Capítulo 39. Tiempo para pensar
Con el paso de los días Naruto se sentía más tranquilo.
La charla con su pequeño primo había aliviado el estrés de forma significativa, y, además de eso, sus constantes conversaciones con Shion lo ayudaban a mantener la mente fría cuando comenzaba a perder el control.
La chica quería comprobar que a él también le gustaban los chicos, cosa a la cual Naruto se negaba con todas sus fuerzas. No era esa clásica etapa de negación: él se encontraba seguro.
Los chicos no le gustaban.
Hina por otra parte…
- Tal vez solo te guste y ya. No puede ser muy raro, ¿cierto?
- No, porque eso significaría que me gustan los chicos -replicó él, frunciendo el ceño en dirección a la joven sentada a su lado-. Y no me gustan los chicos.
- Eres un hueso duro de roer, Naruto-kun -respondió ella a modo de burla.
- Y tú eres más molesta de lo que aparentas -refunfuñó el rubio, usando su mano para tirar de su mejilla. Shion hizo un mohín con aquello último.
- Yo tengo un amigo a quien le gustaría conocerte -continuó ella en cuanto él la soltó-. Le mostré tu foto, dice que eres muy guapo.
- No es necesario. Ya te dije que no me gustan los chicos, solo estoy confundido.
- Por un chico…
- Lo que no significa que las chicas me hayan dejado de atraer.
- ¿Eso significa que yo te atraigo? -murmuró ella, con actitud seductora. Naruto sonrió con ligera burla.
- No.
Shion hizo un nuevo mohín.
- Maldición.
- ¿P-Por qué importa tanto saber si me gustan o no los chicos? -desvió el tema con rapidez.
- Porque necesitamos averiguar cómo surgió todo -replicó ella-. Tal vez solo te sientes confundido debido a la cantidad de situaciones que han pasado juntos, herido por la traición de una persona en la cual confiabas tanto; o, tal vez…
- ¿…este enamorado de Hina?
Shion guardó silencio. Naruto también.
- Creo que eso es algo que más bien deberías responder tú -susurró ella, antes de colocarse de pie para tomar sus cosas. El chico la imitó antes de que ambos se alejaran caminando hacia la salida del parque-. ¿Mañana a la misma hora?
- Se supone que tengo ensayo de la banda -respondió él, deteniéndose. Shion hizo lo mismo más adelante y volteó a verlo.
- Oh, está bien, podemos…
- No, no, tienes razón -una sonrisa se dibujó en su rostro y pronto la alcanzó-. Mañana a la misma hora.
- ¿Estás seguro? ¿Tus amigos no irán a molestarse contigo?
- Mi parte está terminada, no tendrían por qué molestarse conmigo. Además de eso me siento nervioso cantando cuando está Hina cerca.
La joven sonrió con burla, consiguiendo que Naruto se sonrojara.
- Vaya… eso es una señal muy clara.
- ¡No bromees!
- Pero es cierto -esta vez la sonrisa que dibujaban sus labios fue mucho más dulce y sincera-. Es normal sentirse muy nervioso cuando la persona que te gusta se encuentra frente a ti.
Naruto guardó silencio, de pronto un poco más incómodo.
- ¿Tú… te sientes nerviosa ahora?
Shion tardó un poco en responder, pero en cuanto asintió no hizo más que provocarle cierto vacío en el pecho al muchacho.
Sabía y tenía más que claro que le gustaba a la joven. Constantemente ella bromeaba sobre lo mismo con él, pero todo se volvía un poco raro con ello. Naruto no podía ignorar aquel detalle eternamente.
- Lo siento -y fue todo lo que dijo, mientras Shion lo observaba fijamente-. Lo siento, por estar confundido.
- No estás confundido -replicó ella, con sus ojos en él-. Estás enamorado de alguien más. Yo no podría cambiar eso, por mucho que me esfuerce.
- Creo que serías una excelente novia -no halló razón para decirlo, pero en cuanto las palabras salieron de su boca sintió que era verdad-. Creo que, el chico que no se enamore de ti es un verdadero idiota.
Y con lo último sonrió, esperando que ella hiciera lo mismo.
- Creo que… el chico del cual estoy enamorada es increíble -admitió la joven, con una leve sonrisa. Él no supo que sentir con sus palabras-. Y quiero ayudarlo para que sea feliz y se sienta tranquilo.
- ¿Qué hay de ti? ¿Qué ganas con esto?
- Bueno, supongo que sigo esperando un último beso de mi príncipe azul -sonrió ella, con leve coquetería.
- Pero, aun así…
- No espero nada de ti -le interrumpió, con voz calmada-. Yo solo… he asumido que nunca podré estar contigo, y no solo porque estés enamorado de alguien más.
- ¿A qué te refieres?
Ella desvió su vista.
- Si resultase que descubrieras que estás enamorado de mi y comenzáramos a salir justo ahora… aun así no funcionaría. Solo es algo que sé.
- ¿Shion?
- Tengo que irme -replicó ella, volviendo a esbozar una sonrisa-. No te olvides, mañana a la misma hora. Te estaré esperando.
Y sin decir más dio media vuelta y se alejó corriendo, dejándolo allí, de pie, con el claro conocimiento de estar pasando algo por alto.
¿Por qué tenía que ser tan despistado con todo lo que sucedía su alrededor?
El día siguiente no fue demasiado diferente al anterior, casi sumido en una extraña monotonía considerando lo cerca que se encontraban los exámenes finales. El año había pasado demasiado rápido, o al menos desde que él hubiera llegado a la escuela.
Se había divertido más de lo que creía. Volver a ver a Sasuke había significado un total cambio en su vida, sobre todo con Kiba y Hina con quienes rápidamente había conseguido sentirse cómodo y seguro, lo suficiente como para volver a ser él mismo.
Aun así, con todo, ahora era diferente. Había comenzado a alejarse, cosa que ellos aún no conseguían notar pero que sin dudas pronto harían, y nuevamente empezaba a sentirse solo. Lo único a su favor se trataba de Konohamaru y Shion, quienes últimamente le acompañaban más de la cuenta. Incluso Naruto había pensado en invitar a Shion a casa los últimos días, seguro de que su madre también se sentiría feliz, y esperando poder animarla de lo que fuera le estuviera sucediendo. No podía negar que comenzaba a preocuparse por ella.
Además de eso, estaba el resto de sus preocupaciones, constantemente turnándose en su cabeza como si no quisieran dejarlo un minuto tranquilo.
Los exámenes, la banda, el silencio hostil de Sasuke -que poco a poco se iba desvaneciendo-, la tensión con Kiba y los nervios con Hinata.
Seguía confundido respecto a su amigo, pero cada vez que intentaba aclararlo comenzaba a colocarse nervioso. Nervioso por pensar en él de la forma en que lo hacía y de aceptar aquello que seguía negándole a Shion.
Aunque para la joven, la verdadera pregunta era… ¿se encontraba enamorado de Hinata Hyuuga?
- ¡Kiba, suelta eso!
El chillido lo hizo saltar y alzar la vista directo hacia el pasillo.
Como siempre Kiba y Hina peleaban, probablemente por cualquier idiotez, y se habían metido en una improvisada lucha siendo el punto de todas las miradas, incluida la suya. La pelea continuó por tal vez un minuto más antes de que Sasuke apareciera para tirarles de las orejas y arrastrarlos de vuelta al salón.
Por un segundo, o tal vez menos de uno, la mirada de Hinata se topó con la suya.
Naruto sintió que su corazón aceleraba con eso y, por puro instinto, hundió la cabeza de vuelta en el libro, esperando poder calmarse. Se concentró en las palabras esperando que aquel efecto pasará, pero tuvo que releer el mismo párrafo al menos seis veces antes de conseguirlo.
Comenzaba a perder la calma.
Antes de todo eso jamás había pensado en Hina de esa forma, pero ahora que sobre imaginaba las cosas… aquella posibilidad realmente se estaba dibujando en su mente.
- No pienses en él como un chico.
El consejo de Shion no hacía más que empeorar las cosas.
- No puedo, es un chico. No puedo verlo de otra manera.
Ella arrojó un suspiro.
- Enamorarse no debería ser complicado. Si te gusta es algo que debes aceptar naturalmente.
- ¿Qué sucedió con Sasuke?
La pregunta surgió de la nada, más por curiosidad que otra cosa. Naruto comenzaba a cansarse de hablar siempre de él mismo.
Shion le vio con sorpresa, probablemente sin esperar que aquella pregunta hubiera surgido.
- ¿Uchiha-san?
- S-Sí, bueno… -Naruto se avergonzó-. Es solo que… s-sucedió antes de que llegara, y yo…
- ¿Tienes curiosidad? -Él asintió y Shion suspiró, comenzando a balancearse-. Lo conocí durante un torneo interescolar, de esos a los que tienes que asistir de forma obligatoria. Iba corriendo por ahí, tarde, cuando choque contra él. Me agrado la sonrisa en su rostro y su forma de ayudarme a colocarme de pie mientras me preguntaba si me encontraba lastimada… cualquier otro chico se hubiese marchado, ¿sabes?
“Como sea, él estaba allí, perdido como un gatito asustado, preguntándome como llegar al gimnasio que, casualmente, era también mi destino. Charlamos todo el camino de ida y me contó algunas cosas, sobre cómo había venido a ver a uno de sus amigos que participaría en el torneo y se había perdido intentando llegar. Justo entonces vio que tenía un libro conmigo y me preguntó, emocionado, donde podía comprarlo. Le di la dirección de la tienda, pero me pidió que le acompañará, pues deseaba hacerle un regalo a una de sus amigas y de seguro se perdería intentando llegar. Yo acepte, encantada con ello ya que son pocos los chicos a quienes conozco.
“En ese momento, claro, yo no sabía que él ya conocía a Haruno-san y mucho menos que se gustaban mutuamente. A su defensa él tampoco me lo comentó y nunca nos topamos dentro de esas semanas. Así que salimos como si nada, siendo solo amigos. Confieso que con el paso de las salidas comenzó a gustarme, pero dejo de suceder en el momento en el que me comunicó que no podríamos vernos más. No entendí el por qué hasta llegar a la escuela y encontrarme con Haruno-san. Desde entonces… bueno, ya sabes…
Terminó su relato con un último suspiro, mientras que Naruto terminaba de analizar la situación contada.
- ¿Entonces no trataste de robárselo a Sakura?
- ¿De robarlo? -preguntó la joven, esbozando una sonrisa y alzando su ceja con diversión-. No, claro que no. Nunca imagine que ambos se conocían y Haruno-san no me dejo explicarle nunca lo sucedido. Creyó que trataba de robar a Uchiha-san y que había creado todo un plan en mi mente para llegar a él.
Naruto río.
- Sakura ve demasiadas películas.
- Sin duda alguna -suspiró la joven, antes de comenzar a reír también-. Espero tú tampoco dejes de hablarme por alguna chica.
- Eso nunca. Eres una gran amiga -confesó él. Shion sonrió con sus palabras-. Después de todo me has ayudado con este asunto.
- No es tan complicado. Hinata-san se ve una persona muy amable.
- Sí, el asunto es que…
- No pienses en él como un chico -repitió Shion, interrumpiéndolo antes de que cayera en aquel circulo vicioso en el que se había hundido los últimos días-. Piensa en él como una persona. Piensa en cómo actúa contigo y cómo te sientes tú al estar cerca suyo.
- No puedo imaginarlo de otra manera que no sea un chico -confesó él. Shion se colocó de pie justo frene a él, acercándose tanto como aquella tarde en la que lo había besado.
- Cierra tus ojos -susurró para él-. Y recuerda todo lo que han vivido juntos desde que se conocieron.
Él le obedeció.
Inspiró profundo y se concentró, recordando aquel encuentro casual en el hospital, antes de las clases. En aquel momento se había acercado, atraído por la máquina de bebidas y aquel chico frágil y silencioso con quien había entablado una interesante conversación. No había esperado encontrarlo en la escuela y muchos menos que fuera un amigo de Sasuke. Aquello último sinceramente lo había sorprendido.
El resto de sus recuerdos afloraron solos: los tiempos libres juntos, las pequeñas aventuras, las salidas, la formación de la banda, la manera en que lo había defendido de aquel muchacho de su vieja escuela, la pijamada en donde habían dormido juntos, el partido de futbol, las tardes escribiendo la canción…
Incluso pensar en su personalidad tímida y silenciosa, su sonrisa ligera, su olor dulce, su cuerpo pequeño y delgado, solo le generaba escalofríos. Tal vez le recordaba demasiado a una chica…
¿Eso significaba que continuaba siendo heterosexual?
- Ugh, ¿cómo puede ser tan complicado averiguarlo? -masculló para si mismo. Abrió sus ojos, encontrándose con Shion aún frente a él. Pese a la proximidad de su cuerpo, no se incomodó-. No puedo hacerlo.
Ella le sonrió, retrocediendo un paso con ello.
- Tal vez sigues tratando de negarlo. En mi opinión solo deberías ir y besarle.
- Estás loca.
- Tal vez… o tal vez éste cuerda. ¿Quién sabe? -se sentó en el columpio a su lado y le dirigió una mirada que el muchacho rubio solo habría calificado como la de una lunática, antes de comenzar a reír. Él no tardo en sentirse contagiado por la risa y, una vez más, olvidar sus preocupaciones.
O bueno, eso hasta que su principal preocupación apareció justo frente a sus narices.
- ¿Naruto?
Él dio un respingo, colocándose de pie en un segundo, como si de alguna manera hubiese sido sorprendido haciendo algo malo.
Kiba y Hina, de pie a un par de metros, le miraban como si se tratara de un fantasma, aunque el joven estaba seguro de que aquella expresión en sus rostros se debía a la chica sentada a su lado.
- C-Chicos… -masculló apenado, apartando la vista casi de inmediato.
- ¿Qué haces aquí? -preguntaron al mismo tiempo. Él dudó un pequeño segundo antes de responder.
- Me columpio -se limitó a decir, aunque se mantuvo de pie y sin mirarlos. Aún no se atrevía a mantenerle la vista a Hina.
- Eso es algo obvio -replicó Kiba-. Me refiero a qué haces en este lugar con…
- Ella -terminó Hina por él, frunciendo el ceño de forma automática. O al menos eso supuso Naruto por el tono en su voz-. Creí que tenías algo importante que hacer, eso nos dijiste para faltar al ensayo.
- ¿Te refieres a que no soy importante para Naruto-kun? -preguntó Shion, con ligera elegancia en su voz. Giró hacia Naruto, con un leve mohín.
- Claro que no -respondió él, generando una nueva sonrisa en Shion. Giró hacia sus amigos-. ¿Qué hacen aquí?
- Acompañamos a Sasuke hasta casa -confesó Kiba-. Y de paso fuimos a visitarte, nos sorprendió que no estuvieras.
- Si, bueno, cosas que hacer. Nunca dije que iría a casa -respondió a secas. Kiba gruñó en su dirección y Naruto frunció el ceño en contestación-. ¿Hice algo malo?
- No, pero más te vale que tu ausencia en los ensayos no se repita -replicó el castaño. Hina en cambio mantuvo el silencio, viéndolos con dolor. Naruto se sintió incomodo ante su mirada y completamente desesperado por no saber qué cosa estaba pensando su amigo.
- Si claro -dijo, y nada más salió de sus labios.
Kiba tiró a Hina del hombro, forzándolo a retroceder junto a él.
- Vámonos. Tenemos que ir a casa.
Naruto se quedó quieto, en su lugar y sin atreverse a levantar la vista, hasta que sus amigos se hubieran alejado lo suficiente del parque. Por varios segundos estuvo indeciso sobre si salir o no tras ellos, pidiéndoles disculpas por su comportamiento en los últimos días, pero finalmente decidió mantenerse en su sitio, dispuesto a arriesgar todo con ello.
Él no era quien se equivocaba. No planeaba disculparse.
Ellos habían realizado esa estúpida broma, ¿acaso no esperaban que él se enfadará? ¿acaso pensaban que él solo se reiría de todo lo sucedido? Es decir, los amigos bromeaban entre si, pero todo tenía un límite. ¿Por qué ellos no podían entender que lo del beso había cruzado cualquier barrera?
Finalmente volvió a tomar asiento en el columpio, desanimado ante aquella perspectiva.
No era un idiota. Era obvio que ni Hina ni Kiba sospechaban lo enfadado y herido que debía estar sintiéndose en ese momento.
Y tal vez aquello era lo que más lo lastimaba, que sus amigos no fueran capaces de acercarse a él para hablar las cosas, de preguntarle como se encontraba siquiera…
- Eso fue algo rudo -comentó Shion-. Por un segundo creí que una pelea empezaría.
- Es lo que menos deseo -replicó el rubio, preocupado por aquella idea-. Son mis amigos.
- Si dejas que las cosas sigan así, terminarás en el límite -respondió la joven, con calma-. Deberías confiar en ellos.
- No puedo -suspiró-. No sé cómo podrían reaccionar.
- Tus amigos no te dejarán de lado, Naruto-kun, solo están preocupados por ti -ella dejó caer su mano sobre la suya, consiguiendo que él la viera a los ojos-. Si han actuado de esa forma es porque, después de todo yo soy la amenaza para ellos, es normal que me vean con malos ojos, incluso has faltado al ensayo por estar conmigo aquí.
- Eres mi amiga, Shion -fue su respuesta, sin apartar sus ojos de ella-. Mi única amiga mujer, debo acotar.
- Pero en estos momentos parecía que me estás eligiendo. Tal vez sea mejor que vuelvas con ellos por un tiempo hasta…
- Ese es el asunto -exclamó, bajando la vista hacia el suelo-. No puedo hacerlo. No puedo ir y fingir que todo está bien cuando con cada día que pasa siento que voy a explotar, porque soy incapaz de hallar una respuesta tan simple a todo esto. No puedo hablar con ellos como normalmente hacia y mucho menos cuando se trata de Hina. Y no quiero hablar con ellos, porque me aterra pensar en que noten lo diferente que estoy y que puedan… que puedan ver lo que me sucede, lo confundido que estoy. O peor, que Hina sea quien se dé cuenta primero. Porque si lo hace no sabré que hacer, todo se ira al demonio y yo… yo realmente no deseo que eso suceda.
Arrojó un suspiro en cuanto termino, sintiéndose como todo su cuerpo temblaba ante esa perspectiva tantas veces imaginada. Shion tomó un par de segundos antes de responder, sin apartar su mano de la suya en un intento por confortarlo.
- Todo estará bien, Naruto-kun. Tus amigos no te dejarán solo jamás.
Él asintió, pues no tenía otra cosa que hacer al respecto.
Por el momento las cosas iban bien, pero sabía que no quedaba mucho tiempo de calma antes de que la situación terminara por estallarle en la cara. El asunto con eso era que no veía muchas soluciones, en su mente el fracaso era inminente y más mientras no fuera capaz de encontrar una respuesta a su dilema.
La verdad era mucho más complicada de lo que estaba dispuesto a aceptar, provocando que el callejón sin salida no hiciera más que acabarse antes de lo planeado.
Ahora la duda era… ¿cómo terminaría todo eso?
CONTINUARA…
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