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「 17 」

Chan al escuchar aquella palabras lo único que pudo hacer es quedarse quieto unos segundos. Después de eso se posicionó nuevamente entre las piernas de Seungmin comenzando a frotar su nueva erección en la entrada del chico.

— Vuélvelo a decir. — Pidió apresando los labios del menor.

Seungmin rompió el beso para verlo a los ojos.

— ¿Decir qué?, ¿qué te amo?

— Si, joder. — Volvió a besarlo, presionando nuevamente en la entrada del pelinegro. — Te amo más, Seungmin.

— Chan, no, hace prácticamente nada acabamos de corrernos.

— Solo una vez más, por favor.

— Bien, pero apúrate para dormir pronto.

— Si es obligado no. — Comento el mayor acomodándose a un lado.

Seungmin rodó los ojos, se levantó con pereza del lugar tan cómodo en el que estaba, se posicionó encima de Chris y de una sola estocada se autopenetro sacando un sonoro gemido.

A pesar que Kim aún podía moverse con facilidad, aquella posición ya se le dificultaba y no podía saltar fuertemente como me gustase. Christopher volvió a tomar el mando de la situación y delicadamente rodó el cuerpo del coreano para que este quedase debajo de así haciéndole las cosas más cómodas a Seungmin.

— Te amo, te amo, te amo. — Gemía una y otra vez haciendo que Chan aumentara el ritmo.

Bastaron unas cuantas rondas más de sexo para que los dos chicos se cansasen, la sabana estaba hecha un desastre, ambos se sentían pegajosos pero no les importaba.

Lo único que les importaba era la burbuja de miel en la que estaban en ese instante.

— Ahora... ¿somos una pareja? — Preguntó Kim con ilusión.

— No lo sé. — Chan sonrió brindando caricias en el brazo del contrario. — Aún no me lo pides.

— ¿Yo te lo tengo que pedir? — Lo miró indignado. — Tu me lo debes de pedir.

— ¿Por qué yo? Tú me dijiste que me amabas primero, tú me debes proponer ser tu pareja.

— Es injusto, es como si te amara más yo...

El australiano se quedó callado unos segundos provocando ansiedad en el embarazado.

— Sinceramente... La primera vez que te vi te me hiciste jodidamente guapo y poco después de eso, te me hiciste jodidamente irritable. — Río al ver la cara de indignación del menor. — Pero de un momento a otro aquellos gestos que juraba odiar comenzaron a parecerme tiernos o cuando salías con tus ligues de una noche odiaba saber que no podías ser mío, eso hacía que me enojara contigo más de lo normal. Con la llegada de Jungmin pensé en cómo declararme, en cómo pedirte que fuéramos una familia de verdad, pero me dio tanto miedo, que solo te pedí casarnos por el bien de ella.

— O Dios mío, eres un idiota.

— Gracias.

— Siyoung.

— ¿Qué con ella?

— Ella me irrita por las múltiples veces que se ha acostado conmigo, me daba miedo que en algún momento te enamorases de ella y me dejarás. Cuando oculte el embarazo solo quería librarme de ti, quería ya no sentir, quería que mi corazón dejara de quererte aunque fuera un poco.

— Ambos somos unos idiotas.

— Lo somos. — Seungmin río.

— Minnie, ya lo pensé, puedes pedirme que sea tu novio con una tarta de fresas, lo aceptaré con gusto.

— No te pienso hornear una maldita tarta.

Seungmin saco del horno aquella tarta, la olisqueó un poco comprobando que tuviera buen olor.

La recién pareja estaba completamente desvelados, pero su pequeña bebé había dormido todas sus horas correspondientes y tal cual alarma se había levantado demasiado temprano a pedir biberón.

Ellos como malos padres para poder dejar la responsabilidad de Juliet un rato habían decidido ese día si llevarla a la guardería para aprovechar el día y dormirse algunas horas.

Aunque Bang no contaba con que le llamaría de la escuela pidiéndole que firmase algunos papeles y esto le había beneficiado a Kim, puesto que se apresuró a preparar aquella tarta que le Chan quería.

Reviso el calendario para comprobar que el día de mañana tendría una cita en el médico para verificar que todo estuviera bien con su pequeño parásito.

Estaba emocionado porque mañana le darían una pequeña nota a Félix donde le indicarían el sexo de su bebé.

Escucho la puerta de entrada ser cerrada, espero algunos segundo hasta que el causante de sus suspiros apareció por la puerta.

Sonrió se oreja a oreja enseñando sus hoyuelos al ver aquel delicioso postre en la mesa del comedor.

— Acepto. — Dijo depositando un beso en los labios del más alto.

— Chan, justo ahí. — Dijo limpiando su sudorosa frente.

Christopher hizo un rápido movimiento, a la par que bufaba por el esfuerzo.

— ¿Ahí? — Preguntó jadeante.

— Si, yo digo que si. — Comento Seungmin observando desde lejos como el baúl de juguetes de Jungmin era posicionado en un mejor sitio.

Aunque sus planes eran dormir hasta que tuvieran que ir por Juliet a la guardería, habían terminado saliendo a un centro comercial a comprar cosas que le hacían falta al nuevo bebé.

Los padres creyeron que era buena decisión dejar que por un tiempo que su primogénita durmiera con su pequeño hermano o hermana. Según ellos para que forjasen buenos lazos, ya cuando la mayor cumpliera unos cinco le darían su propia habitación.

Chan saco de la caja de carton la nueva cuna, esta era verde menta respetando la estética que ya tenía el cuarto.

El nuevo bebé aún no podía decidir sobre qué me gustaba o no, pero Jungmin afortunadamente ya tenía esa capacidad y tenía una fascinación por aquel color.

Seungmin como pudo se sentó en el piso para ayudarle a su esposo a armar aquella trabajosa cuna. Se sonrieron con cariño, como habían hecho en todo el día, unieron sus labios en un suave beso.

Una apocalipsis podría estar pasando afuera, pero a ellos no les importaría porque dentro de su burbuja de amor todo estaría bien.

Kim se quedó paralizó un momento, haciendo que Chris dejara lo que estaba haciendo para mirarlo.

— ¿Qué pasa?

— Se está moviendo.

— ¿Qué? — Cuestionó sorprendido.

— Si, ven. — Tomó la mano del mayor llevándola a su estómago.

Christopher sintió leves pataditas en donde está su mano. En sus iris se acumularon unas cuantas lágrimas de felicidad.

— Mi amor, en unos cuantos veces estaremos juntos. — Le habló al estómago depositando un beso. — Papás te esperan con mucha ilusión y te amamos.

— No, cariño, mejor ya no le hables. — Se quejo. — Ahora patea más que hace un momento.

Chris río, tomando la cara del pelinegro entre sus manos realizó un beso esquimal.

Los dos se sentían felices de tenerse el uno al otro y tener aquella pequeña familia, ¿que podría salir mal?

Oigan, no había visto que ya llegamos a las 8k en leídas, mil gracias 😭
Las/los/les amo 🤧

¿Que quieren como especial por los 8k?

Perdón por no terminar el maratón ):

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