—Maricoooo —grité en medio del abrazo forzado, comiéndome la mitad de la cabellera rubia de Nicky—. El mundo es un pañuelo.

—Dígalo ahí —concordó ella, echándose un poco hacia atrás.

No podía creer que de pana entre todos los países, las ciudades y los conciertos del mundo, había coincidido con ella en ese exacto lugar.

Todos los recuerdos que tenía de Nicoleta volvieron de repente, haciéndome caer en la cuenta de que tenía unos dos años o más que no la veía. De todas manera no era como que me importara mucho, ¿sabes? La marica era una mardita perra. Le había roto el corazón a mi hermanito, y ni siquiera había tenido la descencia de querer seguir siendo su amiga.

En resumen, se había hecho mi amiga para llegar hasta él, y una vez ahí, lo había usado como trapo de coleto para todos sus fines, incluido promocionar su marca de maquillaje. Cuando vio que ni que se acostara con Osmel Sousa iba a conseguir que Nicosmetics tuviera el éxito que ella esperaba, le había terminado, y de la manera que te hace saber que le importas un bledo a la otra persona: por celular. Y ni siquiera por llamada, sino por mensaje.

Pero sabes que con gente así hay que ser el doble de falso.

Había crecido, o al menos según yo, y eso que la marica era ya de por sí más alta que yo. Tenía el pelo larguito hasta media cintura, cuando solía llevarlo como Matilda, y estaba burda 'e bronceada.

Quería preguntarle de todo; desde qué había hecho con su vida después de lo que había pasado años atrás, hasta cómo carrizo había parado ahí. Quería saber si estaba tan bien como le había dicho a Daniel que estaría sin él.

—¿Más o menos? —preguntó Fabiana, la más pequeñita, dando voz al resto, que nos miraban burda 'e lo confundidas.

Estaba a punto de abrir la jeta para explicar cuando la música se detuvo, dando paso a una pequeña charla de Ashton, quien se paró sobre su asiento, estirando los brazos cual Titanic, pues.

—Chamo —les dije en su lugar, siendo consciente de que estaba pasada de irresponsable—, a mí me van a botar de esta verga si no sigo haciendo mi trabajo. —Volví a agarrar la cámara, metiéndome los pelos que tenía en la cara por detrás de la oreja—. Les contamos después del concierto, ¿si va?

—Nojoda, chica —contestó la portavoz, mirándome casi que volteando los ojos.

Bien bueno ahora, pues, pensé.

—Las amo —contesté, sonriendo exageradamente para darme la vuelta y seguir con mi vaina, esperando que Nicole no les metiera un mojón y me dejara mal frente a la gente—. No se me pierdan.

El resto del concierto transcurrió calidad. Tocaron el amor de mi vida aka Want You Back, otras nuevas como Why Won't You Love Me, y cerraron con Youngblood, obviamente.

Esos bichos jamás iban a superar esa canción. Ya yo la veía más rayada que She Looks So Perfect.

Las misses hicieron una despedida al público, caminando una detrás de la otra. Lukrecia había ganado Miss Elegancia, Ashtonia Miss Fotogénica, Calurina Miss Amistad, y Michaela se llevó la corona.

Una vez las luces bajaron, dando final al concierto, me giré para empezar a buscar al grupito. Me paré de puntillas y todo, y no las veía por ningún lado. Probé paseando mis ojos por unos veinte metros a mi alrededor, y nada, chama. La gente se estaba yendo y ya yo estaba empezando a asumir que las maricas se habían ido sin avisarme.

Qué peo, pensé. Lo primero que uno les dice y lo pr...

—¡Coño! —grité cuando sentí una mano tocarme el hombro, sobresaltándome.

Por un momento imaginé que serían ellas, pero no, marica.

—Señorita Rodríguez —me llamó el dueño de la mano, en inglés. Era un chamo de los de logística. Gary, creo que se llamaba, como el caracol de Bob Esponja—. Sígame, por favor.

Él se dio la vuelta, dirigiéndose hacia el escenario. Lo seguí, tal como me había pedido que hiciera, atravesando la rejita que separaba la pista del escenario, y así volviendo al backstage.

—¡Eeeh! —se escuchaba desde fuera del camerino. Asumí que se trataba de la voz de Calum por el tono en que sonó.

En el pasillo, me encontraba mirando pa'l techo y dándole con nerviosismo a la pierna mientras esperaba a que el señor Fitz terminara de hablar por teléfono.

Gary me había llevado hasta él al acabar el concierto para enseñarle las fotos y devolverle la cámara. Cuando vio lo que había hecho, al agente no le quedó más que reconocer que era uno de mis mejores trabajos como fotógrafa. Literal me quedaron arrechísimas, y Adam las aceptó, lo que lo hizo mucho mejor aún.

Luego de guardar la cámara entre los corotos de Andy, el tipo me había pedido los datos de cuenta y tal para transferirme la plata. En ese momento recordé el peo de los bancos venezolanos con las transferencias desde el extranjero, lo que me hizo pensarlo dos veces antes de meterme en un peo económico.

No se preocupe, había acabado diciéndole. Por esta vez dejémoslo así.

Él se había sorprendido por mi respuesta, de manera positiva, obviamente. Había insistido en darme así fuera algo en efectivo, así que por salir del paso terminé aceptándole unos setenta dólares ahí.

Que no eran mucho pa' lo que pedían, pero nada más por la promoción que me iban a hacer poniéndolas en una revista... Estaba súper bien, pues.

Luego me había pedido acompañarme a la salida, y cuando estábamos en camino lo habían llamado por teléfono, por lo que nos detuvimos justo frente al camerino de los chicos.

‭—¡Una vez más, chicos! —siguió diciendo el chinegro.

Nawebona de gritos. Se escucharon hasta en las tierras lejanas de Delta Amacuro.

Por su lado, Adam se veía burda de lo estresado con su telefonito. A ese hombre le iban a salir canas verdes si no se tomaba una infusión, un tesito o unas buenas vacaciones lo antes posible.

—Bien no —decía a media oración, para acabar colgando todo arrecho con un—. Ya me tocará resolver a mí, como siempre.

Eso mismo decía yo en el colegio el día antes de entregar los trabajos en grupos.

Admito que yo estaba ahí metiendo oreja intentando averiguar de qué coño estaba hablando, porque el chisme estaba jugoso.

Después de colgar, aún con la cara reflejando toda la ira, se giró hacia mí de improviso, por lo que tuve que reaccionar más rápido que cuando uno está con el teléfono a las tres de la mañana y de repente tu mamá abre la puerta y tienes que soltar el celular de golpe pa' ponerte en la primera posición que encuentres, haciéndote el dormido.

Representación gráfica:

—¿Todo bien? —pregunté, haciéndome la Willy, al tiempo en que me despegaba de la pared, incorporándome.

—De hecho no —respondió, sorprendiéndome con sus palabras. Se puso a arreglarse las mangas del traje.

Arrugué la nariz en una expresión de pregunta, esperando una explicación a su negación.

—No quiero entrar en detalles —fue lo que dijo. Su frase favorita, pues. El hombre misterio—. Pero puede que requiera tus servicios en un futuro. ¿Podrías darme tu número de contacto?

A ver, a ver, a ver... Recapitula. "¿Podrías darme tu número...?" Eso significaba dos cosas: 1. Que me estaba chanceando. Y si era así estaba pelando bolas; ese man debía tener como cuarenta y pico de años, y yo era una carajita. 2. Que de pana necesitaba mi número por si acaso necesitaba una fotógrafa urgente.

Por antiguas anécdotas que prefiero obviar, decidí asumir que sería la segunda opción, así que cedí a dárselo.

—Anota —le dije pa' que reaccionara y sacara su vaina, cosa que hizo—. +58 424... —y empecé a dictarle.

Una vez lo tuvo completo, se volvió a guardar el celular en el bolsillo. Por su cara, parecía querer decirme algo, pero justo cuando iba a hacerlo, un grito lo interrumpió.

—¡Wow, hola otra vez! —exclamó Ashton detrás de mí, saliendo del camerino, y al verme, poniendo ambas manos en mis hombros y estrujándolos a forma de saludo—. Pensé que ya te habrías ido.

—Te estoy acosando, ¿recuerdas? —le contesté con una sonrisa, viendo cómo el resto del cuarteto salía detrás de él. Viéndolo así, parecían las propias Mean Girls: Ashton era Regina, Michael era Cady, Calum era la loca que se la daba de Radio Rumbo, y Luke era la gafa —mentira, lo amo—.

—Espero que a nosotros también, ¿eh? —siguió el juego Lucas dándosela de cómico. Que la verdad sí me dio risa, pero estaba arrecha con él, así que no.

—Lo dudo —le respondí. El diamante es la segunda cosa más cortante existente en la Tierra, la primera soy yo.

—Uuuh —dijo Michael, frotándose las manos como las moscas con sus patas—. Primera pelea de ship.

A pesar de que no compartía opinión, Michael de pana era mi animal espiritual con todas mis ships platónicas. Bellarke por ejemplo.

—¿Qué hacen los artistas después de un concierto? —les pregunté, cambiando de tema.

—Vamos a un pub a una cuadra de aquí —respondió la otra mitad de la ship de Michael.

—¿Vienes? —me invitó "cool guy Cal."

Por un momento me vi tentada a decir que sí... O sea, eran 5 Seconds Of Summer, y me estaban invitando A MÍ a un club. Eso no pasaba todos los días.

Pero no podía. Tenía a Fiorella esperándome desde hacía una hora afuera del estadium, seguramente más arrecha que 'er coño. De paso, mañana tenía que salir a las siete de la mañana a Nueva York. En resumen, no, pues.

—Quisiera —respondí, haciendo puchero—. Pero está difícil la cosa. No quiero entrar en detalles —agregué, imitando a Adam, quien se había dado la vuelta para hablar con alguien de logística.

Ellos me respondieron con una sonrisa, mientras Michael añadía —Estaremos en el Uncasclub: sólo tienes que ir en dirección al Thames por la salida de atrás, y una cuadra más allá lo tienes. Por si cambias de planes.

—Grax. —Sonreí en agradecimiento al peliloco—. Voy a intentar.

Él me guiñó el ojo, mientras comenzaba a alejarse por el pasillo. Los otros cuatro no le perdieron pisada, y le siguieron.

Calum no me dijo un coño, mientras que Ash se despidió pasándome la mano por el codo, y Luke... Bueno.

—Hasta luego —fue lo que dijo, echándome una mirada que no supe descifrar si era amenazadora o profunda o qué coño.

Yo simplemente esperé a que se volteara para sacarle la lengua como la propia carajita, viendo cómo su silueta desaparecía al final del largo pasillo.

Son muchos días sin publicar y ya me estaba estresando. Pero bueno, son los exámenes.

Así que saben que si no publico taaaaaaan seguido es por eso.

Grax a d-dazysis por su colaboración bc la bicha da buenas ideas, ¿oyó?

#Ailoviuolsoumoch❤️

~Camilusqui