Fase veinte: Amor infantil, apego infantil, inocencia infantil.
...
-...Derek, levántate- Le susurré, con una pequeña sonrisa, tratando de que me mirase-, pequeño, debes ir a clases, di algo...-, fue inútil: Permanecía mirando a un punto fijo, meciéndose bajo las tapas y con un viejo oso de peluche de mi niñez entre sus brazos; balbuceaba y soltaba quejidos suaves a ratos. Nada más.
Todo comenzó ayer, Laeti había mentido para que asistiésemos a la estúpida misión (a Derek), aclarándome que allá me darían las indicaciones. Era un juego y me pareció divertido, además, debía hacerlo; al cabo de unas tantas horas dado el arranque inicial, oí unos golpecitos suaves y débiles llamar la puerta, me levanté y abrí.
Me sentía muy feliz de ver a Derek de nuevo, pero esa felicidad no duró demasiado, solo hasta caer en cuenta de cómo vestía y cómo se quejaba, apoyado en mi pecho, soltando sollozos y temblando; el vestido tenía sangre y estaba rajado, ¿qué coño le había sucedido? ¿No se suponía qué este "programa" a lo mucho lanzaba arañas...?
Las chicas encargadas aseguraron no haber visto a nadie sospechoso, pues los llamados Infiltrados los habían ingresado ellas mismas, y las cámaras de seguridad no avistaron absolutamente nada; para ese entonces, el chico ya estaba "despierto", pero en estado de shock; se buscaron en todas las habitaciones y pisos del teatro, incluyendo sótanos y qué sé yo. Nada. Ningún indicio de algún violador en serie, mucho menos rastros.
Fuimos directo a "su" hogar, sin embargo, terminé arrastrándolo al mío, tenía miedo de que le sucediera algo, y mi paranoia suele ir en crescendo día a día cuando no estoy con él. Más ahora.
Tuve que bañarlo, vestirlo y acostarlo, la voz de Demon soltaba maldiciones, mientras la de Luke se debatía en mimar directamente o tomar una metralleta para hacer la masacre del siglo, irrumpiendo en la ciudad y matando a quién se le cruzase, que (según él) tuviese olor a hijo de puta.
El homofóbico, una vez que lo senté en mi cama y lo cubrí, pegó su mirada en Mr. Floops, el osito que me reconfortaba de niño, le pregunté si quería tenerlo, él no contestó, siguió observándolo, me puse de pie, lo tomé y se lo mostré, sus ojos seguían pegados en él, se habían movido sobre mí cuando lo tomé, siguiendo mi recorrido.
Le sonreí.
Él estiró lentamente el brazo, aparentemente, con cuidado, como si el osito pudiese huir al mínimo ruido. Se lo tendí. Me lo arrebató antes de que pudiese hacer algo (que no iba a hacer), para posteriormente abrazarlo protectoramente y...con algo de nostalgia, mezclada con amor.
El amor que un crío le tiene a un juguete; como si este se le hubiese perdido y en ese momento, lo hubiese reencontrado. Admito que me sentí bastante celoso del puto oso, pero si Derek está bien, debo aguantarme las ganas de incinerarlo.
Volviendo a este momento.
Aún quiero incinerarlo.
'¡CONCÉNTRATE EN ENCONTRAR AL HIJO DE PUTA QUE LE HIZO ESTO!- Retumbó el tono del demonio humano- ¡DEBO DARLE UNA PALIZA ANTES DE QUE LUKE HAGA PASTA CON SUS SESOS!'
'...Matar, matar, matar...si lo encuentro lo voy a matar...'- Masculló el otro, dándome la imagen de que caminaba dentro de una jaula, moviendo los dedos y sonriendo como pirado mental.
-...Necesito un manicomio- Me llevé la mano a la cabeza, masajeándome la sien con cansancio-. Urgente; pequeño, yo...-; le toqué el hombro, dio un salto que por poco lo botó de la cama, junto a un gritito. Clavó sus orbes grises en mí, titubeantes, aferrado a Mr. Floops-lo siento-. Balbuceé-, o-olvidé...
¿...Cómo puedo ser tan idiota? Soy el único que se le ha podido acercar, voy y lo toco, cuando está con la guardia baja.
-¿...Tammy?- Me sobresalté al oír su voz; tocó mi mejilla. Me fijé en que se había acercado de forma felina, sin soltar el peluche- Tammy-; la acarició, provocando que me sonrojase-, ¡Tammy!-; se lanzó a mi cuello, abrazándolo- Pensé que nunca te vería nuevamente, Tammy-; su respiración chocó con la piel de mi garganta, al igual que su nariz. Está sonriendo.
Un momento...¿quién coño es Tammy?
Lo tomé en brazos, como cuando un padre hace dormir a su hijo, ladeando el labio.
-...Derek...
-...Sigues siendo tan suave. Nadie nos volverá a separar, ¿verdad?- Aún rodeando mi cuello se separó, con una curvatura infantil en los labios.
'¿¡QUIÉN MIERDA ES ESA ZORRA!?"- Se sobresaltó Luke. Demon se calló inmediatamente.
-...Ni puta idea...- Le respondí.
-¿...Eh?- Su sonrisa inocente se calló y sus ojos se expandieron un poco, mientras ladeaba la cabeza.
-¡A-ah! N-no, digo...claro, ¡claro! ¡Nadie nunca nos separará...!
-...Nadie nunca nos separará- Se volvió a pegar a mí-, te quiero, Tammy...eres mi mejor amigo...
-E-eh...- "...Siento el corazón por la boca..."
'Y ES HOMBRE EL MUY INFELIZ.'
'...Tal vez por su culpa el duende está así.'
'...QUE SE DÉ POR MUERTO...'- Una risa maquiavélica y perturbada resonó en mi cráneo.
"...Dios, si existes, dame amparo, por favor..."
...
...
El niño de unos...¿cuatro? ¿Cinco años? Que es ahora Derek me arrastraba felizmente de la mano, sosteniendo a Floops con la otra, a sabrá quién dónde.
-Oye...Derek...
-¿...Hum?- Consultó, sin voltearse, siguiendo con su marcha.
-...Pues...¿a dónde vamos?
-Me comprarás un helado, ¿sí?- Percibí su sonrisa, junto a ese tono angelical.
-...Ah...sí...- Respondí, desconcentrado.
-Que sea de fresa, ¡es mi favorito! ...Y a Frence le agrada el de vainilla, ¿no, Frence?- Habló al osito- Dice que sí, ¿ves? Y que gracias-, se volteó con una gran y brillante curvatura labial.
-...Oh...entonces compraremos tres helados, ¿va? Uno para ti, otro para Frence y uno para mí- Asintió, seguro y alegre, arrancando a paso rítmico otra vez.
Me pregunto si este es el chico que solía ser a su edad correspondiente, contento, lleno de vida y con ganas de explorar el mundo acompañado únicamente de un oso de felpa, pues el ex Mr. Floops, para mí, parecía ser un gran amigo llamado Frence, para el inocente chico.
-¡...Wo...!- Se apoyó en un escaparate, con dos estrellas fugaces brillando en lugar de su desconfianza y miedo natural, puras y tiernas- ¡Mira, Tammy, se parece a Frence! ¡Mira, Frence!-; apuntó otro osito, solo que más grande- ¡Tal vez esté tu familia dentro!-. Exclamó emocionado- ¡Tammy, entremos...! ¡Frence tiene que encontrar a su familia! ¿No es eso bueno? ¡Hace un montón de tiempo que no los ve...!-, sin esperar mi respuesta, entró corriendo.
Lo seguí, con cierta curiosidad y preocupación.
-¿...Derek?- Lo busqué, explorando las estanterías repletas de juguetes.
-¡Wa...!- Y lo divisé, de puntillas, tratando de tomar un conejo mediano, color amarillo claro de un repisa alta, al menos para él. Sonreí.
-...Ten- Lo tomé y se lo entregué sin mucho esfuerzo, me miró maravillado, y luego al conejo.
-¡Eres genial! ¡Cuando crezca quiero ser como tú!- Me atraganté, ¿había dicho cuando crezca...?- ¡Tammy!
-...No creo que quieras ser alguien como yo...- Balbuceé.
-¡Claro que quiero! ¡Eres el mejor!
-...No, la verdad...
-...Mira- Me interrumpió-, ¿no crees qué se parece al conejito de Tracy? ...Me pregunto cómo estará...la última vez-, se puso el dedo en los labios, pensativo- que los vimos tosía bastante...y los hombres de color se la llevaron, a ella y a Pixie, su conejito...-, abrí los ojos-¿recuerdas, Frence? Desde entonces no los volvimos a ver-. Me sonrió con algo de tristeza-, ¡pero debe estar bien! ¡Los hombres no son malos! Ellos solo quieren lo mejor para nosotros, pero...-, observó el conejo-a veces lo mejor...duele-. Sus ojos se cristalizaron, abrí la boca, quiero preguntarle muchas cosas, y, también...-, pero no importa-restregó sus párpados, con una gran sonrisa-, ellos saben qué es lo mejor, ¡debemos obedecerlos, Frence!-. Miró el osito y lo presionó contra él. No sé qué sucede, estoy plasmado, tratando de entender la información, consultándome si esto sucedió o sucede de verdad. Quiero abrazarlo y decirle que lo sacaré de esto, pero, ¿exactamente de qué? ¿De qué quiero sacarlo...?- Sigamos buscando...- Musitó.
-...Derek, ¿estás bien? ¿De qué hablas?- Dije al fin. Él se detuvo al frente de un gran oso, rodeado por más ositos, todos de diferentes colores, tamaños y diseños. Incluso cuadrillés.- ¿Quiénes son esos hombres? ¿Qué te hacen?
-...Bueno...no solo a mí- Sonrió, girándose-, ¿no, Frence? Somos muchos, aunque, según el hombre grande yo soy uno de los favoritos.
-¿...El hombre grande?- Movió el rostro, afirmando- ¿Qué te pide ese hombre?
-Todos piden cosas muy extrañas.
-¿...Cosas cómo...?
-Como que bailemos raro...o maullar...o que obedezcamos...
-¿Bailar raro? ¿Maullar...?- Recordé cómo lo había encontrado durante nuestra primera misión. Mierda- ¿Obedecer qué?-. Indagué, cada vez con más temor.
-Cualquier cosa, sino no nos dan comida...pero si obedecemos nos tratan muy bien- Sentí como mi voz se cortó de golpe-; vamos, Frence, aquí no está tu familia-. Caminó en sentido contrario, pasando por mi lado-; pero, Tammy, sé que tú no harás lo que hacen ellos, tú eres más bueno que ellos...¿recuerdas cuándo me diste a Frence? Ellos tampoco son malos, solo tienen miedo. Solo eso-. Alcé la vista (la cual había bajado sin notarlo hace unos minutos), ¿cómo puede decir eso? ¿Cómo puede decir eso si les dicen que hagan cosas dolorosas?
No sé si es lo que creo.
Solo tengo el presentimiento...de que llegué muy tarde. Demasiado.
...
...
Se sentó en la banquita, ya está oscureciendo.
Frence se sentó a su lado (más bien lo sentó).
Y yo a su otro costado.
-...Hace tiempo no contaba las estrellas- Levantó la mirada hacia el cielo nocturno, con fascinación-, los hombres no nos dejan salir.
-Esos hombres...
-No son malos.- Me cortó- Tienen miedo, mucho miedo, pero no son malos.-; lo miré preocupado. Suspiré, dirigiendo mi mirada a techo celestial, igual que él. Una estrella. Una gran estrella- Pide un deseo-. Cerró sus párpados. Obedecí, sin saber el motivo, pero lo hice.
"...Deseo poder...poder sacarlo de todo lo que le sucede, por favor..."
'...Deseo...'- Susurró Demon.
'...DESEO PODER MATAR A ESOS ANIMALES DE LA FORMA MÁS DOLOROSA POSIBLE.'- Lo interrumpió Luke.
'¡OYE! ¡YO IBA A DESEAR! ¡ES UN SOLO DESEO...!'
...La realidad me dio una fuerte bofetada cuando un sollozo me...vale, nos interrumpió.
-¿...Qué sucede?
-...Nada- Se secó las lágrimas-, es que, a veces...tengo tanto miedo...
-...Ya...hagamos una cosa- Le sonreí, acercándome un poco a él. Le tomé las manos-, cada vez que tengas miedo te acordarás de mí, ¿bueno? Y sabrás que en cualquier lugar del mundo yo estaré pensando en ti, cuidándote...- "Y eso haré literalmente."
-¿...Sabes lo qué pedí?- Me miró con cierta ilusión, se me pasó por la mente la idea de decirle que no se cumpliría si me lo mencionaba, pero una fuerza extraña me detuvo- Pedí que nunca me dejases.
"Y nunca lo haré."
Entonces me di cuenta de por qué no lo detuve: Porque este deseo podía cumplírselo yo, y lo estaba haciendo antes de que lo dijese.
-...No lo haré, no lo haré porque te amo y dudo que mis planes cambien.- Le besé la frente. Reí un poco, pues su sorpresa no cabía en sus delicadas facciones.
-...Santiago...- Tartamudeó, y el estupefacto fui yo. ¿Me recordará? ¿Recordará todo...?
Se formó una curvatura comprensiva y conmovida en su boca.
-...P-pequeño...- Me abrazó.
-Cuida a Frence, ¿sí?- Asentí, idiotizado- Yo también te...t-te voy a extrañar-. Cambió de tema-, perdón por todo, no me dejes...
-...Tranquilo, que no lo haré, por mucho que me insultes o me golpees no me iré, soy un perro, ¿recuerdas?
-...No...-Nos quedamos ahí. Vi como levantaba el semblante al cabo de varios minutos.-maricón...suéltame...
-No, jamás te soltaré- Lo presioné más.
-¿Qué mierda...?
...Fue ahí cuando me interrogué: ¿Existirá otro Derek qué en este momento esté viviendo todo lo que el que tengo en mis brazos ya vivió? ¿Y otro Santiago qué no tiene la mínima idea sobre su futuro? ¿Junto a Demon? ¿Junto a Luke...? ¿Junto a un club de anti-homofobia y homofóbicos...?
-...Te quiero- Se sonrojó, escandalizándose un poco más.
-...M-marica...
-Pero tu marica.
-Marica aún.
-Tu marica hasta el infinito y más allá.
"...Y ahora sé que sí: Hay un Santiago esperando con los brazos abiertos a ese triste Derek (sin siquiera saberlo), a sus insultos, a su cariño peculiar, a sus misterios; y cuando sus vidas choquen, colisionen, darán un giro de trescientos sesenta grados, cuando ese homofóbico a penas cruce la puerta (de manera forzada), y ese Santiago desinteresado, sin motivos para vivir (a su juicio, en esos instantes), la pase después, sabrá inconscientemente que ese es el amor de su vida. Y que el motivo de su vida entró chillando y pataleando, pero no saldrá, oh no, Derek llegará a su vida para quedarse, ya que él no dejará que parta."
-...Maricón de mierda...
Le sonreí, volviendo a estampar mis labios en su frente, él se quedó quieto, para acurrucarse.
-Pide un deseo- Le dije.
-No.
-¿Por qué no?
-...Porque siento que ya lo pedí, y que se está cumpliendo.- Me quedé en silencio- ¿Qué pasa, marica, ya te metieron...?
-¿...Sabes? De niño eras monísimo, y déjame decirte que no te dejaré ir.
-¿Y quién te dijo qué me quedaré?- Alzó una ceja.
-...Nadie en especial, un pequeño pajarito, aún no homofóbico...- Trató de procesarlo.
No pudo y tampoco dejé que sacase conclusión.
Le di un beso casto en la comisura de los labios, se quedó estático, pero poco tiempo después, cedió, apegándose a mí un poco más.
Sentí a un pequeño niño, gritándome para que me quedase a su lado. Es tan contrario al chico que tengo en frente, pero, era él.
Y voy a obedecerlo.
...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro