
Parte 5
Cuando hace frío buscas como abrigarte, cuando tienes hambre buscas que comer, cuando tienes miedo buscas como protegerte, son cosas simples, cosas elementales, la misma física lo dice, una acción conlleva una reacción, la misma naturaleza te lo esta diciendo, entonces, si tienes sueño, ¿Qué haces? Muy simple, dormir.
¿Cuándo es un buen momento para dormir? Desde la noche hasta que al menos salga el sol.
Entonces...
- ¡¿Por qué demonios estoy despierto a esta hora?!
Lincoln aun en pijama se encontraba frente a Leonard en su despacho, después del extraño día anterior donde fue seguido en todo momento por William ni siquiera se había atrevido a cambiarse la ropa para no ser observado por aquel gigante, cuestionándose sobre todo el por qué estaba en pijama cuando el jamás se cambió de ropa.
- Hace frío, tengo hambre, tengo sueño, William me observa de forma siniestra y usted tiene cara de querer golpearme.
- Espero que hayas disfrutado el día de ayer, porque desde hoy aprenderás sobre ser un Loud.
- Loud.
- Desde ahora, cada vez que pregunte por ti deberás llamarte a ti mismo Lincoln Oliver Loud, que no se te olvide muchacho.
- Es raro que me digan Oliver, hay veces en que creía que era el nombre de mi abuelo o algo así.
- Hey, centrado.
- Perdón.
- Entonces, vamos a comenzar.
- ¿Aquí y ahora? ¿No me va a explicar más?
- Primero empezaremos con tu espíritu, luego con tu conocimiento y finalmente con tu físico.
- Oh demonios, va a ser de esos entrenamientos.
https://youtu.be/MRVP_3w6ppg
Leonard se alejo unos pasos, observando fijamente a Lincoln en todo momento hasta alcanzar un pequeño cuaderno que toma y lanza hacia Lincoln, y este al tomarlo nota que son las notas que creyó quemar sobre su pasado.
- Volverte alguien decente, esa es mi... misión.
- ¡¡¡Ahhhh!!!
- Un tonto mandaron, para tal acción.
Leonard se acerca y comienza a golpear la postura de Lincoln, obligándolo a pararse bien.
- Eres la chusma peor que he visto aquí, entenderás lo que es virtud.
Leonard pone su rostro frente al de Lincoln, haciendo que este se asustase antes de sentir como era levantado fácilmente por William, Lily por su parte observaba desde la entrada, molesta por como estaban tratando a Lincoln intento caminar en esa dirección a golpearlos, pero un perro blanco con 2 manchas negras sostuvo a la muchacha jalando su ropa.
- Un Loud fuerte, de acción, serás hoy.
El grupo ahora se encontraban en el patio, tomando Leonard un frisbee el cual lanza para tomar una pistola y dispararle.
- Mantener la calma.
Lincoln va a tomar un frisbee, pero Lily le entrega uno que ya está roto, siendo el momento donde el anciano se voltea y solo alcanza a ver el frisbee roto mientras Lincoln se ríe lastimeramente.
- En la tempestad.
Ahora en un garaje, Leonard con una bolsa en la cabeza evitaba fácilmente que William lograse agarrarlo.
- Siempre en equilibrio.
Momento en que tumba con una llave a William.
- Y en vencer pensar.
Ahora Lincoln con la misma bolsa se preparó para esquivar, pero golpeó contra un mueble noqueándose solo.
- Es patético, escuálido, no entiende que pasó.
Durante el desayuno, Leonard tomo su parte de la comida, mientras que a Lincoln al tomar su plato resbalo, tirando su comida a la cara de Lily.
- (Cansado) Un Loud fuerte, de acción, serás hoy.
Lincoln corría por una habitación donde disparaban balas de goma.
- No puedo casi respirar.
Lincoln es mordido por el perro blanco en el trasero.
- Solo quiero despedirme.
Lincoln intenta romper una tabla con la cabeza, pero solo logro romperse la nariz.
- En deporte siempre fui una decepción.
Lincoln da un golpe a William, pero su mano termina entumecida e inflamada.
- De miedo te va a matar. - Dijo Lily mientras ponía una toalla sobre su mano.
- Que no vaya a destruirme. - Dijo Lincoln antes de recibir un puñetazo en toda la cara.
- Ojalá supiera yo de autocontrol. - Dijo William apenado.
- Un Loud ser.
Lincoln se tiro sobre su cama para intentar descansar.
- Debes volverte cual veloz torrente.
Pero Leonard lo encontró y trajo consigo a Charles furioso.
- Un Loud ser.
Lincoln oculto en el ático suspiro relajado.
- Y con la fuerza de un gran tifón.
Solo para observar a Leonard a su lado tirándole encima una montaña de libros antiguos sobre la familia.
- Un Loud ser.
Lincoln con vendajes cojeaba en la cocina, intentando prepararse algo.
- Violento como un fuego ardiente.
Leonard subió la intensidad de la llama al máximo, chamuscando a Lincoln.
- Cumpliendo muy misterioso la misión. - Dijo Leonard mientras acercaba su rostro al quemado de Lincoln.
- (Furioso) ¡¡¡¿Qué misión anciano hijo de...?!!!
Estando nuevamente en una celda, un Lincoln golpeado veía a un Leonard molesto.
- Pronto ya la plebe, te va a... juzgar.
Lincoln veía ropa en una tienda, pero al tomar una camisa su mano es golpeada con una vara por Leonard.
- Pero si obedeces, no te humillaras.
Esa noche, Lincoln bajo su mirada mientras Leonard observaba decepcionado las compras de ese día, rondando de un lado a otro del despacho sin dirigirle la mirada.
- Tú no sirves, en la alta sociedad.
- (Feliz) ¿Puedo empacar? No hay tal virtud.
Pero Leonard puso una mano en su hombro.
- Un Loud fuerte, de acción, serás hoy.
Dijo mientras levantaba su rostro, observándole fijamente con una sonrisa sádica en su rostro.
- Un Loud ser...
- Por favor no siga, no creo aguantar otro montaje más.
- Siempre dicen que es la manera más rápida. - Y Leonard detuvo la música.
- Necesito un descanso, estos días han sido terribles.
- Solo fueron unos días de montaje, no te quejes.
- No sobreviviré... mucho más si sigo así...
- Bien, te dejare el resto del día para descansar.
- ¿Puedo visitar el centro del pueblo?
- No.
- Vamos, tengo que salir más que para comprarme ropa, tú lo dijiste, un Loud ser...
- Ya, ya, bien, tu ganas, pero no destaques, ¿Entendido?
- ¡Si señor!
Minutos más tarde, centro de Royal Woods
Great Lakes es una de las mayores ciudades fronterizas del estado de Michigan, teniendo una población de al menos el triple que los pueblos colindantes, pero entre esta distribución destaca cierto pueblo a solo 1 hora de la frontera, Royal Woods.
Aunque demográficamente hablando se puede considerar que se acerca a ser una ciudad, por su considerable cantidad de naturaleza y sectores agrícolas es considerado como un pueblo turístico para todos los que viajan hacía el vecino del norte, y gracias a eso, Lincoln había escuchado múltiples veces del pueblo por sus conocidos de la escuela, pues contaba con aire limpio, muchos parques y pocos edificios altos, pensando en ello, desde que supo que viviría en ese pueblo, Lincoln había querido pasear por el lugar.
Además, agradecía que Lily no se le había unido al viaje, pues realmente quería perderse por ahí explorando, lo que no esperaba, era lo último que le dejo el anciano antes de permitirle salir de la mansión.
Lincoln observaba el trozo de plástico que tenía en su mano, y no importaba que pudiese ocuparlo como gustase, se sentía extremadamente pobre por tener ese objeto en la mano.
Estoy seguro de que estas cosas no deberían ser de color negro, estoy preocupado. - Guardo la tarjeta de crédito. - En fin, al menos me gane el día para explorar.
Con una sonrisa en el rostro, Lincoln decidió avanzar, observando las tiendas del lugar.
Definitivamente hay restaurantes extraños en este lugar, aunque la gente se ve tranquila, de hecho, el pueblo se ve bastante silencioso, es como si la gente fuera tranquila por naturaleza.
Caminando despistado por observar las tiendas a su lado, este termino chocando con una persona, provocando que Lincoln retrocediese como si hubiera chocado con un muro.
- Oh, lo siento mucho señor.
- No te preocupes, la culpa también es mía joven.
El hombre frente a él le dio un largo vistazo, notando algunos vendajes y moretones por el cuerpo del muchacho además de ver su ropa sucia y con evidente desgaste, preocupándolo.
- ¿Seguro que estás bien?
- Si, por supuesto, como le digo solo iba distraído, es mi primera vez en Royal Woods.
- ¿No eres de por aquí?
- No yo... - En ese instante Lincoln recordó lo que Leonard le había dicho. – Digamos que estaba buscando donde comer.
Lincoln apunto uno de los locales que había visto antes, las combinaciones de dos culturas le parecía extraño, pero no iba a negar que aun no había almorzado y no quería molestar a nadie, menos cuando el anciano frente a él parecía afable.
Por su parte el anciano miro en la dirección donde apuntaba el muchacho, ignorando el local, sino que notando que parte de su dedo apuntaba al callejón a un lado del restaurante, más precisamente, al contenedor de basura de este.
- Chico...
- Bueno, perdón por el golpe, yo iré a...
- (Preocupado) ¿No quieres que te invite a comer? Digo... estás en los huesos.
- Eh... - Lincoln observaba la preocupación en el rostro del anciano, y hubiera aceptado... si no fuese porque no quería ser secuestrado... otra vez. - Gracias, pero no quiero incomodar.
- Para nada, ven, yo invito.
- En serio, no es nada.
El anciano quien comenzaba a fastidiarse lo tomo de la parte trasera de su polera, casi como si fuese un gato, llevándoselo sin ningún problema.
- Esto... es humillante.
- No te lo tomes a mal niño, es solo que no me gusta ver de una forma tan deprimente mi pueblo natal.
- ¿Deprimente?
- Me pregunto cuantos años has vivido así para ni siquiera verlo como algo raro. - La molestia se transformo en lastima. - Pobre cosita andrajosa.
- ¡Oiga! - Pensando - ¿Qué demonios pasa con los ancianos de hoy en día? - Al anciano - ¡No soy un andrajoso! - Lincoln se suelta. - Sabe, no necesito esto, con permiso.
- Uno intenta ser amable y la gente te trata así, vaya que ha cambiado el pueblo.
Lincoln se alejo a paso raudo, no quería que su exploración se arruinara por culpa de otro anciano loco, así que ignorando esos pensamientos camino, aunque llegado a cierto punto un pensamiento comenzó a crearse en su cabeza cada vez más, viendo su reflejo en el cristal de una tienda frente a él, observando su atuendo.
¿En serio luzco tan mal?
Se quedo mirando un rato, sus pantalones estaban algo desgastados y su camisa estaba un poco manchada, culpa de todas las tonterías que tuvo que limpiar de los menores en el orfanato, además estaba todavía con algunos moretones y vendas por los días de "entrenamiento", sin considerar sus ojeras y que de por sí él ya era bastante delgado.
Bueno, no estoy tan mal, ¿No?
Desde la tienda el encargado salió con una escoba y un rostro totalmente molesto.
- ¡Oye, ni creas que vas a poder robar aquí!
- ¡Oh vamos!
Aquel dependiente tenia un rostro molesto en su rostro con evidente acné, agitando la escoba con violencia en dirección a Lincoln, pero para el peliblanco era diferente, aquellos movimientos burdos, aquella violencia sin sentido y esa velocidad, no eran nada comparado con el infierno de los últimos días, no podía compararse con William o el anciano, por lo que se preparó.
Puedo verlo, realmente puedo verlo, esa velocidad ni siquiera se compara con la de esos demonios, ¡Esto no es nada!
Lincoln estaba preparado, esperando a que su oponente hiciera el primer movimiento, y cuando finalmente la escoba se dirigió con fuerza hacía Lincoln...
Le dio de lleno en la cara noqueando.
- (Orgulloso) Ahí te quedas indeseable.
- Rusty.
Detrás del vendedor apareció alguien parecido a él, pero mucho mayor, con un rostro enfadado.
- P..Papá...
El padre de Rusty tomó la escoba con una mano y un rostro evidentemente molesto, provocando que el susodicho retrocediera.
- ¿Y si era un cliente?
- ¿Viste su apariencia? Posiblemente ni siquiera tiene para comprar comida, no podría con la mejor tienda de ropa de Royal Woods. - Recibe un zape - Auch.
- (Molesto) ¡Idiota! ¡Nunca debes hacer eso!
- P..Pero... el posiblemente quería...
- ¡Nuestro eslogan es que tenemos ropa para todos! ¡¿Y si este indeseable quería comprar ropa y tenía algo de dinero?!
- B..Bueno... eso es...
- Olvídalo, mételo dentro antes de que vea esto más gente y crean que la tienda discrimina.
- Si papá.
Unos minutos después
Lincoln despertaba con un fuerte dolor de cabeza, la escoba le había removido las ideas con violencia y sentía que todo le pesaba además de encontrarse en un lugar que no tenía idea, algo que le estaba preocupando lo normal que se estaba volviendo en su vida.
- Mi... cabeza.
- Finalmente despiertas.
Frente a él vio al vendedor de hace un rato, era un muchacho pelirrojo, con una gran nariz y con algo de barba en su mentón, además de eso traía un suéter verde, buzo color café y sandalias.
- Entonces, ¿Compras o te vas?
- ¿Eh?
- Vamos, ¿Compras o te vas de la tienda?
- (Confundido) ¿Es una pregunta o una amenaza?
- Ya sabes, tenemos buenos precios y decidiste no comer hoy para nuestras fabulosas ofertas, o tengo que decir que te retiras.
- No... entiendo un carajo de que hablas.
- (Nervioso) Bueno, tú, ya sabes, comprar comida o ropa, supongo que ropa, o tu quieres comida, no lo sé, no acostumbro a tratar clientes.
- Trabajas en una tienda, ¿Cómo es que no sabes tratar clientes?
- Tu eres el indigente, no me preguntes a mí.
- ¿Y eso que tiene que...? ¡¡¡Qué no soy indigente!!!
- ¿Sin hogar?
- (Molesto) Dime sin hogar una vez más y yo...
- Sin hogar. - Pensando - Papá dice que el cliente siempre tiene la razón, si él lo pidió...
Rusty no alcanzó a terminar su pensamiento cuando Lincoln le asesto un fuerte puñetazo en el rostro. Realmente no actuaria así, pero alguien tenía que pagar por los últimos días de frustraciones, además le había golpeado con una escoba, era un intercambio equivalente.
- (Furioso) Intente ser cortes porque papá lo dijo, pero ahora si maldito vagabun... - No alcanzó a terminar su frase antes de que Lincoln le diera otro puñetazo.
- (Furioso) ¡Ya deja de hablar y pelea calabaza mal peinada!
- ¡Nadie me dice calabaza mal peinada! ¡Solo mis amigos... creo!
- ¡¡¡Cómo si me importara!!!
Mientras tanto fuera de la sala de descanso donde ambos estaban, el padre de Rusty estaba terminando de vender unos pantalones a un cliente, despidiéndose gentilmente del hombre antes de suspirar.
- Se supone que le haría bien a ese chico trabajar aquí, pero sigue sin saber trabajar con los clientes, sigh.
El hombre tomo una pequeña fotografía, era una fotografía de hace años donde estaba abrazado a sus dos hijos, recordaba bien la ocasión, su hijo mayor tenía 11 años, cuando era un chico lleno de vitalidad y sabía tratar a la gente.
- Como me gustaría que volvieras a ser ese muchacho que hacía estupideces divertidas y conversaba con la gente sin importar que.
En ese momento la puerta del cuarto de descanso cedió, cayendo ambos adolescentes que seguían golpeándose con violencia mientras se insultaban.
- ¡Subnormal!
- ¡Andrajoso!
- ¡Narigón!
- ¡Desnutrido!
- ¡Cabeza de zanahoria!
- ¡Cabeza de coliflor!
- (Al unísono) ¡¿Qué dijiste cabrón?! / ¡¿Qué dijiste cabrón?!
- ¡¡¡Cállense los dos!!! - Los separa con violencia. – ¡¿Qué mierda les pasa?!
- (Al unísono) ¡Él empezó! / ¡Él empezó!
- ¡Me importa un carajo, se callan y se detienen ahora!
Los dos adolescentes, más porque si les dolían sus cuerpos y querían parar, pero no encontraban una excusa para hacerlo, se alejaron, dándose la espalda como si fueran dos niños pequeños mientras cruzaban sus brazos.
- Bien, si no van a hablar, ambos, largo.
- (Molesto) Ni que me interesara comprar aquí.
- Ja, tómala.
- Tú también Rusty, largo.
- Pero papá...
- Largo.
Ya fuera de la tienda ambos adolescentes se quedaron parados por un momento hasta que Rusty exhalo molesto.
- Genial, ni siquiera dure 2 días.
- Te pasa por idiota.
- ¿Quieres que termine lo que empecé cabeza de huevo?
- ¿El ser humillado por mí?
- (Molesto) Hijo de...
- Ni tengo madre imbécil.
- ¿Eh?
- Ya me largo.
Ahora con sus labios rotos, nuevos moretones y la ropa más desgastada aún, Lincoln siguió recorriendo el lugar, algo que llamaba la atención de algunos transeúntes al verlo tan dañado.
- Debo admitir que golpear a ese sujeto me ayudo a relajarme un poco de lo ocurrido estos días, aunque si tengo hambre, maldita sea, ¿Acaso no hay ningún restaurante normal aquí?
- Amm...
Si bien Lincoln no estaba hablando precisamente bajo, no espero que alguien le intentase responder, volteándose para ver quien era (en esta ocasión) el que le interrumpiría.
- (Tono seco) ¿Qué?
Al voltearse, Lincoln pudo notar a una persona un poco más baja que él, pero que se notaba tonificado, mirándole con una expresión dolida.
- No era necesaria tanta violencia.
- Yo... eh... lo siento, he tenido un mal día.
- Lo notaba, además de que no recuerdo haberte visto por aquí antes, y he visto a mucha gente.
- ¿Cómo lo sabes?
- Incluso entre los raritos, nunca había visto a alguien de mi edad con el pelo teñido de blanco.
Lincoln inhalo y exhalo un par de veces antes de volver a dirigirle la mirada, podía lucir mucho más fuerte que él y la idea de insultarlo sería peligrosa, pero a ese punto ya le daba igual, aun así, se contuvo.
- Soy nuevo por aquí, soy, bueno, era de Great Lakes.
- Ahh, ya sabía yo que no te había visto antes, en fin, conozco un par de lugares que no tienen mezclas raras, si quieres puedo guiarte a uno de esos.
- ¿Y esa gentileza?
- No luces en una buena situación, eso es todo, y dicen que una buena acción puede mejorar el día de alguien.
- Ah, ya qué, ¿Qué es otro secuestro más?
- ¿Qué cosa?
- Nada, te sigo.
- Por cierto, mi nombre es Liam, ¿Y el tuyo?
- Lincoln.
- Gusto en conocerte.
- También.
- Además, debo admitir que también iba a buscar un lugar donde comer, tuve que hacer muchas cosas en la mañana y ya se me vació la tripa.
- ¿Ok? Supongo que está bien, es mejor que lo que dijo el tipo de recién.
- ¿Quién?
- Un idiota cabeza de calabaza, no importa, vamos, si quieres yo invito.
- (Feliz) Hey, lo del karma si funciona, vamos por esa comida.
Ambos comenzaron a caminar con calma junto al chico quien se dedico a contarle algunas cosas del pueblo, principalmente lugares de interés como lo eran parques, reservas naturales y algunas tiendas, aunque el acento del muchacho le resultaba algo cómico estaba agradecido de haber encontrado alguien decente en aquel pueblo lleno de gente loca, o al menos esa impresión tenía después de la gente con la que se había encontrado.
Les tomo algunos minutos, pero finalmente llegaron a un restaurante que a ojos de Lincoln se veía normal, algo que bajo lo que había visto hasta el momento, era lo extraño.
- Finalmente, un lugar que se ve normal sobre comida.
- Sep, aquí preparan la mejor comida euro-canadiense del pueblo.
- Dijiste que era comida normal.
- (Tono vacío) Es la comida más cercana a no ser una mezcla en el pueblo.
- (Tono vacío) Vaya.
- (Feliz) En fin, vamos a comer.
- Al menos no resulte herido.
- Jajaja. - Le da un fuerte manotazo en la espalda a Lincoln mientras se ríe. - Me caes bien Lincoln.
- Hable... muy pronto. - Se sienta en la misma mesa que Liam. - Me sorprende que no preguntaras porque estoy en este estado.
- Cada uno tiene sus propios problemas, solo esta mañana tuve que correr de casa porque Virginia tuvo un accidente.
- ¿Virginia? ¿Tú novia?
- Mi cerda favorita, vivo en una granja.
- Ah.
- Igual tengo una novia que traga como Virginia.
- ¿En serio?
- Si, no se a donde va todo lo que traga, además, me da miedo acompañarla a comer, y por cierto, ¿Qué te hizo venir a Royal Woods?
- Me vine a vivir, mejor dicho, me obligaron a vivir aquí.
- Oh... entonces tus padres encontraron un empleo aquí.
- Nop, un anciano extraño me adopto.
- ¿Eh?
- No le pongas atención a los detalles.
- Ok.
- ¿Así de fácil? ¿En serio no vas a preguntar?
- No, ¿Por qué debería?
Liam tenía una sonrisa en su rostro, mirando a Lincoln sin la menor pizca de malicia.
- (Susurrando) Tan puro.
- ¿Dijiste algo?
- No, nada, no te preocupes.
En ese momento un joven de su edad comenzó a caminar en dirección a su mesa con un pequeño bloc de notas y un lápiz.
- Hola, bienvenidos a... hey, Liam, ¿Qué tal?
- Hey, no sabía que estabas en este turno.
Lincoln solo miro como su actual acompañante se levantaba y saludaba al mesero que los iba a atender, era un muchacho de tez negra que usaba una camisa blanca con el logo del restaurante y pantalones negros, era más bajo que su acompañante granjero.
En ese momento el muchacho noto a Lincoln, mirándolo fijamente con su sonrisa habitual, durando unos pocos momentos antes de comenzar a mirarle fijamente, muy fijamente.
- ¿Algún problema conmigo? - Lincoln ya estaba molesto de que le miraran así.
- Solo... oye... ¿Nos conocemos?
- ¿Conocernos?
- Si... tu cara me suena.
- ¿Lo conoces Clyde?
Clyde, es un nombre que conozco bien, bastante bien.
- ¿Clyde? No serás...
- Esperen, esperen, esperen, ¿Ustedes dos se conocen?
- Soy Lincoln, el del orfanato.
El rostro de Clyde paso de la confusión a la felicidad en cosa de instantes, abrazando repentinamente a Lincoln quien dudo por un momento antes de devolverle el abrazo.
- Demonios amigo, creía que jamás te volvería a ver.
- Somos dos, que diablos, con esas gafas no te reconocí.
- ¿Y cómo yo te reconocí?
- Vamos, la tenias fácil, mi pelo es blanco.
- Cierto... - Nota las múltiples heridas y la ropa deteriorada. - ¿Huiste del orfanato o qué?
- No empieces... espera, ¿Cómo carajos sabías que hasta hace poco seguía en el orfanato?
- Solo era una broma... espera, ¡¿No te adoptaron?!
- Me adoptaron la semana pasada, eso no importa, ¿Estuviste aquí todos estos años?
- Bueno, uno de mis papás trabaja entre aquí y Canadá, además adaptarme a este lugar, nunca se dio la oportunidad de volver a visitar Great Lakes, espera, ¿La semana pasada?
- Si, un anciano extraño que dice ser mi abuelo biológico me adopto, espera, ¿Cómo que no pudiste? Estamos a pocas horas, me lo prometiste cuando te fuiste.
- Se que lo hice, pero simplemente no se daban las condiciones, espera, ¿Cómo que tu abuelo biológico?
- Era algo sobre que se encontró a mi padre biológico y, espera...
- ¡Paren con lo de espera por favor! - Dijo un alterado Liam. - Llevan todo el rato diciendo espera, espera, como si no conocieran otra palabra, ¡Y dejen de ignorar mi existencia!
- Eh... perdón Liam.
- Si, perdón, en fin, venían por comida, ¿Qué les sirvo?
- Cierto, estamos en un restaurante.
- Solo sírvenos dos menús de lo que sea, Lincoln paga.
Clyde vio a su amigo, observando nuevamente su apariencia.
- ¿Seguro que él paga?
- No tú Clyde, no tú también.
- Ok, lo siento, pero me debes una buena explicación.
- ¿Cuándo sales de tú turno?
- Acaba de comenzar, mejor te doy mi número y me llamas, o mejor que te lo de Liam, yo ya tengo que seguir o me van a regañar y no necesito que me bajen la paga otra vez, nos vemos chicos.
Ambos chicos se despidieron del moreno, aunque Liam quedo algo avergonzado por haberse enojado y por ello guardo silencio, Lincoln estaba realmente conmocionado, Clyde había sido su mejor amigo en el orfanato, eran prácticamente hermanos hasta que fueron separados al ser el muchacho adoptado, recordaba haber llorado mucho esos días, y el saber que siempre estuvo tan cerca... recordaba haberlo buscado, no solo en la primaria, por las calles con la esperanza de que hubiese sido gente de esa ciudad, y pensar que estaba solo a 1 ciudad de distancia, no podía evitar sentir algo de molestia, aunque estaba alegre de haberlo reencontrado, no podía estar completamente feliz.
- Supongo que tuvieron su pasado.
- Éramos mejores amigos cuando niños, eso es todo, ¿Y ustedes qué tal?
- Bueno, digamos que somos amigos, conversamos algunas veces y ya, tanto yo como él nunca fuimos de tener muchos amigos, quizás por eso nos llevamos bien.
- Entiendo.
El resto de la comida fue algo incomoda para el muchacho de cabello naranja, además de que termino rechazando el ofrecimiento de pagar por su comida si dio tanto el número telefónico de Clyde como el suyo por si quería seguir recorriendo el pueblo, Clyde no volvió a aparecer para entregarles la comida ni despedirse, algo que Lincoln no supo interpretar.
Con sus manos en los bolsillos y con muchas cosas en la cabeza, Lincoln se despidió de Liam y camino sin rumbo real, supuestamente rumbo hacía la mansión del anciano, pero antes de darse cuenta, se encontraba en un sector muy diferente, no había tiendas sino únicamente casas.
- ¿Dónde carajos estoy? Cierto, podría llamar a Liam y preguntarle.
Pero nuestro inteligente protagonista olvido que aun no se había comprado un teléfono.
- Mierda, supongo que será a la antigua.
Entonces se giro hacía la primera casa que vio.
- Avenida Franklin 1216, bueno, ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Y con ese pensamiento, se acerco y toco el timbre.
Dispuesto a lo que fuese.
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