Saldremos de esta
~Sé que te dije que esta semana iba a ir a verte pero me surgió algo super importante a última hora... ¿Podría ser la próxima semana Deku-kun?... ~
Era super raro que ocurra pero Izuku entendía que su carrera le quitaba muchísimo tiempo.
Si bien Ochako jamás sufrió por falta de dinero ya que sus papás eran dueños de una constructora, Izuku si que tenía una que otra perdida cuando ella lo cancelaba casi a última hora por todas las sorpresas o reservas que hacía cuando la iba a ver.
~Descuida mi amor no hay problema... Esfuérzate que aquí estaré yo esperándote ~
Le contestó muy alegre el rizado.
~Te veo la próxima semana Deku-kun... Sin embargo ahora tengo algo de tiempito... Cuéntame ¿Cómo vas en la universidad? ¿Todo en orden? ¿Ya me fuiste infiel imbécil? ~
Bromeó la castaña.
Izuku se rió muy alegre y comenzaron con su casi costumbre de llamarse al menos una vez al día.
~
Ni siquiera había tocado la puerta y ya se había abierto.
Kyoka ni bien lo vio por inercia lo abrazó como si no lo hubiera visto en años.
-E-ella estuvo aquí... - dijo con la voz totalmente quebrada
La peli violeta estaba asustada y sobre todo estaba en shock.
No podía creer lo que había pasado en la última hora y sobre todo no podía creer que el día que jamás quería que pasase, sucedió.
-Kyoka mi amor... Tranquila... Aquí estoy yo...
-No Izuku... No entiendes... E-ella estuvo acá... Habló con Eri - sin darse cuenta la rockera había comenzando a lagrimear
Izuku solo la abrazó y la hizo entrar en su calor.
Kyoka se aferró con toda su fuerza al torso de su esposo y en ese preciso instante hubiese querido que el tiempo se detuviese.
Y no porque su esposo la estuviera abrazando como si fuera el tesoro más grande del universo.
Si no porque sabía que su bebé estaba dentro de su casa, casa que compartía desde que Izuku le propuso matrimonio, casa que ella adoraba cuando llegaba el domingo y podía ver películas todo el día junto con su princesa, casa que aunque era en extremo grande solo para 3 personas, ella amaba con todo su ser.
-¿Y que te dijo?... - Izuku también estaba por morirse por como estaba su esposa, ya que aunque no quería decírselo, Ochako también habló con él y sobre todo le dijo que tenía una semana para decirle la verdad
-S-solo me preguntó por tí... - Kyoka no podía articular bien las palabras por el todo el llanto que tenía
-Kyoka mi amor... Trata de tranquilizarte porque si no Eri se va a preocupar
Kyoka sabía que su esposo tenía razón.
Su princesa no tenía que enterarse porqué su mamá estaba así.
Y sobre todo no tenía que saber nada respecto a Ochako.
-V-vamos a la habitación... Esto tenemos que hablarlo ahora si o si - dijo la rockera limpiando su maquillaje derramado por sus lágrimas
-V-vamos...
Cuando la pareja de esposo entró, Eri ni siquiera se dio cuenta.
Su mente, sus ojos y toda su atención estaban en la computadora y sobre todo estaban con Kota en ese instante.
Izuku iba a reprocharle el porqué no saluda a su padre, pero la verdad es que tenía cosas muy importantes que hablar con su mujer.
Subieron las escaleras y al entrar a la habitación Kyoka comenzó a temblar.
Izuku solo se sentó en su cama y apoyó los brazos en sus piernas sujetando su rostro.
Era la típica pose de hombre cuando estaba muy preocupado.
-Kyoka... Tengo algo que decirte... - Izuku fue el primero en hablar
Kyoka lo escuchó con esa voz tan siniestra que tenía cuando se ponía demasiado serio y solo optó por sentarse a su lado.
-¿Q-qué pasá? - la peli violeta preguntó algo asustada
-Hablé con Ochako también...
-¿Qué? - Kyoka se asustó muchísimo más de lo que ya estaba
-Sí... No sé cómo consiguió mi número pero la cuestión es que me marcó hoy que ya regresaba del trabajo
-¿Sabías que ella vendría? - Kyoka se enfureció a más no poder
-No... Lo más probable es que ella me llamó cuando salió de la casa...
Kyoka odió a su esposo por unos segundos.
-¡¿Y que te dijo?!
-Tenemos una semana para decirle la verdad a Eri, mi amor... - dijo Izuku totalmente desganado
Kyoka palideció ante esa respuesta.
-¿Qué? - fue lo único que dijo la chica chef
-Ochako regresó de Europa para quedarse acá en Japón. Y no solo eso... Si no que quiere ver a Eri y sobre todo quiere pasar tiempo con ella...
Y en ese preciso instante Kyoka sintió como su alma se partía en mil pedazos.
-¡No! ¡No lo acepto! ¡No quiero! ¡Nadie me va a quitar a mi bebé! ¡Nadie lo hará! - Kyoka estaba irreconocible.
Izuku sabía lo mucho que Kyoka amaba a su hija, sin embargo jamás la había visto así.
En ciertas ocasiones se ganó algunos problemas con las madres de sus compañeros del preescolar de Eri, porque sus hijos no paraban de molestarla. Así que usaba todas sus influencias y sobre todo el dinero del que gozaba, para hacerles la vida imposible.
Sin embargo ahora todo era diferente.
Ella no estaba enojada, si no que estaba quebrada y asustada al mismo tiempo.
-Mi amor cálmate... Nadie te va a quitar a Eri
-¡No me digas que me calme! No quiero a esa mujer de nuevo acá en mi casa... Esta es mi casa y si tengo que comprar al país para sacarla de acá, lo haré - dijo la peli violeta muy enfadada
-Kyoka mi reina... Tranquila... Yo jamás voy a permitir que se lleven a nuestra hija
-Lo sé... - dijo la rockera cayendo derrotada en la cama
-Kyoka... ¿Amas a nuestra hija? - preguntó el rizado a su esposa
-Que pregunta tan estúpida...
-Responde por favor...
-Con mi alma Izuku... Con mi alma...
-Entonces no hay problema... Sabrás que decirle cuando llegue el momento de decirle la verdad
-Sí... Sé que ella confiará en mí... - respondió la rockera algo cabizbaja
-Lo hará... Ella te ama como no tienes idea, además que ella no puede vivir sin tí, su chef, su cantante favorita, su modelo, su invitada estrella a la fiesta de té de los viernes a las 6...
Kyoka sin quererlo sonrió levemente y de la pequeña emoción fue directo hacia los labios de su marido.
-Vamos a salir de esta como ya estábamos acostumbrados a hacerlo... - dijo la peli corta para luego plantarle un beso al oji esmeralda
Y cuando sin siquiera hacerlo a propósito, Izuku ya tenía su mano en el trasero de su mujer.
Ella ahogó un gemido y sabía que necesitaba de su esposo en ese instante. Así que sin pensarlo dos veces ella metió su lengua a la boca de su esposo.
Era una batalla intensa entre ambas lenguas, alguien tenía que ser el dominante y Kyoka era demasiado competitiva en esos juegos que tenía con su rizado, así que antes de que Izuku la desvista, ella sujetó el bulto que se le había formado cuando comenzó a tocarle el trasero.
El calor, los besos, las caricias y sobre todo el amor que se tenían habían hecho su trabajo.
Ahora todo dependía de ambos para concluirlo.
Sin embargo cuando Izuku agarró el pezón de su mujer para posteriormente chuparlo, alguien llamó a la puerta de su casa.
~Kyoka-san... Estoy afuera... ~ se escuchó a través del comunicador que tenían la pareja de esposos en su habitación
Sí... Era YaoMomo que había venido a la casa de los Midoriya para ver cómo estaba su mejor amiga y su socia.
Kyoka no sabía si ponerse triste porque ya no iba follar con su esposo o alegre porque vino su mejor amiga para darle animos y sobre todo a ver si tenían alguna solución.
Continuará...
Bueno como les dije regresé.
Tengo unas ideas maravillosas para fics y sobre todo tengo muchas ganas de escribir.
En este preciso instante (3:55am) por fin me encuentro desocupado para poder escribir así que puedo decir que por fin estoy ordenando mis cosas, proyectos, etc.
A este fic le voy a dar toda mi atención para luego terminar con otros dos que los tengo ahí botados.
En fin... Espero que se alegren de que volví y nos leemos en la próxima.
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