49 (parte tres)
N.A:
PARTE SETENTA.
AI CAAANNNTTT.
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—¡Ya llegamos! —escuché gritar a uno de mis compañeros. Lo único que recuerdo luego, es que estaba en el césped con mi bolsa de dormir sobre la panza y mi bolso cayendo directamente hacia mi cabeza. Rodé, pero no fue suficiente para parar a mi maleta (que podría recibirse de bolsa de boxeo profesional).
Alguien me sujetó junto a mis cosas, y me llevó como una bolsa de papas. Era Sebastián, con una sonrisa en el rostro. Jake pasó cerca, sin siquiera mirarme. Pero sí vio a Sebastián, y debo admitir que con una mueca.
Al cabo de un minuto estabamos en frente de unas cabañas. ¿Acaso nos habían hecho traer bolsa de dormir para nada?
Sebastián me guió hacia una cabaña en donde estaba T dejando su bolso en la cama de arriba. Demonios, yo quería la de arriba.
—¿Dónde la dejo? —preguntó Sebastián, a lo que T respondió: «Por ahí».
Sebastián me miró con una sonrisa maliciosa y supe a dónde iba a parar. Me soltó de pronto y reprimí un grito al caer sobre la alfombra.
—¡Casi muero! —dije con un gesto exagerado, aún en el suelo. Sebastián dejó mis cosas sobre la otra cama de arriba que yo no había visto, mientras que entraban Sophie, Marie e Isabella. Él me miró ahogando una risa.
—Fue medio metro, Eloise —dijo Sebastián, acercándose a donde yo estaba; bingo.
Lo agarré de las piernas, haciéndolo caer. Habría impactado contra el suelo si yo no hubiese colocado almohadones allí. Me levanté de un salto, y sonreí.
—Así que medio metro, ¿no? —pregunté a mi amigo que estaba mirándome desde el suelo con expresión divertida. Estaba a punto de cruzarme de brazos, pero alguien me empujó, haciendo que yo cayese a un lado de Sebastián. Ambos nos miramos y estallamos en risa.
—Yo no sé qué es tan gracioso —dijo Isabella, sentándose en su cama. Marie suspiró.
—¡Estabamos intentando crear un Seloise moment, pero salió fallido! ¡Aborten la misión, caramba! —gritó Sophie, fingiendo que sostenía un Walkie-Tokie en sus manos.
Echamos a golpes y patadas a Sebastián, acomodamos todo y estabamos dispuestas a salir, pero a Isabella se le ocurrió la estúpida idea de recorrer la cabaña. Pasamos por las dos cuchetas y la cama individual, y pasamos al baño.
Todas gritamos, excepto Sophie.
—¡AAAAAAAH, VAMOS A MORIR, ESA COSA VA A MATARNOS! —gritó Marie, desde el suelo.
—Chicas, sólo es una mariposa... —comenzaba a decir Sophie. Nadie la escuchó.
—¡MALDITA SEA, YO QUERÍA ABRAZAR A MI GATO ANTES DE MORIR! ¡MORIRÉ SIN ABRAZAR A MI PEQUEÑO GRISS! —grité intentando abrir la puerta.
—Uf —dijo Sophie, mientras abría la ventana.
—¡DEMONIOS, CREO QUE ME CONVERTIRÉ EN UNA MALDITA
MARIPOSA HUMANA, SE ACABA DE POSAR EN MI BRAZO! ¡QUÍTENMELA DE ENCIMA, AYUUUUUDAAA! —gritó T una vez que la mariposa se apoyó en su codo, para luego salir volando hacia arriba cuando ella movió sus brazos como loca.
—Mariposita, ven aquí... —cantaba Sophie, señalando la pequeña ventana abierta.
—¡JAMÁS CONOCERÉ A ZACK EFRON, LA VIDA YA NO ES VIDA PARA MÍ! —gritó Isabella agitando sus brazos.
Sophie rodó los ojos, al mismo tiempo que la mariposa salía por la ventana y todas nos tranquilizábamos. Salimos del baño y esta vez, sí estabamos dispuestas a salir.
Afuera había una mesa llena de adolescentes riendo y haciendo ruido. Todo el camino hacia el pequeño puesto de comida, T decía que comenzaba a sentir que sus alas crecerían, así dejando paso a una mariposa gigante dispuesta a matar a todos. ¡Oh, y sería de color celeste!
Nos dieron un sandwich y un jugo a cada una, mientras que el sol lentamente se escondía. Colocaron música por un parlante pequeño que estaba en una de las esquinas, y fuimos a sentarnos junto a Luke, Sebastián y Will. El último mencionado, al verme, bajó la vista por unos segundos, para después volver a la normalidad.
Luego de un rato, pasaron una canción muy conocida en mi curso, a la cual modificamos.
—¡Todos queremos hacer locuras contigo, que nos llamen locos de una vez! ¡Que parezca un accidente, y Will caiga de un puente! Locuras contigo, ¡que nos llamen locos de una vez! Que parezca un accidente, ¡y Marie sueñe que arma fuentes! —cantamos —. ¡CUARTO E, DE FIESTA!
Cuarto E era nuestro curso, puesto que éramos cuarto año, de la quinta división.
—Aquí de fiesta con todos, brindemos al suelo. Pasemosla bien. Tranquilos que eso de olvidar amores, con un jugo multifruta, de noche funciona —seguimos cantando. Debo admitir que por como movíamos los brazos, parecíamos peces fuera del agua —. Todos somos fanáticos de los cerditos. Nos tomamos un Baggio frente al mar. ¡Nos pusimos bien de verano, demasiado lindos; se nos declararon! ¡Los otros se pusieron bien de verano, demasiado feos; ya los golpeamos! —cuando terminó la canción, reímos por nuestra gran desafinación. *
N.A: La canción es "Locuras contigo", de Rombai.
Los demás cursos nos miraban expectantes. Todos se pararon al mismo tiempo que comenzabamos a dispersarnos, puesto que había aparecido el director diciendo que vayamos a nuestras cabañas. A medio camino, me distraje mirando el césped, y por eso no me di cuenta cuando alguien sujetó mi mano y me tironeó hacia atrás de un árbol. Cuando me di cuenta de aquello, golpée a quién sea que haya estado llevándome. Ahogó un grito y pude ver su cara; era Jake. Aún sujetaba mi mano.
—¿Qué diablos quieres ahora? —le dije —. Suéltame, o gritaré.
—No te haré daño, Eloise. Es que... —Jake hizo un silencio —, quiero hablar. Yo... —apoyé mi mano en su cara, y comencé a reír.
—Ya me dijiste todo hace meses, Jake. Pero tus palabras ya no me hacen efecto. Simplemente... tú ya no me haces efecto. Lo sé porque tú no me esperaste —le dije, aún con mi mano en su cara y una pequeña sonrisa en mi rostro —. No me esperaste —susurré.
—¡Maldita sea, Eloise, es que tardaste tanto! —casi grita él. Apreté mis dientes y entrecerré los ojos
—. Yo te amaba...
—Si tú amas a alguien, por más que esté a miles y miles de kilómetros de distancia, lo esperas. Lo esperas porque tu corazón no te permite fijarte en nadie más —le dije rápidamente —. Y tú no me esperaste; tú no me amaste. ¿Pero sabes qué? Ya no me importa. Dejé de llorar por ti hace mucho tiempo, y no pienso volver a hacerlo —comencé a gritar, y cuando me di cuenta, paré —. Ya no hay nada que hablar, Jake. Me dijiste que me esperarías, así llueva, truene, relampagué o granice. Pero rompiste esa promesa. Y me alegro de eso, porque gracias a aquello, conocí a personas mucho más especiales, divertidas, con mayor belleza interior, un gran espíritu y sonrisa cautivadora. Y sí, acabo de decir que Sebastián tiene una sonrisa malditamente cautivadora.
Él se quedó callado, mirándome con los ojos bien abiertos. Hice una mueca, me di media vuelta, y me marché.
Y él no hizo nada para determe.
Y me alegro demasiado, porque sólo tal vez... no me hubiese dado cuenta que Sebastián, era la persona más importante que pisó mi vida.
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N.A:
¡Hola beiezas! ❤️
Escribo esto desde mis notas, para luego, cuando lo pase a Wattpad, subirlo. Cosa que me he dado cuenta que la preciosa aplicación color naranja me cambia los guiones largos, por guiones cortos.
Conclusión: Wattpad me odia.
Fuera de eso, gracias por leer. No me dice cuántos votos, leídos, comentarios y en qué puesto estoy, pero les agradezco infinitamente por todo eso. Sé que mi desaparición me hace ver desagradecida, pero realmente les agradezco hasta el infinito y más allá, ida y vuelta. ¡Ah, y a paso de tortuga! :D
Oh, y sé que dije que no publicaría capítulos hasta Febrero/Marzo, pero weeeno, no resistí xD
Cosa que el internet anda fatal, y hay veces que no me dejan ir a la plaza (sólo hay internet en la plaza, que está a... ¿seiscientos metros? De la casa de mi abuela. Ya, sé que es poco, pero, ¿pueden culpar a una niña de que su madre y su abuela no dejen que vaya sola? Por eso siempre voy con mi primo o con mi hermana, y sólo hasta las nueve P.M., y eso que volvemos de la playa a las... ¿ocho y media, si hay buen día?). Pero intentaré actualizar lo más posible D:
Aunque no quiero terminar esta novela estando aquí. No quiero, simplemente, no quiero.
Y yaaaaa, era eso.
❤️ LOS AMOOO ❤️
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