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Dedicación pa' XxavrilisimaxX luisangela123 shxwnlxver slayqueensss fangirlarepxs aimr04 @stupidvibes @Babylonx5sos
Por ser una ocasión especial hay dedicación para más de 5.
—GENTE DE ZOOOONA —fue lo primero que escuché, al escaparme de los brazos de Morfeo—. PUERTO RICO ME LO REGALÓ.
Valmy, pensé, mandando mentalmente a mi alarma a mamarse una caravana de webo.
Esa mierda parecía que cada vez que yo la apagaba se volvía a prender ella sola. Era más resistente que mis dolores de regla a los ibuprofenos.
—Marc AnthONY —siguió sonando, obligándome a levantar la cabeza con un gruñido de caliweba.
Enrollada entre las sábanas, estiré la mano hasta la mesa de noche en busca del celular, con intenciones de apagarlo. Para mí sorpresa, me encontré con que no estaba.
Ah, coño, exclamé mentalmente, al recordar todo lo que había pasado la noche anterior, volviendo por fin a realidad, tiempo y espacio.
Inmediatamente me bajó la tensión totonal, otra vez, mientras regresaban a mi cabeza todas las cosas que Luke y yo habíamos dicho y hecho en esa cama hacía menos de doce horas.
Así, una sonrisa se fue dibujando en mis labios, subiéndoseme el color a los cachetes al darle replay a todo el remolino de emociones y sensaciones que volvían con aquellos recuerdos.
Aún con La Gozadera sonando, escondí la cabeza en una de las almohadas, ahogando la risa nerviosa que no había podido contener.
Mirando hacia atrás, hoy aquí, me siento satisfecha de lo que juntos habíamos logrado. Literal había sido demasiado hermoso todo, siempre con ese toque imperfecto que le daba nuestra pajuatez, y que hacía la cosa mucho más especial. Y luego de tantos años, puedo decirte sin ninguna duda, que esa fue la mejor noche de mi vida.
Al pasar el momento de loca enamorada sintiéndose impura de pies a cabeza, retomé la compostura, dándome la vuelta sobre el colchón con un alegre suspiro.
Cuando me giré, esperaba ver a Luke yaciendo dormido a mi lado con su cara de aweboniado súper cuchi. Sin embargo, sólo me vi cara a cara con un espacio vacío en el manto blanco.
Mi primer instinto fue entrar en pánico, pasándoseme un millón de cosas por la cabeza. Hablando serio, al principio sí me asusté un chin, aunque sólo hasta que recordé que estábamos hablando de Luke. Ese no me iba a dejar sola ni po'el carrizo, al menos no sin una explicación. O eso esperaba.
Capaz y se había levantado antes y había bajado a ver la televisión. Idk.
Volviéndome a subir la cobija para proteger mi pecho desnudo del frío mañanero, miré a mi alrededor, en busca del rubio.
La habitación estaba casi igual que la noche anterior: con las orquídeas esparcidas por la cama, las sábanas revueltas y demás. Lo único diferente era que la ropa que antes había estado tirada sin más en el piso, en ese momento se hallaba bien doblada sobre un cajón blanco largo como de madera que Luke tenía en su cuarto, para guardar corotos si lo necesitaba. Aparte de eso, tampoco había velas a la vista.
Luke haciendo de cachifa, entonces. Yo la vaga. Qué pena con él, menor.
Me levanté de golpe, cubriéndome con la cobija hasta que me puse lo que tenía más cerca: mi ropa interior y el suéter robado #1; aquel hoodie verde oliva que me llegaba como hasta mitad de muslo y que tanto me encantaba —y que Luke parecía haber dejado a mi alcance justo por eso—. Yo de pana amaba ese bichito, menor; por lo suavecito que era por dentro, por lo calientito, pero sobre todo porque olía demasiado a Luke.
Fragancia Glade.
Volvamos al tema, que me desvié un chin.
Según yo con esas prendas era suficiente, pues; tampoco creía que me fuera a ver nadie más que Luke y Petunia, así que ¿pa' qué más?
Le eché una doblada express a la cama —pa' tampoco verme como la que no hacía más que dormir y cero colaborar— y salí de la habitación, dejando la puerta abierta detrás de mí.
Admito que todo se sentía súper raro, como si algo fuera diferente en mí de una manera tan intensa como extraordinaria. Aparte de lo físicamente notable, claro. Pero fuera lo que fuera que hubiera cambiado, me había levantado los ánimos hasta el infinito y más allá, haciéndome sonreír mientras bajaba la escalera con los pies descalzos, amando como la tela del hoodie se cernía sobre mi piel con suavidad.
—¡Ah! Mierda —exclamó Lukrecio, haciéndome voltear la cabeza hacia donde mis oídos captaron su voz, proveniente de la cocina.
Y ahí estaba él, más bello que nunca a mi parecer, de espaldas a la Yolanda con nada más que un pantalón de pijama. Aparentemente estaba cocinando, pero no pude saber qué ya que estaba tapando la encimera con su body.
—Sí, sí, toma. —Se giró un poco hacia la perrita a sus pies, la cual llevaba rato viéndolo con cara de aliméntame, mamaguevo, y le lanzó un pedazo de lo que fuera que estuviera cocinando.
Ella movió la colita con entusiasmo, comiéndose la vaina con toda la felicidad que cabía en ese cuerpito.
—Míralos —dije con una voz adormilada, pasando mi mano por el tope de la islita central mientras me llegaba hasta ellos—, hartando sin mí. —No pude evitar que se me dibujara una pequeña sonrisita en el rostro mientras me acercaba a él. Es que de pana era imposible después de todo aquello que ya sabemos—. Me duele su traición.
Luke se volteó hacia mí; primero con curiosidad, viéndome de arriba a abajo, pero en pocos segundos con una sonrisa feliz y relajada de labios cerrados, parecida a la mía. —Buenos días... —me saludó con ánimo, girándose por completo hacia mí para recibirme cuando fui a rodearlo con ambos brazos.
—Buenas... —Levanté la cabeza en su dirección, mirándolo como la perreada empedernida que era en ese momento. Cruzando mis brazos por detrás de su cuello, levanté los talones para darle un beso de buenos días.
Él me lo regresó, con las comisuras de los labios algo levantadas por la imborrable sonrisa que tenía grabada en la cara. Me acarició ambos costados, bajando un chin la cabeza para llegarme mejor.
Sin darle mucha larga al besito, me separé de él, dedicándole una sonrisitica de medio lado. —¿Qué estás cocinando? —pregunté con curiosidad, ladeando un poco la cabeza para mirar lo que fuera que se escondiera detrás de él.
—Es una sorpresa. —Me detuvo, interponiéndose entre eso y yo con rapidez—. Así que ni lo intentes.
—Una sorpresa, entonces... —Miré pa' otro lado, haciéndome la pensativa, sólo para intentar engañarlo y echarle un vistazo a la broma cuando se distrajera. Sin embargo, el burda 'e pila aquel, usando su táctica infalible de las cosquillas, logró que yo me diera la vuelta, quedando de espaldas a la hornilla.
—Te lo dije —presumió, todo agrandado, apresándome con ambos brazos para que no me pudiera escapar.
Admito que esa celda era súper calidad. Tú sabes, ahí entre sus brazos... Por mí seguía presa todo lo que él quisiera, de pana.
—Ok, ok... —Acabé por aceptar, riéndome horrible por el rastro que me habían dejado las cosquillas—. Tú ganas.
—Como siempre.
Mientras yo lo miraba feo, el webon ese me soltó, cubriendo con esmero el espacio que se suponía que yo no debía ver.
—Iluso. —Me reí exageradamente, girándome hasta estar cara a cara con él otra vez, mientras me veía tipo:
—Por lo menos déjame que te ayude en algo —le pedí, cambiando de tema—. Porque de pana me siento como la propia floja. —Me llevé las manos a la cintura, alzando una ceja en forma de pregunta.
Él miró pa'l techo como pensando, frunciendo una de sus cejas rubias. —Bueno... Si de verdad quieres ayudar en algo —cedió, irguiéndose con el culo recostado sobre el borde de la Porcelanosa—, puedes darle de comer a Petunia de su perrarina, a ver si deja de mirarme como si no hubiera comido en años.
Me reí por la cara que le puso a la perra, inclinándose hacia ella con sus sendos ojazos bien pelaos'.
De pana que ese niño era demasiado ñongo con su perrita; literal daba el culo por ella. Quien fuera Petunia.
—Dale, puej —acepté el trato, extendiendo una mano hacia la crica pa' que viniera conmigo, cosa que al yo llamarla hizo.
Aquel nos miró con una sonrisita pícara mientras nos alejábamos hacia el cuarto donde estaba todo lo relacionado con Piggy —el cuarto de los corotos, pues—, haciendo que me preguntara qué carrizo estaría tramando.
****
—Eso es —felicité con emoción a Petunia por haberme dado la pata cuando le tendí mi mano con dicha intención—. La diste, marica. —Le acaricié la suave cabecita, haciendo que ella sacara la lengua y moviera la cola con felicidad, pegándome golpecitos en las piernas con esta.
Ahí estábamos los tres, Luke, Petunia y la Yolanda, sentados en el mueble de la inmensa sala y disfrutando de las últimas horas que nos quedaran juntos hasta que yo tuviera que llegarme al aeropuerto para mi regreso a Nueva York.
Me daba risa, porque yo estaba sentada sobre las canillas de mi jevo al mismo tiempo que la perrita estaba sentada sobre mí. Las muñecas rusas, pues.
—Qué increíble cómo a ti sí te hace caso —se quejó Luke a modo de broma, negando con la cabeza en dirección a su hija adoptada.
—Uy... —Me volteé hacia su cara, acomodándome sobre sus piernas para poder girarme—. Tus celos hieden peor que los peos de mi hermano; y créeme que eso es burda.
—No son celos —me porfió Ricitos, jurando que me convencía—, solamente digo que son unas fake betches las dos.
Este sí era arrecho, de verdad.
Yo me hice la sorprendida, la indignada, la que todo, medio volteando hacia Petunia con la jeta abierta. —¿Tas viendo lo que nos dice? —le pregunté, acusando a Lucas con la mirada—. Qué balls.
Petunia ladeó la cabeza, mirándome tipo:
...of course lacrita que sin haber entendido un carrizo.
—Picada —soltó de repente.
Admito que me encantó. Orgullo patriótico con él, mano. Amor en CLAP.
—Picado tú —le devolví el insulto, sintiéndome la propia profesora de la jerga venezolana.
Jerga JAJAJJA. Cualquiera cae que soy la propia culta.
—Tú —siguió jodiendo la paciencia, mientras a Petunia le daba la sentada de culo de bajarse del sofá.
Alcé la barbilla, acercando la cara más hacia él. —Tú.
Y así estuvimos un rato peleando como unos carajitos de preescolar, hasta que yo agarré y le di un beso pa'que dejara la guachafita. Se ponía intenso, de pana, pero igualito así uno lo quería.
Cuando separé mis labios de los suyos luego de un par de beshitos kiuts, intercambiamos una sonrisa, sabiendo lo bien que se sentía tener al otro.
Mientras me recostaba sobre su hombro a la vez que él acariciaba una de mis piernas causándome escalofríos, me puse en pensar en el tiempo que nos quedaba juntos antes de yo tener que partir a Webo York.
Tipo cuando te quedas despierto hasta la madrugada y empiezas a calcular las horas que vas a dormir... Bueno, así.
Yo de pana sentía que ese día había sido súper productivo, porque literal habíamos hecho de todo desde que yo había despertado:
1. Desayunamos arepas —que de paso Luke aprendió a cocinar, y la verdad que le quedaron buenísimas. Ya el catirrusio le debía dos puntos ganados a Siri—.
2. Sacamos a pasear a la perrita e hicimos kike yoga en el patio —pero esa vaina fue más fail que'l carrizo—.
3. Aquel intentó lanzarme a la piscina pero terminó cayéndose él.
4. Hicimos operación limpieza que hasta fregamos juntos —pero terminamos fue bañándonos completicos—.
5. Yo le di unas clases express de español para ponernos a ver "Top 10 cagadas de Maduro" en YouTube.
6. Almorzamos, y nos echamos en el sofá a hacer absolutamente nada, como descanso.
Yo de pana le iba a decir a Netflix a ver si no quería comprarnos los derechos pa' hacer una comedia romántica no apta para diabéticos.
Así que bueno, no me podía quejar; habíamos aprovechado el día al máximo.
—Qué arrecho que en dos horas vaya a estar en camino al otro lado del país —no pude evitar decir, acariciándole la línea de la mandíbula.
Luke ladeó la cabeza para poder mirarme. —No tienes por qué irte —repitió lo que había estado diciéndome todo el día, continuando con sus intentos de convencerme.
—Luke... —lo regañé, alzando la mirada hacia la suya—. Ya lo hemos hablado: si fuera por mí me quedaría para el resto del tour completico, pero mi familia me necesita...
—Y llevas un mes sin verlos —completó la frase, expresando comprensión en su cara—. Lo sé. —Hizo una breve pausa, sin dejar de acariciarme la piel de las piernas. Cucardio con él—. Te voy a extrañar —confesó, mirándome a los ojitos.
Ahora, mírale bien los ojitos; se le están poniendo chiquiticos🎼
Ya, pues. Seriedad.
Le sonreí, más marica que Ricky Martin. —Yo más, carajito —le respondí, volviendo a inclinarme para besarlo, intentando olvidarme por un momento de todo lo demás.
****
—Deja la webonada —le reclamé a Ashton, que como que tenía complejo paparazzi, porque llevaba desde que entramos al aeropuerto con la cámara prendía'.
Se iba a tener que enchufar esa mierda en el culo pa' cargármela antes de que me fuera.
Él se rió, sin dejar de apuntarnos a Calum y a mí con la broma.
—Ahora que me voy —le dije al chinegro a mitad de abrazo—, ¿me fías las Ruffles?
Viéndome feo, Cal repitió la frase que Fiorella y yo le habíamos enseñado. —Hoy no fío, mañana sí.
—Me vas a hacer falta, chino. —Lo espeluqué todo, separándome de él, ante lo que se volvió a peinar, frunciendo el cejo.
—Tú a mí no —me jodió.
—Mentira, sí —se retractó, sonriéndome con sus hoyuelitos súper cuchis.
Rodé los ojos, girándome hacia la única persona de la que me faltaba despedirme: Lukrecio Roberto.
Yo de pana no sabía cómo iba a hacer eso, menor. Si ya a mí de por sí no me gustaban las despedidas, imagínate con ese niño. Naguara.
Dos meses, no lo iba a ver por dos meses enteritos, después de acostumbrarme a estar todos los días con él.
Pero bueno, ya luego lo vería otra vez, y seguiríamos con nuestros planes para Navidad y Año Nuevo. Además, quizá ese tiempo que estaríamos alejados nos serviría para no perder la llama, y extrañarnos nos haría continuar las cosas mucho más intensamente de lo que ya de por sí era.
—Quita esa cara y ven aquí —me llamó el rubio, llegándose hasta mí con los brazos abiertos de par en par.
Yo lo abracé, teniendo que ponerme de puntillas como siempre. Cerré mis ojos con fuerza, sintiendo con cada nervio cómo sus fuertes brazos se cernían sobre mí. —Te quiero —dije en medio del abrazo, metiendo los dedos entre sus espaguetis... digo, sus rizos.
—Créeme que yo más —me correspondió, acariciándome el pelo también.
—Ay vale —se burló de nosotros Fiorella, quien por cierto, no les conté: la marica se iba a quedar en el tour a petición de Ashton. Es que claro, esos no querían dejar la noche de pasión que tuvieron en casa 'e Julia ahí na' más, y como Fiorella no tenía correa que la amarrara a Nueva York —tú sabes, los papás de la tipa eran liberales hasta más no poder—.
—¿Qué te pasa, ridícula? —me le alcé, separándome contra mi voluntad de los brazos de Lukey.
—Que te voy a extrañar, pajua —me respondió la malandrería, sonriendo con nostalgia al lado de su pana con derechos.
—Yo también, ami —reconocí, viéndolos a todos como en Troy a sus compinches en la escena final de High School Musical 3.
Parecía mentira, que en tan sólo un mes, esos mamaguevos trimarditos se hubieran convertido en personas tan importantes para mí. Los 5 Ayuda, hasta la Cristalito y la Eco, pero sobre todo, Lucas Roberto José Antonio Bolívar Palacios Ponte y Blanco.
Esteban Julio Ricardo y Peter Raúl se quedaban pendejos.
De pana que me daba cosita volver a NYC, pero sabía que tenía que hacerlo, al menos por entonces. Lo que no advertía, era que en un futuro estaría más cerca de ese combo 'e pajuos de lo que creía.
Pensaba soltarles un discurso de despedida, pero la gente del check-in salió a decir por el altavoz kike último llamado, así que me tocó expresar lo que sentía con unas miraditas y una simple frase: —Los quiero mucho, a todos.
Hola valee.
Les habla por aquí XxavrilisimaxX ya que le ando haciendo el favor de publicar este beta a la panita Cams.
Bueno ajá, espero que se hayan disfrutado el cap.
Camilita y yo las amamos❤️
~Avrilisima♥️
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