Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 22:

Paso tras paso mi cerebro deja de funcionar y se apaga, abandonándome sin idea alguna de por qué me levanté del asiento. ¡Maldito cerebro, si vas a dar órdenes al menos termínalas, ¿quieres?!

Pero ya estoy aquí, quieta como retardada mental sin decir nada, ella me ignora como si no existiera y sigue con su estúpida y superficial conversación, pero Kevin, sabiendo que puedo verlos, se voltea:

<< ¿Qué quieres?>>Levanta una ceja interesado y algo molesto, lo primero sobre todo.

Bien, mi cabeza ya no me va a servir de nada, así que actúe mi astucia:

–Yo...solo quería decirte que nos estamos por ir–. Mentira, no quiero que estés con esta estúpida imitación de Barbie Hippie.

La tonta se mete en el diálogo haciendo puchero:

<< ¿Y ésta quién es?, ¿no se da cuenta que estábamos a punto de llegar a lo bueno?>>

Mis ojos se quedan como platos...lo... ¿lo bueno?..., ¿ésta?, ok, ok..., ¿quién se piensa esta hueca que es?

La sangre se me está calentando, pero no reacciono todavía.

La chica prácticamente se le tira encima y susurra algo en su oído que desgraciadamente no consigo escuchar. Kevin los abre de par en par y se sonroja considerablemente con una sonrisa de sorpresa, la mira sin cambiar de expresión:

<<Tú sí que no te andas con rodeos. >>

Bien señorita directa, la sangre me hierve.

<<Oye, cuando quieras guapo. –le da un guiño. Luego me observa de arriba a abajo con desprecio y burla solo para sonreír de costado como imbécil– Las chicas de ahora dan...pena. >>

¡La médula me explota!, es hora de poner a esta tipa en su lugar. Doy un paso adelante hasta ponerme a pocos centímetros de ella:

–Escucha ligera, "ésta" tiene nombre; me importa un bledo si ibas a llegar a algo con él, está conmigo ¿de acuerdo?, y además, soy mucho más chica que tú–la veo de arriba a abajo imitándola a propósito–intento fallido de Hippie.

Me doy la vuelta para irme triunfal cuando grita desde atrás:

<< ¿Intento?, ¡tú sí que eres un intento fallido!, ¡tan desgraciada que ni un muerto quiere tu compañía!>>

Eso sí dolió, de hecho creo que sentí un "crack" en mi interior. No sé de dónde pero surge. Esa voz que estaba encerrada recobra fuerzas y le dejo tomar las riendas:

–Óyeme bien mujerzuela, eres una adúltera, una promiscua, temo yo al tener que recurrir a tal bajeza en mi vocabulario, pero lo veo absolutamente necesario–. Le escupo en la cara como si fuese lo más normal del mundo, hasta que caigo en la cuenta de que estoy sonando igual a una anciana. Determinada a acabar con la conversación me retiro a mi asiento sin decirle una sola palabra a Ann, que me ve confundida tanto por mi actitud como por el cansancio, ni a Kevin, que no para de observarme anonadado.

Cuando todo termina mamá viene a buscarme; ella se guarda sus preguntas porque sabe que no estoy de humor para más que dormir. Y eso es lo que pienso hacer cuando llegue a casa.

Me acuesto esperando a que él me acompañe pero no lo hace, solo se queda allí sentado viendo hacia la ventana como si yo lo estuviese obligando a quedarse. Muerdo mi labio inferior angustiada:

– ¿Qué pasa?

Tarda en responderme:

<< ¿Qué fue lo que hiciste allí?>>

Cubro hasta mi nariz con la sábana para que no note que me sonrojé.

–Solo..., ¡es que esa chica era una estúpida!, ¿de acuerdo?, además..., ¿en el entierro de Greta?, por favor, no era momento de hacer sociales.

Él sacude la cabeza:

<<No me refiero a eso...tus palabras–se me queda mirando pensativo–me recuerdas a las chicas de mi siglo, ¿las usas a menudo?>>

Ruedo los ojos y bufo para despejar mi nerviosismo y ya de paso, parecer fastidiada:

–No, claro que no, ¿alguna vez me escuchaste decir algo así?, no ¿verdad?, entonces no–. Ni una pregunta más, estoy cansada, solo quiero que se acueste conmigo y punto. ¿Por qué?, no me interesa.

Pone los suyos en blanco, sé que continúa molesto por lo de Daniel, lo que es raro porque se supone que yo debería estar así...después de todo me llamó vulnerable y sabe que está prohibido hacerlo, odio esa palabra con todo mi ser.

Me incorporo y suspiro por varias cosas, entre ellas:

1) No puedo creer lo que le voy a pedir.

2) Estoy loca.

3) Ni modo que ya no me importa.

Lo veo fijamente:

–Quiero que te acuestes aquí–. Sí, no lo pude hacer mejor, básicamente le estoy ordenado dormir en mi cama, ¿tengo alguna tendencia psicópata?, yo creo que sí.

Por un momento noto una pequeña sonrisa, pero fue tan fugaz que no logré cerciorarme.

<<Si crees que puedes utilizarme de esa manera estás muy equivocada. >>Su expresión se endurece.

Se levanta y sale de la habitación con toda la frialdad del mundo...está bien, no debería afectarme, en definitiva solo está enojado....cielos, no sé qué creía cuando pensé que en algún momento él querría pasar tiempo con una idiota como yo...a fin de cuentas la Hippie tenía razón, no valgo la pena.

Siento como las lágrimas forman surcos calientes en mi cara, ¡maldición!, ¿cuando comencé a llorar? Ya basta Juliet, has dormido sola por dieciséis años, no me vengas con que ahora no puedes hacerlo, es tonto, completamente tonto.

Resoplo para liberar la tensión y me hundo en el colchón nuevamente.

–Hippie idiota–. Farfullo con la voz ahogada por la tela.

Muevo la cabeza y allí está la puerta...ya, que soy imbécil, ¡es un fantasma, puede atravesar paredes! Aún más amargada de lo que ya estaba decido darle la espalda a aquella pared e inconscientemente cedo mi espacio en la cama. Debería ocuparla toda, tengo el derecho, pero no..., está bien, solo haré lo que se me plazca (no duermo contra la pared por él, ¡sino porque a mí se me antoja!), estoy muy bien sola, ¡genial!, ¿quién lo necesita?, ¡nadie!, además...vendrá tarde o temprano.

Ya pasaron dos horas...¡¡DOS!! ¿Acaso quiere desesperarme? ¿Qué le pasa?...al menos sé que no puede alejarse demasiado sin mí, pero siento cierta molestia por lo que me doy cuenta de que está en el límite. Maldita sea...todos me odian, debe ser eso. Si estuviese en el apartamento de papá al menos Henry podría ocupar su lugar, pero en casa el único ser más o menos sociable (o al menos vivo) sin ser mi madre es el castaño, aunque no estoy tan desesperada..., ¿podré desenterrarlo?

Listo, creo que no vale la pena intentar dormir, son las 7:30 según el reloj, será mejor que tome un buen desayuno y recupere energías para gastarlas amargándome, sí.

Todas las acciones hasta llegar a la cocina son mecánicas, lavar cara, medio moño, baño, etc, etc.

Mamá debe de estar durmiendo todavía, le resultan difíciles esos cambios repentinos de horario. No está en edad se hacer esa clase de cosas, o sea, no es una vieja como quién dice vieja...aunque tampoco es un retoño.

Odio el café, realmente lo odio, pero como dijo un tal Maquiavelo: "El fin justifica los medios", ¿mi fin?, no dormirme por al menos unas cuantas horas, ¿mi medio?, el oscuro, hediondo y descarado café. Claro que por lo menos podré disfrutar del cereal.

Como rápido y bebo el contenido de mi taza, que además de ser feo de por sí lo preparé aún peor, quedó aguado y frío...más vale que me sirva de algo.

Veo mi reflejo en el vidrio del gabinete y a pesar de estar peinada mi aspecto es deplorable, solamente hace falta un cartel de "Trabajo por comida".

No soy una chica curiosa, para nada...pero hay cosas que sobrepasan mi existencia, y ahora es encontrar el paradero de Kevin.

Camino por la casa cargando con mis pies y usando todavía mi precario pijama-playera enorme y ropa interior. Claro que mi cerebro en su actual estado no le ve la complejidad a la situación de andar buscando como loca a un chico en ropa interior, supongo que superé mi pudor a base del uso excesivo de bikini y ser víctima de los ojos indiscretos de muchachos por al menos unas tres horas.

Busco aquí y allá, cocina, cuarto, baño, living, armarios, cajones..., ¿dónde se metió?

Cuando estoy dispuesta a abandonar mi búsqueda, un lugar pasa por mi mente como si lo acabara de recordar: El altillo.

Ese lugar que debió haber sido mi habitación, oscuro y aislado, lleno de telarañas, polvo y todas esas cosas hermosas ocultas en el los rincones de mi alma (acabo de darme cuenta que la yo depresiva volvió, ¡bienvenida otra vez!, sabía que no tardarías en aparecer, a quien engañaba, ¿no?).

Subo paso a paso la escalera hasta llegar, en el lugar levantan partículas infinitas de polvo en cuanto lo piso, como una danza graciosa y escandalosa.

Lo encuentro, meditabundo en un rincón observando por la ventana minúscula del ático, la cual a través de toda esa gruesa capa de mugre igualmente regala una vista espectacular de la ciudad alejada, pasando primero por todo el conjunto de pequeñas y coloridas casas que conforman el suburbio.

<< ¿Qué quieres ahora?>>Pregunta sin mucho entusiasmo.

Siento una punzada en el pecho que me provocan deseos de querer golpearlo, pero como no puedo opto por lo segundo:

–Esta es mi casa y puedo estar donde se me dé la gana–espeto cruzándome de brazos–además no tengo por qué querer nada en especial, solo deseo estar aquí..., ¿alguna objeción?–levanto una ceja, él me ve con cara de pocos amigos pero no abre la boca, lo que considero como una negación–eso me pareció–. Sonrío triunfal.

Me siento a su lado con pesadez, levantando más tierra de la que ya hay (sip, debemos limpiar).

–Esta tuvo haber sido mi habitación–suspiro–pero bueno, eso debe importarte un comino, así que espero que me escuches con atención, porque es la primera vez en la historia de la humanidad que intento disculparme con alguien por segunda vez, y no, no pienso repetir lo que tú me digas solo para que te sientas mejor porque no me lo merezco. En fin, estoy hablando más de lo que soy capaz, así que si me disculpas planeo cerrar la boca en cuanto termine esta oración–. Dicho eso no dejo salir siquiera una respiración. Ambos nos quedamos en silencio un buen tiempo hasta que por fin decide responder:

<<Tomaste café, ¿cierto?>> No puede evitar sonreír mientras alza las cejas, divertido.

–No sé qué tiene que ver con la conversación, pero en caso de que lo hiciera, ¿qué te hace pensar eso?–. Lo examino con la mirada, curiosa.

Suelta una suave risa por lo bajo, como alguien que acaba de escuchar a una niña pequeña haciéndole una pregunta ridícula.

<<Exceso de café. >>Comenta antes de incorporarse para ir a quien sabe dónde.

– ¡Todavía no me has dado respuesta!–.Grito molesta, pero solo sacude una mano.

<<Cuando estés sobria. >>

¿Sobria?, ¿ahora me trata de borracha?, el que me haya pasado de café no quiere decir que no sea apta para una conversación...conversación, es una palabra graciosa si la ves en la manera de...conversación.... ¿Qué?, tiene razón, no puedo estar así. Última vez que tomo el súper expreso de mamá para jornadas largas.

Ok, ahora a invertir la energía en algo valioso, y cómo estoy en verano, época en lo que lo más lucrativo es sentarse a comer frente al televisor o regar el castaño, pienso que lo mejor es continuar con la investigación y ya de paso, re-ganar la confianza de Kevin que por razones que aún desconozco (sé que tiene que ver con Daniel) perdí.

Tomo las llaves del auto y pego un papelito en el refrigerador: "Mamá, auto, biblioteca, llego al almuerzo, nos vemos."

No se preocupará demasiado, después de todo tengo mi teléfono celular.

Kevin se ve obligado a avanzar conmigo, a lo cual responde con una queja:

<< ¿Se puede saber a dónde quieres arrastrarme?>>

Me encojo de hombros:

–Debemos ir a la biblioteca para desentrañar lo poco que sabemos de ti y ver si surge algo que me mantenga lo suficientemente ocupada como para ser minúsculamente feliz en este insignificante día–. Suelto como un robotito a cuerda...sip, el café hace mal.

<<Como quieras. >> Dice mientras se acomoda en asiento del copiloto.

Me abrocho el cinturón y enciendo el coche como si fuese algo de todos los días, honestamente no lo he tocado desde finales de clase, pero eso no significa que no sepa conducir.

Llegamos casi sin problemas a no ser porque lo estacioné en la banquina y olvidé traer dinero para el parquímetro, pero Kevin se hizo cargo ingresando en él y desconfigurándolo.

El viaje no nos tomó demasiado a pesar de que decidí volver a la misma, siento que podría haber algo más aquí.

Entramos y voy directamente a la computadora, tecleando un poco sin mucha variación en los resultados, lo mismo de la otra vez. Traje la foto y la moneda de nuevo, pero, ¿dónde puedo analizar éstas cosas?, la fotografía está demasiado dañada y la moneda, bueno...es una moneda.

Estoy concentrada viendo la PC cuando alguien toca mi hombro, volteo y resulta que es el anciano bibliotecario. Tiene una cara de preocupación tal que me muevo en la silla, incómoda. Antes de que abra la boca él habla:

–Señorita, le advertí, le dije que no se involucrara en éstas cosas. Ahora es tarde... vea el cuarto, y que Dios los acompañe.

La electricidad se va repentinamente, dejándonos a oscuras ya que tienen las cortinas cerradas en el edificio, y al volver..., el señor desapareció. Kevin está tan perplejo como yo.

Sin aguantar más la inquietud lo busco para obtener respuestas, avanzo entre las filas del fondo y descubro una escalera con una puerta que da a una habitación superior, esta se encuentra rodeada por cinta policial...hummm tiene mala pinta.

Un policía cuida la entrada con gesto serio.

–Disculpe oficial, estoy buscando al dueño de la biblioteca, ¿sabe dónde puedo encontrarlo?

Se acomoda la gorra y alza una ceja:

–Niña, él está muerto.

Un nudo se me forma en la garganta y la base del estómago, él...era un fantasma.

<< ¿Tú lo sabías?>>Le pregunto a Kevin, quien sigue sin entender.

<<Nunca lo sospeché, aunque suele pasar con muertos recientes. >>

– ¿Cómo...cómo murió?–. Me siento intimidada por la respuesta, algo me dice que "muerte natural" no formula en su informe.

El hombre sigue impasible:

–Asesinado, el resto de la información es clasificada.

– ¿Qué lo mató?–. Tengo los ojos bien abiertos, completamente pasmada.

El hombre se inclina para acercarse:

–CLA-SI-FI-CA-DO.

Ok, ya sé que es clasificado, pero algún dato extra no me caería mal.

Sigo de largo haciéndome la desinteresada.

<<Oye, ¿no puedes poseerlo o algo así?>>

Me ve algo avergonzado.

<<Podría, pero desgraciadamente no sé robar información, solo su cuerpo...consecuencia de la falta de práctica>>Termina encogiéndose de hombros.

Yo bufo con fastidio, éste debe ser el único fantasma que no practica las dotes que tiene.

Al notar mi reacción aclara:

<<No creo que lo sepas, pero cada vez que realizo una de mis maniobras, quedo más expuesto ante los espectros, me vuelvo más...apetitoso, ¿por qué crees que los he evitado por tanto tiempo?, perfil bajo, solo posesión de objetos y alguna que otra pelea espiritual de ocasión...estos tipos son duros Juliet, mejor no meterse con ellos.>>

Supongo que tiene razón, acabar siendo papilla de espectro no debe ser agradable, sé lo que es tener uno cerca, y puedo asegurar que no es bonito.

Luego para mi sorpresa agrega:

<<Eso te incluye a ti, será mejor que no uses tanto tu canal mental si no quieres llamar la atención. >>

Asiento lentamente con rostro crítico.

–Está bien, trataré de ser sutil. –Murmuro– El anciano nos dijo que fuéramos a la sala y se supone que es esa, la escena del crimen. Allí tiene que haber algo importante, y debemos obtenerlo. –Mi cabeza traza rápidamente un plan– Sería peligroso tomar su lugar habiendo tanta gente presente, así que yo lo distraigo y tú subes hasta allí, intenta sacar toda la información que veas y me la traes, ¿de acuerdo?

Parece tener sus dudas pero no las comparte.

<<Hagámoslo. >>

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro