¡Hola! Soy Chloe, la mejor amiga de Sisi, su protagonista. La autora se había perdido un poco del hilo principal, leía y releía su historia pero no podía avanzar, eso que ya había decidido el principio y el fin. Si, tal y como lo leyeron, nuestras vidas tienen destino.

    *Llora*.

    En fin, en el capítulo 1 se mencionan un par de cosas sobre mí, a algunas las voy a mencionar y a otras las voy a explayar. Ah, y voy a agregar nuevos datos.

    Mi nombre completo es Chloe Dachs. La autora no se quiso complicar poniéndonos dos nombres a nosotros, lo personajes, aunque ella si tiene.

    Snif. Pequeño llanto.

    Ok, eso no importa, ¡siguiente dato!

    Nuestras madres se conocen desde la secundaria, fueron juntas. Cuando mi mamá se casó se mudó. Yo nací en esa ciudad, que la autora no se molestó en ponerle nombre (está enojada), e hice el jardín y 5 años de primaria allí, tenía buenos amigos... Pero, por cosas de la vida, o de la autora (creo que se está enojando más), mis padres se divorciaron y mi madre y yo vinimos a vivir a esta otra ciudad sin nombre, al menos por ahora (el “por ahora” es de que la ciudad no tenga nombre).

    Ya para cuando estaba en sexto mi mamá, la señora Dachs... ¡¿Tampoco tiene nombre?! (😬) Ella me anotó en la primaria 17... Esa si tiene nombre... Ah, claro, es un número, qué fácil>:|... Ok, debo dejar de quejarme. Sisi también iba a esa primaria pero todavía no la conocía y quedé en otro salón. El resto de mis compañeros no me prestaban atención, era la única que no conocía a nadie. Es difícil entrar a un nuevo grupo en el último año :(.

    Por eso, comencé a arreglarme y a resaltar, los primeros en notarlo fueron los chicos y yo no era ninguna santa. La siguiente fue la autoproclamada reina de sexto y sus secuaces. Desde ahí comenzó el bullying (creo que está usando términos extraños).

    Desde burlas e insultos en las mesas, paredes y puertas, hasta tirones de cabello en todo momento posible y chismes a mis espaldas. La cuestión es que, aunque ahora me conocían, era excluida aún más.

    No contentas con eso, quisieron, aunque sin éxito, pegarme un par de veces. Hasta que en uno de los recreos me llevaron a un lugar del patio al que no iba nadie, no podía gritar mientras me llevaban. Las palabras no salían de mi boca. Me empujaron contra la pared y una de ellas puso su brazo en mi cuello. Ya había cerrado mis ojos cuando...

    —¡Señorita! ¡Señorita! ¡Esas chicas le quieren pegar!

    Abrí los ojos. Era una niña de cabello negro, largo y lacio recogido en dos colitas que traía a una señorita.

    La señorita nos llevó a todas a la dirección y castigó a las chicas que me molestaban.

    En el siguiente recreo volví al lugar donde me habían llevado las chicas para pegarme. ¿Por qué? No pregunten, es obvio. Porque a la autora se le ocurrió. En fin, volví a ese lugar y, para mí sorpresa, allí estaba mi salvadora. Ella levantó la mirada.

    «¿Por que está sola?». Me preguntaba.

    —¡Aah! Eres la de antes. —Por eso me miraba tan detenidamente, no me, ¿recordaba?— ¿Estás bien? —preguntó sincera.
    —Si, gracias...

    Sisi bajó su mirada y la puso nuevamente en su carpeta.

    —¿Por qué estás aquí? —pregunté.

    Volvió a mirarme con desconcierto para ponerse a pensar en la respuesta que me daría.

    —Emmm —puso su mano derecha en su pera—, creo que por 3 razones, porque cuando quieren golpear a alguien lo traen aquí y me gusta ayudarlos —Levantó el dedo índice—, porque puedo hacer la tarea tranquila —Levantó el dedo medio— y porque puedo estar sola —Levantó el anular.
    —¿Qué clase de razones son esas?
    —Son mis razones —dijo sonriendo— pero no me molesta que estés conmigo.

    Ella estaba sentada en el piso y me invitó a hacer lo mismo.

    «Bueno, es mejor que estar sola». Pensé y obedecí.

    Esas chicas no me dejaban en paz, no lo hicieron hasta que nos cambiamos de escuela el año anterior, pero Sisi siempre venía a salvarme. Aunque cada vez que podía me retaba porque cambiaba de novio cada dos por tres...

    ¡Ah! Dato curioso, no nos enteramos que nuestras madres eran amigas hasta que Sisi me invitó a su casa XD (unos meses después de conocernos).

    Sobre el tema “novios”... Me costaba mantenerlos porque ellos solo miraban mi exterior, y yo aceptaba a cualquiera. Después, cuando comenzaba a hacerles la vida imposible, se alejaban. El único de quien realmente me enamoré fue de Nicolás, y creía que él también me amaba, pero, poco después de cambiarnos de colegio él me dejó. Y ¡Por mensaje! Qué patético.

    Quería contarles algo más acerca de eso pero a la autora ya le dió sueño😑, son las 5:00 am. (O, por lo menos, era) y ya llegó a una cantidad considerable de palabras... Va a cambiar el celular por la cama y a ustedes los va a dejar con la historia principal.

    *Llora, llora*.

    Adiós —entre lágrimas— le devuelvo a Sisi el protagonismo :'( 👋.

    PD: VOLVERÉ...