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Dedicación pa' @-marikisima, justlikkev , @JuanPedroEstafador, Babylonx5sos y mariavalentina61 ❤️
Los amo, vale. Act en la pista.
Lléguense a la nota final, pls.
Mi primera reacción fue pelar los ojos, pasando por mi cabeza en menos de un segundo todas las opciones a lo que podría significar ese grito.
Me puse a analizar bien la situación, mirando a los tipos de arriba a abajo.
La chama que había gritado tenía el pelo negro con algunos reflejos claros, una larga barbilla y los ojos marrones. Además, era blanca, mas no tipo yo que soy rana platanera, pues; normalita.
A su lado, estaba un tipo sosteniendo su teléfono con ambas manos. Él era alto —aunque Luke le sacara media cabeza cagado de la risa—, de pelo como marrón así tirando a miel, y los ojos color café —mocaccino si al caso vamos—. Era bien lin, aunque ustedes saben que a mí me parten son los catires, así que bueno.
Por último quedaba otra caraja, que reposaba su barbilla de su brazo a la vez que lo apoyaba del hombro del chamo con toda comodidad. Lo primero que pensé de la chama era que era burda 'e lo cachetona, como Mabel la de Gravity Falls. Ya después fui fijándome en cositas como el pelo, el cual era oscuro y todo largo, los ojos del color del cabello del panita aquel, y la piel medio bronceadita. La menorqui literalmente gritaba ¡criolla! por todas partes.
De repente, me di cuenta de un pequeño detalle: que la chama gritona tenía puesto nada más y nada menos que el hoodie de Youngblood.
Ya fue, pensé, cayendo en todos los datos que había pasado por alto: como el que no hubiera pasado más de hora y media de la presentación de los faivsos, que estuviéramos a las afueras de donde se había dado, y que esa gente tuviera toda la pinta de haber salido de la coñaza... digo, del concierto, recientemente.
Mi cara de sorpresa se transformó en una de preocupación, en la que simplemente me quedé ahí esperando que aparecieran los sopotocientos mil campesinos con los palos y la antorchas queriendo perseguirme.
—'Tas viendo, marico —le reclamó de repente la cachetona a la que tenía la palabra "fangirl" tatuada en la cabeza—, asustas a la gente. Pobrecita Lucía.
S-T-O-P, STOP, Stop, stop. ¿Cómo que marico?
—Déjame disfrutar mi momento, vale —replicó la otra, con un claro acento venezolano que confirmó mis teorías—. ¿Tú no ves quién es, pues? Yo he querido conocer a esta mujer desde que Winston Vallenilla empezó a robar, imagínate tú.
No si, dije en mi mente mientras me reía por lo yo en la vida que era esa chama. Se la comió.
—Le echaste bolas —decidí transmitirle mis pensamientos, sonriéndole—. Esa vaina es de antes de que saliera Radio Rochela.
—Ese tipo lleva jalando bolas desde que nació —estuvo de acuerdo con nosotras la cachetoncita, rodando los ojos con diversión por las ocurrencias de su amiga.
—Literal. —Me reí con ellas, relajando los hombros y con estos el resto del cuerpo, sintiéndome aliviada de que no me fueran a linchar, al menos no todavía. Mirando a los tres ya mucho más tranqui, decidí hacer la pregunta que ya tenía respuesta—. Son venezolanos, ¿verdad?
—¿Tú sabes la arepa? —contestó la fangirl, aún medio emocionada por el encuentro—. Bueno, más venezolana.
Qué bonche con la chama esa; era como si llevara el show de'r Conde del Guácharo por dentro. De pana que no llevaba ni un minuto conociéndola y ya me caía bien.
—Nosotras dos —aclaró la otra, señalándose a sí misma y luego a su amiga—. Álvaro es español.
El único macho, quien supuse sería el tal Álvaro, esbozó una tímida sonrisa y levantó un chin una mano así como diciendo presente. Qué cuchi era.
—Marico, perdón por ser tan directa —llamó mi atención Mrs. Grito, buscando su teléfono en los bolsillos de su abrigo—, pero es que si no te pido una foto me voy a sentir la persona más pajua del mundo por el resto de mi vida. —Me tendió su celular, extendiendo el brazo que lo sostenía hacia mí. Como si fuera poco cómica, hizo también una sonrisa súper meme tipo...
Le agarré el teléfono, aceptando su petición cagada de la risa. —Váyalo, convive.
Como ya estaba abierta la aplicación de la cámara, sólo tuve que ubicarme con ellos tres para hacer un selfie, y luego apartarme para hacer otros varios solo con la chama dueña del teléfono, al ella pedirlo.
—Eres mi ídolo —me halagó cuando fui a devolverle el aparatico, agarrándolo nuevamente para introducirlo en su bolsillo como antes—. Cero coba, cero jalabolería. Literal es demasiado arrecho que hayas conseguido casi cuatro millones de suscriptores en poco más de cuatro añitos que llevas en YouTube.
—Gracias, vale —le agradecí, sintiéndome farándula por un momento.
—Sofía es así de acosadora con todo el mundo —quiso tranquilizarme la otra chama acerca de su pana, recibiendo un buen lepe por parte de esta—. Pero aunque meta unos coñazos que te deja el brazo hundido, sigue siendo inofensiva.
Me reí otro chin, acordándome de mi relación con Fiorella, y pensando en lo distintas que podían ser dos personas y aún así ser las mejores amigas. Estaba por decirles algo más, cuando me di cuenta que la Sofía había vuelto a pelar los ojos, pero entonces haciéndolos el doble de grandes que antes. Se quedó así paralizada por unos segundos, abriendo esa jeta con incredulidad mientras miraba hacia algún punto por detrás de mí.
Yo fruncí el cejo con confusión, y miré por sobre mi hombro para descubrir a quién podría estar mirando que la hubiera hecho reaccionar de esa manera tan burda 'e lo creisi'. Como era de esperarse, se debía a la aproximación de mi novio y su grupito hacia nosotros cuatro.
—Jennifer —llamó la fangirl a la cuchi, buscándole el brazo como para sostenerse de este—, ¿'tas segura que los yukipacks que compraste no venían con burundanga?
—Ya ni yo misma sé —le respondió la amiga, saliendo su lado fangirl a la luz en un nivel mucho menos extremo que el de la otra chama.
Admito que yo me estaba era cagando de la risa, porque me imaginaba que así era como debía de haberme visto yo cuando conocí a los faivsos, al Naial, y la mitad de Los Ángeles que Luke me había presentado aquella semana que estuvimos por allá. Me sentía identificada, bro.
Yo sonreí aguantando la risa, en parte por sus caras y en parte por el gesto que hizo el amigo de ellas, negando repetidas veces con la cabeza medio divertido medio ladillado. Podía leer cómo en su cabeza se repetía un lo que tengo que aguantar...
—¿Cómo es que tienes amigos en cada esquina, Rodríguez? —preguntó la reconocible voz de Calum, una vez se pararon aquellos detrás de mí. Me sentía como una reina con ese poco 'e machos a mis espaldas. Tas tas.
—¿Son...? —comenzó a preguntar Sofía, a pesar de saber la respuesta. Aún así, no pudo terminar la frase porque el patatús que le estaba dando sumado a la cadena de cucardios no la dejó.
Jennifer se veía que estaba igual de tocada, sólo que lo disimulaba mejor.
—Los venezolanos somos panas hasta del que vende chicha en frente del colegio —alardeé, echándole un breve vistazo de superioridad fingida al negro de mi corazón—. Pero realmente nos acabamos de conocer.
—¿Son venezolanos también? —preguntó con curiosidad Luke, adelantándose a sus compañeros para estar a mi lado.
—Yo por ti puedo ser lo que tú quieras —dijo la salía de la Sofía, haciendo que yo la mirara tipo...
—Llegaste tarde, mami. —Marqué mi territorio, pegándomele bastante a Lukrecio y rodeándole el brazo con el mío. Así como cuando uno se sentaba a los coñazos en las sillitas musicales pa' que nadie le quitara el puesto, ¿sabes?
Luke se rió ante mi peculiar forma de reclamarlo, sacando su brazo de mi agarre para rodearme los hombros y así aceptar el indudable hecho de que nos pertenecíamos... de una manera no tan posesiva como suena.
—Después yo soy el Celosín... —El catire enarcó una ceja rubia, echándome en cara el tener razón sobre que yo fuera tan celosa como él.
Yo rodé los ojos sin poder deshacer mi sonrisa, y lo medio empujé con un hombro así como ok, pana, tienes razón, pero ya.
—Perdón, de pana —se disculpó la chama, medio roja por sentir que estaba pasando full pena—. Fue lo primero que me salió.
—Tranqui, chica —la calmé, levantando la cabeza para echarle un vistazo divertido a Luke antes de volver a centrar mi atención en ella—. Ellos son Álvaro, Jennifer y Sofía —los presenté ante los faivsos y Estebita—. ¿Sí, no?
Ellos asintieron, confirmando el que no acabará de cagarla diciendo los nombres que no eran.
—De estos tres chamitos no hay que decir el nombre porque ajá —seguí, haciendo la presentación a la inversa—, es paja, pero bueno. Son Luke, Calum y Michael. —Los fui señalando, hasta llegar al moreno aquel que tanto jodía la paciencia y que nunca terminaba de decirme de dónde coño era—. Y el que tiene cara 'e gafo es Esteban.
—¿Como el de Zack y Cody? —preguntó Jennifer medio riéndose.
Admito que me encantó, porque yo pensé lo mismo cuando lo conocí. Las twins, entonces.
—Ya tú sae' —le dije, riéndome full mientras Esteban nos miraba feo.
—Se aprovechan de mi nobleza... —Se cruzó de brazos levantando la cabeza en un movimiento súper exagerado, como si le hubiéramos herido el orgullo. Tipo...
—Como Sofía está todavía en trance —se atrevió a decir la Jennifer, ya como entrando en confianza por la jodedera con el Esteban— voy a ser yo la que les ruegue por una foto.
Los cuatro sonrieron con ternura al escuchar aquellas palabras, obviamente no pudiendo negarse a la petición de la chama.
—Encantados —aceptó Calum, quien desde que escuchó que la chama era venezolana andaba como que demasiado entusiasmado. Ese andaba era chingo por cuadrarse a una, como veía que se estaba quedando atrás con respecto a los panas...
Satisfecha, Jennifer comenzó a levantarse el abrigo para poder sacar su celular del bolsillo de su pantalón. En eso, Michael —quien extrañamente llevaba un buen rato sin hablar demasiado, imagino que por la preocupación de no llegar a tiempo a su propia rumba— cortó la nota bien feo.
—Una cosa —dijo, hablándole directamente a la cachetona mientras se entrometía entre Calum José y ella—, ¿sabrían dónde podríamos encontrar un taxi?
Jennifer dirigió su mirada automáticamente a su amigo el penoso, ya que siendo él el español sabría mejor cómo era la cosa que cualquiera de ellas.
El chamo carraspeó antes de contestar, pasando su mirada por cada uno de los chicos. —Aquí a esta hora es muy difícil —confirmó lo que ya sabíamos—, pero a cuántas cuadras hay varias zonas concurridas. Todo depende de a dónde vayan.
—Al aeropuerto de Barajas —le contesté la pregunta no formulada—. Si no llegamos en menos de una hora perdimos el vuelo. —Miré a mi grupito, aún aferrada a Luke, como diciéndoles que o movíamos ese culo o estábamos jodíos'.
—¡Mano! —gritó de repente la Sofía, saliendo de su coma fangirl—. Mano, mano, mano, mano, mano, mano...
Todos nos sobresaltamos porque la marica pegara ese grito tan así de repente. A mí por mi parte me bajó y me subió, man. Literal me acordé de mis tiempos en Venezuela cuando uno escuchaba el arranque de una moto y se acordaba de todo lo que llevaba encima.
Susto.
—¿Qué es, rolo 'e loca? —le preguntó la comadre, viéndola tipo...
...como diciendo esa no viene conmigo.
—Marica —respondió la pelinegra en español, volteándose hacia su amiga con emoción—, que a nosotros nos queda de camino a la casa. Vamos a llevarlos —le rogó, entrecruzando los dedos en su dirección a la vez que hacía puchero—. Anda, por fa, digan que sí...
Mientras Álvaro y Jennifer intercambiaban miradas tomando una decisión apresurada, Calum salió a decirme: —Pitufina, traduce.
—Por favor —agregó ante mi cara con una sonrisa burlona.
—Ahora te jodiste. —Levanté una mano, haciéndole la de Norte, Sur, Este, Oeste, habla con la mano y no me molestes.
Con Calum haciendo una mueca al obtener su merecido, Jennifer y Álvaro se pusieron de acuerdo, comunicando su decisión siendo la chica la portavoz: —Vivimos cerca del aeropuerto y andamos en tres carros, así que podemos llevarlos sin problema.
Nosotros imitamos su anterior acción, mirándonos entre nosotros con los hombros encogidos. Así, acabamos por asentir, dándole a Maikol el turno de palabra.
—Sería perfecto —dijo, viendo con una amplia sonrisa a los Ángeles de Álvaro—. Muchísimas gracias, en serio.
—¡Sí! —volvió a gritar Sofía, haciendo un baile ahí todo raro de alegría como si estuviera en la sala de su casa. Amando horrible a esa chama mode on.
Mike y yo nos vimos conteniendo la risa, estando claros en lo claro que la menor era demasiado nosotros en la vida. Íbamos a tener que hacer un club e ir reclutando a la gente.
Fans unidos jamás serán vencidos.
Al tiempo en que todos luchábamos por contener la risa ante lo extrañamente cómica que era la Sofía, Jennifer terminó de sacar su celular, retomando la conversación fan-ídolo con los chicos donde la había dejado.
—¿Podemos...? —Extendió su mano hacia Cal, ya que era a quien tenía más cerca, como pidiéndole lo de la foto.
—Claro. —El chamito agarró la broma, invitando a sus panas a unirse al grupo que entraría en la fotografía.
—Si quieren yo se las tomo —les ofrecí cuando Luke bajó su brazo de mi hombro para poder meterse en la broma.
Jennifer pareció sorprendida por mi oferta, puesto que frunció el cejo confundida. —Si tú vas a salir, vale.
No si, qué bella, pensé, no sintiéndome excluida cuando alguien le pide foto a los 5 Ayuda por primera vez.
Total que al final salí ahí de arrocera, abrazada por las dos venezolanas como si nos conociéramos de toda la vida.
Tú sabes, forever panitas.
Admito que cuando conocí a esas menoras me sentí súper bien, como si Simón Bolívar me estuviera mandando una señal de que lo estaba haciendo bien, dejando la patria en alto.
Lo único que ignoraba para ese entonces, era quien realmente era esa chama, la Jennifer. Pero, ¿cómo saber que su vida estaba más ligada a la mía de lo que podría haberme imaginado?
No se asusten, pues. Tampoco somos Hallie y Annie, pues.
Me refiero a que había una persona ahí, muy importante para mí, que casualmente era igual de importante para ella, así ninguna de nosotras supiera.
Chamix, tengo que decirles una cosish.
Me puse creativa a pensar en una segunda temporada, y creo que sí la vamos a hacer al final. But sólo si ustedes quieren, pues.
Btw, si quieren saber quién es esa persona del final que habla Lucía, les digo que Jennifer es la protagonista de la fanfic de dylsouls . La chama es súper pana y escribe buenísimo, así que se las recomiendo.
Y nada, vale. Los amo mucho.
~Camula🥰
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