- Chicos... la verdad es que no creo que pueda seguir con esto...

Apenas las palabras escaparon de su boca, Sasuke y Kiba dejaron de prestarle atención a todo lo demás. El chico de cabello castaño incluso dejó caer su balón de futbol al suelo.

Se encontraban en el salón, justo después de clases. Cada semana se reunían un par de horas después de la escuela para ver los detalles técnicos y arreglar los problemas que iban surgiendo respecto a la banda, aunque por el momento el mayor problema de todos era la falta del vocalista que aún no habían encontrado.

- ¡¿Qué?!

- Espera, espera -Sasuke caminó a ella, más preocupado-. ¿A qué te refieres con que no puedes seguir?

- A esto, a todo -la chica hizo un mohín-. Creo que es un error seguir con la banda.

- Hinata, espera, cometes un error -Kiba fue firme-. Nuestra idea es buena, solo hemos tenido un par de problemas pero no es como para abandonar a mitad de camino. Creo que de verdad podemos ganar esto.

- Ya sabemos que es difícil no tener vocalista... -Sasuke fue mucho más amable, consciente de lo cansada que Hinata se veía-, pero Kiba tiene razón.

- Ayer Naruto casi me descubre en la tienda. El riesgo es demasiado ya.

- Entiendo -suspiró Kiba-. Es todo el problema de que finjas ser un chico.

- Es más que eso -replicó ella, enfadada.

- Ah Hinata -Sasuke suspiró-, no ha sido nuestra intención presionarte con todo esto. Comprendo el asunto de Matsuri te tiene estresada...

- Nos tiene estresados a todos -acotó el castaño.

- Pero te prometo que apenas encontremos un vocalista todo será mucho más fácil.

- Yo no entiendo porque te enfadas tanto -Kiba la observó directo a los ojos-. Fingir ser un chico no puede ser tan difícil.

- Tú no durarías ni diez minutos usando tacones.

- Con eso estoy a favor de Hinata -Sasuke fulminó a Kiba con la mirada-. Que finja ser uno de nosotros debe ser agotador... sin agregar el asunto de Matsuri.

- ¿Es decir que si Matsuri desaparece ya no habrían problemas? -preguntó el chico, con aire misterioso en su mirada-. Porque mira que conozco gente que me debe favores...

- Tomate el tema con seriedad o me largo ahora mismo.

- Hina, lo siento. Sé que es difícil -avanzó hasta su amiga-, pero en serio creo que podemos hacerlo. Solo necesitamos encontrar un vocalista antes de las vacaciones y ya está.

- Es obvio que no conseguiremos encontrar uno de la noche a la mañana -murmuró la joven, con claro pesimismo-, los mejores están pedidos. Y si seguimos llamando la atención pronto notaran que no hay ningún Neji Hyuuga en la escuela y quedaremos eliminados.

Kiba abrió la boca para replicar, pero Sasuke se le adelantó.

- Estoy seguro de que debe haber un chico allí afuera que esté dispuesto a ayudarnos. Solo debemos encontrarlo.

- Sasuke, sabes como yo que todo el asunto de la banda es una verdadera locura -le susurró la chica, mirándolo directo a los ojos-. Sería mejor retirarnos ahora y buscar el dinero de otra manera que seguir con esto.

- Yo prefiero intentarlo hasta el final que simplemente rendirme sin siquiera intentarlo -fue la acotación de Kiba.

Ante aquello Sasuke suspiró. Tenía más claro lo que deseaba hacer, pero el problema era convencer a Hinata.

- Solo dame una semana -le suplicó-. Prometo hallar un vocalista para entonces.

- Y si lo de Matsuri es demasiado podemos buscar una forma de deshacernos de ella...

- No -Hinata frunció el ceño-. No es solo por Matsuri, es por todo. No me gusta tener que cuidarme la espalda todo el tiempo, me da miedo que alguien pueda descubrirme. Y... Y además de eso está el asunto de Sasuke.

- ¿Mi asunto? -cuestionó el chico, sorprendido.

- Vi la nota de tu último control en matemáticas.

- Demonios.

- ¡Sasuke! -Kiba frunció el ceño-. Me dijiste que te estaba yendo bien. Conoces el trato, no podemos dejar que nuestras notas desciendan.

- ¡Juro que estudiare para el examen de mañana!

- Entonces hagámoslo -Kiba recogió el balón de futbol, que había caído al comienzo de toda la reunión-. Vámonos a casa por hoy... tú, vete a estudiar -le ordenó a Sasuke, justo antes de girar a Hinata-. Y tú, vete a hacer cosas de chicas que no sean enojarse por todo.

- Ja, ja, muy gracioso...

El chico de cabello castaño rió y paso un brazo por sobre los hombros de su amiga, mientras comenzaba a molestarla con aquello y darle las razones por las cuales creía que las chicas se enojaban por todo.

Bueno, en verdad se enojaban por todo y por nada.

¿Pero quién las entendía?

***

Naruto entró a casa y se quitó los zapatos, siendo recibido solo por el silencio.

Avanzó con lentitud justo antes de toparse con una nota escrita con rapidez y con la letra de su madre, en donde esta le indicaba acerca de una tarde de ofertas en el supermercado a la que planeaba asistir junto a la madre de Sasuke y de la que volverían al atardecer. De inmediato una sonrisa se dibujó por el rostro del muchacho rubio. Su padre en el trabajo, su madre de compras y Konohamaru en casa de un amigo solo significaban una cosa para él: ¡tiempo libre!

No podía ser mejor: Sasuke estaba en la escuela gracias a actividades extraprogramáticas que lo mantenían ocupado algunas horas luego de la salida. No importaba que, ahora podía cantar tan alto como quisiera sin la posibilidad de ser descubierto.

Subió dando grandes saltos y entró a su cuarto, dejando caer su mochila y deshaciéndose por fin de la fastidiosa corbata color azul a la que estaba atado la mayor parte del día.

Abrió las ventanas dejando que la suave brisa de la tarde invadiera su cuarto y luego se dio a la tarea de escoger la canción de entre una gran lista de canciones románticas que había descargado durante los últimos días. Era impresionante como una maraña de sentimientos podía ser descrita con perfección a través de la letra de una canción. De alguna forma sentía que podía comprender sus propios sentimientos de esa manera, que al recordar la letra de una canción aquel enredo parecía tener orden aunque sea un par de segundos.

Ya decidido, simplemente le dio "play" y dejo que las notas lo invadieran...

***

Sasuke entró a su casa y dejó caer su bolso, exhausto.

La esperanza de encontrar un nuevo vocalista era cada vez más débil.

"Solo dame una semana"

Hinata solo había aceptado por ello, pero ahora que lo veía realmente era poco tiempo. ¿Acaso su amiga esperaba que él sacará a un nuevo cantante solo con levantar una piedra? Tal vez la chica si tenía razón, tal vez era mejor idea abandonar el asunto de la banda de una vez y buscar otra manera de ahorrar dinero para viajar a la playa.

Subió las escaleras de manera pesada, sintiendo el silencio que inundaba toda la casa. A esa hora de seguro su padre estaría trabajando aún y su madre en el supermercado con la madre de Naruto, tal y como le había informado aquella mañana.

Estaba solo... y usualmente ocuparía aquel tiempo para jugar videojuegos, pero la pequeña marca en su calendario que le servía como recordatorio de su examen de matemáticas lo ponía más nervioso que lo de costumbre.

Si alguno bajaba las notas, en la materia que fuera, la banda se acababa.

"Eso me pasa por tener amigos responsables"

Una canción resonaba desde el cuarto de Naruto, a través de las ventanas abiertas, por lo que supo sin dudarlo que su amigo debía estar en su casa. Buscó su cuaderno de matemáticas con cansancio y tomó asiento en su escritorio tratando de concentrarse. A fin de cuentas si estudiaba desde ya con esmero podía quedar libre a tiempo para la cena y así pasar un rato con Naruto, jugando videojuegos o algo parecido.

Con esto en mente se dispuso a estudiar.

Abrió el cuaderno y comenzó a repasar la materia desde el inicio del semestre, aunque se quedo atascado mucho más rápido de lo esperado.

Matemáticas.

Matemáticas.

Matemáticas...

No deberían serle tan complicadas, aunque así era.

Hinata decía que era porque él aprendía de manera distinta al resto, pero aquellas palabras de calma solo servían para hacerlo sentir aún más inútil e idiota de lo común. No pudo evitar recordar cómo, en la primaria, era el mejor alumno de la clase... logro que conseguía casi sin esforzarse. Pero en algún punto del camino se había caído y ahora eso le jugaba en contra.

Lo peor de todo es que tenía claro que de nada le servía quejarse: era malo con los números y punto final. Solo debía hallar la forma de esforzarse para mejorar.

Justo entonces la música, que hasta entonces había conseguido ignorar a la perfección, pareció hacerse más molesta y ruidosa. Reconoció la melodía de "Teenage dream" y maldijo a Naruto en voz alta por aquella canción tan pegajosa, aunque el verdadero motivo de su estrés era su poco avance en los estudios.

- You think i'm pretty, without any make-up on... you think i'm funny, when I tell the punchline wrong...

Suspiró frustrado y mareado ante los números... y hambriento. Comenzó a tararear la canción sin quererlo y pronto se dio cuenta de que nuevamente no estaba prestando atención a su cuaderno.

Era suficiente, necesitaba concentrarse. Se puso de pie y sin dudarlo se asomó a la ventana preparado para ordenarle a su mejor amigo que apagara la radio de una vez, justo cuando cayó en la cuenta de algo: la radio ya estaba apagada. Podía verla desconectada desde allí.

La sorpresa lo invadió un segundo, y mientras intentaba encontrar una respuesta racional a ese problema Naruto apareció de golpe en la escena, dando un salto directamente a la cama antes de cantar la estrofa que seguía de la canción a todo pulmón.

- You make feel... like i'm livin'a teenage dream! The way you turn on me. I can't sleep. Let's run away and don't ever look back, don't ever look back!!

Y con otro salto bajó de la cama, mientras comenzaba a girar con los ojos cerrados y a cantar las siguientes estrofas a todo pulmón, como si estuviera en pleno concierto de rock o algo similar.

Sasuke observó todo aquello en el más completo silencio, aún incrédulo pero con solo un detalle en mente: ¡su voz era excelente!

Y además de eso... ¡¿desde cuándo su amigo se veía tan genial haciendo una ridiculez como esa?!

La incredulidad dio paso al desconcierto y este a la rabia. Un millón de dudas lo inundaron en solo aquellos segundos, como por ejemplo: ¡¿por qué Naruto no le había contado que cantaba de esa manera?!, ¡¿cómo había olvidado aquel fundamental detalle?!. Pero enseguida el asombro y la admiración se abrieron paso para reemplazar todo lo demás, ¡y es que era tan bueno que solo oír su voz en verdad lo inspiraba!

De pronto Naruto, ya sea por coincidencia o un presentimiento, abrió los ojos y cayó en la cuenta de que estaba siendo observado.

Se quedó congelado en la mitad de la escena, al igual que Sasuke que no tuvo idea de cómo reaccionar ante aquello, mientras soltaba el peine que había estado utilizando como micrófono. Su expresión paso de la felicidad al miedo en menos de un segundo, aunque más bien parecía que no terminaba de creerse que había sido descubierto con las manos en la masa.

Y entonces el sonrojo adornó sus mejillas.

- ¡S-Sasuke! -gritó, apenado-. ¡N-No estoy cantando nada romántico!

El chico azabache se le quedó mirando, sin saber qué rayos contestar ante eso. Claro, solo Naruto tenía que ser tan estúpido como para preocuparse por haber sido descubierto cantando algo romántico. Pero ya se las vería con él, en cuanto se recompusiera de la sorpresa le dejaría saber todo lo que estaba pensando.

Por el momento solo había una cosa en su mente que era clara, y ni siquiera necesitaba pensarlo: lo tenía justo en frente de su nariz.

¡El vocalista que necesitaban era Naruto!

Hinata tenía razón. Todo aquello de formar una banda era una verdadera locura.

¡El mundo estaba de cabeza!

Sasuke Uchiha no dijo nada, no le respondió, ni siquiera se digno a lanzar algún sonido que pudiera darle una pista a Naruto sobre lo que estaba pensando o lo que iba a hacer... solo se fue de espaldas, desmayado.