N.A:
Como ando sin inspiración, y los amo eternamente, A PUBLICAR ESTOOO.

GRACIAS POR LOS 600K DE LEÍDOS. AÚN NO LO CREO. KFKDKDKKKDKDKFK❤️

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Era San Valentín. Estaba en séptimo grado, y hacia ya un año que había dejado mi anterior ciudad.

—¡Hola! —gritó una chica de cabello pelirrojo con puntas celestes, apareciendo detrás de la puerta.

Ella era Rose Hamiltone: mi mejor amiga desde que llegué aquí. Tenía ojos marrones, y amaba el color celeste. De todas las chicas de séptimo grado, era la más amada; era dulce, divertida y genial. Además, tenía muchos chicos detrás, aunque ella no lo sabía.

—¿Estás lista para la fiesta de San Valentín? —me preguntó ella, entrando a mi casa. Negué con la cabeza.

—No iré —dije. Ella ahogó un grito.

—Oh, no. Sí irás —dijo Rose. Corrió escaleras arriba, y bajó al cabo de unos minutos. Traía un balde con agua.

Demonios.

Comencé a correr como si no hubiese un mañana, y al cabo de unos segundos, estaba en el patio. Acorralada.

Como era de esperar, no sólo me lanzó el balde, sino que me tiró a la pileta.

—¿Ahora qué dices? —me dijo, cruzándose de brazos. Yo seguía en la pileta.

—Esto —dije, antes de agarrar su pie y lanzarla a la piscina. Comenzó a insultarme en alemán; es algo que aprendió en la academia cuando era niña.

Al cabo de un rato, en el que ella me convenció de ir a la fiesta, estaba vestida y peinada en el auto yendo a donde generalmente se hacían los eventos; el patio de mi escuela.

Al entrar, divisamos chicos de secundaria. Primer año, segundo, tercero, cuarto y la mitad de quinto estaba allí. Séptimo grado también, aunque demás cursos primarios no.

Hasta las dos A.M. no ocurrió nada extraño. Pero cuando estaba a punto de irme, un chico me sacó a bailar. Era de segundo año, y su amigo estaba bailando con Rose. Lo rechacé, agarré la mano de Rose que estaba a punto de besarse con aquel chico, y la arrastré hacia el guardarropas. Pedimos nuestros bolsos, y salimos afuera, en donde nos esperaba mi madre.

—¿Cómo la pasaron? —nos preguntó mi mamá a ambas. Rose estaba cruzada de brazos en el asiento trasero; claro está que había conseguido el número del chico, ¡pero ella me lo recordaría por el fin de los tiempos!

—Bien —respondí. Al cabo de un rato, mi madre se golpea la frente, en señal de que se había olvidado algo.

—Revisa en el pequeño cajón delante tuyo. Hay una carta y unos chocolates para ti; los dejó un chico, antes de salir corriendo rojo como tomate —dijo ella. Abrí los ojos, mientras que Rose se acercaba un poco para ver de qué se trataba —. Espero que no te moleste que me haya comido la mitad de la caja —se encogió de hombros.

Y mi madre no mentía.

"Eloise:

Sólo quiero que sepas que eres hermosa, y que realmente me gustas. Soy dos años mayor, sin embargo.

Iba a sacarte a bailar, pero cuando vi que Liam, un idiota de mi curso, lo hizo, me arrepentí.

Ya te estás yendo al guardarropas a buscar tus cosas. Debo apurarme.

Adiós, te quiero.

-No necesitas saberlo, no aún".