#8
La Scuola speciale Vongola* era simple y sencilla mente magnifica, todos estaban sin palabras al verla solamente Dino que se reía de sus caras no se mostraba sombrado por el lugar que tenía en frete.
La entrada del instituto parecía ser sacado de un cuanto, pues para todos, eso debía ir en un palacio o algo por el estilo, las instalaciones se veían modernas y los patios estaban llenos de árboles y muchas cosas más. Los uniformes de los estudiantes eran iguales que los de ellos con algunas diferencias que les llamaba la atención.
- Dino-san – Llamo Tsuna en susurro al rubio que se acercó a él. – Ahora que lo pienso los demás no se han dado cuenta de las diferencias entre sus uniformes y los nuestros ¿Por qué? – Pregunto curioso el castaño.
- Es por mi Boss – Respondió a su duda Chrome. – Sabia que no le gustaría ser molestado y cuestionado por eso, así que coloque sobre nosotros una ilusión, para todos los demás tenemos los mismos uniformes – Explico la peli morada con un sonrojo en sus mejillas.
- Muchas gracias Chrome – Agradeció Tsuna con una gran sonrisa, haciendo sonrojar más a la nombrada.
- Bueno es momento de explicar por qué vine con ustedes – Hablo Dino, captando la atención de los todos. – Seré su guía en esta escuela y también, por pedido de mi antiguo tutor, seré profesor en el tiempo que estén aquí – Explico con una sonrisa, viendo la cara de asombro de todos.
Las chicas por la oportunidad de poder enamorar a alguien tan guapo e importante, los chicos ya que Dino les caía bastante bien, esperaban impresionarlo y que este los consintiera a mas no poder; mientras que la Décima generación Vongola estaba emocionada por la noticia solo que el Décimo cielo esperaba que esto no provocara problemas.
El tour por la academia comenzó, todos miraban maravillados el lugar sin poderse creer que estudiarían en ese lugar por los próximos cuatro meses. Tal y como habían imaginado los estudiantes los ignoraban por completo, pero, para su gran inconformidad y disgusto, estos parecían mirar con interés y curiosidad a Dame-Tsuna.
La Décima generación no iba muy diferente a los demás alumnos, solamente que para ellos no era extraño que se les quedaran mirando, nada más Tsuna que no le gustaba ser el centro de atención y le incomodaba un poco.
- ¿Por qué me miran tanto? – Pregunto en susurro Tsuna.
- La mayoría estuvo o se enteró de la falsa ceremonia de sucesión y por lo tanto tu imagen se dio a conocer para casi todos, se les hace raro verte con un uniforme que significa visitante sin llamas y sin familia; podrás tener una ilusión que cambie tu imagen, pero no sus recuerdos, ellos te recuerdan a la perfección – Respondió Dino de la misma manera con una sonrisa burlona en su rostro al ver como la cara de su hermanito palecia un poco.
El resto del recorrido paso sin problemas o preguntas y al llegar a su aula asignada se dieron cuenta que esta parecía de universidad por lo espaciosa que era con algo de tristeza todos se despidieron del profesor Dino ya que este tenía otras cosas que hacer.
Al iniciar las clases, los no relacionados con la mafia, se dieron cuenta a la primera que las cosas en ese lugar serias demasiado complicadas, ningún profesor se apiado de ellos y les enseñaron cosas, que según ellos se debían aprender hasta muchos años después. Todos ellos agradecían que al menos les hablaran en japonés y no en italiano o inglés.
Para los que si estaban metidos en la mafia eso no era nada, todos ellos habían tenido torturas, perdón, tutorías con Reborn donde habían aprendido todo eso y mucho más por lo cual para ellos eso no era nada, es más, podían decir que pasarían todas las materias con los ojos cerrados. El idioma tampoco era algún impedimento por lo cual estaban bastante tranquilos.
El resto del día fue entretenido por las nuevas cosas que harían y a las cuales no estaban acostumbrados, cuando llego la una de la tarde todos los alumnos se separaron para investigar los clubes que habían y fue en ese momento que Reborn llego con Tsuna, el cual platicaba con sus amigos pero el Hitman se dio cuenta que este se encontraba algo tenso y muy nervioso.
- Llego el momento Dame-Tsuna – Dijo Reborn sorprendiendo todos. – Ahora vallan a buscar un club ustedes también – Agrego viendo a los guardianes.
- Esta bien chiquitín, vamos Tsuna – Respondió alegre Yamamoto acercándose al castaño.
- ¡Friki del béisbol deja en paz al Décimo! – Grito Gokudera.
- Esta vez cada quien lo hará por su lado, así que tienen prohibido acompañar a Dame-Tsuna en las siguientes cuatro horas – Soltó de repente Reborn, ganándose varias miradas de inconformidad.
- ¡Pero Reborn-san..! – Intento reclamar Gokudera pero fue interrumpido por el castaño.
- Esta bien Gokudera-kun, no me va a pasar nada malo – Comento con una ligera sonrisa Tsuna sin saber exactamente si eso era verdad. – No hay ningún problema chicos, quiero que sea una sorpresa saber a qué club se unirán – Agrego.
- Esta bien Tsuna – Soltó Yamamoto después de un momento de silencio y es que a pesar de la sonrisa en su rostro en sus ojos se notaba que no estaba muy conforme.
- ¡Ya vera Décimo! ¡No lo decepcionare! – Grito emocionado el peli plateado.
- ¡Me uniré al club de boxeo y será extremo! – Imito Ryohei a la tormenta, solo que el casi deja sordos a todos.
- De acuerdo Boss – Contesto Chrome con una sonrisa tímida y tono bajo, pero al menos ya no tartamudeaba con ellos.
- ¿Alguien sabe a dónde se fue Hibari-san? – Pregunto Tsuna al no ver a su nube por ningún lugar.
- Lo más seguro es que este vigilando del lugar, después de todo, este será su territorio por algún tiempo – Comento Reborn subiéndose a la cabeza del castaño. – Tienen cuatro horas para elegir, nos reuniremos en la entrada para regresar a la mansión – Agrego para seguidamente indicarle al castaño que comenzara a caminar alejándose de los demás.
- ¡Nos vemos chicos! – Grito el cielo comenzado a caminar y desapareciendo de la vista de todos.
- No tenemos que preocuparnos – Soltó de repente la lluvia después de un rato de silencio.
Y es que desde que su cielo se fue nadie se había movido o dicho algo, solo miraban muy atentamente el camino que Tsuna había tomado, era como si supieran que él se había ido a hacer algo de suma importancia pero que al mismo tiempo algo demasiado peligroso.
- Supongo que tienes razón idiota del béisbol, Reborn-san va con el Décimo y el no permitirá que algo malo le pase – Siguió la tormenta un tanto aliviado al recordar lo último dicho.
- Boss estará bien – Fue lo único que dijo la niebla, pero con un tono se seguridad y confianza.
Los demás concordaron con ella y después de despedirse entre ellos y desearse suerte, cada quien se fue por un camino diferente.
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Con Tsuna y Reborn el silencio reinaba el lugar, los únicos sonidos que llegaban a haber era los del Hitman indicándole por dónde ir y el de los pasos del castaño.
- Sabes que hacer y decir Dame-Tsuna, no debes dudar en ningún momento y menos mostrarte débil ante ellos – Soltó de repente Reborn.
- Lo se Reborn – Respondió Tsuna con un tono bajo.
- ¿Entonces porque estas dudando de ti mismo? Estas temblando – Dijo Reborn con un tono más serio.
- Yo... Yo... - El castaño no encontraba respuesta a la pregunta de su tutor y es que realmente tenía miedo, tenía mucho miedo de fallar y arruinar todo.
- Un buen jefe de la mafia jamás duda de si mismo o de sus planes, mucho menos cuando su familia está en medio – Recordó el Hitman al saber perfectamente lo que pensaba su alumno.
A pesar de decir todo el eso el ex-arcobaleno se encontraba molesto, no, mejor dicho se sentía incompetente y muy frustrado por no poder acompañar a su estudiante en algo tan importante, ni siquiera podía escuchar por medio de los audífonos del chico ya que ellos también habían prohibido el uso de los aparatos de afuera, realmente no querían que nadie los interrumpiera o hubiera distracciones al momento de hablar con el chico.
El silencio volvió a reinar entre ellos y después de unos momentos, llegaron a un patio muy lejano a los demás, con lentitud se acercaron a un árbol enorme donde en el tronco de este, por el lado de la sombra, se encontraba un portal negro y enfrente de eso habían una persona llena de vendas.
- Solamente el Décimo Vongola – Fue lo único que dijo el sujeto con una voz muy fría.
- Ya lo sabemos – Soltó con molestia Reborn, bajándose de la cabeza de su alumno.
- Lo esperan a dentro – Dijo el sujeto haciéndose a un lado dejando pasar al castaño.
- Esta bien – Respondió algo nervioso Tsuna, comenzando a caminar adentrándose lentamente al portal.
Solamente se detuvo por un momento para girarse un poco y mirar por unos segundos a su tutor, después de unos momentos le dedico una pequeña pero hermosa sonrisa para seguidamente entrar por completo a lo negro, inmediatamente después del chico entro el sujeto y una vez que estuvo dentro, el portal se cerró por completo dejando solo a un Hitman con la mirada oculta y los puños fuertemente cerrados.
- Suerte Tsuna... - Susurro, recordando la última sonrisa que le había dirigido su alumno.
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- Espero que no nos haga perder el tiempo, Décimo Vongola - Se escuchó la misma voz que antes, haciendo estremecer al pequeño internamente. – Le dijimos que viniera solo, pero no veo problema que se quede su pequeño acompañante – Agrego viendo seriamente al castaño.
- ¿Pequeño acompañante? – Pregunto confundido el castaño al no comprender el por qué esas palabras.
Fue entonces que sintió algo en su cabeza que bajo hasta su hombro, giro su cabeza para ver que era llevándose una gran sorpresa.
- ¿¡Leon!? – Exclamo sorprendido al ver al camaleón verde en su hombro, el pequeño animalito solo parpadeo en respuesta.
- Siempre y cuando no se transforme en nada – Comento la misma persona y esta mismo lo dirigió a una gran mesa donde ya lo esperaban.
- Escuchemos lo que tiene que decir, Vongola Décimo – Dijo aquel sujeto.
- Entonces iniciemos, Bermuda – Respondió el chico serio y en sus ojos se podía apreciar aquel hermoso pero peligro tono anaranjado.
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Mientras que el castaño tenía una de las juntas más importantes y peligras de su vida, cierto peli rojo se encontraba bastante incomodo por toda la nueva atención que tenía, ahora se arrepentía de haber revelado su secreto y que lo único que quería era sacarse a esa gente de encima.
- ¿Necesita algo Kozato-sama? – Volvió a preguntar una chica acercándose demasiado.
- No gracias – Enma realmente ya había perdido la cuenta de cuantas veces en el día había escuchado esa pregunta.
- Kozato ven a jugar con nosotros – Pidieron un par de chicos con un balón de futbol en manos.
- No soy bueno en deportes – Fue la única respuesta d*Enma, realmente se arrepentía de haber dejado a sus guardianes en la mansión Simon.
- No hay problema, nosotros te ayudamos – Respondió un chico con una gran sonrisa que no lo gusto mucho al portador de la llama de la tierra.
- No quiero jugar gracias – Rechazo, nuevamente la propuesta.
Enma solo quería encontrar a su amigo castaño y esconderse de toda esa manada de lobos hambrientos, peor al parecer ese no era su día ya que más intentaba alejarse de ellos, estos se le acercaban más e incluso aparecía mucha más gente.
Al menos había conseguido que le hablaran por su apellido, ya que la primera vez que lo vieron le habían llamado por su nombre con mucha confianza, como si fueran amigos de toda la vida; esto no le había gustado para nada al portador de la llama de la tierra y se los dio a entender.
- Me pregunto dónde estará Tsuna-kun – Se preguntaba Enma en un suspiro de cansancio.
Lo que el peli rojo no sabía es que había sido escuchado por el grupito de Mochida y este mismo, quienes al oír eso solo pusieron una mueca de molestia y furia. Ellos ya estaban pensando que tendrían una "Linda charla" con Dame-Tsuna, solo tenían que el momento adecuado, el cual ellos crearían después de la cena.
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Maldita escuela e inspiración que se larga cuando quiere... X_X
Es bueno regresar, ¡Muchas gracias por sus comentarios, votos y sugerencias!
Recuerdo que en un comentario alguien adivino con quien se iba a encontrar Tsuna, ¡Felicidades! *Le da una barra de chocolate*
Con este capitulo creo que ya sabes que pasara, ¿Les agrada lo que esta sucediendo?
Todos aquí sabemos que Reborn es Reborn, encontrara la manera de hacer de la suyas; aunque pienso que la malicia y sadismo se contagia... X_X
¡Tenia que mencionara a mi patria! Bueno a decir verdad me gano la tentación XD>>
Apenas y consiguieron los diez comentarios, les dije que tenían que ser de diferentes personas ¬_¬
Me alegra que les este gustado mucho el fic, sus comentarios son lo que me dan ánimos de escribir, les informo que aun sigo preguntando lo de los regalos para Tsuna, así que por favor sigan dándome ideas.
Bueno sin mas que decir me despido, ojala puede regresar pronto, ¡Hasta la próxima! n.n/
* Escuela Especial Vongola, perdón, se me había olvidado traducirlo el capítulo pasado, pero siendo sincera no creo que hayan tenido problemas en entender XD
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