Julio de 2018

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—¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?

Jamie gira perezosamente la cabeza desde donde la tenía recostada en el cojín del sofá. Levanta las cejas. —¿Otra vez?

Luke no puede evitar sonreír mientras se acerca a su novio desde la entrada de la cocina, palomitas y patatas fritas en la mano. El menú principal de "Harry Potter y el cáliz de fuego" está en bucle en el televisor, y Jamie se inclina de mala gana hacia delante desde su cómoda posición para coger el mando y silenciarlo, sumiendo la habitación en un repentino silencio.

Luke deja los bocadillos en la mesita y las bolsas se arrugan al hacerlo. Luego se deja caer en el sofá y Jamie y él se acurrucan el uno contra el otro de forma natural, instintiva.

—No sé —suspira satisfecho—. No sé, he estado pensando un rato esta mañana y me he dado cuenta de que nunca hemos hablado de esto. ¿Qué te hizo cambiar de opinión sobre mí durante nuestro primer año de instituto? El primer día que me hablaste, cuando me esperabas junto a mi taquilla... fue algo inesperado, ¿no? Realmente no sabía qué hacer conmigo mismo. Al principio, estaba seguro de que estabas bromeando conmigo.

Jamie no dice nada, y cuando él se inclina hacia delante para mirarle a la cara, están tan juntos que no bastaría con girarse para verle la cara, ve que se está sonrojando.

—Oh —dice finalmente—. Eso. Um. Una historia divertida, la verdad. Y larga. Aunque un poco embarazosa.

—Está bien, tenemos tiempo. Mi madre tardará horas en volver del trabajo. Puedes hablar todo el tiempo que quieras —dice bromeando, pero Jamie sólo se sonroja más.

—¡Pero quiero ver la película!

—Lo haremos, hay tiempo de sobra para hacer las dos cosas. Cuanto antes me lo digas, antes podremos verla —dice con voz cantarina. Jamie aprieta los labios y no dice nada.

Al cabo de un rato, se impacienta y golpea la mejilla de Jamie. —Dímelo —gimotea, y Jamie hace un mohín.

—No sé...

Muy bien, ya está. Es hora de sacar el arma secreta. Toca con la nariz el cuello de Jamie provocándole un escalofrío, antes de inclinarse de nuevo hacia atrás y mirarlo fijamente a los ojos. Se muerde el labio y lo mira por debajo de las pestañas. —¿Por favor?

Al principio, Jamie parece decidido a no dejarse convencer, pero al cabo de unos segundos, su fachada se resquebraja. Suspira. —Eres una amenaza.

Desenreda sus extremidades y se gira para sentarse en el sofá, frente a Luke, quien hace lo mismo y se sienta cruzado de brazos como un niño pequeño listo para la hora del cuento. Jamie se ríe al ver su expresión ansiosa.

—Tienes que prometerme que no te vas a reír.

Luke sonríe. —¿De verdad es tan malo?

—Algo así. Prométemelo.

Luke pone los ojos en blanco. —Claro, te lo prometo.

—Y tú también tienes que prometer...

—Nunca acepté hacer más promesas, Jamie–

—Que me responderás una pregunta cuando termine.

—¿Qué pregunta?

—No te la diré.

Luke pone los ojos en blanco, porque es un puto idiota. Pero se niega a echarse atrás. —Vale. Te lo prometo. —Jamie sonríe con suficiencia, satisfecho. El rubio le saca la lengua—. ¡Vamos amor, habla!

—Vale, vale. Bueno, siempre he pensado que eras muy atractivo, desde el segundo en que te conocí el primer día de clase, cuando tu mochila bloqueaba el pasillo aquella vez...

Las mejillas de Luke se enrojecen al recordarlo. Jamie no tiene ni idea. Si lo supiera, lo que se le había pasado por la cabeza aquel primer día...

—Y como, cuando mis amigos y yo hablábamos de gente sexy y esas cosas, siempre te mencionaba a ti —Jamie guiña un ojo, y las mejillas de Luke se tiñen de un tono rosado más oscuro—. Pero lo que realmente me hizo saber que me gustabas, para ser honesto, fue tu presentación del infomercial.

Luke resopla, el rubor de sus mejillas se desvanece, porque qué. —¿Hablas en serio?

—¡Sí! Quiero decir, no sé. Antes de la presentación, nunca había tenido la oportunidad de hablar contigo de verdad, en parte porque estaba nervioso, porque, sinceramente, mírate, eres precioso, y en parte porque me lo ponías muy difícil. Eres tan inteligente que temía decir alguna estupidez que te hiciera pensar que soy tonto. Además, siempre parecías tan adorable, medio dormido en clase de Historia. —La sonrisa de Jamie se suaviza y a Luke se le revuelve el estómago.

—Perdona —le interrumpe, ignorando decididamente el hecho de que sus orejas están tan rojas que probablemente estén ardiendo ahora mismo, - preferiría que me llamaras algo más parecido a 'guapo' y 'rudo', gracias.

Jamie pone los ojos en blanco. —Claro que sí, mi amor.

Le da una palmadita burlona en la mejilla a Luke, que hace un mohín.

—De todos modos —continúa Jamie—, verte ahí arriba, dando esa presentación... te veias tan pero tan atractivo y seguro de ti mismo y tan, tan divertido. Eso me hizo sentir algo, supongo, porque entonces supe que no solo eras guapo, sino también encantador, divertidísimo y dulce. De repente, sólo no podía dejar de pensar en ti... bueno, incluso más que antes.

Luke resiste el impulso de toser en su mano. Conoce la sensación, de verdad.

—Hablaba con mis amigos todo el tiempo sobre lo loco que estaba por ti... y aún lo estoy, por cierto. Pero no sabía qué hacer, ni cómo hablar más contigo. Era como si de repente, te hubieras vuelto aún más intimidante. Y luego eso se magnificó porque siempre estabas con Ryan, y él es honestamente una de las personas más intimidantes que he conocido.

Luke suelta una sonora carcajada. —¿Ryan? ¿Intimidante? Es un puto girasol.

Jamie resopla. —Da igual. Así que seguí haciendo lo que estaba haciendo, supongo, con la esperanza de que de alguna manera vería una oportunidad, o que vendrías a hablar conmigo, o algo así. Seguía viéndote con todos esos chicos, y oía a la gente hablar de lo guapo que les parecías, y no voy a mentir, me puse bastante ansioso. E irritado. Sabía que tenía que hacer algún movimiento, pero tenía miedo porque pensaba que podrías rechazarme o algo así.

Luke ahoga la risa esta vez. ¿Él? ¿Rechazar a Jamie? Realmente es inconsciente de cómo luce, ¿verdad? Es divertidísimo.

—Entonces, un día, oí a Jack hablar con sus amigos sobre cómo quería invitarte al baile de invierno, y eso me puso las pilas, supongo. Sabía que tenía que hacer algo, pero no quería invitarte al baile de forma extraña e incómoda, así que decidí esperar junto a tu taquilla e intentar hablar contigo para hacernos amigos, o al menos conocernos un poco. Pero me sentia tan nervioso, y actuaba raro, vergonzoso y espeluznante, y sé que te habías asustado y que me había pasado un poco la primera vez, pero no tenía ni idea de qué otra cosa podía hacer.

—Me pusiste increíblemente nervioso, más nervioso de lo que nadie me ha puesto nunca.

—Entonces hablé con Parker sobre ti y sobre si sería buena idea invitarte al baile. Que dijera que sí me dio esperanzas, y luego nos asignaron como compañeros para el proyecto de historia y todo fue tan oportuno que no podía creer mi suerte. Así que utilicé el proyecto como excusa para conocerte aún más, y luego para invitarte al baile, y ahora aquí estamos.

—Así que todo esto es gracias a Jack, entonces —dice Luke, sonriendo ampliamente.

Jamie se ríe en voz baja. —Supongo —dice, sonriendo hacia su regazo, con las mejillas un poco sonrosadas.

—Awww —Luke arrulla, pellizcando la mejilla de Jamie—. Eres adorable cuando te pones sentimental.

Ignora la parte de su cerebro que le grita que es un hipócrita, porque el mismo es posiblemente la persona más ñoña del planeta cuando se trata de Jamie, pero aun así, saber que Jamie estuvo enamorado de él durante casi tanto tiempo como Luke lo estuvo de Jamie, le hace sentirse cálido y confuso por dentro, porque... Probablemente (definitivamente) está saliendo con la persona más dulce del universo.

Jamie vuelve a sonrojarse y le da un manotazo en la mano a Luke. —Calla, amor, ahora te toca a ti.

El rubio arruga la nariz. —Ah, claro. ¿Seguro que tengo que hacerlo ahora? ¿Quizá después de la película? —dice, cogiendo el mando a distancia.

Jamie le agarra suavemente la muñeca antes de que pueda cogerlo. —¡No, me prometiste que me lo dirías! Básicamente, te lo he contado todo.

Luke suspira con fuerza. —Bien, supongo que puedes decirme cuál es tu pregunta.

Jamie sonríe. —Fantástico. Así que mi pregunta es: ¿por qué dijiste que sí cuando te pedí que fuéramos al baile? No parecías exactamente interesado en mí en ese momento, al menos en mi opinión. Estaba aterrorizado, me arriesgué y si Parker no me hubiera dicho que lo hiciera, probablemente me habría acobardado. Entonces, ¿por qué fuiste conmigo?

Luke palidece. —Oh. Um.

Jamie le abre los ojos en un intento de culpabilizarlo, y el frunce el ceño, porque definitivamente está funcionando.

—Vale, vale, te lo contaré. Aunque te advierto que probablemente sea una historia más larga que la tuya.

La cara de Jamie se ilumina como un árbol de Navidad. —Como has dicho, tenemos tiempo.

Luke suspira, se da cuenta de que no puede decirle que no a Jamie, no cuando toda su cara brilla con tanta felicidad.

Así que respira hondo, mira a Jamie a sus ojos brillantes y le cuenta su historia, aunque en versión abreviada, porque esta historia, si se contara entera, probablemente llenaría veinte capítulos enteros de un libro o algo así.

Después, cuando Jamie le salpica la cara con besos cariñosos, la película olvidada por completo, toma una decisión. Sí. Definitivamente tiene que enviarle a Jack una nota de agradecimiento.