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Dedicación pa' luisangela123 XxavrilisimaxX aimr04 Carpenterlovex y YakieftAgust ❤️

Acuérdense que la dedicación va pa' las 4/5 que más comenten

NOTICA: Ay, vale, se achantaron con los comentarios, yo que andaba pensando en maratón.

No, mentira, la manipulación, entonces.

Pero, sí, puej, yatusae' que si andan act hay recompensa😏

Los amo❤️

Bueno, ya, pues. Los dejó leer.

"—Épale —saludó el recién llegado en español, atravesando el poco espacio que había entre el ventanal y donde estábamos nosotros.

Debo admitir que en un principio pensé que sería el hermano del que Lucía me había hablado, pero el hecho de que apenas entrara se dirigiera a abrazarla de la manera más melosa imposible, mi opinión cambió radicalmente.

Según ella su hermano era de todo menos cariñoso, aunque a veces tenía sus momentos estrella, así que no podía ser.

—Luisfer, inglés —dijo ella, mirándolo con reproche a través del abrazo.

¿Quién coño es Luisfer?, pensé, seguro de que jamás había escuchado pronunciar su nombre, al menos no de parte de Lucía.

—Ok, ok... —cedió este, separándose de la chica para dirigirse a nosotros."

* * * *

A ver, antes de que se vuelvan un ocho.

Yo, Lucía Rodríguez, la bella dama que les está echando el beta de sus vidas, como buena persona que soy, le estoy dando paso a Luke pa' que eche su propia parte de la historia. Especialmente porque él tiene mucho más que decir respecto de lo que pasó esa noche que yo.

Así que bueno, espero que puedan seguir la vaina.

****

"—Yo soy Luisfer —se presentó, saludando a cada uno de los presentes en el grupo con un apretón de manos—, lo mejor que esta señorita tiene. —Hizo un ademán con la cabeza hacia Lu, quien esbozó una sonrisa acompañada de un par de ojos en blanco.

Así que lo mejor que ella tiene, pensé. Si tú lo dices.

—Modestia aparte —dijo ella, negando repetidas veces con la cabeza—. Pero no te lo negaré.

—Bueno. —Nicole, quien a diferencia del supuesto Luisfer me había caído bastante bien, retomó su anterior oferta—. Vengan, corazones. Seguro que siendo ustedes conocen alguno de los amigos americanos de Fede.

La morena se dio la vuelta hacia la terraza, y al ver que se alejaba, decidimos seguirla.

Yo estaba por girarme con el resto del grupo, cuando sentí una cálida mano halarme hacia atrás, deteniéndome momentáneamente.

—Ey —me llamó quien pude comprobar era Lucía—. Te veo al rato. —Sonrió, consiguiendo mostrar sus tiernos hoyuelos.

No pude evitar sonreír también, pues de alguna manera, algo extraño considerando el poco tiempo que llevaba conociéndola, ver a esa chica feliz hacía que yo también lo estuviera.

—Diviértete —le animé, apretando su mano para proceder a alejarme, dejándola con "Luisfer".

Y así, me fui con el resto de mis amigos, esperando que esa extraña sensación que se hacía notar en mi pecho no se tratara de celos.

****

Sí, definitivamente eran celos.

No se vale —exclamaba Lucía, riendo entre los brazos de Luisfer mientras bailaban al son de una canción de merengue, y al dar una vuelta, él hacía que se enredara a propósito.

Rodé los ojos y hundí más el rostro entre mis dedos, haciendo que el pelo me cayera desordenamente sobre la frente.

Lo intentaba, de verdad que intentaba que no me afectara, lo hacía por ella. Pero ese idiota me lo ponía tan difícil...

Me asqueaba ver cómo la tocaba y lo a gusto que parecía estar Lucía.

Aunque también lo había estado todos esos días conmigo, en cada oportunidad que habíamos tenido a solas. Pero ahí estaba el detalle: todo había quedado entre nosotros dos.

En cambio, con el supuesto mejor amigo —quien realmente tenía más pinta de ser su novio—, todos podían verlo, y podían notar lo que sin duda alguna parecía haber entre ambos.

Ella no es así, me recordaba a mí mismo cada vez que el pensamiento de que Lucía estuviera jugando conmigo amenazaba con salir a flote.

Pero, ¿y si yo no era más que una diversión para ella? ¿Y si en realidad gustaba de Luisfer?

Déjalo ya, me exigí, luchando contra mis propios impulsos.

—A Lucía le hacía falta ver a su chico —opinó Crystal, dándole un trago a su bebida mientras se sentaba en las piernas de Michael—. Desde que llegamos se ha estado riendo como nunca.

¿Tanto como se ríe conmigo?, me pregunté para luego responderme a mí mismo. No lo creo. Pero claro, no lo saben porque nunca lo han visto.

—Crys —llamó su atención Mike, mirándome a mí en lugar de a su novia, y sabiendo perfectamente lo que estaba pasando por mi cabeza—. Ellos no están juntos.

—¿Tú cómo lo sabes? —insistió la ojiazul, frunciendo el cejo.

—Antes de venir nos dijo que íbamos a ver a sus mejores amigos —se excusó mi compañero, encogiéndose de hombros.

—Pues si no están juntos pronto lo estarán. —Crystal alzó la cabeza, segura de su teoría—. Es muy obvio.

Quisiera haber podido negárselo, decirle que no era así, que Lucía estaba conmigo, que quien había probado sus labios esos días, quien hacía que la piel se le pusiera de gallina, quien dormía con ella, era yo, y sólo yo.

—Necesito alcohol —anuncié, levantándome de mi asiento para ir hacia la mesa donde reposaban las bebidas, y siendo seguido por la mirada preocupada de Michael.

Tomé un vaso de plástico de los que se disponían en la mesita, optando por servir en él algo de cerveza a secas.

—Mírate —se escuchó decir a una voz femenina que conocía bastante bien a mis espaldas, que me hubiera hecho sobresaltar si no fuera porque mi ánimo se arrastraba por el piso—. Ni que te hubieran dedicado Te Boté. —Lucía me miró con suspicacia, enarcando una ceja al mismo tiempo en que se apoyaba de la mesa con ambos brazos.

—No tienes ni idea —mascullé por lo bajo, sin intención alguna de que me escuchara.

—¿Está todo bien? —me preguntó, intentando que la mirara de vuelta.

Suspiré, intentando fingir lo mejor posible, e hice lo que inconscientemente pedía. —¿Por qué no lo estaría? —Sonreí de medio lado, bajando la cabeza para enfocarme en ella.

Debía admitir que amaba lo pequeña que era en comparación conmigo. La hacía parecer delicada, como si se pudiera romper en cualquier momento. Pero luego estaba su actitud imponente, en un buen sentido, con la que te hacía saber que las apariencias engañan, y que como te metieras con ella te esperaba una paliza.

Darme cuenta de aquello me hizo distraerme un tanto de la situación, e incluso pensé que hablando con ella se me olvidaría, pero no. No fue así. ¿Por qué tenía que llegar él a arruinarlo todo?

—No lo sé, te noto... —había comenzado a decir Lucía, cuando una voz la interrumpió.

—Chamita —la llamó el inconfundible Luisfer—, Nicole anda diciendo que le hagamos el baile de primaria que le dijimos. Ta' intensa.

Lucía alternó la mirada entre nosotros dos, imagino que decidiendo qué hacer. —¿No puedes mostrárselo tú primero?

Qué bella, pensé, prefiere quedarse conmigo.

—Explícame cómo voy a hacer La Burriquita sin burra. —Luisfer se cruzó de brazos, a pesar de no parecer enfadado en lo absoluto.

Lucía suspiró, claramente indecisa. —¿Te importa si...? —me preguntó, a lo que no dejé ni que acabara antes de responderle.

—Tranquila.

Ya lo sé. Debí haberle dicho la verdad. Pero hubiera sido egoísta de mi parte, porque, si lo pensaba, Lucía podía estar conmigo todos los días si así quería, pero ¿cuándo veía a sus amigos? A la única persona en el tour que conocía de hacía años era a Fiorella, mientras a mí me acompañaban mis mejores amigos, además de cualquier persona que se me ocurriera incorporar al viaje en el momento que quisiera.

Hubiera sido injusto.

Ella sonrió, rozándome el brazo suavemente antes de voltearse hacia su "amigo". —Pero un solo baile —le dijo.

—Esa es mi novia bella.

¿Acababa...? ¿ACABABA DE DECIRLE "NOVIA"? No me vengas con esa mierda.

Por la cara de la chica de cabellos oscuros estaba seguro de que no lo decía en serio, pero... ¡¿quién coño le daba el derecho a decirle "novia" a la chica que salía con otro?!

Bueno, técnicamente no estábamos saliendo, pero igual.

Pareciera que lo hubiera hecho a propósito, en mi presencia, como si quisiera que supiera que ella no era mía y yo no era suyo en ningún sentido.

El chico extendió ambos brazos hacia Lu, tomándola de uno de ellos para llevársela consigo—. Ya te la devuelvo —me susurró a mí antes de irse, arrastrando a Lucía también.

De mí para Luisfer:

Ya estaba. Ya no soportaba más quedarme ahí como un imbécil mientras ése se salía con las suyas. No podía más.

Dejé la bebida a un lado, y ya que me urgía salir de ahí lo antes posible, me dirigí al baño, que fue el primer lugar que se me ocurrió en el que no estuviera tentado a mirarlos y alimentar esa sensación punzante que crecía en mi pecho.

Cerré la puerta detrás de mí, apoyando la espalda de esta. Permití a mi respiración escapar, soltando todo el aire que inconscientemente había contenido. Luego me separé del cuadrado blanco para reposar las manos a ambos lados del lavamanos, cuyo grifo abrí para recoger algo de agua y echármela en la cara. Volví a cerrarlo, levantando la cara para mirarme al espejo.

Cálmate, me ordené a mí mismo. Toda va muy bien entre ustedes como para que lo vengas a cagar ahora.

Y quería, quería con todas mis fuerzas hacer desaparecer esos malditos celos que me dominaban, pero ¿cómo, si cada vez que me volteaba veía al tal Luisfer con ella, con Lucía, la chica que llevaba volviéndome loco desde que la conocí?

Era imposible. La única manera de ahuyentarlos era yéndome de esa fiesta.

Me restregué la cara con ambas manos limpiando el agua sobrante de mi piel, y salí del lujoso baño.

Automáticamente comencé a dirigirme a la puerta por la que había entrado hacía unas dos horas, sin intenciones de avisar a nadie de que iba a desaparecer del lugar así sin más.

No tenía por qué dar explicaciones, y si el caso se daba, pondría alguna excusa cualquiera.

Estaba ya a un par de centímetros de la perilla que abría la puerta, a punto de girarla para atravesar el pórtico y salir de ahí de una vez por todas, cuando su llamado me detuvo.

—¿Luke? —Era Lucía, quien según su tono de voz parecía bastante confundida por haberme atrapado en mi intento de escape.

Mierda.

—¿Qué está pasando? —preguntó.

Yo me vi obligado a dar la cara y voltearme hacia la chica para verla parada detrás de mí con un rostro desconcertado, y mentirle de la forma más descarada posible. —Llevo rato sintiéndome mal, y creo que sería bueno que volviera al hotel. —Me encogí de hombros, actuando lo mejor que conseguí—. Eso es todo.

Ella me analizó de arriba a abajo unos segundos, para luego reírse así como así, con una risa cargada de ironía. —A mí no me vas a ver la cara de pajua —replicó, cruzándose de brazos—. Luke, por favor, dime qué tienes.

Suspiré, pasándome una mano por el cabello. —Yo... —empecé a decir, en el momento en que caí en la cuenta de todas las personas a nuestro alrededor, que presenciarían lo que fácilmente podía convertirse en una discusión. Por eso preferí preguntar:—¿Te parece si hablamos a solas? —La miré vacilante, esperando que aceptara mi proposición, cosa que me dio a entender que hacía cuando asintió con la cabeza.

La seguí cuando se alejó por un pasillo largo al final de la sala, que imaginé daría a las habitaciones. Sin embargo, no entramos a ninguna de estas, y simplemente nos detuvimos al final del pasillo.

—Suéltalo —insistió, volteándose hacia mí mientras se recostaba de una de las paredes.

Me preparé para sacarlo todo, esperando que las cosas no salieran mal después de pronunciar las palabras a las que tanto había estado dando vueltas esas últimas horas.

—Yo... —comencé, tomando aire—. Bien, lo admito: me pone celoso. —Aparté la mirada, cruzándome yo también de brazos—. Me pone celoso la manera en que te toca el tal Luisfer, en que se abrazan, y sobre todo el que te diga "novia", eso me saca de quicio. —Intenté mantener la calma, sin alzar la voz para no convertir aquella conversación en una pelea—. Sé que puede sonar raro, porque llevamos haciendo esto ¿cuánto? ¿Menos de una semana? Pero verte cada día hace que sienta que te conozco desde hace muchísimo tiempo, y por tanto, se me hace insoportable verte con otra persona que no sea yo.

Lucía alzó la mirada, con una expresión inescrutable. Se quedó mirándome fijamente, pensando, hasta que por fin tomó la decisión de hablar. —Entonces ¿por qué no me dijiste nada hace rato cuando te pregunté si todo iba bien?

—Por la misma razón por la que hiciste lo de la cámara ayer —me apresuré en responder, dudando más con cada palabra que salía de mi boca—. Yo te veo siempre, y ¿cuándo ves tú a tus amigos? —No esperé que me contestara, y sólo continué—. Sólo quiero que te diviertas, sin preocuparte por si los demás lo están haciendo también.

—Luke... —vaciló, moviendo suavemente la cabeza—. Claro que quiero pasar tiempo con mis amigos, pero no me hace gracia que tú la pases mal por una estupidez como esa.

, pensé, porque no eres tú quien tiene que tragarse que los demás piensen que estás con él sin poder negarlo.

—Para mí no es una estupidez, Lucía —reproché, sin atreverme a chocar con su fulminante mirada.

La chica hundió el cejo, dándome algún indicio de lo que pudiera estar pensando. —Pero ¿te cuesta tanto hacer el esfuerzo de quedarte? ¿Por mí?

—Lo he intentado —dije, luchando por que no se notara la impotencia en mi voz—; llevo intentándolo desde que llegamos. Pero me cansé, me cansé de que todos crean que ustedes están juntos y sólo poder quedarme viendo cómo te toca.

Lu chasqueó la lengua con incredulidad, separándose de la pared. —¿Qué quieres que haga, Luke? —preguntó al borde de un grito, para luego, al darse cuenta de lo que había estado por hacer, respirar profundo y volver a la calma—. Mira, yo no quiero presionarte, porque entiendo perfectamente por lo que pasaste con Sierra, y no puedo pretender que en menos de un mes conociéndome quieras empezar una relación conmigo. Sería egoísta de mi parte pedirte eso. —Tomó aire, recuperándose de todo lo que acababa de decir, y luego prosiguió—. Y yo no soy paciente, pero lo seré, POR TI. Esperaré cuanto sea necesario hasta que estés preparado. Lo que sí que no quiero es verme como una zorra a la utilizas, especialmente porque sé que las cosas no son así entre tú y yo. Así que si quieres mantenerlo en secreto, lo mantenemos en secreto. Y si quieres que la gente sepa, entonces hacemos que se enteren. Pero no hay matices, Luke. No hay intermedios. No puedes esperar que le diga a mi mejor amigo que no me llame "novia", porque ¿qué se supone que voy a usar como excusa? ¿Que a uno de los chicos de la banda para la que trabajo no le agrada? Así que haz lo que quieras, pero que conste que me gustaría que te quedaras.

La verdad era que Lucía tenía toda la razón del mundo: yo no podía esperar reclamar algo que no fuera mío. Y no era que ella no quisiera estar conmigo, sólo que yo no se lo había pedido, e inconscientemente le había hecho creer que lo ocurrido con mi ex era la razón.

Pero realmente no era así.

—A mí Sierra me da igual —repliqué cuando Lu me había dado la espalda con intenciones de irse—. Lo que haya pasado con ella no tiene nada qué ver con lo que tú y yo tenemos. —Me acerqué a la ojiverde, dejando mis brazos caer a mis costados—. Yo no voy a cerrarme sólo por lo que haya hecho esa... señorita.

Lucía se rió por mi intento de no llamar a mi ex como la perra que era, cosa que hice ya que hubiera sonado bastante mal viniendo de mi parte.

—Así la estaría dejando ganar —seguí diciendo, ahora sí dirigiendo la mirada a la pequeña chica—, y créeme que eso no va a pasar.

Hubo un breve silencio, en el que, al ver su rostro, supe perfectamente qué estaba pensando: se preguntaba por qué no la había invitado a salir aún.

Si yo no conociera la historia de Lucía con su ex novio, seguramente hubiera pensado que era extraño querer empezar una relación así como así, cuando normalmente las parejas —al menos las que yo conozco— tardan meses en formalizar. Pero aquel chico que había visto lo mismo que yo en ella, había sido bastante rápido, pues —según lo que me había contado— ya estaban saliendo al día siguiente de enterarse que se gustaban.

Esa relación era lo único que Lucía conocía, así que no podía culparla por pensar aquello.

—Simplemente no se me había pasado por la cabeza —me sinceré con ella, respondiendo a la pregunta no formulada.

—Equis —le restó importancia, aunque en parte parecía estar intentando convencerse a sí misma de la veracidad de sus palabras—; yo te dije que no me importa esperar. Lo que sí me importa es que te quedes —volvió al anterior tema repentinamente, pero ahora abordándolo mucho más relajada.

Lo pensé por un momento, recordando lo mal que me había sentido durante toda la fiesta. Estuve a punto de decirle que no podía, por mucho que quisiera, pero luego me fijé en la expresión plasmada en la cara de Lucía, y entendí que un rato más ahí, por horrible que fuera, tampoco iba a matarme. En fin, si la hacía feliz a ella, valía la pena.

—Ok —acabé cediendo, rodando los ojos con una media sonrisa.

Ella me sonrió de vuelta claramente satisfecha. —Gracias —susurró. Me tomó de la mano y se encaminó fuera del pasillo, llevándome consigo.

****

La verdad es que quedarme había sido una buena decisión.

Lucía se había esforzado porque la gente que quedaba en la casa —que éramos más que nada sus dos grupos de amigos y algunos de los compañeros estadounidenses del novio de Nicole— nos juntáramos en la sala.

Yo le había dado otra oportunidad al tal Luisfer, y sinceramente no me había caído mal... Bueno, al menos no tan mal como antes. Parecía buen tipo.

El punto es que al estar en el mismo círculo, y no cada quien por su lado, la chica logró que habláramos entre todos, y así ninguno se sintiera apartado.

—Uno —exclamó KayKay, colocando su carta en la mesa junto a las otras, con una mueca de satisfacción increíble.

—Gracias —le agradeció sarcásticamente Calum, tomando otra del montón, sumándola al gran mazo que ya tenía acumulado en sus manos.

—Ya gané esta mierda. —Luisfer colocó su última carta encima de la que había puesto la rubia, ganando el juego—. Por fin, marico, por fin.

—Verga, menos mal —dijo Nicole mirándolo con desagrado, mientras el resto de jugadores bajábamos nuestras cartas—, porque si no no ibas a pegar ojo esta noche.

Luisfer iba a replicarle cuando Lucía lo interrumpió, irguiéndose en su asiento. —Mano —anunció con cara de impacto, llevando sus manos a los brazos de la silla—. Mi canción.

Le presté atención a la música, encontrándome con una canción que nunca había escuchado.

—¿Perdido En Tus Ojos? —preguntó si mejor amigo con asombro—. Nawebona de vieja, Lucía Isabella. Te fuiste.

—Ah, pues, chico. —Se levantó, imponiéndose—. Viejo el culo tuyo. —La ojiverde se volteó hacia mí, extendiéndome una mano—. Ven pa' enseñarte cómo se mueve el booty en la patria querida.

—¿Yo? —La miré haciendo una mueca—. Sabes que no tengo idea de cómo se baila eso.

Era verdad: por buen bailarín que fuera —cualidad fruto de todo lo que tenía que bailar en cada concierto para animar al público—, el reggaeton me superaba.

—Yo te enseño, vale —insistió, aún con la mano extendida—. No seas achantado.

Achantado, esa era la palabra mágica para que cualquiera de nosotros hiciera lo que el otro quería.

Ya hasta me había acostumbrado al extraño pero divertido vocabulario de Lucía y sus compatriotas.

—Las cosas que hago por ti... —Rodé los ojos con una media sonrisa, aceptando su mano y levantándome para dirigirme al mitad de la sala junto a ella.

****

—Somos un fail —acabó por aceptar Lucía, ocultando la cabeza en mi pecho mientras se reía nerviosamente.

—En mayúsculas —concordé, levantando mi dedo medio hacia la mesa donde se hallaban mis compañeros, ante la incontrolable risa burlona de Ashton al ver lo mal que se me daba el "perreo".

'QUE TE JODAN' modulé con la boca en su dirección, lo que sólo hizo que se riera más.

Al cambiar de canción, Lucía levantó la cabeza. —Se prendió esta mierda —dijo por cuarta vez desde que habíamos empezado a bailar, si lo que yo estaba haciendo podía llamarse bailar.

Yo la miré con reproche como:

Pero ella sólo me devolvió el gesto.

—Mano —dijo, abriendo los ojos como platos—, es Me Rehúso, pues. —Se pegó más a mí, literalmente acortando todo el espacio que pudiera quedar entre nosotros—. En esta tenemos que darla, así que tú dale con todo.

Otra vez no, por favor, rogué internamente, pero aún así me reí por lo decidida que parecía a que no pareciéramos un par de escobas danzantes esa vez.

—Llevo dándolo desde un principio —respondí, devolviendo las manos a su cintura, donde habían estado las anteriores canciones—, pero el reggaeton sigue ganándome.

Pegó su cadera a la mía lo más posible, pegando su cabeza a mi cuello ya que la altura no le daba para llegar a reposarla de mi hombro. —Imagínate que eres una culebra —me aconsejó, haciéndome reír al imaginarlo.

Pero al final fue un buen consejo, porque ya a mitad de canción parecía no apestar tanto en ese tipo de baile como lo había hecho al principio.

El único detalle era que la cosa estaba empezando a ponerse caliente, y yo no podía hacer nada para evitarlo. Era algo difícil, ¿sabes? Con una chica como Lucía moviéndose de esa provocativa manera tan, pero tan cerca tuyo, cualquiera hubiera caído ya. Más bien demasiado me contenía yo, porque lo menos que quería era faltarle el respeto.

—Ya le estás agarrando el truco. —Sonrió satisfecha, separando un poco la cabeza para poder mirarme a los ojos.

No sé si fue algo en su mirada, en la mía, o en ambas, que hizo que nos quedáramos paralizados cual estatuas ahí mismo, como si se hubiera congelado el momento.

Hasta que yo decidí reaccionar, de manera instintiva, a pesar de ser consciente de que todos los presentes nos estaban observando.

Así es: no pude contenerme más, y la besé."

Alo, convive.

Son la 1:30 AM, así que mañana me pongo a meter a la gente que me mandó número en el grupo. No me linchen.

Btw, lléguense a la historia de dontcallmepao llamada Base Robada. Está burda 'e lo calideishon.

Ando recopilando memes, así que si tienen material, lléguense a WhatsApp, por fa🥰

Los amo❤️

~Cams😘

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