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Parte 3

- ¿De que habla señor Leonard? ¿Mudarme? ¿Hoy? ¿A Royal Woods?

- Obviamente, ¿Creías que te quedarías aquí todo el tiempo? Sacarte del orfanato no va a ser difícil y ya quedo todo conversado con el director de la preparatoria.

- Oiga, oiga, ¿No es un poco precipitado?

- Para nada, las cosas se deben hacer rápido si quieres que triunfen.

Leonard tenía una gran sonrisa en su rostro, observando a Lincoln quién carecía del ánimo que aquel anciano poseía.

Todo estaba pasando demasiado rápido, sus pensamientos no terminaban de ser asumidos cuando ocurría un nuevo giro y ya no podía enfocarse en la nueva información, pero pese a todo, Lincoln podía notar como el anciano le miraba con felicidad, no era la vista de un depredador o algo similar como lo estuvo pensando, lo cual le extrañaba.

- ¿Tienes dudas verdad?

- ¿Uh?

- Se nota que no logras asimilar todo lo que ocurre, ahora eres mi nieto, puedes preguntar lo que quieras.

Lincoln dudo, estaba dudando desde aquel secuestro, uno que no paso de golpes leves y el terror de no saber que harían con él, era sospechoso, demasiado sospechoso, demasiado bueno para ser verdad, pero sentir la gentil palma del anciano en su espalda mientras le observaba con una mirada cálida le hizo tomar el suficiente coraje para levantar su cabeza y mirarle directamente.

- ¿Por qué hace esto señor? Solo soy un huérfano que apareció en su hogar, no hice nada por usted o soy algo increíble.

- Porque estoy seguro de que eres mi nieto.

- Señor...

La convicción con la que aquel anciano se lo había dicho impacto a Lincoln, ni dudas ni segundos pensamientos, había sido una respuesta sincera y directa, a sus ojos, el anciano estaba completamente convencido de aquella decisión.

- Ni siquiera nos parecemos.

- Eso no importa.

- No conocemos nada del otro.

En ese momento Leonard tomo una carpeta que llevaba a su lado.

- Dilo por ti, me llego esta mañana la investigación que hicieron de ti.

- ¿Qué usted hizo qué?

- Veamos, - Abre la carpeta - Mmm.

- ¿Quién puede sacar información en tan poco tiempo?

- Este se ve interesante, a los 7 años terminaste... ¿Durmiendo una noche en la cárcel? - La cara de Lincoln palideció en un instante. - Debido a que...

- No es importante, en serio, pero no siga.

- ¿Ok? Veamos otra, oye, esta fue antes que la anterior, a los 6 años visitaste el zoológico por primera vez, - Lincoln ahora sentía que el alma se le estaba escapando del cuerpo. - Y cuando llegaste donde los simios... ¿Tuvieron que llamar a la policía? ¿Un guardia fue internado en un centro de salud mental? - En ese momento vio que el alma y el cuerpo de Lincoln se habían separado. - ¡Oye! ¡No te mueras ahora!

- Puedo ver a mi abuelo... me dice que siga la luz.

- ¡¡¡Ese es un impostor, no le escuches, tu abuelo soy yo!!!

- La luz... es tan cálida...

- ¡¡¡Lincooooooooln!!!


Unos minutos después, orfanato

Aunque varios de los niños observaban con curiosidad al anciano que acompañaba a Lincoln, estos eran repelidos por algunos de los encargados que se encontraban confundidos ante la presencia de este, pues solo habían recibido la instrucción de permitirle hacer lo que quisiese además de que quería adoptar a Lincoln, siendo lo más extraña la segunda parte de la petición, pero que pidiese privacidad de la cocina por unos momentos mientras Lincoln, la madre superior y él estaban dentro solo aumentaba las dudas de todos.

Mientras tanto, Lincoln bajo supervisión de los dos adultos se encontraba quemando la carpeta que Leonard había leído minutos antes.

Esto no paso, nunca paso.

Lincoln se hallaba centrado en ese pensamiento mientras observaba el fuego frente a él, el calor y el olor a humo estaban envolviendo su ser, respirando con calma y repitiéndose aquellas palabras una vez tras otra. Leonard y la mujer por su parte le miraban con algo de preocupación.

- ¿Segura que Lincoln estará bien?

- Eso espero, nunca le había visto así y eso que lo conozco desde que usaba pañal.

- Creo que lo mejor será que no investigue más su pasado.

- ¿Eso contiene el pasado de Lincoln? Mmm... ahora entiendo por qué se puso así.

Leonard solo miro de reojo a la robusta mujer, sentía mucha curiosidad, pero no quería arruinar más su impresión a los ojos de su nieto.

- Señor Loud, necesito saber una cosa antes de permitir que se lleve a este muchacho.

- ¿Usted cree que me lo puede impedir?

- Por supuesto que puedo, soy una de las personas que debe permitir la adopción y las entrevistas las hago yo.

- Si lo dice por el papeleo.

- Ahórreselo, solo quiero saber un par de cosas y le prometo que nadie le pondrá problemas.

- Bien, dígame.

- ¿Por qué Lincoln?

- Porque es mi nieto.

- Esa es mucha convicción para apenas conocer a un niño.

- Se requiere convicción para lograr las cosas señorita.

- Eso es cierto. - La mujer suspiro, girando su cuerpo para mirar fijamente a Leonard. - Usted entiende que un chico que esta a pocos años de ser un adulto no es alguien precisamente "criable" o "adaptable", ¿Verdad? Usted va a tratar con un adolescente que ya aprendió valores por si mismo y tiene un poco de visión del mundo, no es una pizarra en blanco que usted pueda llenar por capricho y si no le gusta tirarlo a la basura y buscarse otro.

- La vida no es tan prescindible señorita, y tener a ese joven bajo mi cuidado no es un capricho, es una responsabilidad que asumiré gustoso.

Un nuevo silencio se creo entre ambos, volviendo la madre a su posición inicial, observando a Lincoln.

- Ese chico es un desastre, pero realmente tiene un buen corazón, nunca lo olvide señor Loud.

- ¿Puedo pensar que pase la prueba?

- ¿Quiere a Lincoln?

- No todavía, tengo que conocerlo primero, luego de eso se que lo voy a querer, tenga cosas que me agraden o no, lo voy a querer tal como sea.

- Jeje.

- ¿Y esa risa?

- Nada, - Se da media vuelta y comienza a encaminarse a la salida. - Aunque se que Lincoln lo va a negar, permítale despedirse de los niños, aunque él lo niegue llego a ser como un hermano mayor para varios.

Con la salida de la madre de la cocina todos los niños comenzaron a huir para no ser vistos, además de dejar pensando a Leonard quien noto que solo quedaba un poco de las brasas de la carpeta.

- (Pensando) ¿Tiene un buen corazón eh? - Coloca su mano en el hombro del muchacho. - ¿Sigues inmerso en tu mundo o volviste al planeta tierra?

- Estoy aquí, pero prométeme que no volverás a investigar las estupi... las cosa que hice de pequeño.

- ¿Temes que llame a la policía?

- Algo así.

- Lincoln, no seas exagerado y vamos por tus cosas.

- ¿En serio tengo que irme así? ¿Sin más?

- ¿Esperabas poder prepararte? La vida no espera Lincoln, muchas de las cosas más importantes suceden cuando menos te lo esperas, por ejemplo, yo encontrarme a mi nieto de la nada.

- Siempre dices eso, ¿Cómo puedes estar tan convencido?

- Simplemente lo estoy, en todo caso los resultados de la prueba de adn deberían llegar pronto.

- ¿Cuándo...? Sabe que, ni siquiera me voy a molestar, vamos a mi cuarto.

Lincoln comenzó a caminar, aun con todo lo que había conversado y los comentarios de no solamente el anciano, sino que los comentarios de la madre superiora, todavía le parecía un suceso extraño, miraba hacía atrás cada cierto tiempo solo para confirmar que seguía siendo escoltado para recoger sus cosas e ir a un hogar que podría nombrar como suyo, algunos niños un tanto mayores se le acercaban a felicitarlo, algunos más tristes que otros, pero de quienes se toparon en el camino con Lincoln le agradecían haber sido prácticamente un hermano para ellos, Lincoln solo devolvía bromas baratas, pues en el fondo de su corazón sentía un fuerte impulso por llorar.

Una vez estuvo encerrado en su cuarto, se sentó en su cama, necesitaba un momento de descanso.

- Realmente te querían esos niños.

- No sé por qué, para mí que son raritos.

- No deberías negar lo que sientes, aunque sea vergonzoso.

- No sé de qué me habla... yo no... no lo niego...

- ¿No quieres despedirte como corresponde de ellos?

- No creo que sea lo mejor. - Dijo mientras limpiaba sus ojos con su antebrazo.

- Entiendo.

Se produjo un silenció entre ambos, Lincoln no sentía la fuerza para comenzar a empacar, ni siquiera sabía por dónde empezar, tiempo que a Leonard le permitió investigar la vida de su nieto, la nula decoración, algunos libros viejos sobre un escritorio, alguno de ropa esparcido por ahí, prácticamente no había nada que delatara mucho de la vida o los gustos del adolescente, algo que le pareció bastante triste.

- Esta habitación está un poco vacía, al menos es poco lo que debes empacar.

- Si, bueno, no era fácil conseguir cosas, la mayor parte del dinero que obtuve fue por encargos de los encargados de este lugar y tampoco era demasiado.

- Mmm, ¿Hay algo que te gustaría tener?

- Siempre he querido comer una buena hamburguesa.

- (Perplejo) ¿Solo eso?

- ¿Sí?

Leonard dejo de observar a Lincoln quien comenzó a recoger sus cosas, alejándose de este antes de sacar su móvil y marcar.

- ¿Señor?

- Cancela la cena que habíamos conversado, quiero que preparen hamburguesas.

- ¿Hamburguesas? Pero señor, algo tan trivial...

- No pueden ser cualquier hamburguesa, deben ser las mejores que se te ocurran, algo que sienta que estoy besando el cielo y termine llorando de felicidad con solo sentir el aroma, necesito que sea una hamburguesa tan buena que el mismísimo dios quiera probarla y solo pueda sentir envidia de que meros mortales la estén comiendo.

- ¿Eh?

- Obedece.

- Ah, sí señor. - Cuelga.

Al voltearse, vio que Lincoln ya estaba por terminar, realmente no tenía muchas cosas al punto que un pequeño bolso deportivo y su mochila fueron suficientes para guardarlo todo.

- ¿Seguro que es todo Lincoln?

- Si, el resto se lo daré a los niños.

- ¿Resto? ¿Te quedan más cosas?

- Juguetes y libros para leer, en realidad es para una chica en particular, usa mucho de su tiempo libre para jugando conmigo y quiero que tenga algo mientras se adapta a que no estaré.

- Vaya jovencita, ¿Quién era?

- Ninguno de los que me felicitaron camino aquí.

- Si eso es todo lo que tienes, puedo llevarlo yo mientras vas a despedirte de ella.

Despedirme de Lily, no es algo que estaba pensando conscientemente, esa niña más de una vez ha venido a mi cuarto cuando tiene un mal día o una pesadilla, además ayer estaba actuando raro y posiblemente siga enferma, ¿En esas condiciones despedirme?

- Creo... que lo mejor es que no lo haga. - Apretó ligeramente los tirantes de su mochila - No quiero incomodarla.

- Yo si creo que deberías decirle las cosas de frente. - Le quita las cosas a Lincoln - Te esperare en el vehículo, tomate todo el tiempo que quieras.

- ...

No eran necesarias más palabras ni el anciano espero alguna, dejando solo a Lincoln en aquella habitación vacía, sacudió su cabeza un poco y se encamino por los pasillos, sabiendo que esa sería la última vez que caminaría por ellos.

No tardo mucho en llegar hasta el sector de las niñas, no estaba muy distante y busco con la mirada la cama de Lily, notando que se hallaba vacía, por lo que se encamino hasta el patio, dirigiéndose hasta una zona donde estaban algunos juegos, observando como una pierna parecía querer esconderse detrás de una pequeña casa para niños.

- Se que estás ahí Lily, vengo a despedirme.

- ¿En serio tienes que irte? ¿Es tan importante ser adoptado?

- Lily, es algo que está superándome a mi y posiblemente a todos, pero puede que no sea malo.

- Solo lo dices porque nunca esperabas ser adoptado.

- ¿Y no te gustaría ser adoptada acaso?

- Yo no quería ser adoptada. - Aquello hizo levantar una ceja a Lincoln, pues hasta donde sabía, todos los niños querían una familia. - Por eso arruine todas mis entrevistas.

- ¿Qué tú hiciste qué? (Molesto) ¿Por qué hiciste esa tontería?

- ¡Yo ya te tenía a ti aquí! ¡Sentía que tú eras mi hermano!

Lily había resistido como había podido sus emociones hasta ese momento, se había aferrado al muchacho como no lo había hecho con nadie antes, ningún amigo, encargado o familia que le intentase adoptar les había sentido tanto cariño como aquel chico le había hecho sentir desde el día que se conocieron, sintiendo como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas se escondió todavía más, no quería mirarlo, más de una vez había escuchado al muchacho decir que le hubiera gustado ser adoptado y cuando acudió donde la madre superiora a preguntarle por consejo, esta le dijo que lo mejor para Lincoln era partir, esas palabras habían bastado para que ella se alejara todo lo posible para no acercarse a él, puesto que sabía que si lo había, no lo iba a querer dejar partir.

- Eres como un hermano mayor para mí... aunque siempre te quejabas o decías tonterías, siempre hacías cosas para que fuera feliz, me dejabas los mejores postres o me quitabas las peores tareas, nunca te lo pedí, pero siempre lo hacías y jamás me lo recriminaste, intentaste consolarme después de que cada familia que intento adoptarme me rechazara y esas cosas, nunca le interese tanto a nadie y ahora... te vas a ir... y no te volveré a ver... yo... yo no quiero eso... yo quiero tenerte a mi lado... quería esperar hasta que fueras adulto y me adoptaras y ser una familia de verdad para siempre... pero ahora no te volveré a ver... nadie que se va vuelve y no serás la excepción... pero... pero quiero que seas feliz... yo te quiero mucho Lincoln... pero yo... yo...

Los sollozos terminaron de consumir los gimoteos de la pequeña, quien ya no podía controlar más sus impulsos después de liberar lo que había contenido desde que recibió aquella noticia, al menos esperaba que como los otros pudiese tener un tiempo antes, pero todo era demasiado rápido, demasiado frío, y ella se encontraría sola cuando finalmente había sentido que había encontrado una familia.

- Lily... yo...

Lincoln intento acercarse a esta, pero al escuchar las hojas crujir por el paso del adolescente, Lily bramo.

- (Llorando) ¡Ya vete! ¡Ten una buena y feliz vida! ¡Se muy feliz con tu nueva familia!

Pese al llanto de la niña, Lincoln pudo entender el sentimiento de aquella frase, no había sarcasmo, no había envidia, era el más puro deseo del lastimado corazón de la niña.

Lincoln no dijo nada más y comenzó a retroceder en silencio, no habían palabras que pudieran sanar el lastimado corazón de la pequeña y no iba a arruinar todo el esfuerzo que esta puso de si para no dañar su partida, solo cuando sus pasos se hicieron lejanos es que la niña se permitió llorar con libertad, gimotear su tristeza sin importarle quién pudiese escucharla, después de todo, a la única persona que le importaba no lastimar ya se había ido para tener una mejor vida de la que jamás podría haber obtenido allí.

Con el atardecer golpeándola directamente, mientras seguía desahogando el dolor de su interior, metió su cabeza entre sus piernas, aun cuando el frío comenzaba a asentarse nuevamente no quería moverse de allí, no al menos en un buen rato, no quería pensar en que al entrar vería aquella habitación siendo peleada por otros niños quienes no dudarían en sacarla a patadas o simplemente ignorarla, que los pocos que jugarían con ella posiblemente le ignorarían al ver sus ojos hinchados como ya lo habían hecho antes o siquiera pensar en que ocurriría lo mismo del último orfanato, donde nadie le daría ese cariño que le hacía olvidar el hecho de que estaba sola en el mundo... y no tenía la certeza si eso cambiaría algún día.

Ignorando por completo los pasos que se hacían cada vez más fuerte hacía su posición.

- Es ella.

- ¿Estás seguro de esto?

- Usted quiere llevarme consigo, es mi única exigencia, póngame las condiciones que quiera, pero ella se va conmigo.

- Es la primera vez que te veo tan determinado desde que nos conocimos.

Lily solo sintió como su cabello era acariciado antes de notar como un anciano le veía de cerca, con una expresión afable, mirándola directamente a los ojos.

- Hola jovencita.

- Déjeme sola por favor.

- Vaya, vaya, es ruda, me agrada.

Lily levanto la vista, solo quería estar sola en ese momento, no le interesaba lo que un adulto cualquiera pudiera decirle o hacerle en esos momentos, pero detrás de este vio a un chico peliblanco, uno que le miraba con una sonrisa afable, tal como la que muchas otras veces le había entregado.

- ¿Qué haces aquí?

- Bueno... digamos que enterarme lo que hiciste por mi fue algo impactante, por lo que creí que tenía que hacer algo igual de impactante.

- ¿Cómo...?

- Niña, ¿Quieres venir con nosotros? Yo no sabía que Lincoln tenía una hermanita tan linda aquí y creo que separarlos no sería lo correcto.

- ¿Yo...? ¿Irme... con Lincoln?

- Lily, - Lincoln se acerco a su lado, estirando su mano para ayudarle a levantarse. - ¿Quieres ser mi hermanita?

- Yo... si... quiero... ¡Si quiero! ¡Si quiero ser tu hermanita!

- Entonces toma mi mano pequeña.

La pequeña paso su antebrazo por sus ojos en un torpe intento de limpiarlos, pero Lincoln no espero más antes de inclinarse más y comenzar a limpiar sus mejillas con sus dedos.

- Es difícil ver esa carita así. - Lily no podía detener las lágrimas que escapaban por sus ojos, pero su temblorosa boca si puedo esbozar una sonrisa que mostraba sus dientes faltantes. - Eso si esta mejor.

Antes de que Lincoln pudiese reaccionar, Lily saltó en su dirección, aferrándose con fuerza a este mientras su llanto volvía a reanudarse, pero, está vez, era con una sonrisa en su rostro.

- Creo que ir a hablar con los encargados, creo que necesitan su espacio, además les pediré ayuda a ellos con las cosas de la niña, así que espérenme en el vehículo.

Leonard comenzó a caminar hacía el edificio con calma, pero una voz detrás de él le hizo detenerse.

- Muchas gracias, en serio, muchas gracias por todo.

El anciano pudo sentir que aquellas palabras estaban cargadas de emociones por parte del peliblanco, por lo que solo sonrió e hizo un gesto con la mano, necesitaba parecer un abuelo genial, aunque por dentro estuviera a rebosar de felicidad.

- (Pensando feliz) El plan "salvar mi relación con mi nieto que arruine sin saber que la había arruinado por culpa de los idiotas que trabajan para mí y pensar en un nombre más corto para este plan", fase 1, completa.

Leonard no tardo mucho en convencer a la gente del lugar sobre la adopción de Lily, mucho menos en que fuese ayudado a cargar las cosas de la pequeña hasta el vehículo donde esta se encontraba agotada por aquel carrusel de emociones que su joven cuerpo había recibido, prefiriendo dejarla dormir sobre los asientos del vehículo.

- ¿Todo bien?

- Si, todo bien.

- ¿Te queda otro pendiente en esta ciudad?

- Si, quiero despedirme de alguien.

- Entiendo.

La dirección fue dada y se pusieron rumbo por la ciudad, Lincoln dio un último vistazo al edificio donde vivió por 16 años, acariciando suavemente la cabeza de una dormida Lily.

- Estás inusualmente tranquilo, generalmente para este punto ya estarías horrorizado por algo.

- Meh, uno se acostumbra, además, no creo que haga nada raro frente a ella, usted se ve como un hombre de principios.

- Me alegra que creas eso, porque lo soy.

- Entonces... ¿Desde mañana estudiare en Royal Woods?

- Que iras a la preparatoria de allá para que no tengas que viajar tanto diario es un hecho, pero no será esta semana.

- ¿Y eso por qué?

Lincoln noto que el anciano lo miraba de pies a cabeza, como si estuviera desmenuzándolo con la mirada y penetrando hasta su alma al punto que instintivamente puso sus manos para cubrir su entrepierna, como si estuviese desnudo.

- Tengo que hacer algo con esos harapos.

- Oiga, mi ropa no son harapos.

- Por favor, estás a unos pocos agujeros de parecer un indigente, tengo que darte el porte de un Loud esta semana, la próxima entraras a clase.

- ¿Porte? Creo que incluso soy un poco más alto que el promedio.

- (Serio) Definitivamente tengo que enseñarte muchas cosas.

- Eres mi nieto y te quiero por eso, pero ahora tu debes comportarte como un nieto mío debe.

Los recuerdos de su imaginación junto a Ronnie comenzaron a pasar por su mente, imaginando al anciano con un látigo, algo que produjo que tragase con dificultad mientras hacia un intento de ocultar a la niña.

- Sep, sabía que ya te estabas tardando en palidecer, tengo que hacerte un chequeo médico también.

- De salud estoy bien, no se preocupe.

- Pero llegas a estar blanco del susto.

- No se preocupe por eso, es natural.

- ¿Asustarte o ponerte pálido? Estoy seguro de que debe haber un remedio para ambos.

Estoy 100% seguro de que no quiero conocer la cura para ser asustadizo.

- ¿Aun puedo escoger el chequeo?

Leonard le clavo una mirada fija, provocándole un pequeño escalofrío.

- ¡Jefe! ¡Jefecito! Ya llegamos.

- Bien, seguiremos esta charla cuando acabes tu último asunto, y por lo visto va a ser una larga charla hasta llegar a casa.

Lincoln inhalo y exhalo todo el aire de su cuerpo, separándose con cuidado de Lily para no despertarla, saliendo del vehículo con cuidado sin notar que sus esfuerzos fueron en vano y la pequeña comenzó a despertarse.

- ¿Dónde estoy?

- Bienvenida al mundo de los lucidos pequeña, ahora silencio que quiero ver que Lincoln.

Afuera del vehículo, Lincoln intentaba regular su respiración, realmente no sabía que decir, fue más el impulso luego de lo de Lily al darse cuenta de que no debía dejar cabos sueltos, pero ahora se encontraba parado en una esquina, frente a lo que parecía ser una tienda en la parte baja de un edificio.

Bien Lincoln, es la hora de la verdad.

- ¿Lincoln?

Desde la tienda, una pequeña mujer salió, observando confundida la presencia de su mejor amigo.

- Hola Ronnie, ¿Qué tal?

- ¿Qué haces aquí tan tarde? ¿Y por que junto a esa limosina? ¿El anciano te está secuestrando y pasaron a comprar un refresco?

- Algo así, sabes... referente a lo que te había comentado, si me voy con el anciano.

- Ah... entonces... vienes a, ya sabes, despedirte.

- Si, bueno, el anciano vive en Royal Woods, y si me adopto, así que, bueno.

- Ah... entiendo.

- Entonces, me vengo a despedir.

- Eso está bien.

- Entonces, que te vaya bien.

- Gracias, igualmente Lincoln.

Ambos se dieron un corto abrazo y cada uno regreso a su lugar.

Lily, por su parte, tenía una expresión complicada en su rostro mientras veía a Lincoln entrar al vehículo.

- ¿Y ya?

- Bueno, me despedí de ella, ya sabes, le dije adiós.

- La madre superiora se emocionaba más cuando declaraba impuestos que tú hace un momento.

- Ya vámonos.

El vehículo fue encendido y comenzó a recorrer las calles, directo hacía el que sería su nuevo hogar, lejos de toda su vida anterior, inmerso en un mundo nuevo de cosas, mirando de reojo por última vez la ciudad que le había visto crecer, donde había encontrado amigos y pese a todo, sentía que lo había disfrutado.

- Será un tiempo, pero sé que volveré a verlos, solo espérenme.

- Animo Lincoln, algún día volveremos a la ciudad, ya verás.

- Gracias Lily, algún día volveremos.

Ambos miraron tranquilamente como las calles rodeadas de edificios comenzaban a desaparecer, dando paso a la larga carretera que indicaría sus nuevas vidas.

Mientras tanto, Leonard se preguntaba una única cosa.

- (Pensando) ¿Por qué no simplemente piden volver el próximo fin de semana?

Algo que los nuevos hermanos jamás se preguntaron... por alguna razón.

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