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Capítulo 42. Deducciones

Sasuke cruzó la puerta… y de inmediato fue como ingresar en otro mundo.

Dios…. ¿qué tenían las chicas con el maldito color rosado? O, mejor dicho, ¿que tenía Sakura Haruno con aquel color?

En momentos así era cuando le agradaba conocer chicas como Hinata, que no se encantaban ante ese tipo de cosas. No tenía nada contra el color, pero cuando estaba en la alfombra, la cama, las cortinas y la ropa todo el tiempo comenzaba a fastidiarle. El único lugar en donde aquel tono le agradaba, era en el cabello de la chica frente a él que ahora le miraba con verdadera sorpresa.

- ¿Sasuke? -ella se puso de pie casi de inmediato-. ¿Qué haces aquí?

- Tenemos algo que discutir.

Sakura de inmediato notó el tono molesto en su voz, cosa por la cual frunció el ceño al instante.

“Gran comienzo” -pensó Sasuke, haciendo una mueca involuntaria. No solía pelear con Sakura, pero cuando lo hacía las cosas por lo general no acababan bien.

- ¿Y qué cosa exactamente sería eso?

Él dudó. Todo su valor acababa de irse por la borda.

Solo había un tema que realmente le interesaba saber, pero ahora que comenzaba a pensarlo su pequeña y perfecta familia tenía un serio problema que resolver generado por la joven de ojos jade.

- ¿Qué demonios fue esa estúpida idea de esconder la verdad?

Por un segundo la chica se lo quedo observando con sorpresa, hasta entender de qué cosa le estaba hablando.

- ¿Cómo lo…?

- ¿Cómo lo supe? -adivinó él-. ¿En serio creyeron que iban a mantenerlo en secreto tanto tiempo? Maldición Sakura, Naruto enloqueció.

La chica frunció el ceño ante sus palabras.

- Oh vamos Sasuke, no exageres.

- ¿Qué no exagere? ¿Cómo han podido hacerle eso a Naruto? -el chico estiró los brazos, intentando dar cabida a su frustración-. ¡Han cruzado una línea!

- Era la única manera de solucionar las cosas.

- Claro que no -la interrumpió él. Solo le basto recordar lo asustado y cerrado que había estado Naruto hace un par de horas para volver a enfadarse-. Fue una idea estúpida. Naruto está peor de lo que imagine.

- ¿A qué te refieres?

- Pues para empezar no me quiso ni abrir la puerta -comenzó, recordando los eventos de la tarde-, solo lo hizo porque le dije que tenía que contarle algo acerca de Hina. Aun así, se negaba a tocar el tema del maldito beso.

La chica frente a él se cruzó de brazos.

- De seguro solo debe estar avergonzado.

- Sakura, Naruto está mal -la frenó él nuevamente-. No pasa tiempo con nosotros, no va a los ensayos y ha dejado de sonreír. Está todo el día en su salón, leyendo solo. ¿Además sabes que está pasando todo su tiempo con Shion?

- Hinata me lo dijo -confesó ella, con aspecto serio.

- Me preocupa, él no es así. Y, y… además de eso cuando quise hablarle del tema se puso como loco. Está furioso y herido, y creo que ni él sabe por qué. Solo quiere estar solo. Kiba y Hina ya se disculparon con él, hace semanas, pero estoy seguro de que algo más le sucede y tiene que ver con la idea de que el beso fue una apuesta -y al decirlo la fulminó con la mirada.

- Un segundo, esto no es mi culpa -Sakura se cruzó de brazos, negándose a recibir toda la responsabilidad-. El chico ha sobreexagerado todo.

- ¿Cómo puedes decir eso? -Sasuke lucia indignado-. Ni siquiera me imagino que debe estar pensando.

- La idea de la apuesta la hicimos con el fin de que, como máximo, se enfadara. Por eso solo se trataba de una broma y ya -rebatió ella-. Sinceramente no entiendo su actitud últimamente. Y menos lo de Shion, no puedo explicarlo, pero estoy segura de que no tiene nada que ver con la mentira sobre el beso.

- ¡Claro que sí! Esto sucedió de un momento a otro.

- Tal vez ya tenía problemas anteriores.

- ¡Ni siquiera puede ver a Hinata a los ojos! -gritó enfadado-. Maldición Sakura, deja de ser orgullosa. Acepta que cometiste un estúpido error y ayúdame a resolverlo en vez de perder tu maldito tiempo por ahí haciendo cosas estúpidas.

Ante eso la joven no hizo más que fruncir el ceño.

- ¿Qué demonios está sucediéndote?

- ¡Solo estoy enfadado por la situación!

- ¡Sasuke Uchiha! -el grito de ella lo hizo temblar-. ¡No te atrevas a mentirme!

- Oh no, no desvíes el maldito tema -el chico la apuntó con el dedo-. No evadas tu responsabilidad en todo este asunto.

- ¡Un segundo! ¡Para empezar la idea de la mentira fue tanto tuya como de Kiba! -la furia se dejó ver en sus ojos verdes-. ¿Acaso tienen una maldita idea de lo que ella ha tenido que pasar? Tiene suficientes problemas en casa por culpa de ustedes dos.

- ¡No metas ese tema aquí!

- ¡No me culpes de todo a mí!

- ¡No lo hago! ¡Solo quiero…! -guardó silencio, sin saber que decir-. ¡Ahhh!

- Muy bien Sasuke -la chica llevó las manos a su cadera-. Me canse de la estúpida pelea.

- ¿Oh? ¿Acaso crees que es estúpida?

- Realmente sí -decidió-. Nada de esto solucionara las cosas. Hinata nos pidió que no dijéramos la verdad y yo respete su deseo. Kiba estuvo en contra y yo sabía que tú también lo estarías, pero Hinata lucía desesperada. Si actué mal fue por una noble causa, pero no me arrepiento.

- Es fácil que digas eso considerando que no has visto lo que ha causado tu “idea” -lo último con sarcasmo, utilizando sus dedos para crear falsas comillas.

- ¡Oh vamos! -ella volvió a enfadarse-. ¡Hice mi mejor esfuerzo en disculparme apropiadamente!

- ¡No me interesa tu disculpa! ¡Eso no arreglara las cosas!

- ¡Muy bien Sasuke, dime ahora mismo que te está sucediendo!

- ¿De qué demonios hablas?

- ¡No quieras mentirme, tú no estás enfadado por la mentira, a ti te sucede otra cosa!

- ¡Pues ciertamente sí! -gritó de pronto, recordando el motivo de su visita-. ¡Me enfada saber que mientras mis amigos se están separando por tu maldita mentira tú te encuentres en una cita con otro sujeto!

Sakura francamente no supo que decir ni que sentir. Lo único que se extendió veloz por su cuerpo fue la ira y el desconcierto. Sasuke Uchiha definitivamente estaba loco.

- ¿De qué rayos estás hablando ahora?

- ¡No me quieras engañar, sé que estabas con un sujeto comprando el vestido de tu graduación hoy! ¡Y también sé que lo besaste!

Luego de enfrentar el desconcierto de sus palabras, Sakura aguantó las ganas de reír que le provocó escuchar aquello. De inmediato comprendió lo que sucedía, pero no creyó que Sasuke hubiera sido tan idiota para confundir a Hinata con un chico de verdad.

Dio la vuelta intentado disimular la sonrisa en su rostro.

Ciertamente estaba enamorada de un idiota.

- ¿Y bien? -Sasuke, a un par de metros, lucía indignado. Se había cruzado de brazos y esperaba una clara respuesta.

Sakura volteó a verlo, frunciendo el ceño de nuevo.

- ¿Y bien qué?

- ¿No me explicaras eso al menos?

- ¿Por qué debería? Tú saliste con Shion por un mes sin que yo lo supiera.

- ¿Podrías superar eso de una maldita vez? ¡Fue hace años! -gritó, claramente molesto-. ¡Yo solo quiero saber del maldito sujeto! ¿Acaso es tu novio o qué demonios? ¿De dónde salió y quién diablos es? ¿Por qué demonios no supe de él antes? ¡Creí que tú y yo éramos amigos!

- Sasuke… -una sonrisa de burla se dibujó en el rostro de la chica-, ¿acaso estás celoso?

Y de pronto para el chico fue como explotar.

- ¡¿Cómo me preguntas esa idiotez?! ¡Por supuesto que estoy celoso! -confesó de pronto, tomándola por sorpresa-. ¡¿Acaso hay algo de malo con eso?!

- No, pero no lo entiendo.

- ¿Cómo que no lo entiendes? -preguntó incrédulo.

- Exacto, no lo entiendo -repitió, fingiendo enfado. Frunció su ceño nuevamente, para darle un toque teatral, encantada por dentro ante la expresión indignada de Sasuke: verlo perder el control era algo que le fascinaba-. Que estés celoso no tiene ningún sentido para mí. ¿Podrías ser más claro, por favor y explicarme que es lo que exactamente te pone así?

Y como siempre, el muchacho cayó.

- ¡Me pone celoso que salieras con otro chico porque estoy enamorado de ti desde que tenemos 15 años! -gritó tan fuerte que tenía las mejillas sonrojadas, aunque Sakura no supo si era por el enfado o la vergüenza- ¡Y si no lo entiendes entonces eres más tonta de lo que creí!

De inmediato Sasuke se arrepintió de sus palabras, recordando que solía sucederle a Hinata cuando Kiba o él le gritaban o la insultaban: el fastidioso y melodramático llanto.

De hecho, cualquier chica a la que le hubieran dicho algo así hubiera comenzado a llorar de inmediato. El asunto era que Sakura no era cualquier chica…

Vio el enojo transformar su dulce rostro en un segundo y de pronto ya no se sintió tan valiente.

- ¡Para que sepas, señor brillante, el único idiota aquí eres tú! -gritó ella, con fuerza-. ¡Porque para tu información te has puesto celoso de nadie más y nadie menos que Hinata Hyuuga!

Sasuke cerró la boca de golpe, humillado, mientras aquellas palabras resonaban en su mente.

Vi a Sakura con un chico… en una cita” -las palabras de Naruto hicieron eco en su memoria-. “Compraban un vestido para el baile de graduación de ella

En aquel momento esas palabras le habían parecido extrañas por un montón de motivos. Sobre todo, pensando en que ningún chico, ni siquiera él, sería capaz de soportar la odisea de acompañar a una chica a comprar un vestido. En cambio, Hinata si sería capaz de hacerlo. Lo único que quedaba fuera de sitio era el asunto del beso. Por más que lo intentara no era capaz de imaginar a Sakura besando a Hinata. A menos que solo se tratara de un beso en la mejilla, cosa que explicaría porque el estúpido de su mejor amigo había malentendido todo como siempre.

Y eso solo significaba una cosa: ¡él se había confesado por nada!

- ¡V-Voy a matar a Naruto!

No supo que hacer: si salir corriendo o quedarse en su sitio, por lo cual comenzó a caminar de un lado a otro intentando pensar. El problema era justamente ese, no podía oír sus propios pensamientos. Su corazón latía tan violentamente que estaba por completo seguro Sakura podía escucharlo, así como ver el sonrojo que ahora se había extendido por su rostro.

¡Que humillación más grande!

- Sasuke…

- ¡¡Juro que lo arrojare desde la azotea mañana a primera hora!!

Sakura suspiró, aunque dentro de ella no podía evitar la sonrisa y los gritos de victoria. ¡Por fin Sasuke se había declarado!

Cuando todo esto terminara debía recordar darle las gracias a Naruto por aquel gran empujón que sin querer le había dado al muchacho.

- Entonces… ¿Fue Naruto quien te dijo que me vio con un chico en una cita? -preguntó ella, alzando su ceja con sarcasmo.

Sasuke no se detuvo, continuó caminando por la habitación.

- ¡yo sabía que no debía creerle, pero el maldito mentiroso tiene talento! -gritó de pronto, con el rostro aún rojo-. Lucía tan afectado en cuanto me lo dijo que le creí por completo.

Sakura frunció levemente el ceño al oír eso. Había algo que no calzaba.

Sasuke en cambio se dejó caer sobre la cama de la chica, abatido.

- ¿Qué fue exactamente lo que te dijo?

- ¡Que te había visto a ti y a un chico en la tienda! -respondió, tomando asiento-. Un sujeto te había molestado, el chico te había defendido y luego tú, en recompensa… ¡lo habías besado! Luego de eso comentó que parecían una pareja. Maldición, fui tan estúpido por creerle -y tras decir eso se llevó las manos al rostro, evidentemente avergonzado.

- Eso no tiene sentido -comentó Sakura, de forma pensativa-. Para saber todo eso Naruto debió estar cerca, dentro de la tienda. ¿Qué hacia allí?

- De seguro acompañar a Shion, ¿qué más? -respondió el azabache, sin moverse de su sitio-. Pasa todo su tiempo con ella.

- Oh -ante aquel detalle Sakura frunció el ceño con enfado-. Esa bruja debió estar comprando su vestido de graduación también. Que atrevida a pedirle ayuda a un chico con alma tan inocente.

- Sakura…

- Cierto, cierto. Lo siento -volvió a pensar en los hechos-. Si Naruto estaba en la tienda, significa que reconoció a Hinata. Era imposible no reconocerla. Entonces debió creer que estábamos en una cita, ¿pero por qué motivos lo pensó así?

- ¿Qué sabré yo? Ni siquiera quiere oír hablar del tema. Lleva semanas actuando de esa forma con Hinata.

- ¿Actuando de esa forma?

- No quiere escuchar de él, no le habla y ni siquiera lo mira. Y al parecer todo desde que se enteró de que el beso fue por una apuesta.

- Entonces está molesto.

- No, no lo está… -Sasuke miró hacia el suelo, pensando de pronto en Naruto-. Creo que… creo que está herido.

Sakura abrió sus ojos con sorpresa.

- ¡Oh, Sasuke! ¡Eso es!

- ¿De qué estas…? -no alcanzó a terminar, pues ella se le arrojó encima, derribándolo sobre la cama.

Antes de que pudiera pensar en un motivo por el que la chica hubiese hecho eso… ella lo estaba besado.

¡Lo estaba besando!

- ¡Naruto se enamoró de Hinata! -informó Sakura al separarse, con su mirada brillando de la emoción y una gran sonrisa en su rostro-. ¡Por eso actúa de la forma en la que lo hace!

- ¿C-Cómo puede ser eso posible? -murmuró Sasuke, aún sorprendido. El sonido de su corazón, latiendo como loco, era lo único que llenaba la estancia. Sentía que no faltaba mucho para que se desmayara-. Naruto cree que Hinata es un chico.

- ¡Piénsalo, tiene perfecto sentido! -hablaba tan veloz que el chico debía esforzarse en entenderla-. Ha estado distante desde hace semanas, ¿no? Justo con el beso. No se molestó al saber la verdad, sino que, al contrario, se sintió herido. Esta avergonzado así que no es capaz de verla o decirle nada. Y para terminar se ha puesto celoso al vernos juntas, pues ha creído que estamos saliendo.

- Pero Naruto cree que Hinata es un chico… -volvió a murmurar Sasuke, sin poder decir otra cosa.

- ¡Lo que explica perfectamente porque no es capaz de tocar el tema con nadie! ¡Cree que está enamorado de un chico! ¡De seguro debe sentirse asustado y avergonzado por lo mismo!

- ¿Y qué debemos hacer? -Sasuke no sabía porque lo preguntaba: todo eso era una verdadera locura. Que Naruto se hubiera enamorado de Hinata era básicamente imposible… y que Sakura lo hubiese besado… bueno, el chico pensaba que tal vez se había golpeado la cabeza en algún lugar y estaba inconsciente y delirando.

Esta vez la sonrisa de la chica se borró de inmediato.

- No creo que las cosas se solucionen con decirle la verdad a Naruto…

- De hecho, tal vez empeoren…

Ambos se miraron esta vez, sin ideas sobre cómo solucionar las cosas. Porque ambos sabían que era imposible salir de eso sin que el caos se desatara al menos un poco.

***

Hinata suspiró.

- ¿No has podido hablar con él?

No pude encontrarlo -Kiba se oía decepcionado consigo mismo-. Lo siento.

- Debe de haber hablado con Naruto, ¿cierto? -Hinata no hacía más que revisar sus mensajes una y otra vez, a la espera de que el muchacho rubio le hablara enfurecido-. ¿Qué lo estará demorando?

Deberías relajarte. Si sigues así sufrirás un ataque de pánico.

- No puedo, ¿entiendes? Solo quiero que termine pronto.

Tranquila… pasara pronto.

- Gracias Kiba, lamento molestarte.

No te preocupes. ¿Hablamos después?

- Sí. Adiós, gracias.

En cuanto la llamada se acabó ella suspiró, dejando el teléfono a un lado. Volvió a mirar por su ventana, al paisaje de la ciudad, sin poder evitar esperar lo peor.

Tras diez minutos se cansó. Naruto tal vez estaba demasiado enojado como para siquiera dirigirle la palabra y ella no era capaz de hablarle, solo esperar.

Suspiró profundo, se colocó de pie y fue hacia la cocina en busca de algún bocadillo nocturno. De pronto, en el comedor familiar, se encontró con su madre quien cargaba una enorme caja.

- Mamá, ¿qué haces? -cuestionó la joven, temiendo de pronto que sus peores pesadillas se volvieran realidad.

- Oh Hinata, que bueno que llegas -su madre frunció el ceño pese a sus palabras, mientras terminaba de deshacer el nudo de la caja.

Las cosas entre ellas seguían tensas desde lo sucedido en la fiesta del té. Su madre aún no le perdonaba su “vergonzoso espectáculo” y se había enfrascado en darle una educación mucho más estricta. Parte de ella había incluido redecorar su habitación nuevamente y eliminar los elementos que su madre consideraba “inadecuadas” para una joven de su edad. Lo único que Hinata había conseguido rescatar era algunas de sus pocas prendas, incluida la polera que Naruto le había regalado, las cuales había ocultado en el cuarto de Neji.

Aun así, las perdidas habían sido varias, partiendo por su privacidad y libertad.

O al menos eso era lo que sentía Hinata…

- ¿Qué es eso? -preguntó la chica, mirando hacia la caja. Su madre por fin había cortado el nudo.

- Tu vestido.

- ¿Mi vestido?

- El que usaras para el baile, claro -respondió su madre, como si todo eso fuera obvio.

Hinata hizo una mueca.

- ¿Cómo sabias…?

- ¿Del baile? -su mirada se volvió fría-. ¿Acaso pretendías ocultármelo?

- No, pero…

- ¿Pero…?

- No me sentía de ánimos para ir.

- Pues es una lástima -determinó su madre. Entre sus manos alzó un vestido violeta, el cual Hinata no pudo evitar odiar al instante-. Porque irás.

- Mamá…

- Hinata, esto no está en discusión. Irás al baile, ¿lo entiendes? Es hora de que comiences a comportarte como debes, no eres un muchacho como para hacer lo que te plazca. Tienes responsabilidades y una imagen que no puedes arruinar, ¿lo entiendes?

La chica no supo que decir.

Algo, algo dentro de ella se movió… furioso, rebelde, imparable, como una llama que tomaba cada vez más y más tamaño y calor… algo que se negaba a aceptar el destino que su madre le impartía, algo que le decía que luchara, que no se rindiera, que no bajara la cabeza, que no perdiera su propia identidad por otros…

Solo que, sin embargo, no se sentía capaz de luchar por ello. Ni ahora ni nunca.

No se sentía tan fuerte o valiente, solo débil, torpe y sola.

Profundamente sola...

CONTINUARA...

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