voz melosa–Podemos copiarla si quieres. >>

Mi suspiro se transforma en un bufido de la nada, mezclado con un poco de rubor...sí, lo admito, nunca he besado a nadie, pero eso no quiere decir que no sepa cuando una escena es romántica a cuando la arruina un chico fantasma con cierta tendencia narcisista.

Me retiro para continuar con la búsqueda.

–Ahora veamos esta puerta...

Entro y me quedo inmóvil, tiesa en el mismo sitio, incapaz de dar otro paso.

<< ¿Qué ocurre?>>

–Este...este cuarto–susurro –ya lo he visto.

Allí está todo, más viejo y descuidado, pero está. Corro hacia el espejo de cuerpo entero, parte de este se salió y solo veo madera, pero se encuentra lo suficientemente bien como para mostrarme. Estoy realmente pálida y agitada, mis ojos descomunalmente enormes expresan excitación, miedo. Trato de controlarme para no entrar en un inexplicable pánico, primero me aparto del espejo, luego, sin importar que esté lleno de humedad, inspiro una bocanada de aire. Cierro los ojos y siento como gotas de sudor frío recorren mi cuerpo, sé que aquí pasó algo que me hace sentir así, lo sé, no es muerte, pero sí malo. Soledad, aquí ella se sintió sola.

<< ¿Qué te pasa, puedes oírme?, ¿estás bien?>> Se escucha preocupado.

Logro asentir con la cabeza lentamente. Cuando por fin puedo estabilizarme respondo:

–Continuemos.

<< ¿Segura?>>Insiste.

Asiento nuevamente mientras me deslizo al centro de la habitación, hay una cama a la izquierda, con unos pilares de madera y una tela arriba, como las camas antiguas de las novelas, está hundida en el medio, posiblemente el colchón esté podrido por el tiempo. También hay una mesa amurada a la pared con incontables capas de polvo pero nada encima. El suelo está cubierto por una gruesa alfombra llena de pelusa y con un estampado muy recargado. Una gran ventana que da al patio ilumina todo desde un extraño ángulo.

Decido acercarme a la cama por curiosidad, es muy amplia pero no doble y de ropa femenina, lo sé por el diseño de la puntilla. En la almohada aparecen bordadas las iniciales "J.D"

–J.D– digo– ¿Te suena?

<<Desgraciadamente no. >>

Aprieto los labios con ansiedad y tomo la almohada, debajo de ésta hay una foto muy vieja y amarillenta, no puedo distinguir que es, solo veo dos bultos oscuros que deben ser personas, una más delgada y sinuosa que la otra, seguramente una pareja. Doy vuelta la foto y noto que hay algo escrito, pero apenas puedo leerlo: "12 de agosto de 1850."

Mis ojos se abren con asombro al ver el año:

– ¡Oye, tú moriste ese año!, ¿no te suena la foto?

Siento una bruma fría pasar a mi lado y detenerse, me estremezco.

<<Tal vez yo ya había muerto cuando la tomaron...no tengo idea, lo siento. >>Puedo percibir su frustración al no recordar nada.

–No te preocupes–la guardo en la mochila (para que sirva de algo al menos) –seguiremos buscando.

Lo único que queda por ver es un armario, lo voy a abrir cuando siento vibrar mi celular, lo que me espanta, atiendo:

– ¿Hola?

– ¡¡¡Hola Juuuu!!!, ¿cómo te lleva la vida Hippie de tu padre?, yo estoy aquí en casa. Acabo de llevar a mi abuela al hospital de nuevo, la pobre no deja de hablar, dicen que nos parecemos pero yo no lo veo así porque su nariz es más grande que la mía y no tengo un cuerpo tan rechoncho, lo mío son curvas pronunciadas, oh sí nena. ¿Sabes?, papi me dio una mesada y podemos portarnos mal con ella, salir de compras, ver chicos, tal vez ir al cine y tomar un helado, el Centro Comercial va a estrenar una nueva plaza de comidas y me encantaría ir, ¿a ti no? ¡Ay síííí!, podemos pasar el día alocándonos, tomaremos el helado allí y escucharemos al chico lindo de la guitarra del que todavía no te hablé pero te voy a mostrar. Estoy libre el viernes porque mamá dijo que debo acompañar al estúpido de mi hermanito asalta cuartos a un campamento didáctico por dos días. ¡Así que nos vemos el viernes cariño, hasta luego!–y cortó, es muy común que Ann escupa una invitación sin parar y luego envíe un mensaje para confirmar la salida. No es que no sepa escuchar, lo que pasa es que tiene días en los cuales solo necesita hablar, sobre todo cuando le pasan muchas cosas nuevas e interesantes, a su criterio.

Salgo de allí, (revisar el armario fue una pérdida de tiempo) al menos no con las manos vacías y voy a la puerta al final del pasillo puesto que las otras habitaciones están completamente desocupadas.

Es un cuarto un tanto amplio pero solo ocupada por una cama (matrimonial ésta vez), por lo demás está vacía.

– ¿Por qué solo hay camas y muebles, que pasó con la ropa?

<<Una vez unas personas vinieron y se llevaron todo lo que les parecía de interés, el resto, bueno, lo dejaron aquí, ya te dije, ¿no?>>

–Sí, pero la ropa...wow, ¿para qué?

Observo todo lo que tengo que observar y me retiro. Justo cuando pienso en irme de aquí noto que exactamente en el centro del pasillo, sobre el techo, hay un cuadrado salido de la superficie unido a una cuerda vieja y desgastada, larga como para alcanzarla si me pongo en puntillas.

Tiro de ella y para mi sorpresa la puertita se abre, dejando caer una escalera.

–Así que este es el altillo...

Subo con precaución pues algunos escalones están podridos. Una vez arriba echo un vistazo:

Son dos las enormes ventanas polvorientas que iluminan lúgubremente el lugar, así que enciendo la linterna para poder apreciarlo mejor, únicamente telarañas y mugre. Alumbro el suelo y algo en la ranura de la madera brilla, me acerco e inclino para tomarlo, está muy apretado pero logro sacarlo tras varios esfuerzos. Una moneda, solo eso, me encojo de hombros y la guardo con la foto. Al incorporarme una sustancia me cae en el hombro, lo miro con ojos enormes y sigo la dirección de dónde provino con el haz de la linterna: Varias docenas de murciélagos descansan en la viga del ático, y antes de que pueda hacer nada estos salen disparados con miles de aleteos y chillidos enfurecidos hacia mí, agito los brazos desesperada tratando de quitármelos de encima, en el proceso doy un paso en falso y caigo hacia atrás. El golpe provoca que una parte de la pared sucumba, en el último momento logro aferrarme a una tabla del suelo con ambas manos, pero el resto de mi cuerpo cuelga peligrosamente a la parte que pertenece al patio, a varios metros de distancia. Mis dedos se tornan rojos rápidamente, si caigo estaré perdida.

<< ¡Sujétate!>>Grita alterado.

– ¡No puedo, me resbalo!–. Trato de controlar la agitación pero es evidente que no soy capaz de ocultar el miedo, presiono los dientes para no gritar mientras siento que las manos se me adormecen con un tono amoratado...hasta que súbitamente se sueltan. Sé que estoy cayendo, y que voy a morir.

– ¡KEVIN!–. Chillo, justo en ese instante algo me retiene, sostiene mi brazo y tira de mí con fuerza, tratando de subirme. Son un par de manos invisibles, la sensación familiar de esa bruma intangible, pero mucho más densa, más real. Cuando estoy lo suficientemente arriba me impulso y alejo lo más que puedo entre sofocos y jadeos.

<< ¿Estás bien?>> Él se escucha exhausto.

–Sí...–. Las manos no me paran de temblar y mi regazo está siendo mojado por pequeñas gotas de agua, comencé a llorar sin siquiera darme cuenta.


*THE HOUSE es un juego point and click de terror que se desarrolla en una casa abandonada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro