Fase veinticinco: al clima frío, recepciones cálidas
- Perros- Susurré, tenso, mientras dos grandes perros color dorado (ya no tan dorado) corrían hacia nosotros, salpicando agua y llenos de lodo-, Santiago-. Musité, dando un paso lento hacia atrás, haciendo ademán de esconderme-, ¡...SANTIAGO, SON PERROS! ¡SON PERROS ENORMES, ME VAN A COMER!-. Grité, escondiéndome tras él.
- ...Solo son Améliè y Butch- Respondió con suavidad. Los perros parecieron querer saltar sobre él, pero levantó la mano en señal de "paren". Ellos pararon, sentándose obedientemente ante él. Abrí la boca para protestar, pero la cerré de inmediato-; buenos chicos-; se arrodilló, y yo lo seguí para que esas bestias colosales no me desayunaran; me asomé sobre su hombro. Sentí como sonrió, mientras los hacía voltear y ellos les mostraban la panza; les mostró ambas palmas de las manos y cada uno le pasó la pata-, solo vinieron a saludar, Derek, tranquilo. Mira ven-. Volteó un poco la mirada hacia mí. Me arrimé un poco más y negué-, ven-, reiteró, con cierta ternura-, el único que te quiere comer aquí soy yo, pequeño homofóbico.
Mis mejillas se encendieron.
- ...¡TE DICEN QUE NO SOY HOMOFÓBICO, ZANC-...-Paré en seco, quizá por cansancio, o quizá porque no quería decirlo. Probablemente por cansacio.-...ctiago- Completé. Alzó una ceja, un poco divertido, se quedó mirándome- ¿Qué? ¿Tengo cara de ma-...ma...
- ¿...Ma?- Preguntó él, con algo de sorna. "Vamos Derek, piensa rápido. No digas maricón. Está triste. Aunque realmente no es como que me importara...". Santiago continuó observándome, paciente, esperando una respuesta.
"Pero con lo que me gusta decirlo...", suspiré, internamente. "...Mamá, mandón, ma..."
- ...Ma...marmota, ¡sí, eso! ¿¡ME VES CARA DE MARMOTA!?- Curvó los labios otra vez- ¿¡PUEDO SABER QUÉ TE PARECE GRACIOSO!?
- Nada- Dijo bajito, poniéndose de pie-, honestamente, de lo único que tienes cara es del amor de mi vida.
Mi cara ardió. Iba a contestar, pero una mujer mayor se apresuró en salir de la "casa", caminando a paso apurado bajo la lluvia, hacia nosotros.
- ¡Señorito!- Gritó emocionada. En cuestión, parecía tener unos sesenta y tantos años, llevaba un delantal de cocina el pelo cano amarrado.
- ¡Eva!- Respondió Thiago, con una sonrisa melancólica- ¡Ya vamos, te vas a enfermar! ¡Ten cuidado que te puedes caer!
- ¡Los únicos que pescarán un resfriado aquí son ustedes, cómo se les ocurre quedarse en el medio del patio, Señorito!- Llegó hacia nosotros y nos examinó con mirada de desaprobación. Hice una seña en señal de "hola", algo avergonzado- ¡Se dentran altiro, se dan una ducha caliente y les preparo algo para comer! ¡Ya tendremos tiempos de saludarnos! Y este muchachito...-. Clavó sus ojos en mí, entrecerrándolos.
Miré en silencio a Santiago, asustado.
- S-s-soy...- Arrastré.
- Ya me dirás quién eres, se me van pa' dentro el par de porfiaos. Y se me sacan toda esa caca que llevan encima, ¿cómo fueron a terminar así...?- Abrí la boca nuevamente- Ya me dirán, ya me dirán...¡vamos!- Hizo una seña de que la siguiéramos. Busqué la aprobación de Santiago, que se había vuelto a arrodillar y estaba despidiéndose de los perros- ...¡SEÑORITO!-. Volvió a chillar- ¿¡Quiere apurarse!?
- Ya voy...- Exhaló aire, resignado, levantándose- vamos gatito-. Asentí. El frío me estaba calando los huesos.
...
...
- ¡Alfred...!
- ¡SEÑORITOOOOOO!- Nos recibió en la puerta, con brazos abiertos su mayordomo, con una sonrisa de par en par- ¡Pensé que nunca más lo veríamos por aquí!-. Hizo ademán de darle un abrazo, pero Eva pasó por su lado y le dio con un periódico en la cabeza, soltó un pequeño "auch".
- Viejo tonto, mira como están: enlodados y llenos de caca, además de empapados. Parecen el cuco. ¿Quieres resfriarte luego? ¡Te recuerdo que soy yo la que debe aguantar tus quejas y cuidarte, viejo cuatiquento! - Santiago pareció aguantar una risa, yo me mantuve en silencio.
- ¡Pero mujer, años que no lo veo!
- ¡Años serán! ¡Pero no lo verás nunca más si te agarras algo y te mueres, viejo tonto!- Recalcó, dándole otro periodicazo en la sien- ¡Y no fuera ná' que te mueras tú, pero por retenerlos capaz se nos mueren ellos...!
- ¡Mujer! ¡La única exagerada aquí eres tú, no ves que son jóvenes y fuertes y...!
- ¡JÓVENES Y FUERTES LAS PELOTAS!- Le recriminó, a lo que me sobresalté. Otro periodicazo más para Alfred- ¿QUIÉN LAVA TU ROPA Y LIMPIA EL PISO DESPUÉS?
- Tú, mi amor.
- ¿QUIÉN TIENE QUE AGUANTAR TUS QUEJAS?- Y otro.
- Tú, mi cielo.
- ¿QUIÉN SE PREOCUPA DESPUÉS Y QUIÉN SE QUEJA DE QUE SE ESTÁ MURIENDO?
- Tú mi amor, y yo mi cielo- Y otro más.
- ¡Y AGRADECE QUE NO TE DOY CON LA ESCOBA NO MÁS PORQUE NO LA TENGO A MANO!
- Sí, mi amor...
- Y ustedes, par de muchachitos...- Se volteó hacia nosotros, formando una jarra con los brazos en cintura. Diría "...y qué jarrota", pero la cosa es que la mujer me asusta (de hecho, creo que a los tres). Santiago dio un paso hacia adelante y la miró serio- que cuadro más...
Y la abrazó.
- Deja de retar tanto al pobre Alfred, no ves que el pobre está enamorado y te aguanta todo- Pidió, con dulzura en la voz; la mujer le correspondió el abrazo apretándolo fuerte y pude ver como gotitas caían de sus ojos y rodaban por sus mejillas; Alfred los miraba, mientras comenzaba a llorar también, enternecido. Agaché la cabeza. Ella me miró.
- Chiquillo tonto, no sabe cuánto lo hemos echado de menos; ¡está tan alto!
- Y yo a ustedes, Eva.
- Y este jovencito...- Alcé la mirada, ella se separó un poco de Thiago- tan menudito que es, es como un gatito-. Mencionó. Y supongo que ha de ser por el ambiente que el calor aumentó, sobre todo en mi cara. Se encaminó hacia mí, mientras yo movía el pie y jugaba apretando la punta de mis dedos. Alfred se apresuró en ir a abrazarlo. Eva se paró, autoritariamente, frente a mí. Me mordí el labio nervioso-, ¡que chiquillo más bonito!-. Exclamó, tirándome hacia sus brazos. La abracé torpemente, mientras me ocultaba en sus pechos. Era poco más alta que yo- ¡Es como un muñequito...! ¡Habla, niño, no te vamos a morder, si es amigo del Señorito, es amigo de nosotros, incluso oliendo algo mal! ¿Cuál es tu nombre?
- D-D-De...
- Derek, Eva- Me interrumpió Santiago.
- ¡Vaya, vaya!- Me tomó de los hombros y me alejó un poco, alegre- ¡Tiene nombre de...!
- ...de príncipe-. Concluyó Thiago. Eva me volvió a pegar a sí, ahogándome. Observé a Alfred y Santiago: Alfred lo miró de una mirada extraña, el teñido asintió, Alfred lo volvió a abrazar con efusividad, dándole palmaditas en la espalda-; ¿papá no está?
- No.- Contestó Eva.
- Se han ido por unos días de vacaciones a Europa.- Agregó Alfred. Me sentí aliviado.
- ¡Pero no hablemos de eso! ¡Les prepararé a cada uno un tinazo de agua caliente! ¡Eso es, y también sopa! ¡O lo que quieran!
- Lo que sea está bien- Mencionó con otra sonrisa más. También parecía estar más animado, me pregunto por qué.
- ¡No se diga más!- Alzó la voz- Tú vienes conmigo-; aclaró, tomándome de la mano e iniciando a encaminarme-, de los dos, ¡me parece que tu suerte ha sido la peor el día de hoy!
-Santiago, ¿qué hago?- Prácticamente moví los labios. Él se encogió de hombros, entretenido ante mi situación: Eva me arrastraba escaleras arriba- ¿Y si se enoja...?-. Alfred hizo una mueca, acompañado de la mano, como si le hubieran cortado el cuello. Me pasmé, sintiéndome frío nuevamente. Oí una risita al unisono del salón principal, antes de que no los viera más.
Okay...solo...no debía hacerla enojar...
"Maricón de mierda, me las va a pagar. A ver si le parece tan gracioso"
...
...
Eva me preparó la tina y la ducha, por mucho que le dije que no era necesario que lo hiciera ella, en ese baño que parecía más bien una habitación: cabría perfectamente una cama (de veinte plazas), varios muebles y..., en fin, hasta a una piscina con tobogán alcanzaría aquí, para que voy a andar con tonteras.
Cerró la puerta, luego de dejarme ropa limpia en una especie aparador; entonces pude respirar al fin. Me sentí pequeño ante todo: la inmensidad de la "casa", demostrada en lo que solo era un baño. UNO. Fuera de eso, el lugar era realmente bonito: de color blanco, ante las luces tornasol, tenía detalles de delfines tallados y el espejo, incluso, tenía forma de una gran concha de mar. Me gustaba el blanco, pero a la vez lo odiaba; es tono más puro, pulcro, inocente,... al que puedes manchar, romper, herir con cualquier cosa que se te ocurriera.
La ducha (y vaya qué ducha, efectivamente parecía piscina), también tenía cortinas tornasoles. Dejé mi ropa en el cesto que decía "Ropa sucia", como había advertido Eva que hiciera, y me bañé primero con la regadera, para terminar metiéndome en la tina. A pesar de ser una "casa" tan grande y ostentosa, era sumamente fría (o yo me enfermé, una o la otra...u ambas); al parecer los truenos habían dado rienda suelta a su energía, allá afuera. Me acurruqué, tomando mis piernas entre mis brazos una vez dentro de la tina.
"¿Qué estará haciendo Santiago?"
Agité mi cabeza.
"Como si me importara"
Extendí mis brazos y los miré: muchas marcas los cruzaban de aquí hacia allá, algunas más oscuras que otras; en mis piernas también. Él había dicho que eran marcas de mis guerras, pero yo creo que son marcas de cuántas veces quise dejarlas y huir, marcas de cobardía.
"¿Por qué me querrá tanto...?"
Inhalé aire y me metía hasta la nariz bajo el agua. Así que su primer amor efectivamente murió; ese chico...León, Dan, también lo han llamado, creo que Laeti.
"¿Por qué? ...Por ese motivo...¿habrán salido Luke, Demon y ahora lo que parece ser una nueva personalidad?"
Saqué la nariz del agua. Después de todo, por lo que me dijo Santiago no SantiagoniLukeniDemon o Santiagomisterio; él había visto cómo lo mataban y no pudo hacer nada.
"¿Cuánta culpa debe haber sentido, o siente?"
Pensarlo..., recordar el cómo había caído de rodillas, llorando...me apretaba el pecho, haciendo que mi corazón se sintiera pequeño.
"Él...¿se habrá dañado alguna vez? ¿Le habrá faltado alguien?"
Viendo cómo era Eva y Alfred, probablemente no. Me aplaqué.
"Probablemente su familia, su madre y padre también son geniales. De algún lugar tuvo que salir"
Sonreí. Abrí los ojos grandes y mi sonrisa se borró; me hundí completo de golpe, salpicando agua.
"...t-t-tan maricón, d-de algún lugar tuvo que salir tan maricón"
Saqué mi cabeza del agua; pensándolo bien, no sé mucho de él: sé su tipo de sangre, su comida favorita...y todo lo que me preguntaron ese día (o al menos la mayoría, porque si mal no recuerdo fallé algunas), pero, ¿qué sé de su familia? ...Conozco a Laeti y a la prima pintauñas, sin embargo...
"¿Conozco a alguien más? ...Creo que nunca me ha hablado de sus padres"
Él trajo prácticamente a mi familia de Australia, familia que rara vez recuerdo y que no he querido ver. Salvo a Branko; quizá la única familia que tengo realmente es él, porque en lo que a mí concierne, su madre no es mi madre, ni su padre mi padre, y el resto de mis hermanos...tampoco lo son. Pero Santiago...él hace cosas por mí y yo...
"¿Qué he hecho por él? Le grito todo el día, él siempre me abraza y me besa y dice cosas como que soy el amor de su vida; cosas fletas al fin y al cabo, pero cosas bonitas al fin y al cabo también "
En qué estoy pensando y por qué estoy sonriendo.
...Él ha hecho más por mí de lo que ha hecho cualquier persona en mi vida, incluyendo lo que trajo consigo: conocer a Laeti, a Eva y Alfred, a Rayan, a Nara, al imbécil de Esteban...incluso a mi hermano. Gracias a él, su terquedad, sus personalidades, su manía de ser romántico, y a pesar de que no agradeceré jamás que haya intentado violarme (encima no una sola vez, sino varias, el muy animal); gracias a él las cosas que antes no tenían por qué ni sentido lo empezaron a tomar, y el cariño que pensé nunca sentir me dio de cara por mil. Y yo...
"¿Seré capaz de devolvérselo alguna vez?"
...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro