Familia nueva
Pov Hiro
Habían pasado dos días desde mi última platica con Miguel, después de lo último ambos nos separamos y seguimos trabajando, el domingo me encontraba en la base perfeccionando las armaduras y el escáner de Baymax, no iba a mentir que me sentía agotado tanto física como mentalmente, no habíamos salido a patrullar y no había ninguna muerte, eso me calma a un poco, pero no precisamente me tenía despreocupado.
Los chicos y yo seguimos intentando buscar información y tener mínimo una pista de quien era el causante de todo esto, no había vuelto a casa, pero ahora respondía los mensajes de mi tía más que por mí, por ella, así yo estaba tranquilo de que ella estuviese a salvo.
—Hola chino, no mames das asco —miré al estúpido que menos quería ver—, no mames, ¿Quieres que vayamos por una leche de chocolate al menos?
—Descuida Marco, estoy bien —suspiré volviendo a caminar y ver que el hacía lo mismo, pero a mi lado—, ¿Me irás a dejar hasta mi Universidad? —pregunté mirando al mejor amigo de Miguel.
—Tal vez, al menos tendré una excusa de porque llegue tarde, además más tiempo para que Miguel este con esas chicas— miré de reojo sintiendo mi ceño fruncido—, ¿Estás celoso chino?
—No seas imbécil, claro que no—respondí mirando al frente nuevamente—, ¿Lo estás obligando a conocer chicas?
—Desde que estábamos en México, pero no es tan fácil que Miguel les de una oportunidad—su suspiro me hizo mirarlo—, pero no me voy a rendir, estamos en otro país, gente nueva, debe tener mínimo un amor pasajero aquí, pero parece más necio que mamá Elena cuando le dijimos del estudio
—¿Mamá Elena?—pregunté curioso, por alguna razón me gustaba escuchar a ambos mexicanos, historias completamente diferentes a las mías, por ende, me sentía como un niño al que le contaban un cuento.
—Es la abuelita de Miguel, pero pues con los lazos de cariño también mía, es muy buena persona, pero cuando se enoja te da con la chancla y tiene buena puntería—contó mientras soltaba una risa.
— ¿Chancla? —ladee mi cabeza sin entender—, no entiendo, de verdad.
—Hum...Miguel trajo las suyas, dame tu teléfono celular y te mandaré foto—me sentí confundido, mi rostro era la clara imagen de burla y duda—, vamos, no le daré tú número a nadie chinito.
—Qué no soy chino, dame tu celular—cuando lo recibí anoté mi celular y devolverlo—, no es necesario que me vayas a dejar hasta mi Universidad, mejor vete, o Miguel te va a matar—sonreí caminando dentro del tecnológico, mis clases me aburrían, pero sólo unos meses más y terminaría todo este martirio.
.....
Salí tranquilo, realmente no quería que llegara, vaya, por primera vez en mi vida no quería salir de clases, ¿Qué había hecho que cambiara mi opinión?, sencillo, una animada Honey pidiéndome acompañarla a diferentes universidades a hacer encuestas de algo que no entendí.
—¡Hiro! —miré a mi amiga y suspirar, traía tenis en lugar de zapatos altos, ¿qué significaba?, mucho, mucho que caminar—. Vamos, quiero acabar con esto hoy—sonrió dándome una bolsa de papel con comida, esta chica si sabía cómo convencerme.
—¿Dónde empezamos? —sonreí sacando el jugo y guardar el resto en mi mochila.
—Iremos a la de medicina primero, es la más cercana, luego iremos a filosofía, arquitectura, Leyes y por último la de artes —sonrió, ahora mismo me arrepentí de aceptar.
—Hay que darnos prisa, quiero llegar a dormir esta noche—sonreí caminando con ella, ¿Podría huir aún?, no estaba seguro de sentirme cómodo con la situación y lo que haríamos .
—Oye Hiro..., quisiera preguntar algo ¿puedo?— miré a Honey asintiendo, un suspiro salió de sus labios, por alguna razón creo que sé a dónde va esto—, ¿Quieres decirme qué sucede? —y ahí estaba—, han pasado muchas cosas, lo sé, pero me encantaría, de verdad, lo digo en serio, poder ayudarte, mírame Hiro— ambos nos detuvimos en la mitad del camino, ahora mismo no había nadie, ¿por qué a mí? —. Sé que es difícil para ti, mucho más de lo que es para cualquiera de nosotros que compartió un lazo con Tadashi, pero, mírame Hiro—no podía sostener la mirada, me concentre en beber mi jugo, no quería llorar—. Ven —susurró abrazándome, me aferre a ella—, no estás sólo Hiro, nunca lo has estado —sentí suaves caricias en mi espalda.
—¿Las caricias lo aprendiste de él? —susurré sonriendo un poco, eso hacía Tadashi cuando lloraba.
—Si, me apoyo muchas veces —murmuró abrazándome más fuerte—, lo siento Hiro, por no poder hacer mucho cuando debí hacerlo y lamento más no haberte protegido— me separé un poco mirando su sonrisa y ojos tristes—, perdóname Hiro.
Ahora mismo mi mente estaba en blanco, ¿qué sucedía?, no estaba entendiendo, me senté el pasto que estaba cerca y ella lo hizo a mi lado.
—¿Por...por qué te disculpas? —dije en un hilo de voz mirando al suelo.
—Por no darme cuenta de que estabas sufriendo más de lo que aparentas Hiro —miré a otro lado y luego regresar mi vista a ella.
—¿Le dirás a los demás? —susurré temeroso, no quería ser débil para ellos, no quería molestarles, mucho menos darles lastima.
—Sólo si me lo permites o que hagas algo muy tonto que requiera que intervengamos —miré al suelo, ella hacía lo mismo—, quiero ayudarte Hiro..., eres mi familia—sentí una opresión en mi corazón al escuchar eso—. Yo no soy de aquí, pero tanto Tadashi cómo los demás chicos se volvieron mi familia, tú también te volviste mi hermanito menor —miré al suelo, las palabras de Miguel me vinieron a la mente "estoy conociendo nuevas personas, creando una nueva familia" —. Puede que no sean de sangre, pero como dicen los amigos son la única familia que eliges —sonrió y causó una en mí, una sincera.
—Mi hermano estaba enamorado de ti —susurré y luego caí en cuenta, ¡Hiro Hamada eres el ser más imbécil de todo el mundo!
Miré a Honey quién ahora lloraba y sonreía.
—Ojalá hubiese sabido que era correspondido —miré a la chica a mi lado y abrazarla—. Hiro...
—Lo siento, no debí decirlo —susurré abrazándola con fuerza y ella hacía lo mismo.
—Dijiste lo que necesitaba escuchar—su sonrisa me calmo un poco—, aunque Hiro, debemos aprender a dejarlo ir— su susurro me hizo sentir un vuelco en nuevamente sintiendo mis lágrimas caer, estaba llorando frente a alguien, peor, frente a Honey—. Tranquilo, llora todo lo que necesites, no te voy a soltar ni dejar solo—su voz me relajo, me permití llorar, llorar mucho, iba a lavar el suéter de Honey, pero mientras tanto, lloraba, sentía un peso muy grande el cual poco a poco se fue esfumando.
—Honey..., no puedo dejarlo ir—susurré aferrado a la chica, como lo hacía con mi Hermano—, no puedo.
—No te pido que lo olvides Hiro, nadie nunca va a olvidarlo, lo que si te pido, es que no pierdas tus momentos pensando en el "qué hubiera pasado si Tadashi" —miré nuevamente al suelo, aunque sólo veía mi ropa y la de Honey—, Hiro Hamada, eres el chico más increíble e inteligente de toda la ciudad, naciste con un don increíble, has hecho cosas maravillosas y has cumplido el legado y sueño de Tadashi, ayudar a las personas.
—Todos lo hemos hecho, los grandes héroes...—sentí su dedo acariciar mi espalda y dar círculos.
—No existirían por ti, no seguirían por ti, no estaríamos si no tuvieras la seguridad de cumplir el objetivo de Tadashi —alcé mi rostro mirando su sonrisa, me separé un poco limpiando mi rostro —. Tú eres nuestro núcleo Hiro y lamentamos mucho no notar desde un inicio que estabas mal, muy mal.
—No es su culpa...al final...—miré con duda el suelo ¿Me iba a sincerar?—, al final no es su responsabilidad, pero estoy bien, de verdad—sonreí, aunque era una mueca en realidad.
—Hiro Hamada, no me mientas, oh te congelaré vestido de capitán encanto y dejaré que Karmi te bese— esa sí que era una amenaza.
—No hagas eso, con suerte me la despegó siendo yo civil—murmuré frustrado—, sólo que siento que soy una carga para ustedes eso es todo— expliqué, no era mentira, pero no era del todo verdad.
—Nunca lo ha sido, nunca lo serás, somos una familia, nos apoyamos mutuamente—sentí que revolvía mi cabello en un gesto cálido.
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