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7

Ilhan antes de que me fuera de la velada me dio su número de teléfono, pero no le mandare algún mensaje hoy, le hare esperar varios días, mi chofer esa vez no estaba con algún audio libro, cosa que agradezco en silencio porque me llega aburrir tanta cursilería.

—Señora un auto nos está siguiendo — dejo de observa por la ventana al escucharlo, me muevo en el asiento trasero para mirar y en efecto un auto oscuro nos sigue.

—Desaste de el — es lo único que digo y me vuelvo acomodar en el asiento, mi chofer asiente con la cabeza e incrementa la velocidad, al ser de madrugada las calles están un poco libres.

Mi chofer conduce por varias calles y se estaciona en un callejón con las luces apagadas, dos minutos después vemos pasar al auto frente a nosotros, es la primera vez que algo así sucede y sinceramente tengo un poco de miedo, apoyo mi cabeza en el respaldo del asiento y después el chofer continua manejando hacia mi Loft.

Al llegar a mi Loft, lo primero que hago es quitarme los zapatos, subo las escaleras con ellos en la mano, los dejo aun lado de la cama la llegar a mi habitación, me quito el vestido, me pongo una piyama roja, me desmaquillo y peino mi cabello y cuando termino me acuesto en mi cama, ha sido una noche ajetreada y satisfactoria.

***

Me muevo por mi cama, he dormido bastante, aparto la sabana para levantarme no sin antes ponerme las pantuflas negras, después de hacer mis necesidades fisiológicas y de lavarme los dientes, bajo a la cocina pero antes de llegar alguien toca el timbre, cosa que me extraña porque no espero a nadie. Abro la puerta y ante mi esta mi ex esposo, entra sin mi permiso y no tengo más remedio que cerrar la puerta.

—Claro que puedes pasar — digo sarcástica, camina observando mi Loft, y yo detrás de él.

—Bonito lugar — dice mientras camina con las manos detrás de la espalda — ¿Cómo pagas este lugar?

—El como pago mis gastos no es asunto tuyo — digo lo más tranquila que puedo — Es inútil que pregunte como sabes donde vivo ¿Qué haces aquí?

Camino hasta la cocina y me sirvo un jugo en un vaso, antes de que pueda tomarlo el me lo impide. Esta invadiendo mi espacio personal con su cercanía, su costoso traje oscuro le dice a quienes lo miran que es poderoso, un hombre al que deben temer.

—No pude evitar tener celos anoche — no puedo evitar reírme como una loca al escucharlo — esa lado tuyo tan sensual me tomo por sorpresa, tienes un excelente conductor — ya sabía que él fue quien nos siguió anoche.

—David ¿Qué es lo que buscas de mí? — levanto una de mis cejas y este me sujeta de la cintura, una de sus manos acaricia mi espalda y este gruñe al saber que no tengo sostén, mis piyamas disimulan esa parte.

—Busco una noche contigo — sin tapujos el muy idiota me dice lo que quiere. Lo aparto y lo miro a los ojos.

—Te quise matar muchas veces, pero ya supere toda la porquería que arrojaste sobre mí, la miseria en la que me dejaste, aunque debo darte las gracias — está confundido por mis palabras — descubrí una parte de mí que desconocía, ese lado sensual, lujurioso pero en fin, no tengo tiempo para platicar contigo, vete tengo muchas cosas que hacer como para perder mi tiempo contigo.

Me doy la vuelta y subo las escaleras, el estúpido no hace lo que le digo, al contrario, me sigue hasta mi habitación, se sienta en mi cama, tomo ropa interior negra y un vestido negro entallado con un ligero escote entre mis senos con tela trasparente y el único broche es el que está en el cuello por la parte de atrás.

Dejo el vestido aun lado de donde se encuentra y entro en el baño con la ropa interior dejándola colgada en la repisa que hay en el interior, los hombres son fáciles de calentar, mientras me baño hago una cuenta regresiva del diez al uno y ni siquiera tuve que terminar por que a la mitad entro el, se quedó de pie, observado mi cuerpo desnudo, cuando termine me di la vuelta y tome la toalla.

Serás tú quien esté detrás de mi maldito infeliz, no podrás olvidarme ni podrás tocar a otra mujer que no sea yo. Seré tu maldita pesadilla, te hare ver tu suerte, coloco mi ropa interior y salgo del baño.

***

Joder, no puedo creer lo que estoy viendo. Cecilia, tiene un cuerpo tonificado, marcado, hace sus cosas como si no le importara que este aquí, quiero quitarle esa estúpida lencería y entonces vero un tatuaje cerca de su intimidad, se coloca crema en las piernas y en los brazos, ese vestido resalta mucho su cuerpo. No puede evitar entrar en el baño, tenía que verla, no comprendo que mierda me pasa, antes no sentía nada por ella, pero desde que la vi no puedo dejar de desearla, las mujeres con las que me he acostado no me llenan.

Anoche por primera vez sentir celos de ver como otro hombre se la comía con la mirada, es otra mujer, no la reconozco. Termina de arreglarse y mi erección no disminuye.

—Como comprenderás no te voy a dejar aquí — se pone los zapatos y toma su bolso a juego.

Parezco un perro caminando detrás de ella, su teléfono suena y habla con un sujeto y eso me enfurece.

—Sí, ya voy para allá, tuve un pequeño contratiempo, pero ya se va — eso ultimo lo dice mirándome.

No puedo evitar jalarla del brazo cuando finaliza la llamada, me estoy volviendo loco.

—¿Quién demonio es el? — hablo furioso, no puedo controlarme.

—No eres nadie para pedirme explicaciones — se suelta de mi agarre — jamás me vuelvas a tocar de esa manera, yo no significo nada para ti, solo estas aquí porque estas deseándome pero apenas me tengas se te acaba el gusto, pero yo no estaré contigo, porque así lo quiero — nunca la había visto así, tan segura, empoderada.

Su chofer abre la puerta y ella entra en el auto. El chofer me observa seriamente y sube al auto.

***

Maldita sea, menudo día estoy teniendo, pero si de algo estoy segura es que lo he dejado picado, confuso, queriendo más y él no se rendirá, estaré preparada. Cuando llego al club, mis amigas están en la oficina esperándome.

—Buenos días — es lo único que digo al entrar en la oficina, camino directamente hasta el mini bar y me sirvo una copa.

—Alguien comenzó el día con el pie izquierdo — ignoro el comentario, los agentes de la CIA han estado siguiéndome desde que salí de mi Loft, en algún momento estos aparecerán.

—El maldito ha estado en mi piso hoy – ambas se miran entre si — según él no puede dejar de desearme desde que me vio — digo eso con fastidio y me pongo a haber unos papeles de los nuevas bailarinas que necesitamos.

—Pero que cínico — asiento con la cabeza, necesito despejarme y eso solo lo hace el baile.

—Sí que lo dejaste impresionado con tu nuevo aspecto — comenta Elise — no es para menos hasta un cadáver querría contigo, pero quizás debas darle por su lado, quizás de esa forma puedas conseguir algo de él, algo como las pruebas de que él te estafo, que todo fue planeado.

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