76 (parte dos)
PD: 24 capítulos restantes.
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SEBASTIÁN'S POV
—Gira a la izquierda en setescientos metros —se escuchó decir a una voz femenina computarizada. Era el GPS —. Seiscientos metros. Quinientos. Cuatroscientos. Trescientos. Doscientos. Cien. Se ha pasado del camino. En trece kilómetros realice la vuelta en una rotonda.
Giré hacia Jake para preguntarle por qué demonios no había girado, pero no llegué a siquiera hacerle la pregunta, porque comenzó a tocar cosas del automóvil sin control. Parecía loco.
—¡Demonios, esta cosa no frena! —gritó él. Un ruido ensordecedor cubrió al vehículo, y en cuestión de segundos un humo negro comenzó a salir de la parte delantera. Lentamente el auto iba frenando.
—¿Qué... qué sucedió? —pregunté, una vez que el automóvil frenó por completo y pasamos segundos en shock. Jake se limitó a encogerse de hombros y buscar con la mirada al control del vehículo.
—El mismo error de siempre. A decir verdad, no sé cómo arreglarlo —dijo Jake, que con los ojos muy abiertos no paraba de ver al tablero. Me bajé del auto y abrí la parte delantera del coche.
Más humo negro y espeso salió de allí.
—¡No, estúpido, eso es tóxico! —escuché gritar a Jake. Me corrí a un lado muy rápidamente, al mismo tiempo que sentía mis pulmones arder y el picor de mi garganta. Comencé a toser y me acosté a un lado de la carretera. Uno, dos, tres, inhalo. Cuatro, cinco, seis, exhalo.
Cuando me calmé, observé a Jake que me ofrecía su mano para pararme. Resoplé y me paré por mi propia cuenta.
—¿Cómo solucionaremos esto? —al decir estas palabras, Jake frunció ligeramente el ceño.
—Lo que acabas de decir es estúpido. No se puede arreglar si no hay un mecánico —respondió él a la defensiva. ¿De qué? No lo sé —. Saca todo del auto, porque pediremos ayuda.
* * *
Una hora después nos encontrábamos en el auto de una señora mayor con sus dos nietos. Nos estaban llevando a la gasolinera, en donde llamaríamos a un mecánico y traeríamos nafta para los varados a quién sabrá cuántos kilómetros.
—¿Seguros de que no me matarán? —replicó la anciana, por séptima vez en el viaje. Jake y yo asentimos.
—Vamos, abuela, se ven buenos chicos —se oyó decir a la niña pequeña que se sentaba detrás.
—Hoy en día, hasta los criminales lucen así, ¿sabes? Es difícil reconocerlos —siguió la anciana.
—Abuela, no generalices. No todos son criminales. No todos roban. No todos matan. Y no creo que estos humildes chicos sean como tú crees que son —dijo el chico, uno de sus nietos, que se sentaba en la parte del copiloto.
El resto del viaje transcurrió en silencio, con largos y pesados suspiros, al igual que risas de la pequeña al ver su teléfono móvil. Estaba leyendo algo.
—¿Qué lees? —le preguntó Jake a la niña. Ella abrió los ojos como platos y bloqueó su celular.
—Algo que no te incumbe —respondió ella, en un susurro.
Esa niña actuaba extraño.
* * *
Jamás había estado más feliz de llegar a una gasolinera.
La anciana y sus nietos se fueron luego de comprar dulces para lo que quedaba del viaje, así dejándonos solos y a la deriva.
Cuando llegamos al teléfono público que había en la gasolinera, agradecí internamente.
Jake rebuscó en sus bolsillos algo. Me dijo que yo también buscara monedas.
Pero entonces fue cuando caí en cuenta de algo:
No traíamos monedas para el teléfono público.
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N.A:
Perdón por el capítulo tan corto. Es que estoy desde el móvil porque mi hermano usa la computadora desde hace días -.-
Y perdón por la tardanza :(
PD:
Me faltó aclarar algo en el capítulo anterior, y es que les dejan todos los bolsos que cargaban y tal a la camioneta de Luke xD
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