No gracias joven
Por Hiro
—No tenemos nada —dije frustrado mirando lo que había en la mesa, mis amigos estaban igual que yo, ni siquiera sabíamos a quién o qué nos enfrentábamos.
—Los niveles de estrés que presentan son altos, recomiendo descanso y ejercicios para despejar la mente— la voz robótica nos hizo suspirar, tal vez tenía razón, descansar y luego volver a pensar.
—Opino que es mejor irnos a nuestras casas, mañana después de la universidad podemos tomar esto otra vez —un bostezo salió de los labios de Wasabi contagiándome ¿Qué hora era?, miré mi celular, era la 1:07 a.m.—, andando chicos, los llevaré, principalmente a ti Hiro.
Me coloque mi sudadera y notar algo, me quedaba grande, muy grande, olía diferente y era cálida, más de lo que debía ser una sudadera, mire atento y ver que en efecto no era mía.
"Oh no"
—¿A quién le robaste la sudadera Hamada?—la voz burlona de Gogo me hizo sentir nervios, ¿En qué momento la había tomado?, ¿Dónde estaba la mía? y más importante ¡¿De quién era está sudadera?!
—¿Me creerás si te digo que no se? —murmuré colocándome el gorro de la sudadera y caminar con ellos fuera, sea como sea, disfrutaría la calidez de esta prenda, luego si nadie la reclamaba se volvería mía.
.....
—Llegamos— entré con Baymax , era de madrugada, así que la tía Cass debía estar dormida, vaya mi sorpresa es verla en la cocina junto al clon de mi hermano y a dos mexicanos dormidos en el sillón "oh mierda", ya recordaba de quien era está sudadera y no había sido intencional—, ¿Qué hacen despiertos tan..tarde?, ¿tarde?—miré la hora y aún no daban las dos, podría dormir al menos tres horas y cachito si dormía ya.
—Bueno, estábamos practicando recetas, creo que se nos pasó un poco el tiempo—miré a mi tía quien sonreía, oh esperen, conocía esa sonrisa ,no, no, no y nuevamente no—. Te ves lindo con la sudadera de Miguel puesta—sentí toda mi cara caliente y apostaba que estaba roja, mierda, no volvería a usar sudaderas, me aseguraría de siempre usar la mía y no confundirme otra vez.
—N-no es lo que parece —dije nervioso y serio—, bueno, me iré a dormir — dije como escape, bostezando, quitándome la sudadera y tapar al mexicano a quien le correspondía, con esta—, buenas noches—subí las escaleras encerrándome—. Eres hombre muerto Hamada— susurré para mí y acostarme escuchando a Baymax entrar al cuarto y entrar en su estación, luego de eso quedé profundamente dormido.
....
—Voy tarde, tarde —murmuré entrando al baño y ducharme lo más rápido posible, tenía una exposición, de la cual ¿debía decir que no estudié nada?, corrí de regreso a mi cuarto vistiéndome y colocarme ahora si mi sudadera de siempre, corriendo abajo mirando a todos los presentes desayunar—. ¡Me voy, los veo después!—salí corriendo ignorando las voces de si iba a comer algo, principalmente ignorando la mirada del mexicano menor, más con lo que había pasado por accidente ayer, corrí lo más rápido que mis piernas dieron y llegar a mi salón a tiempo—. ¡Lo logré!— festejé sentándome y recargarme en mi mesa.
—¿Qué te sucede Hiro?—miré a Karmi y negar—, ¿seguro?, déjame adivinar, te quedaste dormido de nuevo— asentí mirando al frente.
—¿De qué es nuestra exposición?—miré a mi amiga y escuchar su "no es posible".
Fin pov Hiro
Pov Miguel
Después de ver a Hiro correr me quedó una inquietud, realmente pensé que no volvería a recuperar mi sudadera, y él me la había regresado, aunque ahora tenía un ligero aroma a él, no sabía si eso me agradaba o me incomodaba, posiblemente lo segundo.
—¿Listos chicos?—miré a la señorita Cass y asentir, tanto Kyle cómo yo bajamos a abrir el café, yo limpiaba y arreglaba junto a la señorita Cass y Kyle preparaba los desayunos, si era más fácil así—. Se paciente con Hiro, por favor —miré a mi jefa quien se fue sin más ¿A qué se refería?, en eso el recuerdo de lo que dijo Marco vino a mi mente.
—No, no, no—me giré buscando a mi jefa, aunque ya no estaba. El chino y yo no podíamos tener nada, y claramente no lo íbamos a tener, eramos un intento de amigos, sólo eso, además confiaba en que hubiese sido un error lo de la sudadera o por las prisas del chino, pero no más que eso.
—Miguel, tengo ensayo, te veo en la escuela, hasta luego mamá Cass, gracias por todo —mi amigo se despidió de la señorita y luego entró a la cocina, supongo a despedirse o a joder al otro chino.
Terminé de limpiar las mesas y abrir el café, mientras esperábamos clientes pusimos las noticias, no había nada que hacer mientras tanto, salvo Kyle, así que al menos sabíamos que pasaba en la ciudad.
Después de unos minutos el café se empezó a llenar, empecé a llevar órdenes y entregar cafés para llevar, mientras la señorita Cass se encargaba de hacer caras de animalitos en los cafés.
El día iba demasiado aburrido, no había muchos clientes, la ciudad estaba tranquila y eso era bueno para mí, Marco no me había enviado señales de ayuda y no habían mencionado al chino nuevamente en los últimos quince minutos, de hecho, no me había vuelto a poner la sudadera desde que descubrí que tenía un poco del olor a él, me sentía ligeramente incómodo.
—Miguel, ¿puedes ayudar a Kyle a picar? —asentí entrando a la cocina y hacer lo que él me dijo, quería hablar con él, pero su mirada no me lo permitía, realmente sentía que me iba a golpear si lo fastidiaba y en eso mis amigos, era un experto.
—¿Qué eres de Hiro? —me giré mirando al chino más alto, ¿En serio? ¿Otra vez el tema?
Si seguían diciendo a cada ratito eso hasta yo mismo iba a dudar si el chino sentía algo por mí, que insisto no iba a pasar.
—Nada...sólo amigos, o estamos en un intento de —murmuré picando los jitomates y pasarlos a otro recipiente.
—Ya veo, creí que eran algo más, por lo que todos dicen —miré nuevamente al chino y apuesto que mi cara era de "no mames" porque realmente quería expresar eso.
—No, no lo somos ni lo seremos, además de que ni siquiera nos conocemos —dije recordando al chino, realmente parecía que nunca dormía, tenía ojeras enormes, no sonreía casi, su humor era de la mierda, su actitud altanera, despreocupado, no tenía cuidado alguno, ¿En serio a mí me podría gustar alguien así?, respuesta definitiva ¡No!—. Ni siquiera me podría llegar a gustar, es todo lo que no busco en una persona.
—Creo que eres muy infantil, ¿Qué edad tienes?—miré de nuevo el cuchillo y volver a picar.
—Tengo diecisiete —murmuré picando ¿infantil yo?, claro que no, estaba madurando en un mundo diferente al que conocía, otra ciudad, otro país, otras personas, era todo menos infantil.
—Eso lo explica, tienes expectativas de una persona perfecta, algo que según tú debe tener lo correcto—seguí picando mientras escuchaba atento—, pero nadie es perfecto, mucho menos cumplirán las expectativas de una persona perfecta, sin errores, buena en todo y destacada, con un carisma y actitud de ensueño, eso no existe, sólo conoce a las personas que tienes en frente y ya, se paciente—esa frase volví a repetirse en el día—. Tal vez Hiro si actúe muy infantil para su edad, pero nació con un don increíble, no ha pasado nada, no ha renunciado a nada, ¿pero eso implica que no lo vas a conocer?
—Me perdí ya —lo miré confundido y sólo escuché su suspiro.
—Sólo aprende a conocer, es todo —volvió a su semblante serio y ninguno habló, ahora me sentía más confundido.
¿Qué pedo? ¿De a huevo me querían con el chino?, no mamen, suficiente tenía con las morras con las que Marco me dejaba, que por cierto debía cambiar mi número telefónico gracias a eso.
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