Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36. Confusión

El silencio inundó el salón.

- Yo… yo…

Hina de pronto había abandonado aquella expresión de ira, reemplazando todo su enojo con una mezcla entre incredulidad y vergüenza, demostrado a través del sonrojo en su rostro.

No dijo nada más, sino que agachó la cabeza y paso a su lado, huyendo veloz como si quisiera hacerse invisible y desaparecer.

Naruto no trató de detenerlo, solo aguardo sosteniéndose de la pared, como si soltarse fuera a hacerlo caer, en silencio y aun conteniendo la respiración.

¿Qué demonios acababa de pasar?

No, no, claro que tenía claro lo sucedido.

Hinata Hyuuga lo había besado.

La cuestión en duda era ¿por qué lo había hecho?, y además de eso ¿por qué…?

Sacudió la cabeza, prohibiéndose a si mismo terminar aquella pregunta.

¡No debía pensar en ese tipo de cosas! ¡Primero tenía que resolver otro asunto!

- ¡Hina! -gritó, volteando para comenzar a perseguirle.

Tenía que alcanzarlo y exigirle una explicación ahora, antes de que el chico desapareciera de su vista. Porque si ahora Hina se escapaba y no le contestaba realmente sentía que se volvería loco.

Porque aún en su mente sentía que debía haber una respuesta racional a todo lo que había sucedido, tenía que haberla. No había otra opción.

- ¡Hina!

Creyó verlo escapar escaleras abajo, por lo que siguió sin dudar su camino, pero pronto lo perdió de vista. Incluso llegó hasta la entrada, agotado por la carrera y sin pistas sobre su paradero.

Le había perdido.

Y por un segundo, solo por un segundo, creyó que todo se trataba de su imaginación. Que Hina nunca se había quedado hasta después de la escuela, que el de seguro lo había imaginado todo.

Pero era imposible, prácticamente imposible.

Porque su corazón todavía latía como loco solo recordando lo sucedido.

***

- ¡¿Qué hiciste qué?!

Hinata cubrió su rostro, intentando retener las lágrimas.

- ¡Lo bese! -exclamó, al borde del llanto.

Kiba y Sakura se observaron mutuamente, sin saber qué demonios hacer.

Hinata había llegado hacia poco a casa del chico, agotada de tanto correr e incapaz de emitir una sola frase coherente. Kiba había llamado de inmediato a la joven, buscando ayuda, quien se había presentado en quince minutos y por fin, luego de suplicas y un vaso de agua, había conseguido arrancarle una explicación a Hinata.

La chica les había contado todo. Lo enfadada que estaba con él por la cita, por no ser capaz de intervenir sin levantar sospechas, y como la situación y los celos la habían superado en el momento en el que él había admitido el beso. Según la chica no lo había pensado, de un momento a otro lo estaba besando y antes de que él pudiera reaccionar había salido huyendo como alma que lleva el diablo.

Por otro lado, los cuatro habían acordado que tipo de movimientos realizar frente a determinadas situaciones con el muchacho rubio: si Naruto preguntaba cosas respecto a Hinata, si visitaba su casa sin avisar antes o si comenzaba a sospechar de aquellos mínimos detalles que no encajaban del todo. Los cuatro sabían que cosas decir o hacer bajo aquellas circunstancias, pero ahora no sabían cómo actuar ante aquella inesperada situación: que ella lo hubiera besado.

¿Gritarle? ¿Castigarla? ¿Echarle en cara lo sucedido?

¡No serviría de nada! Llorar sobre la leche derramada nunca había sido útil de ninguna manera.

- Eh, ve el lado positivo -Kiba sonrió a medias, mientras colocaba una mano en su hombro-. Estabas cansada de fingir ser un chico, ¿no?

Sakura se arrodilló junto a ella, acercándose para abrazarla.

- No es el fin del mundo, Hina, calma…

- ¡Quiero desaparecer! -gritó ella, antes de comenzar a llorar por completo. Kiba no supo que hacer: las situaciones con llanto jamás habían sido su especialidad. Prefería huir antes que enfrentarse al llanto.

- ¿Crees que Sasuke deba saberlo? -preguntó Kiba en un susurro, en parte porque su amigo siempre sabía que cosas decir o hacer en ese tipo de momento. De inmediato se arrepintió: la expresión de Sakura lo decía todo.

- No. Y ni se te ocurra contarle acerca de esto.

- P-Pero…

- Naruto no le dirá lo sucedido -declaró la chica, de pronto llena de una férrea determinación-. Le aterrará el admitir que otro chico lo besó y aunque Sasuke sea su mejor amigo simplemente no se lo dirá. Y nosotros tampoco, tal y como él haremos como que nada sucedió.

- ¿No crees que eso es ir muy lejos? -preguntó el castaño, tratando de hacerla entrar en razón-. Es decir, admitámoslo, la farsa acaba de caer.

- Naruto sigue creyendo que eres un chico, ¿no? -preguntó a su amiga, quien asintió sin dejar de llorar-. Pues es perfecto. Lo que nosotros debemos hacer ahora es decidir que excusa inventaremos para explicarle lo del beso.

- ¿Excusa? -preguntó Kiba, sorprendido con el giro de la situación.

- Tenías fiebre, habías comido algo en mal estado o llevabas dos días sin dormir -explicó Sakura, con el ceño aún fruncido. Hinata alzó la vista para observarla-. Pero Naruto no puede saber la verdad aún, no de esta forma, ¿lo entiendes?

- Sakura…

- ¿Lo entiendes? -repitió, esta vez un poco más alto. Hinata asintió.

- P-Pero… n-no puedo hacer como que nada sucedió.

- Claro que puedes. El chico de seguro debe estar como loco por esto, pero encontraremos una manera de solucionarlo.

- ¿Qué hay de Sasuke?

Sakura y Hinata voltearon hacia un lado, en donde Kiba les observaba de pie, incomodo con todas las decisiones que estaban siendo tomadas.

- ¿Qué pasa con él? -Sakura esperó paciente una respuesta.

- No es estúpido. Sabrá que algo sucede, que algo estamos escondiendo.

- Yo me encargare de eso -decidió ella-. Ahora mismo estamos peleados, si yo cedo un poco Sasuke solo se preocupará de arreglar las cosas.

- Sí, pero…

- ¿Qué sucede Kiba?

- ¿No crees que es llevarlo todo muy lejos? -sus ojos castaños miraban con preocupación a Hinata-. Estamos forzando demasiado esta mentira.

- Tú comenzaste con ella.

- Sí, pero esto es diferente -avanzó un par de paso a ellas, pero se detuvo sin saber bien que hacer-. Un beso es algo completamente diferente. Naruto no lo pasará por alto solo porque decidamos hacerlo nosotros, debe estar alterado y asustado.

- Ya te dije, hallaremos una manera de…

- No, no me refiero a eso -frunció el ceño, frustrado por no poder expresarse correctamente-. La mentira ya no tiene sentido, a eso me refiero. Que Hinata siga siendo un chico para él solo lo empeorara más. ¿No sería mejor decirle la verdad ahora? Es el momento oportuno.

- No quiero que lo sepa.

El sollozo les llegó de forma inesperada y débil, como el graznido de un ave herida, pero lo suficientemente claro como para que lo oyeran. De inmediato comprendieron que Hinata era quien les hablaba.

- ¿Qué cosa?

- No quiero que Naruto sepa que soy una chica. No así, no ahora.

- ¡Pero Hinata…!

- ¡No quiero que lo sepa!

Kiba lucía sorprendido por aquella petición. También dolido.

Aunque usara el cabello corto y estuviera vestida como un chico, allí, entre los brazos de Sakura, su mejor amiga lucía más frágil que nunca. Y él sabía que nada tenía que ver con que fuera una chica, sino que realmente se encontraba afectada.

- Si se entera ahora de quien soy también sabrá que estoy enamorada de él -musitó en un leve susurro.

- Pero posponerlo solo lo empeorará -trató de razonar él-. ¿Qué importa si sabe lo último?

- No quiero que lo sepa -negó usando su cabeza con energía, tratando de no soltar más lagrimas-. Quiero fingir que esto jamás sucedió. Por favor, por favor. Ayúdenme a olvidarlo.

Kiba pareció querer replicar, pero al final eligió guardar silencio.

A veces tomar decisiones podía ser muy difícil.

- Como tú quieras Hinata, no te obligare a nada…

***

Naruto arrojó un gruñido.

El recuerdo volvió a golpearlo, provocando que en esta ocasión sus nervios rayaran en la desesperación.

¡Mientras más quería olvidarlo más lo recordaba!

Y no solo lo que había sucedido. Ahora parecía que el resto de sus sentidos habían decidido trabajar en conjunto para hacerle aquel recuerdo aún más vivaz.

El silencio del salón, las sombras dibujadas por el atardecer, la suavidad de sus labios, el dulce aroma a flores…

¿Qué clase de chico olía a flores?

¡No, no! ¡Tenía que calmarse, dejar de pensar!

“¡¿Por qué tiene que parecerse tanto a una chica?!”

Hina era solo su amigo, un increíble amigo. A veces sentía que lo comprendía mucho más que Sasuke. Por lo mismo es que necesitaba una respuesta de forma desesperada.

Había esperado toda la noche, casi sin poder dormir, hasta la escuela, solo para poder hablar con él. Para su mala suerte llegó durante todo el día.

Kiba les había explicado a ambos que Hinata había tenido una fiebre muy alta el día anterior y toda la noche, motivo por el cual no asistiría a clases el resto de la semana. Naruto dudó de aquella excusa, sobre todo recordando que el chico no parecía para nada enfermo, pero Sakura confirmó lo dicho por el castaño.

Al parecer era la verdad.

¿Y entonces por qué le había inquietado tanto aquella mirada compartida entre Kiba y Sakura, justo antes de que le confirmará lo dicho por el castaño?

- Eh… ¿estás bien?

Sasuke le observaba recostado sobre su cama. Había apartado la vista y dejado por fin de hojear su historieta nueva, interesado de pronto en él.

Había vuelto por fin a la normalidad. La tormenta de Sakura había terminado, la chica había accedido a hablar con él dentro de algunas horas y el chico se encontraba tan nervioso que le había acompañado hasta su casa solo para poder estar acompañado.

- ¿Por qué lo dices? -cuestionó el rubio de vuelta. Sasuke arrojó un suspiro

- Porque si hay algo que sé es que te conozco.

- Hmm…

- Y en base a eso puedo decir que… estás actuando raro.

- ¿Tú crees?

- Por Dios, si estás a punto de sufrir un ataque.

Naruto dudó.

¿Contarle o no contarle acerca de sus dudas? Tal vez de hacerlo conseguiría por fin despejar su mente, aunque sobre todo lo que necesitaba ahora era dejar de hacerse a si mismo aquella incomoda pregunta cuya respuesta le inquietaba aún más.

- Tengo un problema.

- Lo sospechaba -una sonrisa se dibujó en los labios de su amigo. Naruto sospechó que hablar de algo que no fuera su pelea con Sakura le aliviaba, le hacía sentir más tranquilo.

- Y ahora no sé cómo enfrentarlo.

- Directamente, ¿no?

- No creo que eso funcione -admitió para él, recordando la forma en que el chico le había evitado. Nuevamente la desesperación comenzó a inundarlo-. Es de esas cosas que más bien… no sabes cómo enfrentar.

- Pues entonces necesitas una estrategia.

- ¿Una estrategia?

- Claro. Si quieres enfrentar tu problema necesitas pensar en cómo hacerlo.

El chico se llevó las manos a su cabello, tirando de sus rubios mechones con total frustración.

¿Enfrentar el problema? ¡Si ni siquiera podía aceptarlo en su mente y mucho menos hablarlo!

Había sido besado por su amigo. Y el problema era ese: algo estaba mal con él mismo.

¡Solo que no sabía que era!

- ¡Es que simplemente no sé cómo hacerlo!

- ¿Por qué no repites lo que te sucedió? -preguntó, con una clara expresión de fastidio-. Tal vez si se repite la situación lo comprenderás de mejor manera.

Naruto lo vio a los ojos, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Eso es!

Se puso de pie y corrió a su armario. Sasuke lo observó rebuscar con desesperación total entre algunas cajas, y mientras olvidaba el conocido dicho de "la curiosidad mato al gato" se acercó hasta su amigo.

 - ¿Pero que buscas ahora?

- ¡Aquí esta! -exclamó el rubio emocionado, mientras le enseñaba una pequeña pulsera de esas clásicas hecha a mano y que, por lo que se podía ver, tenía varios años de existencia-. ¿La recuerdas?

- ¿Aún tienes esa cosa? -preguntó el azabache, con su ceja alzada.

- ¡Claro que sí! -exclamó Naruto, haciendo un pequeño berrinche-. Después de todo es la prueba de nuestra amistad. ¿Recuerdas lo que nos prometimos ese día?

- Agh -exclamó Sasuke, apenado-. ¡Teníamos como doce años o menos!

- ¿Lo recuerdas o no? -preguntó, frunciendo el ceño.

- Que, en algún momento de nuestra vida, fuéramos o no amigos, si alguno de los dos necesitaba un favor el otro lo ayudaría sin negarse -respondió el azabache.

- Pues necesito tu ayuda ahora -Naruto lo vio seriamente a los ojos, cosa que venció a Sasuke finalmente. Su amigo no solía llevar las cosas tan lejos por nada, por lo que el asunto tenía que ser realmente importante como para presionarlo con la maldita pulsera.

- ¿Qué tengo que hacer? -suspiró, derrotado.

- Bésame.

- ¿Qué?

- Que me beses.

Sasuke lo vio a los ojos y sonrió, de pronto nervioso.

¿Cómo podía estar tan sordo cómo para haber oído las dos veces mal?

- E-Es una broma, ¿verdad?

Por toda respuesta Naruto se puso de pie, sin apartar sus ojos de él, y dio un paso al frente con la mirada llena de la decisión de un depredador al escoger una presa.

Iba en serio.

Sasuke retrocedió, o intentó hacerlo, porque solo dio un par de pasos atrás antes de tropezar con su propia mochila. Naruto se aprovechó de aquello y lo empujó directamente sobre la cama.

De inmediato se arrojó sobre él.

- ¡Vamos Sasuke! ¡Somos amigos! -reclamó Naruto, forcejeando-. ¡Si crees que quiero hacer esto estas equivocado!

- ¡Ni pienses que te besare o dejare que tú me beses! -argumentó el azabache-. ¡Nuestra amistad no vale tanto!

- ¡Hey! ¡Te ayude cuando me lo pediste tú!

- ¡No cuenta, idiota! -exclamó, sonrojado, mientras hacía fuerza para quitarse al rubio de encima-. ¡Solo te pedí dinero! ¡Esto es totalmente distinto!

- ¡No es mi culpa que uses tus oportunidades en estupideces!

- ¡¡Date cuenta de lo que haces tú!! -rugió, furioso. Perdió la concentración y de pronto se vio inmovilizado por su mejor amigo-. ¡No! -suplicó, al ver que Naruto iba en serio con eso de besarlo. Lo podía ver en sus ojos-. ¡¡Maldita sea Naruto, se racional!!

- ¡Quédate quieto! ¡Será solo un maldito segundo! -sujetó el rostro de su amigo con una mano, y con la otra inmovilizó sus manos mientras se inclinaba sobre él. Sasuke cerró los ojos, asustado.

- ¡Por favor! -suplicó el azabache, pensando velozmente. ¿Cómo era que las chicas se defendían cuando alguien trataba de abusar de ellas? -. ¡Maldita sea, no me hagas esto! ¡Tengo que ver a Sakura en dos horas! ¡Dos horas! -ni siquiera quiso abrir los ojos, pero supo que Naruto estaba condenadamente cerca de él, porque podía sentir su respiración-. ¡Yo jamás te haría esto si te gustara alguna chica! -para su sorpresa aquellas palabras parecieron motivar aún más a su amigo, quien sujeto con más fuerza sus manos y tragó. Y entonces, como un faro en medio de la tormenta, recordó de golpe como era que las chicas se defendían-. ¡No seas bastardo, será mi primer beso!

¡Una patada en la entrepierna!

- ¿Tu primer beso? -preguntó Naruto con sorpresa. Se detuvo. Y Sasuke aplicó la defensa: sin dudarlo dirigió su pierna, con toda la fuerza que pudo acumular, a la entrepierna de su amigo-. ¡Agh! ¡¡Hijo de…!!

Cayó al suelo, haciendo una gran expresión de dolor, mientras gritaba. Sasuke suspiró aliviado y lanzó una risa nerviosa mientras su rostro adquiría una mueca de desagrado total.

Tan cerca…

No tenía ni la más mínima intención de convertirse en un personaje uke de las historias yaoi como las que leía Hinata o Sakura. Solo pensar en eso le producía un escalofrió.

Escuchó a Naruto quejarse, aún en el suelo, y se inclinó para verlo.

- Lo siento, pero no dejare que me arruines la vida con esto.

- N-No sabía que era tu primer beso -exclamó el joven, de lado y girando el rostro para verlo-. Quién lo diría… aún no lo das…

- ¡¿Y qué esperabas?! -gritó Sasuke, enfadado y sonrojado-. ¡¿Acaso tú ya disté tu primer beso?!

Naruto se sonrojó de golpe y giró el rostro para que Sasuke no lo viera, pero tardó demasiado. Su amigo abrió la boca, indignado ante eso.

¡Una vida de amistad y él no había sido capaz de contarle eso!

- ¡¿Con quién?! -exigió saber.

- ¡N-No te diré eso!

- ¡Como sea, ni siquiera me interesa! -se colocó de pie y recogió sus cosas-. ¡Me largo a mi casa, no vaya a ser que trates de besarme de nuevo! ¡Maldito enfermo!

- ¡Retira esas palabras! -exigió Naruto, colocándose de pie. Sasuke lo apuntó, intentando marcar distancia entre ambos.

- ¡Como te acerques a menos de dos metros de mi te romperé la nariz! ¡¿Lo entiendes?!

- ¡Pero…!

- ¡Sin peros! ¡Has cruzado la maldita línea! ¡Soy tu mejor amigo, no tu juguete de prueba!

Y sin decir más se alejó, dando un portazo al salir.

Naruto se quedó allí, sin saber qué había sucedido.

¿Por qué demonios había hecho eso ahora?

Arrojó un suspiro y se metió en la cama. Pronto el recuerdo de lo sucedido lo atacó, provocándole un nerviosismo tremendo.

Finalmente, a solas en su cuarto, con la cabeza cubierta por las mantas, escapar de sus pensamientos se hizo imposible. Y aquellas dos preguntas no hicieron más que resonar en su cabeza una y otra y otra vez.

¿Por qué Hinata Hyuuga lo había besado?

¿Y por qué aquel beso… le había gustado?

CONTINUARA…

Notas finales:
un poco de drama :3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro