100 (final)
N.A:
Demonios, el 14 de Octubre se cumple un año desde que comencé esta historia. Mi corazón está a punto de romperse.
PD: Hoy es 26 de Agosto. Hola, Cami del futuro.
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NARRADOR OMNISCENTE.
No era nada extraño encontrarlos juntos, no a esas alturas. Y es que si los recuerdos de estos cuatro chicos hablaran en voz fuerte y clara, probablemente el mundo se taparía los oídos: eran un desastre.
No voy a hablar de otro recuerdo que no sea el de esa noche de treinta y uno de diciembre, pues creo que no sería un buen punto para empezar a narrar... no si hay gente que se sabe de memoria los sucesos ocurridos en ese año.
Bien, empezaré de nuevo.
Treinta y uno de diciembre. Faltaba una hora para que el mundo haya hecho una vuelta más, y estos cuatro chicos parecían saberlo. Y no iban a moverse de sus asientos hasta brindar con los vasos descartables llenos de gaseosa dietética, a las doce en punto.
—¿Qué creen que pasará el año siguiente? —preguntó T, arrancando un poco de pasto del suelo—. O sea... ¿no le tienen miedo a esto del último año de secundaria? —Sebastián negó lentamente con la cabeza.
—No seas tonta, no le tengas miedo a algo que sabíamos que iba a pasar —dijo él.
—Quizá no. ¿Y si me arrolla un camión un segundo antes de entrar a clases? —propuso T, de una manera que quede en claro de que era broma.
—Si no traías tu celular encima, me lo quedaría de herencia —aportó Eloise, haciendo referencia al nuevo teléfono que le habían regalado a su amiga en Navidad—. Apuesto a que anda más rápido que el camión.
T rió y se acomodó en la silla.
—Es que han pasado muchas cosas este último año que jamás creí que fueran a pasarme justo a mí —dijo ella, mirando el cielo con una expresión soñadora (y un poco dramática).
—¿Cómo cuales? —le preguntó Luke.
—Hacerme amiga de Eloise, por ejemplo —T se rascó la oreja, intentando ocultar con su manga el breve disgusto que había ocasionado—. Al principio me caía tan, pero tan mal —alargó el segundo "tan"—. Tenía más ganas de golpearla con el libro de física antes que me hable un segundo más. Hasta que seguí conociéndola y creo que me di cuenta de lo parecida que era a mí, de lo genial y poco convencional amiga podría llegar a ser en algunos casos.
»Otra cosa que realmente me extrañó fue encontrar a mi hermano. ¿Lo más sorprendente? Había sido compañero mío de clase desde siempre. Y no haberme dado cuenta.
Sebastián sonrió y asintió lentamente.
—Volver a hablar contigo, tal como hacíamos el año pasado —le dijo T a Luke—. Ser tu novia, específicamente.
»Hacer amigos nuevos, conocer lugares únicos, probar comidas nuevas, escuchar música al volumen más desastroso del mundo, leer más, expandir mis horizontes, crear historias y así de fácil terminarlas. Aprender cosas nuevas, hablar con gente que no veía desde hace tiempo, vivir uno de los mejores años de toda mi vida.
—Jamás me había puesto a pensar en eso —dijo Eloise, frunciendo el ceño—. Nos quejamos siempre y no nos damos cuenta de lo que tenemos o de lo que hacemos. Es extraño, se transforma en algo cotidiano. Y no debería serlo.
Se quedaron los cuatro en silencio, observando sus uñas.
Entonces ahí apareció un dragón y los mató a todos con su vómito arcoiris, que en parte era mega radioactivo.
N.A: Chiste, chiste. Quería meterle un poco de humor —o confusión— a este cliché. De todos modos, creo haber leído algo parecido en algún lado (sólo que con un auto y en la escena más romántica de la historia). Así que por favor no me griten que hago plagio de frases chistosas. ¡Sólo intento sacarles una sonrisa! ¡Sonríe, vamos, que probablemente lo sienta hasta aquí!
Los dejo leer.
PD: Retomamos en lo de las uñas.
Ninguno sabía cómo reaccionar, no en ese momento. Parecían todos unos estúpidos, simulando reflexionar en lo mismo, cuando realmente estaban pensando cosas totalmente distintas.
—¡Que alguno diga que tengo razón, maldita sea! —pensaba Eloise.
—Quizá falten menos de cinco segundos para año nuevo —pensaba T.
—¿En qué novela se perdieron estas dos? —pensaba Luke.
—¡UNA AVISPA! ¡UNA JODIDA AVISPA JUSTO ENCIMA DE MI CABEZA! —no pensaba, sino gritaba internamente Sebastián. Para no parecer una niñita, sólo simuló peinarse con la mano y así poder ahuyentarla. Y lo logró.
Comenzaron a hablar de cosas absurdas, casi tanto como lo eran ellos. Cuatro adolescentes sentados en el suelo, charlando sobre por qué existían personas a las que no les gustaba el pan.
—Se supone que el pan es algo de los católicos. Debería ser de gran importancia, ¿no? —decía Sebastián. Ahí era cuando llegaba T y le contradecía agregando que no todos eran católicos.
Se armaron su propio debate sobre el pan. Argumentaron sus opiniones como si realmente importasen, y estaban teniendo una buena charla hasta que sonó la alarma que Luke había puesto en su celular para indicar que faltaba un minuto para año nuevo.
Los jóvenes largaron sus papeles de abogados del pan o anti-alimentos con harina y corrieron hacia la cerca de la casa del vecino. Por arriba era plana, por lo que no suponía ningún problema el sentarse sobre ella. Colocaron los vasitos de plástico en el medio (que eran el regazo de Luke y T) y los llenaron de gaseosa. Se acomodaron un poco mejor, y miraron el cielo.
Tres.
Dos.
Uno.
Cuando empezaron a escuchar los gritos, acercaron sus vasitos en una clase de brindis un poco deforme. Luego se llevaron el líquido a los labios e iniciaron un nuevo año juntos.
* * *
—¡Mira sus caritas! —gritó Jamie, viendo a sus nuevos hermanitos. Una niña y un niño; mellizos.
—Pf, serán tan feos como nosotras —dijo Eloise, a quien no le emocionaba mucho el tener nuevos familiares—. Además, ¿Zoey? ¿Lautaro? Cada nombre tiene descendencia distinta —se cruzó de brazos—. Quedan tan mal juntos. Ojalá que sean buenos amigos.
Jamie se limitó a lanzarle una mala cara y cambiarle los pañales a la pequeña Zoey. Eloise no quería a esos mocosos —como ella los llamaba—, pero en el fondo amaba cada pestañita de estos dos seres humanos tan puros como podían llegar a ser sus hermanos.
—¡Mamá, papá! —gritó Eloise mientras se calzaba las zapatillas. Su madre apareció por la puerta, con la expresión cansada y un aspecto desagradable a la vista. Sí, otra persona más al que el asunto de los nuevos bebés estaba trayendo problemas de sueño—. Voy a salir. Quedé en encontrarme con Sebastián en la puerta de la casa de nuestra compañera Sophie. Luego iremos a tomar un helado en cuanto nos de la cara para movernos de las cómodas sillas del parque de niños —su madre parpadeó varias veces, como intentando procesar la información. Luego de un rato, asintió y dejó ir a su hija.
Eloise hace ya casi un mes que había vuelto con Sebastián, desde esa noche de Año Nuevo en donde T y Luke los convencieron de que se amaban.
Eloise caminó hasta la casa de Sophie y ahí estaba Sebastián, con sus típicos jeans y el nuevo corte de cabello que marcaba sus lindos rasgos. Ella lo observó por unos segundos y lo abrazó.
Le agradaba tenerlo allí.
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N.A:
Y así llegamos al fin de una linda historia que me trajo tantas sonrisas como alegrías. Creo que no estoy llorando porque no quiero asimilar que luego de el epílogo, los agradecimientos y dejaré de escribir aquí.
Me duele mucho.
#VOYALLORARTODOELFINDESEMANA
Ahora... ¿hago una tercera parte o no? Respóndanme ustedes, quiero saber qué piensan. Aunque la decisión la tomaré yo, me gusta esto de escucharlos.
Sería más corta que Verdad o Reto y Qué Prefieres, y tendría de personajes a mi adorada Grace, o quizá Myra. No podría decidirlo aún.
No quiero que lo tomen como definitivo. Yo... ya he invertido más de un año de mi vida escribiendo dos novelas que —no puedo mentir— marcaron un antes y después en mi vida. Con estas historias aprendí que me siento yo misma en esto. Que escribir, así lo haga bien o mal, es lo que me gusta. Lo que quiero hacer, y sin descansar. Lo sé, estos textos no son la gran cosa, me queda mucho por aprender y quizá debería empezar a hacer capítulos con menos relleno, pero poco a poco, paso a paso, es que voy yo.
Y me enorgullezco tanto de esto.
Pero es momento de continuar, escribir cosas nuevas y no limitar a mi mente. Quiero aprender a hacerla tener vida propia, que maneje a mis manos sobre el teclado y las lleve hacia algo que me termine de convencer de una vez por todas.
A eso me refiero con que tengo dudas.
Ahora, uhm, pues, ¿bien? No es nada seguro lo que estoy por contarles.
Desde Diciembre del año pasado tengo la loca idea de escribir algo que valga realmente la pena. Que no sea cliché y que no me cause arcadas por los tremendos horrores que cometo. Si lo logro... ¿me apoyarían? No sé si se me entiende, pero me agradaría muchísimo algún día tenerla en mis manos.
Y que no sea un desastre.
No sé si se me entiende el punto, pero bueno. Creo que no lo hago solamente porque bueno, a decir verdad sí soy muy pequeña (quizá demasiado) para ya pretender escribir una historia de verdad, y que cause emociones en la gente. Repito: es una idea disparatademente loca.
Ahora, llegó el punto de la emoción...
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG!
¡MUCHÍSISISISISISISISISISISISISISIMAS GRACIAS POR LEER ESTO, Y Y Y Y NO SÉ, POR TODO LO QUE HACEN POR MÍ! ♥
No les diré mucho ahora pues quiero guardarme todas las palabras de agradecimiento para tenerlas en el video que grabaré para ustedes en los Agradecimientos. Jsjsjsjs.
¡LOS AMO, MUCHAS GRACIAS POR AGUANTARME!
Los veo en el Epílogo beibis ♥
PD: No está lloviendo.
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