Hyunjin y Jeongin iban pelea tras pelea. Hace meses "su amistad" ya no iba para nada bien, al contrario cada vez todo iba saliendo peor.

Ese día Hyunjin había aceptado tener una cita con un agradable chico Jeong Yunho, la cita iba de maravilla. Hasta que Jeongin apareció y montó todo un espectáculo.

Hwang apenado le había tenido que explicar a Yunho que él y Jeongin no eran novio y que tampoco que estaba siéndole infiel a su novio, pero lamentablemente el lindo chico no había querido escuchar sus explicaciones completas.

Ahora un castaño conducía muy enojado.

— ¿Por qué, hyung?, solo dígame porque.

— Y-yo...

— ¿Usted qué?

— No sé porque lo hice.

— ¿Y esa es tu justificación? — Apretó el volante ocasionando que sus nudillos se volvieran blancos.

— Es que yo...

— No, maldición. Me tienes arto, malditamente arto, ¿qué más quieres de mi, Jeongin?

— ¡¡Hyunjin!! — Gritó alarmado.

— Te he amado durante tres años, pero no te gustan los hombres y eso está bien, solo deja de confundirme. — Escupió con rabia. — Quiero por una maldita vez en la vida sentirme amado, quiero tener un noviazgo. ¿Por qué no me dejas ser feliz?

— ¡¡¡Hyunjin!!! — Volvió a gritar Jeongin.

— ¿Qué?

— Hay un niño en la carretera.

Hwang se viró a mirarlo con confusión, miraron a un extremo de la carretera donde yacía un niño pequeño. El menor jugaba con un pequeño carrito como si fuera la cosa más normal de la vida.

Los adultos se miraron extrañados. El castaño detuvo el auto y prendió sus direccionales por si alguien venía detrás de ellos. Ambos bajaron, Jeongin se sacó su chamarra y se la pasó por los hombros al pequeño.

Los dos intentaron llamar la atención de menor, más este los ignoraba, mientras seguía jugando con su carro de plástico.

Yang cargo al niño, que al ser tomado se sobresaltó, el enfermero lo examinó detalladamente, cosa que no pareció gustarle al menor quien puchereo comenzando a llorar fuertemente.

— Aparte de unos raspones y piquetes de mosquitos, no creo que tenga algo.

Hyunjin asintió, el bebé estaba inconsolable, el adulto menor tomó al infante en brazos arrullándolo un poco, los segundos el menor estaba mejor y observaba detalladamente al mayor aún con los ojos vidriosos por las lágrimas.

—  ¿Qué haremos?

— Llamemos a la policía y llevémoslo al hospital.

Jeongin asintió, lo primero que hicieron fue llamar a emergencias, les dijeron a que hospital irían.

Unas horas más tarde, los chicos seguían en el hospital preocupados por el bebé, aunque ellos creían que tenía unos siete años, los médicos les informaron que el pequeño ya tenía alrededor de nueve, aunque no podían saberlo muy bien con exactitud.

— Escuchen, chicos. — Se les acercó un policía. — Logramos dar con la madre del pequeño.

— Gracias a Dios. — Yang se persignó.

— Solo qué hay un pero.

— ¿Cuál? — Hyunjin preguntó con brusquedad.

— La mamá del pequeño Riki se suicido.

La no pareja abrió su boca en una perfecta "o" debido a la sorpresa.

— Eso. Nishimura Sana, de nacionalidad japonesa, fue traída a corea de manera ilegal. A la edad de trece años sus padres la intercambiaron a cambio de unos terrenos, fue "pareja" del señor Gim Daeseong, él tenía cuarenta y nueve cuando la compró.

— O Dios, esto es tan trágico.

El de ojos pequeños abrazo al mas alto buscando comfort.

— ¿A que edad tuvo al niño?

— Nishimura Riki, nacido el nueve de diciembre del 2011, actualmente tiene diez años, Sana lo tuvo alrededor de los catorce años. — Pausó. — El infante es mudo de nacimiento, ya estamos investigando a su padre, pero al parecer huyó. Todo parece indicar que los dos sufrían maltrató por aquel infeliz. Creemos Sana se suicido y que Daeseong fue quien abandonó al pequeño en la carretera.

— ¿Qué pasará con el niño? — Cuestionó Hyunjin aún apretando el cuerpo tembloroso de su mayor.

— Por el momento lo tendremos lo llevaremos a una casa hogar, hasta que alguien lo adopte.

— Yo lo haré.

— Hijo, ¿que cosas dices? Debes tener un trabajo estable, una casa, ingresos, ¿tienes todo eso?

— Lo tengo. — Contestó seguro.

El policía suspiró rendido.

— Habla con la trabajadora social, no puedo hacer que te lo quedes permanentemente, pero si puedes ser padre temporal, obviamente si la trabajadora lo autoriza.

Hwang soltando a Yang, se encaminó dispuesto a hablar con la trabajadora social. El de pelo castaño lo siguió a pasos decididos.

La entrevista para ser padre temporal había resultado bastante bien, para eso de las diez de la noche los tres se encontraban en el departamento Hwang.

A pesar de que Ni-ki sabía lengua de señas, el más alto le había tendido hojas y colores puesto que ni él, ni Yang entendían las señas.

"¿Mamá?"

— Es complicado, pequeño. — Un nudo se formó en la garganta del de pelo largo. — Por el momento estarás aquí conmigo. Seremos grandes amigos.

"Me dijo que me quedará en la carretera hasta que gente buena pasará, ¿ustedes son esa gente buena?"

Jeongin volvió a llorar.

— Si, Riki, nosotros somos esa gente buena que cuidará de ti.

"Ella ya no va a regresar, ¿verdad?, dijo que iría a un campo de flores mágico y que yo aún no podía entrar"

— Si, mamá ahora está en un campo de flores, pero no te preocupes, porque ahora nosotros estamos para ti.

"¿Acá no habrá golpes o regaños?"

— No te puedo asegurar que regaños no habrá porque Innie es bastante gruñón. — Bromeó. — Pero, no habrá más golpes, estarás bien.

"Gracias"

Escribió por último. Los tres se dieron un fuerte abrazo.

Entre risas, escritos, manchas en el papel, el trío cenó, después Yang se encargó de bañarlo y Hwang de alistar la cama de huéspedes para él.

Al día siguiente, Hyunjin se encargaría de comprar cosas que le hacían falta al japonés.

Batallaron un poco para que Nishimura lograse conciliar el sueño, más la pesadez de su ojos lo había hecho caer en brazos de morfeo tras leerme un cuento.

Los pálidos cerraron la habitación con cuidado y se sentaron en el sofá que estaba en el cuarto principal.

— Dios, jamás creí que mi día fuera tan dramático. — Suspiró incrédulo.

— No crea que ya no estoy enojado, hyung.

Jeongin sin pensarlo mucho se termino subiendo arriba de Hyunjin, colocó ambas manos en su cuello y comenzó a hacer un poco de fricción.

— ¿Y esto no ayudará a bajarte el coraje?

— ¿Y tú heterosexualidad?  — Preguntó comenzando a besar el cuello del mayor.

— Que me guste el sexo anal, no me hace menos hombre.

— Yo no dije que fueras menos hombre, pero dejarte follar por otro no te hace muy hetero.

— Solo dejó que me folles tú.

— Se mi novio, Jeongin. — Susurro apresando aquella bonitas caderas.

Hyunjin en el fondo sabía la respuesta y sabía lo mucho que dolería escucharla, más preguntar no costaba nada, al fin y al cabo, ¿que podría salir mal?