N.A:

Demonios, tardo demasiado en actualizar y lo sé.

Tienen todo el derecho del mundo a golpearme con zapallos.

PD: El episodio es más corto de lo normal bc ando un poco... ¿bloqueada? Con esta novela en particular. No tengo ganas de escribirla últimamente. Siento que todo lo que yo pongo por aquí, es la basura más grande en todo el universo.

Y el problema comienza con que no quiero terminarla.

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El segundo día, fuimos al supermercado.

—¡Sólo compren cosas necesarias! ¡Nada de andar comprando cosas como patatas fritas! —gritó T. Todos giramos la cabeza hacia ella, y nos miramos entre nosotros. Cada uno bajó su elemento inservible: Doritos, caramelos, entre otros.

—La carne sí es necesaria, ¿no es así? —preguntó Will. T asintió.

—¿Alguno sabe cómo cocinarla? —pregunté. Todos negaron con sus cabezas —. Entonces déjala. No queremos quemar una cabaña.

Nos dividimos en grupos de a dos, e hicimos listas de lo necesario. A T y a mí nos tocó la comida.

En el carrito teníamos pre-pizzas, pan, queso, jamón y mayonesa. Todo iba bien, hasta que pasamos al lado de la Nutella.

—¡OH, DIOS, AQUÍ VENDEN NUTELLA! —grité. T ahogó un grito.

—Sí, pero sale carísima —dijo ella. Ambas nos miramos, y sacamos la cuenta.

Si dejábamos las tres pre-pizzas, nos alcanzaba para la pequeña. Nos miramos, y mientras que una ponía la Nutella en el carrito, la otra corría con las pre-pizzas en la mano para dejarlas en donde estaban.

Llegamos primeras a la caja registradora.

—¡Pase todo rápido, por favor! ¡No pueden ver la Nutella! —grité. La que atendía me miró extraño, pero asintió. Pagamos, y agarramos las bolsas. Esperamos afuera del complejo comercial.

Cinco minutos después, salieron Jake, Will y Connor con bolsas en sus manos.

—¿Y Jamie, Will? Se suponía que tú debías comprar junto a ella —le dije.

—Está ayudando a los chicos con las bolsas. Compraron en exceso, a comparación de ustedes —me respondió Will. Me encogí de hombros, y esperamos.

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CONNOR'S POV

Pasaron diez minutos y aún no volvían. Me adentré en el supermercado para buscarlos, y apenas entré, vi a Sebastián discutiendo con el guardia de seguridad.

—¡Yo no robé, señor! ¡Le juro que no sé cómo llegó ese estúpido par de lentes a mi mochila! —gritaba Sebastián. Vi a Luke, y lo estaba defendiendo. En cuanto a Jamie, ella sólo sonreía maliciosamente detrás de él.

Oh, no.

Me acerqué a ella, y la aparté de Luke y Sebastián.

—¿En serio? ¿Eso es lo que quieres hacer? ¿Tachar a Sebastián de ladrón? —le pregunté. Ella asintió, pero jamás dejó su sonrisa malvada.

—¿Eres idiota o te haces? Si Eloise llegara a entrar, verá todo ese escándalo y el plan irá más que genial. Lo odiará, Connor —me dijo ella —. Luego se aclarará que no fue él, e invntaré que vi a un niño metiendo eso en su mochila. Le haré creer a mi hermana que amo a Sebastián, y se pondrá más que celosa. Luego se confesarán su amor eterno y todas esas patrañas que a nadie le importan. Y se repetirá el patrón millones de veces, con diferentes situaciones. Es simple.

—¿Acaso no se te ocurrió informarme antes de todo esto? —le pregunté.

—Le dije a Hadye... —respondió Jamie. Solté un suspiro muy sonoro.

—Haddye ya no es la líder de esta parte del plan —le dije. Ella me sacó la lengua.

—Es mejor que tú, al menos —me dijo ella.

—¿Disculpa? —pero no me escuchó. Se fue, después de golpearme suavemente con la palma de su mano.