Capítulo 9. Especial Festival Cultural. Parte 1
Hinata abrió los ojos y bostezó, feliz.
Adoraba los fines de semana, porque podía dormir lo que quisiera siempre que hubiera acabado con sus tareas la noche anterior… y siempre las terminaba la noche anterior, garantizándose a si misma poder dormir todo lo que quisiera. Por eso es que sus sábados por la mañana eran tan pacíficos y perfectos…
- ¡Voy tarde, voy tarde!
Aunque bueno, ese no parecía ser un sábado normal, ya que desde hacía poco menos de una hora los constantes pasos en el piso de abajo, que resultaban mucho más de los normales, la habían despertado y ahora la tenían removiéndose molesta.
Era un sábado a las siete de la mañana, ¿quién podía estar despierto en su casa?
- ¡Mamá, mamá! -la voz de Hanabi resonaba desde el primer piso-. ¡Mi traje, mi traje! ¡Los zapatos! ¡Mi peinado!
Hinata amaba a su hermana menor, pero a veces era demasiado.
Giró y usó la almohada para cubrirse la cara. Diez minutos después su hermana por fin abandonó la casa. Asomó su cabeza fuera y miró el reloj: 7:12
Simplemente era demasiado temprano.
Bostezó. Lo único bueno era que dormiría hasta tarde ese día…
De pronto el timbre sonó y ella maldijo al mundo, ¿y es que quién podía ser a esa hora? ¿Por qué la gente no podía descansar ese sábado con tranquilidad?
Oyó los pasos de su madre avanzar hacia la puerta y suspiró.
"Que no sean vendedores, que no sean vendedores…"
- Hola, ¿qué tal, señora Hyuuga?
Y de pronto la chica abrió los ojos, sorprendida.
¡Esa voz definitivamente era de Sasuke!
- Lamentamos las molestias, pero queríamos saber si…
¡Y Kiba! ¿Pero qué rayos hacían ahí?
Se incorporó lentamente, desorientada.
- Hinata está en su cuarto -la voz de su madre le llegó desde el primer piso.
- Podemos esperar -comentó Sasuke, con calma-. Debemos estar en la escuela en una hora.
¿La escuela? ¿Para qué debían estar en la escuela si era sábado y…?
¡El festival escolar!
- ¡Oh, maldición! -se le escapó, mientras habría sus ojos desmesuradamente.
-Oh, es que ella aún no se levanta… ¿por qué no van arriba y…?
- ¡Una carrera hasta arriba! -gritó de pronto la voz de Naruto.
Hinata casi gritó.
- ¡Espera! -la voz de Kiba en alerta no se hizo esperar y pronto los pasos y risas llenaron la escalera.
¡En verdad estaban subiendo!
La chica se sentó con velocidad y examinó en un segundo las paredes rosadas, los muebles blancos y la cantidad de detalles femeninos en su cuarto que Naruto NO podía ver. De inmediato se arrojó contra la puerta para bloquearle el paso, pero sus pies se enredaron entre las sabanas haciéndola caer al suelo de cara.
¡Los pasos resonaron en el pasillo fuera de su cuarto!
- ¡Ah, es aquí! -gritó Naruto, quien de seguro había visto el cartel que rezaba su nombre frente a la puerta.
- ¡No! -gritó, espantada-. ¡¡NO!!
Y de pronto se escuchó un golpe y la chica tuvo la certeza de que alguien se había golpeado fuertemente o caído. Entonces la puerta se abrió… y contrario a lo esperado fue el rostro de Kiba el que se asomó.
- Namikaze ha sido neutralizado -le informó, cual agente secreto.
- ¿L-Lo golpeaste?
- Me debes una -Kiba respiraba agitado y cansado-. Una muy grande… Ahora vístete, y vámonos.
Volvió a cerrar la puerta, mientras llamaba a Sasuke a gritos para que lo ayudara con Naruto.
Hinata suspiró ya agotada.
Como costaba ser uno de los chicos…
***
- ¿En verdad me tenías que empujar?
Naruto gruñó, aún molesto mientras caminaban a la escuela.
- Ya te dije que tropecé -intentó replicar Kiba, de manera débil-. Pero te lo compensare, te comprare el almuerzo hoy…
Ante la afirmación la mirada de Naruto brilló.
- ¿El almuerzo?
- Sí…
- Ten cuidado Kiba, puedes perder toda tu mesada en menos de quince minutos -le advirtió Sasuke. Luego de eso giró hacia Hinata, quien se encontraba bostezando a su lado-. ¿Estas bien? Te vez algo páli… pálido… Apuesto a que debiste asustarte un montón con esto.
- No tienes ni idea… -suspiró Hinata.
- Ustedes son pésimos amigos -declaró Naruto-. Miren que asustarlo de esa manera…
- Tú ni hables -Sasuke le frunció el ceño, dirigiéndose a él-. No te he perdonado por la otra noche con Hina.
- Ah, no exageres, llegamos bien -murmuró, con un fingido aspecto inocente.
- ¡Con aroma a cerveza!
- ¿Qué insinúas?
- ¡Sé que le diste alcohol!
Naruto rió, Hinata en cambio no pudo evitar avergonzarse. ¡De todo solo recordaba que había estado a punto de revelarle su identidad!
- Olvidemos eso por favor…
- Sí, deberíamos pensar en donde iremos a comer -continuó Kiba, tratando de formar la paz.
- ¿De qué hablas? -Sasuke frunció el ceño-. Tenemos trabajo.
- Sí, pero solo será la mañana. Tenemos la tarde y el domingo libres -Kiba se estiró, cual perro bajo el sol-. Debemos visitar sí o sí la casa embrujada.
- Ah… eso es para niños -argumentó Naruto, de pronto nervioso. Sasuke sonrió con malicia al ver a su mejor amigo en problemas.
- No, ¿sabes qué? Es cierto, deberíamos ir todos juntos.
- Ah, de seguro solo perderemos nuestro dinero…
- ¿Seguro de que no estás asustado, Dobe? -preguntó, con burla el azabache.
- No te pases, Teme -replicó el rubio, con un pequeño mohín.
Continuaron caminando entre risas y pronto llegaron a la escuela, que ya se encontraba adornada para las festividades. Alumnos, adultos, ancianos y niños ya se encontraban entrando en lo que aseguraba ser un gran día. Pero de entre todos ellos había alguien que resaltaba.
Una chica se encontraba en la puerta, observando con interés la guía de los salones. Se notaba de inmediato que no era una alumna, ya que llevaba el uniforme de otra escuela. Parecía casi una modelo… aunque lo único que la hacía resaltar era su cabello rosado.
- ¡¿Sakura?! -exclamó Sasuke, sorprendido.
- ¿Quién es ella? -preguntó Naruto, de inmediato. Giró a ver a Hinata en busca de una explicación, pero su amigo se veía igual de sorprendido.
Y de pronto sucedió.
- ¡Hinata! -gritó la joven del cabello rosado, viendo hacia los muchachos. Rápidamente corrió hacia ellos y sin pensarlo dos veces se arrojó sobre el muchacho de cabello azul, abrazándolo con fuerza.
Naruto observó aquello sorprendido.
- ¿Q-Qué haces aquí? -preguntó el chico, débilmente.
- ¡Vine a verte, por supuesto! -canturreó, apegándose más a su cuerpo.
- Ah, Sakura, no hagas eso -replico Hina. La joven frunció el ceño.
- ¿Qué hay de malo con querer pasar más tiempo contigo?
- Tú sabes lo que hiciste -le replicó, con enfado.
- Ya te dije que fue un accidente.
- Sí claro. Ya no te disculpes.
- Ah, Hinata, lo siento -le canturreó con sensualidad-. Pero no peleemos por ese tema aquí. Más importante es que vine a estar contigo todo el día.
Naruto observó a Hinata fruncir el ceño y lo observó preocupado. Volvió a mirar a la chica y no pudo evitar preguntarse qué relación tendrían.
- ¿Entonces estaremos todos juntos? -preguntó Kiba, con calma.
- Supongo que sería agradable -comentó Naruto, con sus ojos fijos en Sakura.
Ante eso Hinata no pudo evitar preocuparse. ¿Y sí Naruto terminaba enamorado de Sakura?
- S-Supongo -hizo una mueca al decirlo, como si la idea no le agradara. Sasuke en cambio frunció el ceño, lo que paso inadvertido para todos menos para Hinata.
Parecía que por el momento la chica de cabello rosado lo había olvidado a él.
***
- Muy bien Hinata, hagamos un trato.
Sakura, de pie frente a Hinata, parecía un general listo para la batalla. La joven Hyuuga la había apartado de todos apenas hubieran entrado, para que le explicara que hacia allí.
- ¿Qué quieres?
- Si consigo que pases aunque sea un rato con tu chico, que asumo es ese muchacho rubio que anda con ustedes, mañana deberás ayudarme a mí en mi festival escolar.
Ella hizo una mueca. En verdad no quería verse involucrada en el Festival de la escuela de Sakura, pero por otro lado un tiempo a solas con Naruto por fin… sonaba fantástico.
- ¿Qué debo hacer? -murmuró, atrapada.
Sakura sonrió entusiasmada.
- ¡Cambio de imagen! -informó, decidida-. ¡Ayer estuve planeando conjuntos, lo tengo todo en mi bolso!
- No puedes -le susurró, asustada.
- ¡¿Qué?!
- No puedo vestirme de chica -le trató de explicar. Sakura frunció el ceño.
- ¡¿Y por qué rayos no?!
Hinata tragó y en pocas palabras le explicó el asunto en el que Kiba, Sasuke y ella estaban metidos. Al terminar creyó que su amiga explotaría o algo peor, pero en vez de eso solo sonrió emocionada ante el nuevo desafío.
- Perfecto, será a la antigua.
- ¿Qué? -preguntó Hinata, incrédula-. Olvídalo.
- Ah, vamos. ¿Qué acaso no confías en mi?
- No -frunció el ceño, al instante. Después de todo su brillo labial la había metido en problemas con Naruto.
- ¿Sigues enojada por lo del brillo labial, cierto? -preguntó Sakura, alzando su ceja.
Hinata guardó silencio.
- Muy bien Haruno, ganas esta ronda.
La chica sonrió entusiasmada.
- Pues entonces los veo más tarde. Iré a planear todo.
Hinata la observó desaparecer, casi saltando de la emoción por los pasillos.
Sabía, muy dentro de ella, que era mala idea pedirle ayuda con el muchacho rubio, lo sabía porque Sakura siempre exageraba todo… y porque el sueño de su vida era conseguirle novio a Hinata, pero por otra parte conocía a su amiga y sabía que jamás la obligaría a hacer algo que no quisiera, siempre respetaría su opinión.
A menos que viera en serio una oportunidad entre ella y Naruto. Allí nada la detendría…
CONTINUARA…
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