Capítulo 1: Volviste
Mi alarma suena. Abro los ojos con dificultad y logro escuchar la lluvia golpeando mi ventana. Miro por ella, el cielo está gris, lo que significa que en el recreo estaremos debajo del porche. Me levanto y me pongo mis zapatillas de andar por casa. Abro las puertas del armario y miro que ponerme. Al final decido por ponerme unos vaqueros negros y una camiseta que me compré hace poco de color gris y negro. He de admitir que me encanta el negro. Me quito el pijama y me pongo la ropa. En los pies me pongo unas botas. Voy abajo a mi cocina donde veo a mis padres y a mi hermano pequeño de 7 años.
-Buenos días, mamá-le doy dos besos.
-Buenos días, hija-dice sonriendo.
Me acerco a mi padre y le doy otros dos besos. Me acerco a mi hermano y le doy un beso en la frente. Me siento en la silla y comienzo a comer las tostadas que me hizo mi madre.
-Hoy tenías un examen de física y química, ¿verdad?-dice mi madre.
-Sí, mamá-respondí masticando.
-No hables con la boca llena-se queja mi padre.
Pongo los ojos en blanco. Miro la hora. ¡Faltan 10 minutos para que empiecen las clases! Me como rápido el desayuno. Voy al baño y me lavo los dientes. Me hago una coleta y me pongo unas lentillas que me dejan los ojos verdes. No es que vea mal, es que me gusta más el verde.
-Tus ojos son bonitos como son, no te pongas lentillas.
Su voz aún sigue en mi mente. Ha pasado 10 años desde que lo vi. ¿Cómo le irá?¿Se habrá olvidado de mí? Dejo eso a un lado y salgo del baño. Cojo mi mochila y un paraguas y me despido de mi familia.
-Suerte con el examen-dijo mi hermanito.
-Gracias-sonrío-. ¡Os quiero!
-Y nosotros a ti-dice mi padre.
Salgo de mi casa y abro el paraguas y me lo pongo por encima. Voy andando tranquilamente. Estoy cerca del instituto. Conecto los auriculares al móvil y comienzo a escuchar tu engaño me dolió de Mc Richix. Me encantan sus canciones, me siento identificada con cada una de ellas.
-Idiota, deja de llorar, a mi nunca me perderás.
Esa frase está en mi mente; sin embargo, él se fue. Sigo esperándolo, lo extraño tanto. Con 5 años él se fue; bueno, él es un año mayor que yo. Ahora tendrá 16 años. Todos los días hablo con él. Siento que mi móvil me briva. Lo cojo y veo que tengo un mensaje suyo.
Buenos días, enana. ¿Qué tal amaneciste?
Me encanta cuando me dice enana. Es un mote que él me puso por ser pequeña, pero en plan cariñoso.
Buenos días, feo. Amanecí bien. Pero, voy a entrar a clases. Te hablo después.
Llego a la entrada. Cierro el paraguas y entro corriendo dentro. Voy a entrar a mi clase, pero la voz de mi mejor amiga me detiene.
-¡Valeria!-me detengo en la puerta de mi clase.
-¿Qué ocurre, Paula?-pregunto.
-Un chico me pidió que te dijera que en el recreo vayas en la parte trasera del instituto-responde-. No me dijo su nombre.
-Vale. Gracias, Paula-sonrío.
-De nada-suena el timbre-. Te veo en la salida.
-Sí, claro-respondo sonriendo.
Se despide de mi y se aleja corriendo. Yo entro a mi clase y me siento en mi sitio.
Los minutos parecen horas. Quiero saber quien me espera detrás del instituto. Por más que quiero que el tiempo pase más rápido, no pasa. Miro por la ventana y veo a una pareja corriendo para no mojarse más pasar por al lado del instituto. Resoplo y pongo mi cabeza en la mesa.
.
.
.
-¡Valeria!-levanto la cabeza muy rápido al escuchar la voz de mi profesor cabreado-. ¿Qué haces dormida en clase?-ni siquiera me di cuenta de que me dormí-. ¿No dices nada? Muy bien. Estás castigada sin recreo.
Me parece injusto; sin embargo, no digo nada. Paso de meterme en más problemas. El timbre suena y al fin pasamos a la siguiente hora: Lengua. El profesor llega a clase. Deja sus cosas en la mesa y empieza a dar la clase. No logro atender lo que explica, pero sé que si no lo hago me castigará también.
-¡Ángel!
Me acuerdo cuando grité su nombre mientras veía que se alejaba con su madre. Intento borrar eso de mi mente, pero de repente lo vi por la ventana. Siento que mi corazón se para por unos segundos. El que dio ese mensaje... tuvo que ser él.
-¡Valeria!-me asusto y miro a mi profesor con cara de cabreo. Otra vez no-. Fuera de la clase.
Sin rechistar me levanto. Empiezo a escuchar susurros de mis compañeros, pues, es raro de que me echen de la clase. Salgo de la clase y me quedo en el pasillo. Miro la puerta que lleva la parte trasera del instituto. Desde lo lejos veo a alguien. Quiero ir, pero si el profesor me pilla me expulsará. Empiezo a mover mi pierna nerviosa. Mi corazón empieza a latir muy rápido. Inconscientemente empiezo a correr hacia allí. Cada vez que más me acerco lo veo. Llego hacia él y me tiro encima suya abrazándolo.
-¡Val!-me coge de la cintura-. ¡Te eché de menos!
-¡Y yo a ti!-respondo. Se me salen las lágrimas de la alegría-. Estoy tan feliz de que hayas vuelto.
-Eh, no me llores-me seca las lágrimas-. Sabes que no me gusta verte llorar-dice para después besarme la frente a lo que yo me sonrojo un poco. Me vuelve a mirar los ojos-. ¿Te sigues poniendo las lentillas?
-Sí-respondo.
-¿Por qué?-pregunta confundido-. Tus ojos castaños son más bonitos-dice.
-Me los quitaré y no me los volveré a poner-digo.
-Así me gusta-dice sonriendo.
Me pierdo en sus ojos. Él se va acercando a mi rostro y yo al suyo. El timbre suena. Me alejo y comienzo a correr. Aún tengo otra hora de clase y estoy castigada en el recreo. Me quedo en el mismo sitio que estaba antes cuando me echó de clase. El profesor sale de la clase y me mira.
-Ya puedes entrar-dice serio.
-Gracias-digo y entro a la clase.
Me siento en mi sitio y saco las cosas de Tecnología. Suspiro y sonrío. La profesora llega. Deja sus cosas en la mesa y se pone delante de la mesa.
-Ha llegado un nuevo alumno-empieza a decir-. Pasa y te presentas.
De fuera entra Ángel con una sonrisa. Me mira y me guiña un ojo. Sonrío como una boba. ¿Qué me pasa? Escucho a todas las chicas suspirar como enamoradas.
-Mi nombre es Ángel. Tengo 16 años y estoy disponible-sonríe como cualquiera que quiere conquistar a todos.
Él no era así. Bueno, supongo que será por esta vez. Se sienta detrás de Estela, la popular. La profesora comienza la clase. Miro a Ángel que está tonteando con Estela. A la salida hablaré con él. Trato de concentrarme en la clase, pero no puedo. Me siento molesta. ¿Por qué?¿Estoy celosa?¿Me estoy enamorando? No lo entiendo. Sería la primera vez. Me molesta no saberlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro