—Hola, mis niños —saludaba a la cámara, con una sonrisa—, ¿cómo están? Ya sé que había dicho que me iba a echar una desparecida por un tiempo, pero estábamos todos claros que eso era más falso que la nacionalidad de Maduro.

Iba por las calles de Pensilvania, grabando un comunicado a mis seguidores, ya que no tenía más un coño que hacer. Hacía rato había hablado con Pedro —la divaza—, y él me había aconsejado que le diera una pista a mi gente sobre lo que estaba pasando en mi vida en ese momento, ya que al final por alguien se iban a terminar enterando, y si no era por mí, alguno que otro se iba a arrechar.

—Justo ahora estoy en Pensilvania —agregué, echando alguno que otro vistazo a mi alrededor—, y aunque aún no pueda decirles por qué, quiero que sepan que tengo preparado para ustedes algo muy muy grande. —Cuando me di cuenta de cómo había sonado eso, solté una risita—. Sendo chinazo. Pero bueno, ya saben a lo que me refiero. —Puse la bemba como un pescao'—. Supongo que eso es todo por ahora. Les prometo que apenas pueda les echo bien el cuento. Los amo, corazones.

Y haciendo una mueca, corté el vídeo. Subí la vaina esa a instagram y me puse a revisar notificaciones.

Cuando terminé de responderle el dm a Nacho, guardé el celular.

Ah, sí es verdad. Se me olvidó contarles que le pedí a Adam que me mandara una copia del contrato para mostrársela a mis papás, y para que estos, al ver que no era ninguna locura de carajita lo que estaba haciendo, sino un trabajo de verdad, no se arrecharan tanto conmigo.

Suspiré.

Me quedaban todavía tres horas. A saber qué me iba a inventar para no ladillarme tanto.

—¡Arrecha! —grité, en español, al acertar el aro alrededor de la cabeza de la botella.

Ya era la tercera vez que ganaba esa mierda, y 'taba hecha la propia experta. La verdad que a mí siempre se me habían dado bien los juegos de feria, capaz porque al laito' de mi urbanización en Venezuela había una, e iba pa' allá de vez en cuando en vacaciones.

El tipo encargado del juego, con senda cara 'e culo, me entregó el tercer peluchote que me acababa de ganar.

Le sonreí al carajo con autosuficiencia.

Me giré, y se lo di a una carajita como de siete añitos a la que había conseguido llorando porque ni los papás ni la hermana le habían ganado el unicornio que ella quería.

—Toma, corazón —le dije en inglés, ofreciéndole una sonrisa.

La niñita se emocionó toda, agarrando el unicornio y de vaina y no cayéndose, porque el bichito era el doble del tamaño de ella.

—¿Qué se dice, Karina? —le preguntó la mamá, poniendo su mano en el hombro de la chamita.

—Gracias —me agradeció ella, sin lograr impedir que yo soltara un aaaw ante su vocecita, casi que derritiéndome de la ternura.

Desde ahí vi cómo la familia se alejaba feliz del puesto de los aros, sonriéndome antes de darse la vuelta.

—Así que además de influencer y fotógrafa —dijo una voz a mi espalda— también eres aficionada a los juegos de feria.

Me giré para encontrarme a Luke, mirándome con las manos en los bolsillos y enarcando las cejas con curiosidad.

Llevaba puestos unos lentes de sol, y una chaqueta negra encima de su camisa vinotinto, me imagino que pa' evitar que lo reconocieran.

—Coño, mira quién llegó: —Me llevé las manos a la cintura— Inés.

Frunció el cejo, confundido y divertido a la vez, como siempre.

—¿Has visto a los chicos? —me preguntó, acercándose.

—¿A los ángeles de Charlie? No. —Le lancé una mirada de satisfacción al carajo que daba los premios, así como te gané, mmgvo, y despidiéndome con un movimiento de manos para luego llegarme hasta donde Lucas—. Pensé que estaban contigo.

—Yo también. —Cuando estuvimos a unos treinta centímetros ambos nos detuvimos—. Pero me fui a comprar algo que beber y cuando regresé ya no estaban. Literal me dejaron solo.

Admito que me dio fue risa.

—Qué pajuo —dije entre carcajadas, burlándome de él.

—Mierda, gracias por tu apoyo y solidaridad —respondió sarcásticamente, pero su cara hizo que me riera más todavía.

—No es por nada —enarqué las cejas—, pero el que anda que si sí que si no conmigo eres tú. Todo el tiempo con una bipolaridad más arrecha qu'er coño.

—A ver —quiso poner los puntos sobre las íes, mirándome a los ojos desde lo alto—; todavía te estoy analizando, y no sé bien cómo sentirme respecto a ti. Es totalmente normal.

¿Cómo que cómo sentirte? Aiuda, qué significa eso.

—Marico, no, eso de te estoy analizando es mío —le reclamé como una carajita—, búscate tu propia excusa. Y vermole, yo por lo menos te trato mal siempre, no a veces sí a veces no.

Soltó una risita por lo bajo. —¿Se supone que eso es mejor?

—Mira, vamos a hacer una cosa —dije, apartando la mirada, ya que no me quería reír por los nervios; quería ser una tipa seria, aunque estaba clara que eso era imposible—: vamos a hacer como que somos amigos, o si acaso como que no nos caemos mal, ¿si va? Por lo menos pa' aparentar.

Él hizo como que lo estaba pensando, llevándose un dedo a la barbilla mientras miraba al inexistente techo.

—Trato hecho —respondió, tendiéndome su mano.

Dudosa, la estreche, y maarico, nwbna.

Yo no sé si fui yo na' más, pero internamente me dio como un corrientazo así arrecho. Más que un corrientazo, fue como un escalofrío, que fue desde mi mano al resto de mi cuerpo.

Me quedé en shock, porque lit no me lo esperaba, y ahí fue cuando caí en cuenta que Lukre y yo nunca antes nos habíamos tocado así por voluntad de los dos.

'Er cucardio entonces.

Como que el marico ese también sintió la misma vaina, porque puso la mismita cara que yo.

Él bajó su mirada hacia mí, y yo elevé la mía hacia él; y así nos quedamos por lo que al menos fue un minuto.

Empezaba a pensar que nos quedaríamos así, aún con las manos unidas, para el resto de la eternidad, cuando...

—Mi ship...

Luke y yo volteamos, para encontrarnos con Michael, Calum y Ashton, quienes —especialmente Mike— nos miraban con picardía mientras se acercaban a nosotros.

Todos ellos llevaban accesorios que suavizaban su imagen, evitando que fuera fácil saber quiénes eran en tan sólo un primer vistazo. Que si una gorrita, un suetercito... Yatúsae'.

—...se hace realidad —acabó de decir el peliloco, sonriendo súper cuchi.

Luke y yo volvimos a nuestras manos, separándolas al darnos cuenta de que nos estábamos dejando en evidencia.

—'Ta bueno el chiste —respondí, poniendo cara seria, pero en el fondo con los nervios a mil—; eres un bonche, Clifford.

—Déjame mi momento fanboy —se quejó, arrugando el entrecejo.

—¿Qué dices, Lu? —cambió de tema Calum, cosa que le agradecí, además del diminutivo—. ¿Te apuntas a una partida de cualquier mierda?

—Te advierto que soy muy buena. —Levanté las cejas, llevándome una mano a la cintura.

—Eso ya lo veremos...

—A mí me huele a apuesta —se metió el salío de Ashtonio Irwinie.

Ese menor tenía una vaina por la apuestas. Ni Germán Garmendia ps. Hola Soy Ashton, y te apuesto un mojón frito a que estás leyendo esto.

¿Y cómo que lo veremos? Yo te aviso, chirulí.

Yo era la que tal en esos jueguitos.

Nawebona de paliza que le di en el juego de espichar globitos. El carajo quedó impaktado; no lo podía creer.

—¡Toma, nojoda! —le restregué al chinegro en la cara.

Soy yo.

Luke alzó sus palmas en mi dirección, así que se las choqué, resistiéndome de lanzarme encima suyo en un abrazo victorioso.

—Soy yo en 3D —agregué, haciendo que este se riera.

Luke extendió su mano hacia Ashton, que acababa de perder su segunda apuesta del día contra el poste andante, quien, al haberme conseguido jugando antes y ver lo bien que se me daban los juegos de feria, había apostado por mí al contrario de Ashton, quien había puesto en juego setenta dólares a favor de cool guy Cal.

Retorciéndose de la arrechera, Ashton le entregó la plata.

—No me gusta esta complicidad —dijo, mirándonos feito.

—A mí me encanta, la verdad —replicó Michael, súper happy—. Cada segundo los shippeo más.

Luke y yo rodamos los ojos al mismo tiempo.

Abrí la jeta para decir algo más, pero un chillido me interrumpió.

—¡Son ellos! —gritó emocionada una voz femenina detrás de mí.

Tanto los chicos como yo nos volteamos a ver a la chama que acababa de reconocerlos, a la que parecía que le iba a dar un patatús en plena feria.

La marica estaba así:

—Son... —repitió más bajo—. Son ustedes de verdad...

Los cuatro esbozaron una pequeña sonrisa, aunque se notaba que no tenían mucho ánimo de tomarse fotos ni nada de eso.

—¿Podría ser nuestro secreto? —pidió Michael cortésmente, acercándose con los otros hacia la chica—. Te pido que por favor no lo digas tan alto.

—C-claro —tartamudeó ella.

La verdad que yo la entendía, marica. Tipo, que yo también me quedé así la primera vez que los vi en persona. Normal que no sepas qué hacer.

—¿Podría...? —Ella levantó su teléfono, a lo que supuse que querría una foto.

—Claro que sí. —Luke extendió su mano hacia ella, logrando que le diera el celular.

A su vez, Lukrecio se lo pasó a la Yolanda, quien se había mantenido al margen de la situación hasta ese momento.

Primero me le quedé viendo, como preguntando con la mirada si estaba seguro de lo que estaba haciendo. Él asintió con la cabeza, leyéndome la mente, así que agarré el IPhone de la carajita y deslicé la pantalla hacia un lado para meterme en la cámara.

La chama no se había percatado de mi presencia, así que cuando lo hizo, aparte de mirarme con confusión, se quedó pensativa, muy tímida para preguntar quién coño era yo.

Los cuatro piaso' 'e postes se acomodaron alrededor de la chama, y, cuando todos sonrieron en mi dirección, tomé varias fotos.

—Lesssto —dije, bajando el teléfono y acercándome a ellos para devolverle la broma a la tipa.

—Un gusto —le dijo Ashton, sonriendo.

La chica me analizó con la mirada, para luego susurrar un tímido gracias a los Cinco Ayuda y dejar la peluca, todavía viéndome raro.

—Te observo —dije, una vez se hubo ido—, te analizo, te ignoro.

Los cuatro me miraron, primero mirándome como wtf, y luego echándose a reír.

Mucha risa me iba a dar era quien iba a estar esperándome en el hotel esa misma noche.

Les cuento que esta semana estoy full, pero estoy burda de inspirada, así que en mis ratos libre escribo burda.

Pueeeedo llegar a hacer maratón (tipo, el siguiente cap lo publico mañana).

So, si de pana quieren, comenten burda, jeje.

Saben que los amo muchito muchote❤️

~Cam🥰