#15
- ¡Jajajaja el gran Skull-sama ha llegado! –
La mayoría miraron sorprendidos como un bebé con un gran casco manejaba de manera asombrosa una motocicleta, haciendo una entrada de tipo película, lástima que apareció Boreen-sensei para darle una patada que lo mando al otro lado de la habitación.
- ¡Cállate lacayo! – Grito el Sensei.
Al mismo tiempo la moto se salió de control y se estrelló contra su propietario, causando que este gritara y volvería a caer al suelo.
- ¡Se lo merecía por imbécil, kora! –
- Al parecer su estupidez ha alcanzado un nuevo nivel, deberé hacerle unas nuevas "Pruebas" para averiguarlo –
- No uses al chico como tu experimento, no es tu rata de laboratorio –
- Ara ara ustedes sí que saben desperdiciar el dinero –
Ante la mirada desconcertada de todos, observaron cómo entraron más bebés al lugar; a pesar de su corta estatura emprendían un aura que era de respetar, así como Boreen-sensei solo que a ellos no los conocían.
- Ustedes deberían estar en sus habitaciones y no aquí de metiches – Se oyó de repente.
A todos los alumnos se les helo la sangre al ver como Boreen-sensei desprendía un aura asesina que los dejo más que aterrados, sin querer tentar su suerte salieron disparados a sus habitaciones sin notar que Tsuna y sus amigos se quedaban con los recién llegados.
- Ahora que lo pienso, ¿Por qué siempre están en sus habitaciones? – Pregunto en voz alta Tsuna al ver como los estudiantes salieron corriendo.
- Nada de lo que te tengas que preocupar Tsuna – Respondió alegre Yamamoto con una sonrisa mientras abrazaba por lo hombros al castaño.
- Pero... - Tsuna iba a insistir en el tema por lo cual Reborn interrumpió.
- ¡No seas descortés Dame-Tsuna! – Le grito el Hitman al momento de dispararle cerca de la mejilla.
Tsuna al inicio no comprendió lo que decía su tutor hasta que giro la mirada y vio a Colonello pateando nuevamente a Skull.
- ¡Cierto! – Grito el castaño para después acercarse hacia los demás ex-arcobalenos. - ¡Es un gusto verlos nuevamente! – Saludo el castaño con una hermosa sonrisa.
- El gusto es mío Tsunayoshi-kun – Saludo Fon con una sonrisa.
- Yoshi – Fue lo único que dijo Mammon, aun así el castaño comprendió el mensaje y sonrió.
- ¡Es bueno verte Tsuna, kora! – Dijo Colonello al ver al castaño.
- Vongola – Soltó Verde ajustándose sus gafas.
- ¡Todos arrodíllense ante el gran Skull-sama! – Grito el ex-arcobaleno de la nube, solo para ser pateado por los ex-portadores de los pacificadores de la lluvia y el sol.
Esta vez Skull fue a dar justamente a lado de Tsuna por lo cual rápidamente se paró y escondió detrás del castaño.
- ¡Tsuna, Reborn y Colonello son malos conmigo! – Grito aterrado el motociclista.
Antes de que pudieran acercarse a Skull y golpearlo nuevamente, un disparo se escuchó por todo el lugar, ganando la atención de todos que sabían perfectamente quien era el culpable.
Xanxus se encontraba con su arma preparada para otro disparo por si se les ocurría volverlo a ignorar, quería saber exactamente qué había pasado con Yoshi y no esperaría más de lo necesario para saberlo.
- Habla de una buena vez basura que no pienso repetirlo nuevamente, ¿Qué ocurrió con Yoshi? – El tono que usaba el líder de Varia daba a entender que no toleraría otra cosa más que la respuesta que quería.
Tsuna escondió su mirada nuevamente, Enma se acercó al castaño pero su mirada se había endurecido, lo mismo para todos los guardianes y cercanos de la décima generación mientras que el Hitman cerraba fuertemente su puño controlando sus inmensas ganas de matar a alguien de una manera muy despiadada e inhumana.
- Vamos al despacho de Nono – Fue lo único que dijo el Hitman para inmediatamente partir al lugar indicado.
Tsuna, sus guardianes, las chicas, Enma, Dino, Yuni, Byakuran Shoichi y Spanner siguieron a Reborn sin decir nada; solamente asintieron con sus cabezas para después caminar.
Tanto Varia como los ex-arcobalenos estaban bastantes confundidos por la situación y querían ya las respuestas más sin embargo siguieron la orden del Hitman y caminaron por la misma ruta que la décima generación.
Al llegar al lugar indicado hubo algunos que tuvieron que retirarse:
Shoichi y Spanner se fueron alejando que tenían que dar los detalles finales a uno de sus últimos inventos, agregando que era urgente terminarlo pronto.
Enma, Dino, Yuni y Byakuran se retiraron diciendo que tenían cosas que hacer de sus respectivas familias, se fueron no sin antes anunciar que regresarían más tarde, pues todos querían pasar tiempo con el castaño.
Las chicas a excepción de Chrome, se despidieron, pues tenían cosas que hacer en su línea de ropa y querían terminar cuanto antes ( Además de que ya se hacían una idea de lo que pasaría y no querían terminar en medio de todo ).
De esta manera quedaron solamente los ex-arcobaleno, Varia y la décima generación. Tocaron la puerta y al recibir el pase de Nono entraron al lugar, acomodándose cada quien donde pudo. Nono al ver a todos presentes supo de inmediato lo que pasaría y solo le rogo a Primo que la oficina soportara la masacre que pronto se desataría ahí dentro.
- Bien escorias será mejor que hablen de una buena vez- Soltó Xanxus mirando fijamente a la décima generación.
Tsuna realmente no quería contar que era lo que había sucedido, pero sabía que no tenía opción alguna con todos ellos frente a él. Soltó un suspiro y miro a su tutor que comprendió su mirada y se giró a ver a los demás.
- Ocurrió el primer día de escuela – Comenzó a relatar Reborn con seriedad.
Sin observar las expresiones que aparecían en los rostros de los recién llegados, el Hitman conto todo lo sucedido aquella noche, la gravedad de la herida y de como hallaron la solución ( Momentánea, pero mejor que nada ); cuando termino de hablar la sala volvió a quedar en silencio, el aire se sentía muy pesado y aun así Tsuna miro a Chrome, la cual entendió el mensaje silencioso de su Jefe, con un pequeño suspiro deshizo la ilusión que su cielo llevaba en el cuello.
Una vez que la ilusión callo en el cuello de Tsuna se podía apreciar una gran herida dejando a más de uno sin aliento.
Solo habían pasado unos segundos cuando de repente la mesa que se encontraba en el lugar fue destruida por un disparo de parte del portador de las llamas de ira.
- ¿¡QUIENES SE CREEN ESAS MALDITAS BASURAS INSIGNIFICANTES?! ¡SOLO SON UNOS HIJOS DE P**A! ¡@#%!&! – Comenzó a gritar Xanxus disparando hacía unos libreros.
- Shishishi parece que algunos han firmado su llegada al infierno – Comento Bel con una voz más tétrica de lo normal.
- Nadie puede tocar a nuestro Príncipe – Dijo Lussuria con una voz nunca antes escuchada que les causo escalofríos a la mayoría.
Por extraño que parezca, tanto Squalo como Levi estaban callados, pero el aura que los dos emanaban eran igual de fuertes y tenebrosas que de los otros integrantes de Varia.
- Pagaran y muy caro por atreverse a cometer semejante estupidez –Soltó Mammon al mismo tiempo que el lugar que ella ocupaba comenzara a cambiar y a dar miedo.
Skull golpeaba la pared enfurecido, además de que no dejaba de gritar un millón de maldiciones que no eran aptas para menores.
Fon se mantenía callado pero su mirada había cambiado totalmente, era una mirada que prometía dolor y muerte hacia aquellos que era dirigida.
La mirada de Verde era oculta por sus lentes, pero aun así se podía apreciar claramente que no le había gustado para nada lo que había escuchado.
Para finalizar, Colonello al igual que Xanxus, había comenzado a disparar a diestra y siniestra por todo el lugar, el ex-arcobaleno de la lluvia se notaba fuera de si por las emociones que sentía en el momento.
Tsuna sabía que debía de calmarlo y rápido, eso si quería que su clase siguiera viva, también porque no quería que la oficina de su abuelito quedara más destruida de lo que ya estaba siendo de parte de aquellos que no dejaban de disparar y gritar cosa que no quería recordar.
Antes de que el castaño pudiera hablar, una voz fría pero con una perceptible ira se escuchó.
- ¿Por qué no han hecho pagar a esos malditos desgraciados? – Pregunto la lluvia de Varia y con ello volvió a surgir el silencio.
- Ganas no nos han faltado, pero hemos estado un poco ocupados cerciorándonos que Dame-Tsuna no descuide su voz, por el momento solo hemos tomado algunas medidas para que no se repita – Contesto Reborn tomando su expreso que solo Primo sabe de dónde saco.
- ¿Medidas? – Pregunto confundido Tsuna mirando a su tutor.
Nadie dijo nada, solo bastaron unos segundos para que el castaño comprendiera y se levantara de su asiento de golpe.
- ¿¡Que les hiciste!? – Pregunto aterrado el décimo cielo Vongola.
- Nada Dame-Tsuna, aun – Respondió el Hitman como si nada.
- ¿A... Aun? – Pregunto aterrado Tsuna.
- Solo les hemos restringido sus movimientos querido nieto – Explico Nono, tratando de calmar al castaño, cosa que no funciono mucho.
- ¿Es por eso que siempre al llegar de la escuela y después de cada comida y cena se van directamente a sus habitaciones? – Pregunto un tanto aterrado el castaño.
- No seas exagerado Dame-Tsuna – Le dijo Reborn.
- Pe... Pero eso no está bien – Respondió el décimo Vongola con nervios.
- ¿Entonces quieres que nos encargamos de ellos de una buena vez? – Le pregunto divertido el Hitman al ver como la cara de su alumno se tornaba cada vez más pálida.
- Hagamos esto Tsunayoshi-kun – Interrumpió Nono antes de que en mencionado le respondiera al ex-arcobaleno del sol. – Le quitare las restricciones a los jóvenes, pero, nos dejaras divertimos con ellos – Agrego Timoteo con una sonrisa un tanto sádica.
Todos en la sala estuvieron de acuerdo con el Noveno cielo Vongola, cada presente tenía ganas de "Divertirse" con los malditos que se habían atrevido a tocar al cielo que todos amaban y protegían, sabían que si querían hacerlo primero tenían que tener la aprobación del este para que no hubiera problemas futuros, cosa que sonaba un tanto ridícula pero era verdad.
Claro que había alguien que no concordaba tanto con lo que había oído y es que Tsuna solo tenía un pensamiento en ese momento:
¡¡Ahora entiendo porque Nono y Reborn se llevan tan bien, cuando Nono lo quiere puede ser igual de sádico que Reborn!!
- Y dime querido nieto, ¿Aceptas? – Pregunto Nono sin despegar la mirada del castaño.
Tsuna se quedó pensando en las palabras de su abuelito; el realmente no quería que sus compañeros pasaran un infierno de parte de sus amigos y familia, pero, sabía también que ya no podía seguir permitiendo que todo el daño que el sufría continuara. Lo de la garganta había sido un advertencia, lo sabía muy bien, quien sabe que podría ocurrir en un futuro cercano. A demás, su familia solo quería cuidarlo y protegerlo ( De manera muy locas y muy poco ortodoxas, pero, ¿La intención es lo que cuenta, no? ). Pensando un poco más sobre los pros y contras de casa opción disponible, Tsuna por fin miro a su abuelito con una decisión firme.
- Esta bien abuelito – Acepto Tsuna sorprendiendo a varios pero aun así estaban más que alegres por la respuesta. – Solamente nada de muertes y que mi posición como Décimo siga siendo un secreto – Agrego el castaño antes de dejarse caer en su asiento.
Eso no les termino de agradar pero terminaron aceptando, total, era mejor que nada. A partir de ese momento ellos les harían pagar a esos malditos por todo lo que le habían hecho a ese hermoso y puro cielo que había logrado algo que nadie creía posible: Ganarse el corazón de todo el arcoíris, de todo el mar y por su puesto más que claro, toda la almeja; eso por no mencionar a todos los demás que habían quedado cautivos ante él.
Gran parte de la tarde se la pasaron planeando diversas cosas que harían contra los alumnos, Tsuna miraba y oía todo con algo de miedo, aunque, ya no sabía que le daba más miedo: El hecho de que toda su familia estuviera planeando el resurgimiento de la Inquisición al estilo Vongola o el hecho de que su querido abuelo que siempre creyó bondadoso y amable también participara en esa platica tan aterradora además que Chrome también aportaba varias ideas dejando de lado su timidez, las ideas de ella igualaban o superaban a las de Mukuro, definitivamente estar tanto tiempo con la piña le había afectado.
Fue hasta que dos horas antes de la cena que al parecer Lussuria recordó algo de gran importancia porque se levantó de golpe de su lugar y tomo las cuatro cajas que estaban en una esquina de la habitación y se las dejo en brazos al castaño que lo miro aturdido.
- ¡No has abierto nuestros regalos, querido príncipe! – Grito el sol de Varia.
Tsuna lo miro confundido un momento antes de recordar, soltando una pequeña risa avergonzada por haberlo olvidado, comenzó a pensar en una manera para poder irse y abrir todo eso a solas pero con la mirada que le dio su tutor supo que no tendría escapatoria.
- Ábrelos de una vez Dame-Tsuna – Le ordeno el demoni... Perdón, le ordeno Reborn.
Suspiro resignado al saber que no había de otra manera por lo que tomo la caja amarilla y quitando el listón abrió la caja ante la mirada atenta de todos.
Al ver el contenido de esta, Tsuna no supo decir que ya se lo esperaba o que estaba mas que confundido.
Dentro de la caja amarilla había pura ropa extravagante o mejor dicho: Al estilo Varia. A pesar de todo, la ropa también era de alguna manera sencilla y moderna, por lo que el castaño no pudo decir que no le gustaran, aunque algo le decía que esos que brillaba en algunos pantalones y playeras no era diamantina.
- ¡Esos te los he hecho yo, mi querido Príncipe! – Grito Lussuria con emoción.
Antes de poder decir algo la caja fue remplazada por la caja roja, sabiendo que eran lo que querían los demás simplemente la abrió, quedando sorprendido al encontrar una gafas naranjas sencillas pero que a los lados tenían puntitos morados y cerca de los vidrios una pequeña estrella del mismo color.
- Oí que Mukuro te dio un brazalete, pero nunca esta demás tener algo extra – Dijo de repente Mammon ganándose la atención de todos. – Estos te ayudaran a detectar las ilusiones y a la persona que las este creando, son como el monóculo de tus nieblas solo que son lentes y menos vistosos – Explico la ex-arcobaleno de la niebla desviando un poco la mirada.
Antes de que Tsuna pudiera agradecer el regalo, nuevamente le cambiaron la caja, ahora tenía en piernas la de color verde.
Sin esperar más el castaño abrió el regalo, quedando un poco en shock al ver el contenido, bueno, tenía que admitir que ya se lo esperaba.
Joyas.
Eso era lo único que había ahí, desde ostentosas hasta las más simples pero no menos bellas que las demás; había de todo ahí: Pulseras, collares, anillos, broches, gargantillas y muchas cosas más. Hubo algo que le llamo la atención, una gargantilla de color negra pero esta era tejida, el dije que llevaba era de una luna con algunas piedras naranjas que brillaban además de una pequeña estrella que en el centro era amarilla.
- Esta la eligió el Jefe personalmente – Soltó Lussuria, tomando la gargantilla y colocándose detrás del castaño para comenzar a ponérsela.
Mientras, Tsuna miraba asombrado a Xanxus que solo desvió la mirada, el castaño no pudo evitar que una hermosa sonrisa se le escapara, todos al verla tuvieron que desviar la mirada y aquellos que no pudieron simplemente se sonrojaron.
Nuevamente antes de poder hablar la última caja fue colocada en sus piernas, la caja negra con moño rojo era la última que quedaba.
Pensando que ya nada podía superar la anterior regalo, Tsuna abrió con un poco más de calma la caja, gran sorpresa que se llevó al ver su contenido.
- Shishishi un príncipe no pude ser un príncipe sin una corona – Dijo Bel riéndose un poco.
Eso era exactamente lo que había en la caja.
Una corona.
Plateada con formas de hojas en el frente, atrás y en los lados; las hojas eran piedras preciosas de color naranja, parecían ser topacios, además de decoraciones en oro.
Todos quedaron asombrados por tal pieza, Tsuna no sabía que decir ante lo que estaba en sus manos, jamás se había esperado algo así.
- Shishishi es momento de que te conviertas en un verdadero príncipe – Dijo Bel acercándose al castaño.
Una vez que estuvo frente a el tomo la corona y se la coloco en la cabeza, cuando se aseguró que estaba bien colocada, retrocedió unos pasos, solo para encontrase a un castaño totalmente sonrojado.
- Muchas gracias a todos – Logro decir Tsuna después de unos segundos de silencio al momento que les mostraba una de sus mejores sonrisas a todo Varia.
Después de eso cada quien se fue a arreglar para la cena pues solo quedaba una hora para que llegara, Tsuna solo se quitó la corona pero se dejó la gargantilla que exactamente cubría la cicatriz que tenía, cosa que le agrado mucho.
En el camino al comedor se encontró con alguien que no había visto desde su llegada a Italia...
- ¡¡¡Tsuna-nii!!! –
- ¡¡I-Pin!! – Exclamo sorprendido y feliz de ver a la pequeña. - ¿Dónde estuviste? – Le pregunto al momento de cargarla.
- Maestro – Respondió alegre la pupila del ex-arcobaleno de la tormenta.
Y de esta manera, charlando y riendo, ambos llegaron al comedor, donde ya algunos alumnos se encontraban ahí junto con sus guardianes del trueno y de la lluvia.
Al ver al niño vestido de vaca, la niña salto de sus brazos a jugar con él y al estar juntos comenzaron a correr por todo el comedor como era costumbre. Tsuna sintió las miradas de los pocos compañeros que había en el lugar, estas dirigidas en especial a su cuello, cosa que ignoro y se acercó al beisbolista para hablar.
Así entre risas y más llegaron los demás al comedor, al estar todos sus guardianes juntos comenzó la típica escena a la que el castaño y todos los relacionados con la mafia estaban acostumbrados, los que no solo los miraban aterrados.
Nono miro con atención a todos los estudiantes, le observo la sonrisa de su nieto y soltó un pequeño suspiro, sabía lo que tenía que hacer con tal de poder poner en marcha sus planes contra esos inútiles.
Reborn que sabía perfectamente lo que su viejo amigo pensaba decidió echarle una mano.
- ¡Cállense todos! – Grito Boreen-sensei. – Nono tiene un anuncio que dar – Agrego, cediendo la palabra al nombrado.
- Muchas gracias – Dijo Nono para después ponerse de pie. – Escuchen, después de pensarlo y discutirlo bastante, se ha decidido que las restricciones que tenían han sido canceladas – Anuncio para inmediatamente observar como los alumnos celebraban.
Claro está, que ellos jamás notaron las sonrisas sádicas que comenzaron a aparecer en varios rostros, mientras que un castaño solo le rogaba a cualquier Dios que sus compañeros de clases sobrevivieran a las cosas que les tenían preparadas su familia.
Al terminar la cena, varios alumnos se esparcieron por la mansión, ya sea a las diversas salas de entretenimiento o a los jardines.
La décima generación Vongola no fue la excepción.
Los guardianes fueron a reunirse con los ex-arcobalenos y los otros aliados a seguir planeando lo que harían con esos imbéciles. Mientras que Tsuna, al no querer saber nada de lo que próximamente pasaría, fue a reunirse con Spanner y Shoichi para hablar y revisar los últimos detalles para el gran día de mañana.
- ¿Todo esta listo? – Pregunto Tsuna al entrar a uno de los laboratorios en los pisos superiores.
- Todo listo Vongola – Contesto Spanner al ver entrar el castaño. – Solo hay una cosa – Agrego comenzando a comerse una de sus paletas.
- ¿Qué cosa? – Curioseo algo preocupado el décimo cielo.
- Es sobre ti, Tsuna-kun – Respondió Shoichi. – Nos tiene preocupados tu garganta, no sabemos si al activarla pase un efecto secundario, jamás supusimos que tendrías un daño tan grave – Explico viendo fijamente al castaño.
- De eso no se preocupen – Dijo Tsuna con una sonrisa.
- ¿Estás seguro? – Pregunto aun con preocupación el de lentes.
- Si, mañana al fin sucederá lo que hemos estado planeando desde hace meses – Exclamo feliz el castaño
Al ver la seguridad felicidad del cielo, ambos científicos ya no insistieron en el tema, total, lo que estaban haciendo era el deseo del décimo y ellos más que felices lo ayudarían en todo lo que pudieran.
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Al amanecer las cosas siguieron el curso de siempre:
Los alumnos y algunos invitados fueron despertados de manera brutal ( Esta vez fue una descarga eléctrica ).
La décima generación se levantó tranquilos y animados, en especial el cielo, pues este se veía más emocionado por alguna razón.
Al bajar a desayunar todo transcurrido de manera cotidiana, entre risas, platicas y cosas destruidas de parte de la décima generación Vongola, Varia y los ex-arcobalenos que usaban a Skull de pelota de playa.
- ¿Cómo te iras hoy Tsuna-kun? - Le pregunto Enma a su hermano mientras se evitaba otro florero de parte de la lluvia de Varia.
- Dino-san insiste que ocupe el carro, así que creo que lo usare – Respondió el castaño mientras comía su panque y a su lado pasaba un plato lleno de cereal.
- ¿Puede ir contigo? – Pregunto emocionado el peli rojo sin saber que con esa pregunta se ganó miradas asesinas de parte de los guardianes de su amigo además de que por detrás de él pasaba el ex-arcobaleno de la nube.
- ¡Claro! – Contesto alegre Tsuna, ignorando por completo a sus guardianes. - ¿No te molestan que vayan Spanner y Shoichi-kun? – Pregunto el castaño, evitando unos cuchillos de parte de Bel que habían sido desviados por Levi.
- No, será entretenido saber que han hecho en este tiempo – Dijo Enma, para después ver como su amigo de levantaba y atrapaba a Skull que iba hacia su cabeza.
Mientras que Tsuna revisa al ex-arcobaleno de la nube y que este se escondía detrás del castaño por las miradas dirigidas por la lluvia y el sol de los ex-arcobalenos....
Sin que ellos lo supieran o mejor dicho, sin que le tomaran importancia; todos los civiles miraban con odio a Tsuna, pues seguían sin creer que el más estúpido e inútil de la escuela tuviera un auto tan genial de parte de alguien tan fabuloso como lo era el maestro Dino, además de que se llevaba de maravilla con alguien tan importante como el Décimo de la empresa Simón. Deseaban que desapareciera del mundo, anhelaban terminar el trabajo que no se había podido completar antes pero cada vez que se le intentaban a cercar eran frenados por alguien cercano al castaño, ya se las arreglarían para mostrarle a Dame-Tsuna el lugar que le correspondía.
Al acabar de desayunar, los alumnos se fueron retirando a las limusinas, dejando solos a todos los relacionados con la mafia.
- ¿Si llevas tus pastillas Tsuna-kun? – Pregunto Yuni con algo de preocupación.
- Claro – Respondió el castaño mostrando la caja naranja para después volverla a meter en su saco, el mismo que le había dado ayer Nono.
- Linda gargantilla, Tsunayoshi-kun – Comento Byakuran con una sonrisa mientras comía sus malvaviscos.
Ante esas palabras Tsuna solo se sonrojo un poco, mientras tocaba con su mano el dicho objeto regalado por Xanxus.
Mientras que este último sonreía con arrogancia al ver que Yoshi usaba lo que él había elegido ( Aunque jamás lo admitiera ).
- Por cierto, ¿Dónde están las chicas? – Pregunto Yamamoto mientras se comía una manzana.
- Están arreglando unos últimos detalles de su nueva línea de ropa – Contesto Nono con una sonrisa.
- ¡Ya váyanse que se les hace tarde! – Les ordeno Reborn. – Y por cierto Dame-Tsuna, en la tarde tendremos un "Entrenamiento especial" – Le dijo con una sonrisa que le dio escalofríos a todos, en especial al castaño.
Rápidamente todos salieron corriendo del lugar, pero cuando creyeron que ya no los verían hasta la tarde regreso el castaño que estaba haciendo un pequeño puchero.
- ¡Reborn deja de poner a tus robots en tu lugar! ¡Me están dando miedo! ¿¡Cómo es que toman café!? – Grito Tsuna para después volver a correr hacia la salida.
Ante las palabras del castaño todos quedaron sorprendidos; Yuni que era la más cercana al Hitman le toco el hombro solo para que inmediatamente la cabeza de este saliera dispara y quedara colgando del cuerpo con un resorte.
Sobra decir que todos estaban más que sorprendidos y asombrados, ¡¿Cómo Tsuna había sabido que lo que estaba ahí era un robot y no el verdadero Reborn?!
De repente desde el techo cayó el ex-arcobaleno del sol a la mesa con una sonrisa.
- Ese Dame-Tsuna va mejorando – Comento el sicario.
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En el trayecto al colegio, Tsuna fue acompañado en su auto con Enma, Spanner, Shoichi y Gokudera, que después de una pelea con los demás guardianes, gano con el veredicto de que él era la mano derecha del castaño y por lo tanto no podía dejarlo solo.
Ya en la escuela las cosas pasaron con calma; mientras que los estudiantes trataban de entender las clases y no reprobar, para la décima generación fueron demasiado fáciles, incluso para Mukuro que no estaba muy relacionado con esas cosas había sido pan comido.
Nuevamente a la hora del almuerzo varios de los compañeros de clase intentaron acercarse al castaño, solo para ser detenidos ( Y en algunos casos, golpeados o "Mordidos hasta la muerte" ) por los guardianes del castaño. Algunas chicas volvían a intentar a acercarse a Enma y Dino, quienes las rechazaban lo más amables que podían, cosa que era a veces casi imposible por los comentarios que hacían estas.
Hasta el momento nada fuera de lugar o peligroso había ocurrido, cosa que solo aterraba un poco al castaño, pues sabía que si su familia aun no hacía nada, solo era señal que cuando el inicio sería más horrible de lo que él había imaginado.
Las clases siguieron su curso, cuando llego el momento de regresar a la mansión más de uno estaba aliviado; pero algo había extrañado a los guardianes y amigos del décimo cielo, este se encontraba más feliz y emocionado de los normal.
Más de una vez quisieron saber el porqué, pero cada vez que lo intentaban siempre recibían la misma respuesta:
- Lo descubrirán en la tarde – Decía el castaño con una sonrisa.
Al llegar a la mansión fueron recibidos por una nueva destrucción en la entrada de parte de Varia y los ex-arcobalenos.
Los alumnos intentaban ignorar todos los disparos y las explosiones, pero les era imposible. Cada vez que intentaban llegar a las escaleras para ir a hacer sus deberes, eran detenidos por un cuchillo que les pasaba muy cerca o una bala que les rosaba en los brazos, piernas y/o cara; además de evitar que les callera encima él bebe que siempre traía un casco que al parecer era utilizado como juguete por los otros bebés que por alguna razón les daba miedo.
El castaño al entrar y ver el panorama solo pudo suspirar, no valía ni siquiera la pena intentar calmarlos; sabía muy bien que a Varia le encantaba la destrucción y fuera o no parte del plan que tenían, él no los podría calmar hasta una o dos horas más. Así que como si no hubiera un campo de batalla a su alrededor, el castaño junto con sus amigos subieron las escaleras evitando de manera perfecta todo lo que llegaba a ir hacia a él, lo único que si paro fue el hecho de que Skull volvía a ser una pelota para lo demás antiguos portadores de los pacificadores.
Si sus compañeros subieron ilesos o no, ya no quiso saber.
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El resto del día pasó con gran tranquilidad para la mayoría, después de terminar sus deberes los jóvenes comenzaron a pasearse por la mansión y sus alrededores.
La décima generación solamente quería saber que era lo que planeaba su cielo, pero este siempre evitaba el tema. Ya todos habían notado ese cambio de humor pero el castaño no decía nada.
Pronto llego el momento de la comida y todo paso como en la mañana, solo hubo algo relevante al final.
Nuevamente los relacionados con la mafia quedaron solos en el comedor cuando el castaño se levantó de su asiento para llamar la atención de todos.
- Abuelito, ¿Hay un lugar donde nos podamos ver todos en hora y media sin que seamos interrumpidos? – Pregunto Tsuna, después de comer una de sus píldoras del sol.
- Por supuesto querido nieto, hay salón de buen tamaño en el cuarto piso, pero, ¿Para qué quieres saber? – Pregunto confundido Nono.
- Genial, me gustaría que todos estén en ese lugar a la hora acordada – Dijo alegre el castaño sin responder la pregunta.
- ¿Qué planeas Dame-Tsuna? – Le pregunto Reborn viendo fijamente a su alumno.
- Solo les diré, que si tanto quieren saber por qué estoy tan emocionado, vallan allí – Respondió Tsuna riendo un poco para después salir rápidamente del lugar.
Más de uno quedo intrigado por esas palabras y sus ganas de averiguarlo de inmediato eran enormes, pero, acordaron seguir las instrucciones del castaño y esperar un poco más, de todas formas, si eso estaba haciendo feliz a Tsuna, entonces no podía ser nada malo.
Cinco minutos antes del momento acordado, comenzaron a llegar todos al lugar y cuando se cumplió la hora y media, Tsuna junto con Spanner y Shoichi entraron; pero lo que les llamo la atención era que los últimos dos traían una curiosa maquina en brazos.
Esta parecía una esfera de color blanco, su tamaño era mediano pero algo pesado por lo que veían, alrededor de ella había lo que parecían ser seis luces naranjas y arriba se encontraba un pequeño agujero del tamaño de una moneda.
- ¿Qué es eso? – Pregunto Enma sin despegar su mirada de los científicos.
- Oooh, así que esta es – Soltó Dino sorprendido.
- ¿Sabes lo que está pasando Dino-san? – Pregunto el peli rojo mirando al rubio.
- Dejemos que mi hermanito explique – Respondió con una sonrisa Dino, mirando como dejaban la maquina en una mesa que se hallaba en el centro del lugar.
- Explica de una buena vez Dame-Tsuna – Ordeno el Hitman.
- Esta bien – Accedió el castaño con una pequeña sonrisa en su rostro. – Desdé hace unos meses, después de la batalla con Bermuda, me di cuenta que jamás había podido agradecerte como es debido, Reborn. Es gracias a ti que ya no soy el bueno para nada, el inútil y desechable de Dame-Tsuna. Siempre me has estado apoyando y de una manera u otra has logrado que no me dé por vencido, no solo eso, si no también que jamás te has apartado de mi lado cuando más te necesito, me has brindado lo que yo siempre soñé pero nunca creí conseguir: Amigos, una familia. Es por tu apoyo que eh llegado hasta donde estoy ahora. Pero de la misma manera el resto de los ex-arcobalenos que nos brindaron de su ayuda en la batalla o en otras situaciones. Por todo esto y más, hable con Shoichi y Spanner para poder darles este pequeño regalo que no logra abarcar por completo todo el cariño, aprecio y agradecimiento que tengo para todos ustedes y que creo jamás podre pagarles de la misma manera – Dijo Tsuna con voz tranquila y una hermosa sonrisa. - ¿Me harían el favor de colocarse alrededor de la esfera? – Añadió señalando el objeto en la mesa.
Todos los ex-arcobalenos y presentes se encontraban asombrados por las palabras del castaño, decir que no les había llegado seria mentir, incluso a los más cerrados esas palabras habían entrado directo a su corazón. Aun si poder salir bien del shock en el que se encontraban y sin decir alguna palabra, aquellos que una vez portaron un pacificador se colocaron alrededor de la esfera, quedando cada uno frente a una luz naranja.
- Todo listo chicos – Dijo Tsuna mirando a los científicos detrás de él.
Ante las palabras del castaño, Spanner saco un control remoto de su bolsillo y presiono un botón de color rojo.
Al momento de eso, ocurrió que las luces de la maquina comenzaron a parpadear, todos miraron como Tsuna comía dos pastillas azules, activando sus llamas de última voluntad. El castaño junto sus manos y llamas del cielo comenzaron a reunirse en sus palmas, Tsuna comenzó a mandarlas directamente al agujero arriba de la esfera.
Las luces comenzaron a brillar con más y más fuerza, entre más llamas entraban a la maquina mas era el brillo de estas.
De repente las luces brillaron casi del mismo tono que las llamas de Tsuna y emitiendo un pequeño ruido, seis rayos de color naranja fueron disparados hacia los ex-arcobalenos.
Un resplandor del mismo color cubrió sus cuerpos por unos momentos, Tsuna apago sus llamas en esos momentos y cuando él la luz desapareció, dejo ver algo que a todos los dejo asombrados.
- Les... Les dije que... Que funcionaria – Logro decir el agotado castaño, antes de caer inconsciente.
Mas sin embargo no logro tocar el suelo, un hombre con peculiares patillas logro tomar al cielo en sus brazos.
- ¿Cómo... Como es esto posible? – Pregunto atónito Nono.
- Les explicamos mejor después, mejor llevemos al Vongola a descansar – Dijo Spanner su tono de siempre.
- No se preocupen, solo está agotado por todas las llamas que uso, pero será mejor llamar Shamal por si las dudas – Agrego Shoichi con una pequeña sonrisa. – Solo le podemos decir que todo fue idea de Tsuna-kun – Soltó para después salir de la habitación seguido del rubio.
En la sala aun reinaba el silencio y como no estarlo si frente a ellos, aquellos que habían estado malditos, obligados a estar en cuerpo de un bebé: habían regresado a sus cuerpos originales.
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¡Y con esto regreso de entre los muertos!
A decir verdad no, solo que en las últimas semanas me ocurrió de todo y no había podido escribir ( Papeles para la Universidad y entro oficialmente mañana ) además de el maldito bloqueo que no se iba.
Bueno dejando mi vida de lado y sin aún hay gente que lea esto: ¡¡LAMENTO LA DEMORA!!
¿Qué les ha aparecido el capítulo?
¿Qué tal la sorpresa de Tsuna?
¿Los regalos de Varia? Recuerden dejarme sus ideas para los regalos de Tsuna de parte de los ex-arcobalenos.
El capítulo más largo de este fic, ojala les haya gustado, muchísimas gracias por sus comentarios y votos, realmente me animan demasiado n.n
Ojala pueda actualizar dentro de dos semanas, a ver cómo me va en la Uni.
Sin más que decir porque voy a prisas ( ¡¿Por qué tengo que imprimir doce documentos?! TT_TT ) ¡Hasta la próxima! n.n/
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