—¡Eloise! —dijo Sebastián, por detrás de mí. Estaba cargado por dos bolsas repletas de caramelos. ¿Qué cómo las ganamos, teniendo ya dieciséis, casi diecisiete años? Existen las manos rápidas, y los cambios de disfraces, amigos —. ¿Puedes esperarme? —negué con la cabeza, y seguí corriendo. Si llegábamos a casa a tiempo, podíamos volvernos a cambiar por otros disfraces y...

Sebastián me agarró de la mano, y yo casi me tropiezo con mis propios pies. Giré la cabeza, y le saqué la lengua. Él me soltó la mano, pero a cambio, me dio una de las bolsas de caramelos.

—Será mejor que me ayudes, o moriré caminando —dijo Sebastián. La bolsa que él me dio pesaba mucho, por lo que decidí llevarla sobre mi espalda. Mala idea, a decir verdad, porque mi espalda comenzó a parecer más bien una joroba.

—¿Y cómo no? —dije yo, como si fuera obvio —. Eres muy débil —Sebastián pusó una mano sobre su pecho, con gesto dramático.

Muchos pensarán, que él decidió cargar las dos bolsas, pero...

Les recuerdo que él, es Sebastián.

Puso la otra bolsa sobre mi espalda, y se fue corriendo. Menudo imbécil.

—¡Ven a ayudarme, maldito débil! —grité, mientras iba a paso de tortuga por el peso sobre mi espalda. Pero él siguió corriendo, a pesar de mis gritos. De pronto, siento que el peso sobre mi espalda, desaparece. Miro atrás, para verificar que aún las llevaba.

Y logré observar a T Smith con mis dos bolsas de caramelos en las manos.

—¡SEBASTIÁN! ¡SE ROBARON LAS BOLSAS! —comencé a gritar. Sebastián, al escuchar la palabra 'robaron', se dio vuelta. Al ver que los caramelos no estaban, comenzó a seguirme, mientras que yo perseguía a T.

—¡DEVUELVE ESOS DULCES! —gritó Sebastián. Luke apareció al lado de T, al verla algo cansada por las bolsas, y se las quitó de encima. Él se puso los dulces a los hombros, y corrió hasta lo que parecía una casa embrujada. Entró, seguido por T y dos niñas más, a las cuales distinguí como Myra y Grace.

—¿Entramos allí? —le dije a Sebastián, algo cansada. Él asintió.

Cuando abrimos la puerta, se escucharon pisadas subiendo las escaleras, así que nosotros decidimos subir, ya que pensamos que eran T, Luke, Myra y Grace.

Y lo eran, porque pude distinguir la cabellera rubia de Grace y T, entrando por una de las habitaciones de la derecha.

Entramos a esa habitación, y los encontramos a los cuatro en el piso, comiendo dulces. Al vernos, la cara de Myra cambió.

—¡Estúpido! —le dijo ella a Luke —. ¡Dijiste que habían dejado de seguirnos!

—¡Pensé que habían dejado de seguirnos! —dijo Luke.

—¿Podemos compartir los dulces? —dijo Grace, con los ojos más tiernos que jamás había visto. ¿Cómo negarse?

—Uhm... ¿está bien? -dijo Sebastián, algo apenado. La cara de Myra cambió, a una mucho más feliz.

—Ahora... —dije yo, sentándome en el piso —. ¡Contemos historias de terror!

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N.A:

HOLAAAAA ♥

Okay, siento no haber podido actualizar más temprano, es que tuve que irme a la casa de una amiga :(

But, ¡AQUÍ ESTOY! ♥

Ahora, me tengo que ir a la casa de mis tíos, así que, la segunda parte la subo mañana :( ♥

PASEN BONITO LO QUE QUEDA DEL DÍA ♥